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Misión: Acercarse al gato

¿Cómo acercarse a una persona? La respuesta puede variar y la realización de esta puede parecer complicada, pero si se analiza con atención, la realidad es todo lo contrario.

Saber del individuo de antemano puede ayudar a formar con mayor facilidad un vínculo, es importante que se compartan gustos y pasiones, pero lo que más hay que tomar en cuenta es el tiempo que se pasa con el sujeto, mostrar interés es el punto inicial y que mejor forma de mostrar interés que el tiempo de calidad.

—Buenos días, Senpai. —aunque sonreír no era una de mis actividades favoritas durante las primeras horas de la mañana, hoy mi perfecta sonrisa saludaba al mundo y bendecía a todo aquel que me viera, todo lo contrario al azabache frente a mí, quien mantenía los ojos entre cerrados y su cara reflejaba sus intenciones de querer matarse.

—¿Qué haces sobre mi escritorio?

—Veo que aún tienes sueño —fingiendo no haber escuchado la pregunta, saqué la lata de chocolate que metí a fuerza en uno de los bolsillos de mi pantalón—. Te compré esto, por lo de ayer.

—¿Se te perdió algo? —un bufido escapó de entre mis labios ante aquella actitud tan fría.

—Vamos Senpai, anímese. Sabe que es muy bonito como para tener cara de querer matarse.

—¿Qué es lo qué quieres?

—¿Quién? ¿Yo? —inhale de manera dramática—. Senpai, me ofende que piense que estoy aquí solo para pedirle algo ¿Qué tipo de persona cree que soy?

—Si vas a hurgar en otras clases al menos siéntate sobre el escritorio de otra persona —recalcó, con cierta irritación en su mirada.

—Lo siento, Senpai. Pero no es mi culpa que su escritorio sea tan cómodo

—Quita tu trasero de mi lugar, Kiyotaka  —ordenó, señalando hacia atrás.

Los que ya se encontraban en la clase empezaron a murmurar entre sí mientras nos miraban sin disimulo alguno. Podía ver fácilmente como al azabache le temblaba un ojo mientras intentaba no perder los estribos, y no lo culpo, lidiar con idiotas a primera hora de la mañana no es algo agradable, menos si no se durmió bien. Su paciencia es increíble.

Estaba a punto de contestar con la intención de mantener la paz, pero justo la persona indicada entró al salón y no pude estar más contento. Al verme, ladeo un poco la cabeza con confusión, y antes de que pudiera decir algo, grite fuerte y claro su nombre, alzando una de mis manos en forma de saludo.

—¡Jun-Chan! —casi al instante, todos dirigieron la atención hacia mi amigo en la puerta, menos el azabache quien había cerrado los ojos—. Ya era hora, perdona que no te haya acompañado hoy, pero necesitaba llegar un poco más temprano.

Era consciente de que lo que estaba haciendo era cruel, pero era necesario; además, la cara de Junta en este momento valía demasiado.

Con terror en su rostro, camino un poco hacia nosotros, pero se detuvo en seco cuando el azabache golpe el escritorio detrás del suyo con su puño y volteo a ver al castaño con cara de pocos amigos, haciendo que este también tragara saliva.

—Azumaya-Kun ¿No? —forzó una sonrisa—. ¿Podrías pedirle a tu amigo que se quité de mi lugar?

Aclarándose la garganta, asintió torpemente con la cabeza y se acercó por completo a nosotros—: Arisu-Kun, por favor.

La suplica me hizo apiadarme del castaño. De un salto baje del escritorio, y le dí dos palmadas al hombro de mi amigo. Acto seguido, dí dos pasos, acercándome al azabache. No pude evitar tomarme la libertad de poner una mano en su cabeza y revolver su cabello.

Al parecer, todos los alumnos de esa clase tenían un chip en el cuello que hacía que se sincronizaran, ya que todos; inclusive Junta, inhalaron al mismo tiempo al ver lo que había hecho, y el silencio se mantuvo luego de eso.

—¿Pero que les pasa? —murmuré, deteniendo la mano sobre la cabeza del azabache y viendo hacia todos lados—. ¿Vieron un muerto o qué?

—Si no me quitas la mano de encima, pronto habrá uno —la voz del azabache hizo que mi vista se posara en él. Su ceño fruncido y su sonrojo me daban a entender que iba en serio con lo del muerto.

—Vamos, Kitty-Chan. No es bueno que los gatitos lindos como tu se enojen —solo para mi diversión, coloque mi mano libre sobra la cabeza de este y volví a desordenarle el cabello, esta vez, usando ambas manos.

El silencio se mantenía, y la cara del azabache era todo un poema. Sabía que le estaba fastidiando demasiado, y que probablemente me pondría una orden de alejamiento luego de eso, pero no podía evitarlo. Hubiera continuado hasta que Takato me dejara quieto de un golpe, pero la mano que se posó en mi hombro hizo que me detuviera.

Se trataba del castaño. De este emanaba un aura que pocas veces había visto en él, lucia siniestro y escalofriante. No pude evitar tragar saliva, y un leve escalofrío me recorrió todo el cuerpo, si no fuera mi amigo estoy seguro que ya habría salido corriendo. El ambiente también se vio afectado, se sentía cierta tensión en el.

—Arisu-Kun, creo que es hora de que vayas a tu clase, el timbre está a punto de sonar —aunque intentaba sonar amable, era fácil interpretar esas palabras como "Te vas o te parto la madre".

—Estaba a punto de hacerlo, querido amigo —sonreí, mientras arreglaba el cabello del azabache, el cuál, había cambiado su ceño fruncido por una expresión de nerviosismo disimulado—. Senpai, espero que te guste lo que te traje, nos vemos luego.

Y sin decir más, salí corriendo de ese lugar.

Si tuviera que resumir el resto del día, sería: "Kiyotaka Arisu persiguiendo a Saijo Takato hasta en el baño".

Aprovechaba los momentos en donde este no se encontrara con Usaka, ya qué pese a estar en distintas clases, siempre se las arreglaban para estar juntos. No es raro considerando que Junta y yo somos iguales, pero si es un obstáculo en mi plan.

Por su parte, Junta me acompañó en todo momento. Luego de la posesión demoníaca que sufrió a primera hora en la mañana, había vuelto en sí, aunque un poco más serio. Fue de gran ayuda, ya que al estar interesado en Saijo-Kun, el castaño conocí mucho de él que me sirvió bastante. Puede sonar aterrador, pero no era como si no supiera lo raro que puede llegar a ser Junta cuando del azabache se trata.

El día se había ido volando, y ahora, me encontraba caminando al lado del azabache, con Junta detrás de nosotros.

—¿En serio vas a permitir que ese sujeto se involucre en la obra? —pregunté, tomado del jugo que tenía en mis manos.

—Por supuesto que no, pero no puedo tomarme la libertad de echarlo de forma tan obvia —respondió el azabache, quien ya se había resignado a mi presencia.

—¿Por qué tú no estás en la obra? No es que seas mal organizador, pero te he visto actuar y sin duda tu lugar es sobre el escenario, ¿verdad, Junta?

—¡Si! —contestó el nombrado, manteniendo la distancia.

—Son asuntos personales, no es de tu incumbencia.

—¡Uy! Perdoname la vida. Pero en serio, si tú no serás el protagonista deberías buscar a alguien más que no sea ese sujeto.

—No todas las decisiones las tomó yo. A demás, ¿Quién más podría cumplir ese rol? No hay muchos que sepan actuar.

—¡Estás de suerte, mi querido amigo!

—No soy tu amigo.

Ignorando la respuesta, volví sobre mis pasos para tomar a Junta del brazo y acercarlo a nosotros. Accidentalmente hice que chocará con el azabache, lo que hizo que este se detuviera y lo viera como si fuera su peor enemigo, obviamente, Junta se disculpo al instante.

Sin perder el tiempo, pase un brazo sobre los hombros de castaño y le dí unos leves golpecitos en el pecho.

—Me place presentarte a tu nuevo actor estrella —el azabache levanto una ceja ante lo dicho, mientras que el castaño se encogió un poco en su lugar—. Este guapo de aquí, al igual que tú, es un excelente actor.

—No soy tan bueno como Saijo-San —corrigió el castaño, notándose apenado—. Nadie se iguala a él.

Ante lo dicho, el azabache tosio un poco y desvió la mirada. Puedo jurar que se había sonrojado.

—¿Azumaya-Kun? ¿En serio?

—¿No me crees? Deberías verlo, es fantástico.

—No creo que tenga lo necesario para...

—¡Si lo tengo! —el inesperado levantamiento de voz hizo que ambos nos quedáramos callados—. Si Takato-San me lo pide, audicionare para el papel principal y daré todo de mí para que la obra sea un éxito.

—N-no es necesario, Azu...

—¡Si lo es! Le demostraré a Takato-San que puedo cumplir con sus expectativas y más, si así consigo tu atención y logró ayudarte, me esforzaré

La seguridad en las palabras de mi amigo que casi sonaron como una declaración me hicieron soltar un silbido. Si antes no lo estaba, ahora si, Azumaya Junta había logrado sonrojar a Saijo Takato.

Aclarando su garganta e intentando disimular su estado, Takato contestó—: En ese caso, puedes presentarte durante toda esta semana en el teatro para audicionar

—¡Lo haré!

—Y no me llamas por mí nombre, no te he dado permiso.

—Lo siento —y así Junta volvió a como estaba antes.

—Vamos, Senpai. No seas duro con él —el azabache rodó los ojos y siguió caminando. Por supuesto, el castaño tomó yo le seguimos—. ¿Sabes qué mejoraría la obra?

—¿Quitarle el mandó a la chillona del 6-B?

—¡Hacerla un musical!

—No.

—Vamos. Yo les compongo todas las canciones.

—Si la mayoria no saben actuar mucho menos van a saber cantar —recalcó—. Además, no a todos les gustan los musicales... aunque, si tú eres el compositor, conozco a alguien que sin duda le interesaría.

No sé cómo explicarlo, pero con las pocas interacciones que hemos tenido he logrado notar como cada que el azabache menciona a mi conejito de manera discreta, arruga la nariz de forma no tan obvia.

—¿Te refieres a...

—Está en planes de proponerte un espacio en el festival nuevamente.

—Espera, ¿Es por eso que estaban viendo mi presentación la otra vez?

—Es difícil de explicar, pero, le gusta como cantas, inclusive, la palabra "gustar" se queda corta.

No mentiré, aquello me puso nervioso. El hecho de que a Usaka le gustara mi voz provocaba que mis emociones se resolvieran, aunque también, me ponía un tanto triste de que fuera de esa manera.

—Me enteré que no cantas desde el año pasado.

—Te enteraste bien.

—¿Por qué? ¿Pasó algo?

—Son asuntos personales, no es de tu incumbencia —mi respuesta lo hizo fruncir el ceño.

—Touche —no pude evitar soltar un leve risita ante lo dicho—. Sea cual sea el asunto, si no es nada grave, deberías considerar lo de cantar en el festival de este año. Estoy seguro que eso podría sumarte puntos con él.

—Lo pensaré. Gracias por decírmelo.

—Si en serio estás agradecido, hazme el favor de dejar de estarme siguiendo. Tú y tu amigo no me han dejado en paz en todo el maldito día.

—Lo siento, pero no me combiene hacer eso —y solo para molestarlo, abrace uno de sus brazos—. Ahora somos super amiguis.

—¡Sueltame! —gruñia el azabache, mientras intentaba alejarme de él.

—¡Arisu-Kun, sueltalo! ¡No le gusta! —y el castaño celoso no podía faltar. Pronto, este tomó el brazo con el que el azabache me empujaba, y se aferró a este.

—¡No me toques! ¡Criatura aterradora!

—Sueltalo, Arisu-Kun.

—Me refiero a ti, cabeza hueca.

—Takato-San es cruel.

Sin duda alguna, estaba avanzando. Si continúo así, pronto lograré acercarme más a Usaka. Lo único que espero es que mi voz no sea un obstáculo para ello, sería una lastima que así fuera... una verdadera lástima.

Continuara 🐰🦁

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