
Capítulo 02.1
𝙂 𝘼 𝙑 𝙄
El bus se detiene frente al hotel donde solemos hospedarnos cuando venimos a Madrid.
Todos comienzan a coger sus pertenecias y a bajarse, yo guardo mi móvil en la mochila, froto mis ojos y me aseguro de cerrarla bien. Ferran me da unas palmaditas en el hombro mientras pasa por mi asiento.
Bajo del autobús y aunque tengo los cascos puestos los gritos de las fans son una locura.
Se me hace una eternidad el trancurso del lobby al cuarto. Estaba exhausto, anoche me desvele hasta las 3 de la mañana en el móvil y solo dormí 2 horas para alcanzar a coger el vuelo.
Ya en mi habitación, dejo mi maleta en la entrada, aviento mi mochila a la cama y me recuesto a un lado. Me doy el lujo de tomar una pequeña siesta, estoy tranquilo porque es un partido amistoso contra la selección de Brasil.
Mi alarma suena una hora antes de irnos al Bernabéu, mientras me distraigo en el móvil escuchando mi playlist y viendo Instagram hasta que llega la hora.
A los 28 minutos de iniciado el partido, el mister me cambia a los banquillos, no quiere que me sobrecargue para poder estar en mi mejor condición para los próximos partidos buenos que se vienen.
Dani Olmo anota el gol que deja en empate el marcador. Para un amistoso no esta mal, definitivamente se celebraba hoy.
Iba camino a los vestuarios cuando me encuentro con Vinicius.
—¡Eh Gavi!
—No digas nada —me murmura Pedri y solo asiento.
—Deberías mejorar tu habilidad con los pies, no solo con las manos —rié y su risa es tan molesta. —Nos vemos en las champions, cuando patee tu culo —se despide girando sobre sus talones, yendo para los vestidores de su selección.
La mano de Pedri extendida sobre mi pecho detiene mi paso y niega con su cabeza como diciendo: "no vale la pena".
Tenía en la punta de la lengua las palabras para decirle al gilipollas ese, pero tal vez mi amigo tenga razón.
Ya he tenido ciertos enfrentamientos con ese jugador en el campo y es algo que no tiene fin digas lo que le digas.
Solo buscaba problemas y ya no iba a seguirle el juego.
■ 𔓘 ■
La noche llegó y estamos en una de las discotecas que visitamos por aquí en la capital.
Me tiro en el sofá del reservado y pido el primer trago de la noche.
Punto G comienza a sonar y en automático volteo a ver a Pedri sonriendo, le molaban las canciones de Quevedo.
Bebo todo el líquido de mi vaso y voy hacia la mujer que no dejaba de tirarme miradas desde hace rato.
—Hola —la saludo con dos besos y la repaso con la mirada. Debía tener unos 25 años.
Su blusa no dejaba nada a la imaginación con ese escote tan pronunciado podía ver sus grandes tetas y sus piernas largas en esa falda tan diminuta.
Su piel bronceada y pelo suelto largo color caramelo, definitivamente era mi tipo por eso no dude en acercarme.
Ella batee sus pestañas repetidas veces dándole un trago a su bebida y al segundo se abalanza sobre mí. Se aferra a mi cuello y el alcohol se mezcla en medio del beso.
La cogo de la cintura, ya que estamos en eso, introduzco mi mano debajo de su falda y encuentro el terreno libre, no llevaba bragas.
Ella suelta un suspiro al sentirme y sin decir nada me guia hasta el baño de hombres.
Una vez dentro, cierra la puerta, al parecer no hay nadie mas que nosotros dos. Que suerte.
La acorralo contra la pared y nos besamos sin pudor alguno.
—Tócame, Gavi —desesperada lleva mi mano a su entrepierna y yo hago lo que me pide mientras ataca mi cuello con voracidad.
Aunque no paso desapercibido que sabe mi nombre cuando nunca se lo dije.
Hoy en día es difícil tener un buen polvo con alguien sin que su interés principal sea follar solo por quien soy.
Mi dedo índice y medio se mueven dentro de ella, mis movimientos son bruscos y rápidos.
Ella no para de gemir, su vagina se contrae y se que esta apunto de llegar, sumo otro dedo haciendo aún mayor presión en su clitoris y ella muerde mi oreja consumida por el placer. La siento temblar y se viene en mi mano.
Sin perder el tiempo, sus manos van directas al cinturón de mi pantalón, baja la cremallera y en segundos la prenda ya esta en el suelo con mi erección a la vista.
La chica se arrodilla y ahora es ella quien me toca.
—Mas rápido —le ordeno y comienza a acariciar con mayor intensidad, aún así no es suficiente y dirijo su mano como quiero que lo haga, una vez que coge el ritmo la dejo sola y de inmediato mi cuerpo reacciona y me tenso.
—Será un honor chuparsela a Pablo Gavi —escucharla decir eso fue como un balde de agua fría, pero cuando voy a pararla, mete mi miembro en su boca.
Únicamente puedo soltar gemidos de placer, y me olvido todo, echo la cabeza para atrás dejándome llevar y disfruto de lo que esta haciendo ahí abajo con su lengua.
Una vez que me corro en su boca, me aparto.
No lo hizo mal, pero he tenido mejores polvos. Tal vez si se hubiera quedado callada no habría estado tan mal.
Cuando termino de limpiarme con papel higiénico, acomodo mi ropa.
—Déjame ayudarte, guapo —dejo que me coloque el cinturón y lo abroche. —¿Tú no vas a ayudarme? —baja la mirada hacia sus tetas llenas de mi semen y me ofrece papel, invitándome a tocarla.
Cogo el pedazo de papel y limpio el área de su pecho. No son solo sus tetas, desde el mentón esta escurriendo.
Me aseguro de limpiarla bien y cuando paso por su barbilla chupa mis dedos, se inclina para meterselos hasta el fondo y gime. Pero yo ya no estaba prendido.
Saco mis dedos de su boca y me limpio la mano en la camisa.
—Bonita noche
Salgo del ahí y regreso con mis amigos, que unos ya tenían unas cuantas copas encima.
La noche estaba aburrida.
—Vaya, alguien tuvo una buena noche —me dice Ansu y lo miro confundido.
Él abre la cámara de su móvil y me deja verme, tengo la cara y el cuello con rastros de labial por todas partes. Genial.
Rápido tomo una servilleta y la mojo con uno de los vasos con licor que había sobre la mesa e intento limpiarme.
Las horas pasan y se me hace fácil beber unos tragos de ginebra y vodka. Suelo ser cuidadoso con el alcohol, pero como tengo la siguiente semana libre me permito disfrutar y beber un poco más de lo usual.
Me acerco a la barandilla, desde aquí veo la pista de baile abajo y entre toda la gente, una chica llama mi atención.
A pesar de mi estado y de las luces parpadeando a cada segundo, podía ver su cuerpo de infarto.
Sus tetas ni pequeñas ni grandes, perfectas para encajar en la palma de mi mano.
Casi podía ver su culo en ese diminuto vestido rosa.
No lo pensé y baje a bailar.
¿A bailar? ¿Yo? Yo lo odiaba, pero con alcohol en el sistema creo que puedo tolerarlo.
Me le acerco confiado, a ella no le disgusta mi presencia así que la sujeto de las caderas y me acerco mas a su cuerpo.
Ella se mueve de manera tan sensual que me pone.
Creo es hora del segundo polvo de la noche. Ya me estoy tardando.
Hundo mi cabeza en su cuello y comienzo a besar su piel, sabe a coco o tal vez lo estoy imaginando, ya no sé ni que es real a excepción de mis ganas de meterselo.
Ella se aparta y no sé a donde va pero la sigo como puberto de 15 años tras la niña que le gusta.
Pide una bebida de pie pero yo necesito sentarme, todo me daba vueltas.
La veo de perfil y dios, que guapa es. Definitivamente quería un polvo con esta chica.
Hago la propuesta aunque quien me diría que no. Aunque estoy tan borracho que ya no escucho bien. Debe ser eso.
Aún ante su negativa asiento y me paro dispuesto a buscar otra chica guapa con quien quitarme estas ganas que tenía.
No sé como termino en el piso viendo todo oscuro.
Intento levantarme pero es inútil y solo me mojo las manos con algo, mis torpes movimientos solo hacen que choque con la persona debajo de mí.
Una fuerza externa me levanta y veo a alguien medio borroso, tardo unos segundos en reconocer a Pedri y le doy una sonrisa de oreja a oreja.
Él mueve sus labios pero no lo escucho realmente, solo escucho zumbidos a mi alrededor.
Mis ojos se cierran poco a poco y únicamente veo a la castaña de la pista de baile.
Ojalá soñar con lo que pudo pasar esta noche con ella.
pablogavi ha comenzado a seguir a ceciy_lia.
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