Gabriel era un niño normal, pero que le tenía un gran miedo a los payasos y, el día de su cumpleaños 10, en la ventana de la puerta de su casa, vio la sombra de un payaso apunto de entrar.

Inmediatamente pensó que se trataba de otro intento de sus padres para que superara lo que ellos llamaban "una fobia tonta", seguro habían contratado uno de esos payasos mal maquillados y con una peluca de colores, ya saben, el típico payaso de circo, pero cuando entro, Gabriel sintió más miedo que nunca.

Era un payaso que tenía el cabello oscuro, maquillaje negro y una sonrisa macabra capaz de perseguirlo en sus pesadillas. No pudo quitarle el ojo de encima durante toda la tarde.

Alrededor de las 8 pm, Gabriel se fue a dormir. Sin embargo, despertó a las 10pm con una sensación extraña, solo para encontrarse al mismo payaso de la fiesta parad9 al pie de su cama, sosteniendo tres globos rojos y un cuchillo, sin perder esa tétrica sonrisa que tanto lo aterraba.

Fue entonces cuando el monstruo hablo:

- Ya...que es tu cumpleaños, hay que jugar un juego.

Tienes hasta que reviente estos globos para esconderte, cuando eso pase, iré a buscarte, si no te encuentro, lamentablemente abre perdido y tendré que irme a jugar con otro cumpleañero, pero si yo gano te pasara lo mismo que a estos globos.

Gabriel, ya de por si aterrado por la voz tan profunda del payaso, no pudo hacer más que asentir y aceptar las reglas, el juego había empezado, cuando reacciono y asimilo lo que pasaba, fue corriendo a buscar a sus padres por toda la casa, pero no los encontró, se atrevió a salir a la calle, era inútil, toda la ciudad estaba desierta.

Se pudo escuchar el primer globo romperse en los oídos De Gabriel, como si solo él pudiera escucharlo. Se puso más nervioso y comenzó a buscar un lugar para esconderse, aunque ninguno era apropiado, cuando escucho el segundo globo romperse, lo comenzó a invadir la desesperación, se escondió en la esquina de un callejón llorando y rogando por su vida, ya no había nada más que hacer, estaba solo.

Entonces al reventarse el último globo, despertó.

Gabriel se encontró en su cama, aliviado porque no había sido más que una pesadilla. 

Sus padres preocupados por el grito que había soltado su hijo al despertar fueron corriendo a su habitación:

- Gab ¿Te encuentras bien?

- Si, solo tuve una pesadilla con el payaso que estuvo en mi fiesta.

-Pero hijo, no hubo ningún payaso en tu fiesta

Gabriel, completamente petrificado, le pidió a sus padres que lo dejaron solo un momento, fue cuando se dio cuenta que al pie de su cama, había un regalo, envuelto en papel negro y con un listón manchado en algo que parecía sangre.

Respiro profundamente, se acerco, y lo abrió, ahí encontró en cuchillo, los globos reventados y una carta que decía:

Querido cumpleañero:

Lamentablemente acabo tu cumpleaños y no pudimos terminar de jugar.

Pero descuida, nos vemos el próximo años.

Firmaba como Happy Clown y, al reverso había algo más escrito, que decía lo siguiente:

Queridos cumpleañeros:

Pueden encontrar en sus fiestas de cumpleaños, no importa su edad o su país, si sientes una presencia maligna, significa que pude asistir, y estaré feliz de jugar con ustedes.

Pero les advierto por adelantado, que yo nunca pierdo.

Que dicen eh? Nada mal, consideren que lo escribí cuando tenía 9 ok? Apropósito tuve que cambiarle el nombre al niño porque a mi bella amiguita eshpechial no le gustaba, y yo vivo de satisfacer a mis seguidores, no se preocupen, no es una historia real, o si?