
Capítulo 11
Me acomodo en un sillón con cubierta para protegerme del intenso sol, pero sigo disfrutando del suave calor de sus rayos dorados.
Con ayuda de un batidor de madera, mezclo delicadamente el matcha en una taza de leche mientras disfruto del día en la terraza.
—Creo que estaría bien volver hacer uno de esos grupos donde estén todos nuestros amigos y organizar fiestas y así —propone Adriana desde uno de los sillones exteriores, mientras el aire fresco le mueve suavemente el cabello.
—Eso ya no me interesa —digo sin interés alguno y los abucheos de su parte no pueden faltar.
Eso era muy 2015-2017, y ahora veo que la gente que tenía agregada en esos grupos no eran "amigos" del todo. Y ya no estaba para dedicarle tiempo a gente que no me sumaba, tengo a los verdaderos amigos cerca y eso me bastaba.
27 minutos exactos después, me llega la notificación de un nuevo grupo de chat, encima Adriana esta invitando a una fiesta, aquí, en nuestro departamento.
—Adriana, ¿qué es todo esto? —voy a buscarla a la sala principal y encuentro a demasiada gente de un lado a otro.
Diversos empleados de reparto van y vienen, dejando montones de cajas. Además, hay otras personas en el salón decorando todo de rojo y reubicando los muebles.
—No leíste el grupo? —ella permanece ocupada en el celular. —Voy hacer una pequeña fiesta esta noche
—Ni siquiera pediste mi permiso —replico enfadada. Tenía que estar jugando.
—Porque dirías que no, pero te vas a divertir —eleva la mirada con una sonrisa que de inocente no tenía nada. —Viene Luis by the way
—Y por qué eso me haría cambiar de opinión?
—Y por qué lo miras como si fuera tu novio?
—Estás loca —niego ante su contraataque y me dirijo a mi habitación marcando el paso.
Primero, me siento al borde de la cama, respiro hondo y evalúo estrategias para que Adriana detenga esta situación, sin encontrar soluciones inmediatas.
Puede hacer lo que quiera, pero me gustaría que me consultara antes de tomar decisiones que nos afectan a ambas, especialmente considerando que vivimos bajo el mismo techo.
—No estás enojada? —la causante de mis canas prematuras se asoma por la puerta.
—No, obvio no. ¿Por qué me enojaría? —suelto con ironía.
—Ceciii —corre hasta sentarse a mi lado con ese tono de voz excesivamente dulce. —Ya, para la próxima prometo pedir tu permiso antes de organizar algo aquí, no te enojes, si?
—Pero cumplelo —solo le pido eso.
—Pinky promise —me muestra su meñique y acepto entrelazarlo con el mío. Como siempre solemos hacerlo.
Una vez que todo se "arregla" entre nosotras, ella se pone de pie y se dirige al pasillo en busca de algo.
—Como buenas anfitrionas, debemos ir vestidas igual —me entrega una bolsa de cartón, al abrirla discretamente, observo un vestido y unas medias de encaje blanco. —Yo pienso en todo —se acomoda el cabello sobre el hombro, luciendo satisfecha.
No replico solo porque el vestido me gusta.
—Me voy a broncear, quieres? —rechazo su invitación y ella se va de de lo mas contenta para prepararse para la noche.
La fragancia de su perfume, con notas de cereza y cacao se impregna en mi habitación y frunzo ligeramente la nariz ante la dulzura que deja a su paso.
No entendía la "belleza" detrás del bronceado. Últimamente todas las mujeres querían tener ese look. De seguro a Adriana le quedaba genial, pero no es algo que quisiera para mí.
Unas horas después, Matías es el primero en llegar, impecablemente vestido como de costumbre. Se notaba una elegancia innata en cada uno de sus gestos. El reloj en su muñeca y sus anillos realzaban su presencia, denotando una sofisticación natural.
Me siento a su lado en el sofá mientras Adriana revisaba los últimos detalles. Había olvidado lo perfeccionista que es al organizar fiestas.
—No puedo creer que Adriana haya hecho esto —comento mientras mis ojos examinan el apartamento por cuarta vez.
Los sofás, ahora tapizados en terciopelo rojo, se complementan con mesas del mismo material, elegantemente dispuestas con una selección de aperitivos. La iluminación ambiental, más tenue, crea un ambiente sofisticado, sin dejar de lado la presencia de una bola de discoteca en el centro del techo.
Admito que los detalles en rojo aportan un toque aún mas elegante al lugar.
—¿No? Porque yo si
No vuelvo a hablar mas y me entretengo con el celular, igual que Mati.
—Adriana me dijo que vendrá vuestro amigo mexicano —menciona mientras desliza el dedo por los videos de TikTok.
—Ya, que no me arreglé para él —aclaro al detectar el tono que usa.
Y era verdad. Que viniera Luis no significaba nada para mí. Creo que ya acepté que solo habrá una bonita amistad entre nosotros y estaba bien con eso.
Al final me conformaba con su amistad. Además, siendo realistas, entre nosotros nunca funcionarían las cosas.
—Si quieres un consejo, mejor deja de vivir en tu cabeza porque los recuerdos mienten y el pasado no cambia por mucho que regreses a él
—Gracias Mati, sabes que te adoro y te amo —le agradecía de corazón que se preocupará por mí.
—Me salió en para ti —me muestra la pantalla de su celular con el video de la frase que acaba de citar y nos reímos un rato.
Va, que TikTok tenía buenas frases.
Poco a poco van llegando los invitados de Adriana, que la mayoría son gente que yo también conozco. El ambiente se impregna de música y alegría (o sea alcohol).
La llegada del futbolista no me sorprende en lo absoluto y su entrada resulta ineludible; casi como a cámara lenta por el salón, llama poderosamente la atención por un breve momento, con la misma seguridad de siempre, como si cada espacio que pisaba le perteneciese. No venía solo, Fermín que ya conocía bien venía de su lado izquierdo y a su derecha Pedri, quien me ayudó cuando se caía de borracho aquella ocasión en la discoteca.
Cada uno resaltaba a su manera, pero aunque no quiera admitirlo, mis ojos permanecen mas tiempo en el chico de en medio, esa expresión seria en su rostro le otorga un aura de misterio fascinante.
Cuando nuestras miradas se cruzan él no duda en venir hacía donde estoy. Y yo no sé si eso es bueno o malo.
—Hola —me rodea la cintura con su brazo y deposita dos besos en mis mejillas con gran confianza. Este último beso lo hace lento y tan cerca de la comisura de mis labios, le dedico una mirada discreta, que él pudo leer como "se perfectamente lo que estas haciendo Gavira" y solo se queda sonriendo como idiota.
Saludo a sus amigos de igual manera, pero me siento un poco incómoda con Luis presente.
—No vas a presentarnos? —interroga Gavi con los ojos fijos en mi amigo.
—Él es Luis, un amigo —me concreto a decir. —Ellos son -
—No hace falta —la interrupción de Luis me resulta inesperada. —Pedri, Fermín y Gavi —menciona sus nombres con cierta burla fina.
—Eres culé? —pregunta el pelinegro siendo amable.
—No, pero disfruto del fútbol
—Sabes dónde está Adriana? —me pregunta el rubio y yo niego, la verdad es que la perdí hace mucho.
Fermín asiente echándole un vistazo alrededor y va en busca de mi amiga, Pedri lo acompaña tras despedirse de mí. Pablo es el único que se queda y yo solo le pedía con la mirada que desapareciera pero parecía estar ciego.
—A esto se refería Adriana con que conocías al barça? —cuestiona Luis con la mirada fija en el español a mi lado.
—Gavi y yo somos primos —las palabras salen de mi boca sin pensar. —Primos lejanos
El futbolista me mira como quien pierde la cordura.
—La esposa del tío primo de Pablo se apellida Müller, es prima hermana de mi mamá, te olvidas que tengo familia en Europa?
Cuando pienso, ya es demasiado tarde porque me inventé toda una historia solo para no tener que dar las explicaciones reales, cuando decir la verdad era mas fácil, yo misma me complicaba la existencia.
Luis nos observa con cierta sospecha, y le indico sutilmente a Gavi con la mirada que confirme mis palabras.
—Si, si, somos primos... lejanos —con las cejas fruncidas y los ojos gritando "me debes una grande" Gavi dice lo que quería en ese momento y yo exhibo una sonrisa angelical.
Luego de eso llegan otros amigos y decido mejor irme del grupito.
—Me debes una —un español enfadoso me sigue por atrás.
—No te debo nada
—Puedo ir y decirle que todo fue mentira y que nos conocemos de otra forma
Detengo el paso y él me imita.
—Alto Gavi, tienes prohibido hacer eso —digo en voz baja pero igual de amenazante.
—¿Por qué? Ese tío te gusta?
—No, pero no quiero que nadie sepa
—Nadie o él en específico?
—Nadie —declaro seria sin romper el contacto visual.
No había observado previamente el peculiar color marrón de sus ojos; son diferentes a los demás, con un toque verdoso en el iris, siendo sin duda, los más expresivos que he visto.
—Y exactamente, ¿qué es lo que no quieres que sepa? —él hace la pregunta a la par que Me Porto Bonito de Bad Bunny retumba por los altavoces.
Gavi reconoce la canción y se acerca a mí de una manera peligrosa. Estamos tan cerca que soy capaz de percibir su aliento a menta y esta cercanía hace que por alguna extraña razón me tiemble todo.
—Si tú me lo pides, yo me porto bonito —leo en sus labios.
Acorto esos centímetros que nos separaban, él se cree que voy a besarlo por la forma en que se relame los labios y sus ojos arden en deseo puro, pero yo me dirijo a su oreja simplemente.
—No va a pasar —mis labios rozan su lóbulo en un susurro delicado.
Finalmente, me retiro de allí rozando levemente su hombro con el mío, mientras la canción esta a punto de concluir.
¿Qué demonios fue eso?
Pero mis hormonas me traicionan, porque me alejo deseando que si vuelva a pasar algo.
Intento estar lo mas lejos posible del sevillano durante la fiesta, no quería volver a cruzarme con él.
No fue tan dificil, porque él estaba entretenido con sus amigos, que al parecer vinieron en manada.
En el baño, dejo salir agua del grifo sin hacer nada. Solo intento pensar con la cabeza fría y descifrar esto que estaba sintiendo.
En ese momento, la puerta se abre y me giro para ver a Luis entrar con una postura relajada.
—Ya me iba —cierro la llave y camino hacia la puerta pero su cuerpo me lo impide.
Lo observo tranquila aguardando su reacción, pero solo recibo una mirada profunda que no pude descifrar en ese momento.
—¿Qué pasa?
—Pasa esto —no veo venir su boca contra la mía.
Sin delicadeza, me sujeta del cuello y mi boca reacciona sin pedir permiso, dándole acceso a su lengua.
No había ni una pizca de alcohol, estaba siendo consiente de lo que hacía?
Nos movemos sin dejar de besarnos, él me sujeta de las piernas y me sube arriba del mueble de cuarzo del lavabo.
Logro conectar mis neuronas y rompo el beso con la respiración acelerada y el corazón a mil por segundo.
¿Qué diablos estaba haciendo?
Tengo al chico que me gustaba frente a mí, con los labios hinchados y las pupilas dilatadas viéndome como una diosa. Pero por alguna razón, esto no se sentía bien.
—Luis, ¿qué haces? —aprieto las piernas al sentir su mano subir por mis muslos, aunque esta la tela de mis medias, su toque quemaba.
No necesita ejercer mucha fuerza para lograr mover mi pierna izquierda, en segundos baja mis medias lo suficiente para introducir su mano y hacer a un lado la tela de mi panty.
Mis piernas me traicionan y se aflojan al sentir su dedo en mi interior y un gemido involuntario se escapa de mi boca.
Al inicio, sus movimientos son torpes y rápidos al introducir otro dedo.
Me estiro para atrás hasta que mis hombros tocan el espejo, él se inclina y reparte besos y lamidas por todo mi escote. Yo coloco una mano sobre su pecho y lo intento empujar debilmente, pero cuando siento como abre sus dedos dentro de mí en forma de tijera, la idea de apartarlo se esfuma y en cambio, mi mano se apoya en su hombro.
Cierro los ojos y disfruto de su toque hasta que la puerta se abre abruptamente.
—¡Perdón! ¡Perdón! —Adriana se cubre los ojos con las dos manos y cierra la puerta de inmediato.
Yo me pongo de pie y finalmente reuno la fuerza para empujarlo, haciendo que saque sus dedos de mí.
Acomodo mi ropa interior y mis medias y me voy sin decirle nada a Luis, ni siquiera volteo a verlo.
Al salir, alcanzo a Adriana por el pasillo.
—No quería arruinar su rollo, en serio —se explica atropelladamente. —Creí que necesitabas ayuda
—No arruinaste nada, de hecho gracias
Si Adriana no hubiera aparecido, hubiera tenido sexo con Luis? Yo quería tener algo con él? Totalmente no.
La idea de tener algo con él dejó de provocarme cosas hace mucho.
—Si parece que Luis te gusta —debate sin creerme.
—No me gusta, lo que pasó ahí —hago una pausa pensando seriamente que fue lo que pasó. —Fue raro, yo no lo quería en lo absoluto pero mis hormonas me traicionaron, supongo
—Cecy no te engañes a ti misma...
—¡No estoy engañando a nadie!
Imaginé a Luis tocándome muchas veces antes y ahora que lo hizo, no sentí nada de lo que imaginé que sentiría.
La verdad era que no provocaba nada en mí.
Y muy en el fondo, quería que lo que pasó en el baño hubiera sido con alguien más. Pero ese alguien es todo lo que no quiero en un chico, no tiene sentido.
Vemos a nuestro grupito de "amigos" mas cercanos de España y nos unimos a ellos.
—No, nada que ver —niega mi amiga cuando Mariana le pregunta si esta saliendo con Fermín.
—Entonces, puedo?
Literalmente, Mariana estaba pidiendo el permiso de Adriana para liarse con él.
Su respuesta me toma completamente por sorpresa, y eso se refleja en mi expresión facial.
—Adelante, todo tuyo
Ante la luz verde, Mariana se marcha con una sonrisita en el rostro.
—Wtf —comenta Ivan ya ebrio viendo por donde se fue su hermana.
—Wuah, liarse con futbolistas ya pasó de moda —dice Sara asqueada.
Cielo se planta a mi lado y se integra al grupo hablando de cosas que no me interesan. Bueno, mas bien ella no me interesa.
Me canso de oír su voz tan chillona y odiosa y decido que es momento de hablar con ella.
Le pido que me acompañe, y encantada me sigue hasta el cuarto de lavado. Sabía perfectamente que aquí no había nadie y podríamos hablar a solas.
—Tú sabías que me gustaba, y no tardaste nada en ligar con él en cuánto me aleje —digo las cosas como son, directas.
—¿De qué hablas? —se hace la mustia y el botox impide que se le arruge la frente.
—Luis me contó todo, como le mandabas esas fotos con poca ropa
Ella no reacciona, esta procesando lo que le digo. Pero su expresión la delata.
—Se las mandaba a todos mis amigos en ese entonces, no eran solo para él —sonríe nerviosa.
—¡Luis ni siquiera era tu amigo!
—Era tu amigo, así que yo también lo vi como un amigo
—Por favor Cielo, solo acepta que te lo tiraste porque era el chico que me gustaba
—Luis en verdad me gustaba, pero las cosas no funcionaron
Yo me río con falsedad, no le podía creer nada.
—Me da igual si regresan o lo que hagan con sus vidas, ya no me afecta más, por mí casense si quieren, pero no vuelvas a hablarme en tu vida
—Ceci, espera —me toma del brazo, en un intento por detenerme.
—Ya dije lo que tenía que decir —me zafo de su agarre —No quiero volver a verte —digo contundente y con la mirada fría.
Dejo a mi ex mejor amiga atrás y mi objetivo es claro: ir por una de las copas decoradas con listón rojo. Decido beber lo que queda de la noche. Una noche sin pensar, solo eso pedía.
adriiibremer
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adriiibremer my party my rules.
Ver los 964 comentarios
matuulasz ❤️❤️ ♡ 33
Le ha gustado al creador
_ferminlopez muy guapa rubita ♡ 1,003
Le ha gustado al creador
⤷user93 fermin q haces comentando acá ♡ 410
⤷user noooo ♡ 54
cielo_ivema 😘😘
user20 regresate a tu pais y deja a Fermín en paz 😒 ♡ 101
⤷user291 y a su amiga q tmb se la lleve
user394 es obvio q lees los comentarios, q te cuesta responder si estas con fermin o no ♡ 4
⤷user28 por lo menos no los borra como otras ♡ 2
sarardz reinas 💘💘 ♡ 5
Le ha gustado al creador
cielo_ivema
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Les gusta a luisreyesm00, y 150 personas más
cielo_ivema and what hurts the most is people can go from people you know to people you don't
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