
Capítulo 1
La alarma suena a las cinco de la mañana, que dolor, suena demasiado fuerte junto a mi cabeza. Extiendo el brazo y volteo mi despertador para callarlo, pero este no lo hace.
Estúpido despertador.
Por fin logro que el aparato guarde silencio (después de presionar un botón de buena forma) y me quedo viendo el techo.
Viernes, segundo día de clases. ¿A quién rayos se le ocurrió que regresáramos a clases en jueves?
Me levanto, me baño, me arreglo y a las 6:10 salgo hacia la escuela, tomo un camión e intento no dormirme en el camino, lo cual siempre que debo irme en uno es un logro. Este me parece que tarda un poco más de lo normal en llegar, pero nada que me pudiera hacer llegar tarde, por lo tanto no le doy importancia.
Cuando llegamos, nos deja a solo dos cuadras de la escuela, así que bajo de él junto con muchas personas más que posiblemente sean mis compañeros o tal vez también alguno que otro sea profesor o trabajador y camino junto a ellos hacia el colegio.
Al irme acercando, todo el ruido y la gente que está en la calle hacen que me detenga. Después pongo atención y escucho lo que parece ser una ambulancia o al menos una patrulla, sí, un poco más cercano a la puerta se ven luces rojas y azules. Tampoco es normal la cantidad de estudiantes con mochila que hay afuera de la escuela, ocupan gran parte de las calles que cruzan por ahí, apenas hay un carril, tal vez, por el que pueden pasar los carros, por lo que también hay un gran congestionamiento vehicular que provoca mucho ruido.
Me acerco un poco más, pasando junto a varios jóvenes que miran desde lejos, cruzo dos de las calles y aun así no llego hasta la puerta de la escuela, hay tanta gente que aunque lograse llegar a ella, después me costaría un gran trabajo poder salir de allí, así que me detengo a mirar desde la acera de enfrente, aun podría acercarme un poco más si cruzase al camellón que hay frente a la puerta, pero este también está repleto de personas, tal vez no todo, pero por lo menos la parte que queda de frente a la puerta sí, mucho.
No sé qué ocurre, no puedo ver nada. Y hay demasiado ruido, aparte todos murmuran.
Me quedo allí parada unos minutos e intento buscar una cara conocida, pero la poca iluminación del amanecer y las deslumbrantes luces de las patrullas me lo dificultan mucho. Pero por fin, después de un poco de tiempo distingo a una de mis amigas no muy lejos y me acerco a ella empujando a unas cuantas personas con algo de trabajo para abrirme paso.
— ¿Qué pasa? — le pregunto a modo de saludo cuando llego a su lado, pero ella solo ve hacia la puerta fijamente.
—Erin, ¿Qué pasa? — le vuelvo a preguntar.
Ella me mira entonces y veo sus ojos llorosos.
—Una chica murió— sentencia fríamente, se da la vuelta y se va.
Yo me quedo mirándola alejarse y sintiendo por primera vez el ambiente lúgubre que envuelve el lugar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro