Susan, ¿quien es ella? Quizá por mucho el amor de mi vida, teníamos un año saliendo. Cada día que pasaba la conocía un poco más, y me enamoraba muchísimo más de ella. Y siendo honesto, físicamente ella no era una chica hermosa. Pero logró enamorarme, porque era su sencillez y su forma tan linda de ser, que me volvía loco. Ella me tenía directamente a sus pies.

Me tenía tanto así, que siempre buscaba la manera en que ella se sintiera muy feliz cuando estaba con ella. Buscaba cosas nuevas que hacer cada que íbamos a salir, yo solo buscaba hacer todos los días del resto de nuestras vidas los más buenos. Y no tenía miedo de contarle mis problemas, porque sabía que ella me apoyaría. Y ella me contaba los suyos, era un apoyo mutuo. Un apoyo que solo entre nosotros podía haber, y cada vez era más fuerte.

Ese amor incondicional del que tanto me hablaron cuando era pequeño, ahora lo vivía. Era pleno, era puro, era lo que cualquier corazón hecho pedazos, necesita. Y es que a pesar de tener el corazón roto, la amaba con cada trozo. Y quizá ese fue mi problema, amarla tan locamente que jamás me hice la idea de vivir sin ella. Sin sus chistes, sus burlas, su forma de ser, su forma de hablar, su risa, su voz... yo nunca pensé que tendría que vivir sin ella.

Bueno, es cierto.
¿Que rayos estoy diciendo? Toda historia debe tener un inicio, sea bueno o malo, debe tenerlo. Y esta no es la excepción, ¿que de que hablaba? Bueno pues, esta es mi historia con Susan, el amor de mi vida.