Capítulo 9
Solamente el sonido de las plantas agitadas por la brisa matutina se escuchaba en aquel antiguo jardín abandonado. Hubieron segundos de confusión para los presentes tras escuchar las palabras mencionadas por el último en unirse. No solamente el Liquidador había hablado, fuera de ser estrictamente necesario, únicos momentos donde se le escuchaba hablar. Sino que también lo hizo para interferir por Taehyung o al menos eso creían los agentes.
El motivo para la intromisión por parte de Jungkook fue diferente. La verdad, no le interesaba en lo más mínimo si besaban en contra de sus deseos al rubio o si lo golpeaban. No tenían ningún vínculo o relación algunas más allá de la farsa ya montada. La razón por la que decidió entrometerse o más bien las razones, fueron simples. Había escuchado completamente la conversación de ambos, teniendo ahora la completa certeza de que el recién llegado no era más que otro oficial haciéndose pasar por criminal.
No existía motivo para aquello cuando estaba claro que estaban tratando con la policía. Si era para acercarse a su ex compañero de cárcel y a él, perdían el tiempo. No obstantes estaba seguro que era mucho más que eso, no era que solamente llevara su propia agenda, sino que lo hacía también por su abogado. Por lo que escuchó, eran mucho más que compañeros o amigos y, por alguna razón quiso reprender pacíficamente por su comentario despectivo al pelirrojo.
Lo miró caer en la hierba palpándose el rostro debido a su golpe. Una risa ahogado llena de cierta molestia salió de su persona, si él hubiera estado en esos momento dentro de las paredes del penal, la situación sería muy diferente. No se hubiera librado con un simple roce de su puño sobre su rostro.
— ¿Qué mierda se supone que estás haciendo, Jeon? ¿Desde cuando soy tu pareja y quién carajo te dijo que me defendieras? — Lo empujó con evidente molestia para extenderle la mano Hoseok, quien se levantó sin aceptar la ayuda ofrecida.
— Yo solamente estaba cumpliendo con mi parte, se supone que tengo que fingir ser tu pareja según lo hablado ayer. No conocía a este sujeto, por ende, me vi obligado actuar, yo no permitiría que nadie se sobrepasara con quien salgo, menos con mi pareja. Deberías advertirme cuándo se supone que debo actuar y cuándo no.
Colocó sus manos en los bolsillos de su jersey antes de darse la vuelta y alejarse del lugar sin permitirle refutar, dejando atrás a un Taehyung molesto empuñando sus manos. Ninguno de los dos que permanecieron atrás pudieron ver esa tenebrosa sonrisa de satisfacción que se planteó en su rostro. Los había desestabilizado a ambos y eso era algo que le alegraba comprobar. Era una debilidad que podría utilizar en un futuro necesario.
Vio como ese indeseable ser se alejaba como si nada hubiese ocurrido, adentrándose nuevamente a la iglesia, permaneciendo nuevamente a solas con su compañero. Suspiró con pesadez y lo buscó con su mirada, encontrándose con una mirada confusa y cargada de ira.
— ¿Fingir ser tu pareja, Tae? ¿Por qué tú fingirías ser la pareja de ese delincuente? — La voz de Hoseok lo hicieron voltearse a verlo regresando a la realidad.
— Así es, todo forma parte de mi estrategia. — Aquello era algo sin importancia, un medio para un fin.
— ¿Estrategia? Tu deber es infiltrarte dentro los cocodrilos, utilizar a ese bastardo y lograr llegar a nuestro objetivo. En caso de tener que estar con alguien, ese sería Suga, el líder de la organización, no él. De nada te vale, más sabiendo que eres un agente.
— ¿Viste la línea invisible que traza el límite de lo que puedes o no exigirme? — El pelirrojo hizo una mueca sin entender claramente a qué se refería. — La acabas de pasar, Hoseok. Traspasaste un línea que siempre te advierto que no cruces. Puedes ser mi jefe, mi superior, el culo que follo, mi amigo y todo lo que quieras pero, en lo que a mi trabajo respecta, no me dices cómo hacer las cosas. Como jefe me diste una misión y quieres claros resultados, los medios que yo utilice para lograrlo o como yo decida hacerlo, no son de tu incumbencia. Todos en la agencia saben mi forma de trabajar, por ende, si me asignaron este caso fue por algo, ¿cierto? — Su superior asintió sacudiéndose la ropa, ocultando su evidente molestia. — Espero que no intentes interferir con lo que hago y si debo hacer algo específico o necesitan algo, por favor, comuníquenmelo antes de actuar para así estar preparado, no lleguen sin avisar.
Jung Hoseok se volteó buscando tranquilizarse frente a la actitud de su subalterno, no quería irse al tú por tú con él, ya que sabía que sería un desperdicio de tiempo. Arrancó algunas ramas frente a la ya desesperada mirada del rubio que odiaba esos berrinches disfrazados. No le agradaba o convencía la idea de que él estuviera enredado con el Liquidador de esa forma. Era trabajo y realizarían una infiltración en donde aquello era necesario pero, ¿por qué tenía ese amargo presentimiento negativo en cuanto a esa falsa relación? Continuó así durante cortos minutos hasta que su vista regresó al agente Kim.
— Prométeme que te cuidarás, Kim. — Dijo al fin.
La mirada del nombrado se suavizó al notar que su compañero también había bajado la guardia y que evidentemente estaba preocupado por él. Eran pocas las personas que se preocupaban o interesaban por su seguridad y entre esa minoría, siempre había estado su superior. Con una sonrisa para relajarlo, se acercó a él y tomándolo entre sus brazos, lo besó. Ignoraban al nuevo par de ojos que estaban siendo testigos de lo que entre ambos ocurría.
Jimin buscaba a su compañero para confirmarle que ya tenían luz verde y entregarle algunos informes que anteriormente le había pedido cuando sin querer, presenció esa escena. Su vista no pudo apartarse rápidamente, no cuando veía con la pasión que el desconocido se entregaba aquellos brazos y boca que una vez, durante todo un día, tuvo la oportunidad de probar. Mismos a donde tantas veces quiso regresar, esos a los que había renunciado pero que ahora volvía a desear cada vez más aunque lo negara mentalmente y se regañara por ello.
Apretujando entre sus manos los papeles que tenía, se alejó de allí. No deseaba seguir presenciando aquello que tanto le estaba incomodando. Entró en el empolvado lugar y se dirigió al lo que habían nombrado buró temporario, sin notar que su camino no estaba totalmente despejado.
— Un oficial como mínimo debería tener reflejos. — Namjoon no podía ocultar la risa que comenzaba a salir al notar la reacción de Jimin. — Venías en el limbo, articulando los labios como si estuvieras hablando solo. Estás rojo de la ira, evidentemente molesto con algo o alguien.
— ¿Y eso a ti qué te importa, convicto? Limita tus palabras conmigo. Yo hablo, tu escuchas y acatas mi orden, no hay nada más que nosotros tengamos que hablar o discutir. Conoce tu lugar y no te confundas. — Bufó molesto, apartándolo con su mano, sorprendiéndose cuando esta fue agarrada. — ¡Suéltame! — Demandó.
— No me interesa la puta nube en la que vives donde ustedes son los buenos y nosotros los malos. — Caminó hacia adelante causando que el oficial trastabillara hasta aquella pared que al momento ensució sus pantalones oscuros. — Pero a mí, tienes que hablarme con respeto quieras o no, eso es si no quieres que tu lindo rostro termine desfigurado. Si yo te respeto, es de humanos y personas respetables como tú, hacer lo mismo y no tratar a otros como animales solamente porque estamos en situaciones diferente.
— ¡S-Suéltame de una vez! El respeto se gana y por ustedes lo único que siento es desprecio y repulsión. Dices una cosas y te comportas diferente, como el animal que eres. — Mordió su lengua cuando lo que para era una gigantesca mano se afianzó en su mandíbula. — Qué hac-
Namjoon no supo qué lo impulsó hacer aquello, ni siquiera lo había visto de esa forma pero, escucharlo decir que era un animal y que le causaba repulsión, desestabilizó sus sentidos, ocasionando que quisiera callar aquella boca que articulaba constantes palabras. Con esos labios provocadores que se movían frente a él resecando sus labios, obligándolo a humectarlos con su lengua. Fue una incitación que no pudo evitar.
Esperó ser separado al momento pero no fue así. Aquellos carnosos belfos que mostraron cierta resistencia, aflojaron fácilmente, correspondiéndole intensamente como no pensó que ocurriría y, de no ser por el sonido de unos pasos que hicieron eco tras ellos, estaba seguro que hubieran seguido por más tiempo. Fue empujado bruscamente por Jimin, acompañado de un puñetazo en su rostro que no quiso vengar.
— ¡Vaya, vaya! Miren que tenemos aquí... — Sonreía Jungkook acercándosele. —¿De qué me perdÍ?
— No fue nada, — una mueca se adueñó de su cara mientras movía su boca como quejido mudo por el golpe. — No te perdiste de nada.
— Cierto, no fue nada ver como devorabas a ese oficial insoportable.
— Solamente le estaba dando una lección, eso fue todo. — Jungkook estudió a Nam, podía notar como la mirada de su compañero se perdía a la distancia como s buscara algo al final del pasillo.
— ¿Te gusta?
— Liquidador no digas estupideces. El oficial es atractivo y hasta podría divertirme con él pero de ahí a que me guste, es muy diferente. Sabes que no me mezclo con funcionarios del gobierno, me producen alergia.
— Yo te veo muy sano ahora. — Enarcó una ceja buscando una mirada que no le fue dada. — No bajes la guardia. Recuerda que estamos aquí salvando y arriesgando nuestro propio pellejo a la vez, ellos nos usan y nosotros hacemos lo mismo. No me importa lo que hagas pero no pongas en riesgo mis planes por tus calenturas.
— No sé de qué me hablas. — Agitó su cabello y caminó hasta los banquillos, seguido por su compañero que no volvió a pronunciar palabra.
...
Para poder trabajar sin presión lo primero que necesitaban resolver era el caso del asesino en serie que tanto preocupaba al comisionado. Jo Sangki estaba especialmente interesado en el culpable de los últimos asesinatos a mujeres, caso que su hijo cubría y por el que fue asesinado cruelmente.
Taehyung también quería dar con el perpetrador y hacerlo pagar, sin embargo, ese caso le recordaba tanto al de su hermana, le recordaba tanto al Liquidador que se le hacía difícil concentrarse.
Pese a la soleada mañana que tuvieron, en esos momentos la lluvia caía. Era como si quisiera darle este toque dramático, abrumador y frío a ese día, a esas escenas. Observaba a la distancia al callado asesino serial más joven de la nación mientras se acababa aquel cigarrillo que tenía entre sus dedos. Buscaba que su cara dejara entrever algo, lo que sea que fuera pero ver algo, sin embargo ahí estaba, con la misma cara neutra de siempre, esa que no dejaba ver nada más allá de la superficie de su piel.
Caminó lentamente hasta el interior recibiendo el saludo de los oficiales que custodiaban la zona. A pasos firmes avanzaba hasta que un rostro lo hizo regresarse. Se detuvo frente a quien había llamado su atención y volvió a recibir un saludo de su parte.
— ¡Oficial de la policía, prestando servicios a la estación central de Seúl, Jo Takmin! A sus órdenes comisario. — Firme y con su mirada hacia adelante, con su mano en forma de saludo en su frente, el chico mostraba su respeto.
No podía creer las casualidades y burlas del destino. No solamente contaba con el mismo nombre sino que también se parecía físicamente a quien él consideró un primo. Al difunto hijo del comandante general del tercer ejército de la República de Corea del sur, Jo Sangki. Una ráfaga de recuerdos se vinieron a su mente desde los pocos días de felicidad y juegos de cuando eran pequeños hasta la actualidad. Takmin, junto a su hermano Seokjin y él, fueron muy unidos en algún momento de sus vidas, hasta que todo se torciera.
Recordó como pudo sentir el olor a su sangre cuando visitó el lugar de su muerte, ese día, al igual que cuando murió su hermana y su madre, llovía, haciendo que aquel aroma se intensificara. Justo como en ese momento en el que llegaba a sus fosas nasales la sangre de la última víctima de aquel maldito que aún desconocían.
— Trabaje duro. — El chico asintió en respuesta y el rubio se alejó con un semblante más cargado que minutos atrás.
Continuó su camino hasta posicionarse frente al cadáver de aquella joven mujer de cabellos claros que yacía sobre el folio transparente con varios números a su alrededor que marcaban la evidencia. La tela de su camisa verde adherida a su piel por la sangre derramada y el resto de su cuerpo cubierto por las mismas manchas de sangre. Las piezas de señalización de color amarillo siempre hacía que este se agitara más frente a las escenas y que una sed de justicia se apoderara de él.
Esa chica debía de haber tenido la misma edad que su difunta hermana. Una vez más las imágenes de aquel día tan tétrico se apoderaron de su cabeza y tuvo que hacer un gran esfuerzo para cerrar sus ojos y apartarlas. Jeon no lo quitaba la vista de encima, para él era ahora claro que él tenía un lazo afectivo con ese tipo de casos. Sus reacciones no eran de simple molestia y sabía que debía haber visto distintos cadáveres con distintos aspectos. La empuñadura de sus manos, ceño fruncido, labios en una fina línea y la forma en que cerraba con fuerza sus ojos de vez en cuando provocando que sus muñecas temblaran levemente, eran una prueba fehaciente a su teoría.
— ¿Tengo algo interesante en la cara? — Preguntó Taehyung al notar cuando lo miró de soslayo que estaba siendo observado. — ¿Acaso estamos aquí para divertirte? ¡Concéntrate, bastardo! — Enarcó su labio superior y pasó de lado. Quería contenerse pero el ambiente en el que se encontraban no se lo permitía y sabía que tenía que llamarse a capítulo y calmarse.
...
— Según los últimos informes, hay un total de diez víctimas con la última encontrada. No leeré su biografía porque no es relevante y evidentemente, no les importa. — Hablaba Jimin mientras ojeaba los papeles que tenía en su mano de vuelta en la iglesia. — Tendremos acceso a la escena del crimen y después la policía hará una inspección preliminar. Alguno de los policías podrían reconocerlos a ustedes dos, — señaló a los convictos que pese a no decir nada dejaban ver el fastidio que les causaba las explicaciones del inspector Park. — Es inevitable, por ello le pediremos su complicidad.
— Necesito pedir permiso para ir a un lugar. — Interrumpió Namjoon.
— ¿Acaso no ves que lo que estoy explicando es algo serio? No estás de vacaciones ni en tu centro de trabajo. Concéntrate.
No podía hacerlo y el Liquidador lo sabía. Desde que regresaron estaba igual. Su compañero en ese momento parecía más el Pirómano que Namjoon, conociendo por experiencia propia que no era bueno llevarle la contraria. Tuvieron muchas luchas y peleas entre ellos que lo ayudaban a reconocerse mutuamente cuándo podían bromear o hablarse y cuándo no. Aún así, se sorprendió cuando pese a su miraba que destilaba fuego se mantuvo tranquilo y le habló lo más calmado posible.
— Por favor, inspector Park, se lo pido. — Jimin pestañeó al verlo refiriéndose a él con tanta formalidad y las demás miradas tampoco pudieron esconder su sorpresa.
— Puedes ir hacer lo que necesites, Kim. — Habló Taehyung en su lugar.
— No podemos permitírselo. ¿Qué tal si sucede algo mientras está por su cuenta? Podría incluso escapar. — Rebatió saliendo del instante en el que la suave petición del recluso le hizo bajar la guardia.
— Me haré responsable. Simplemente confiemos en él y dejémosle ir. — Se irguió y avanzó dos pasos hasta Nam, enfrentándolo con su vista. — Porque tú te comportarás a la altura de nuestra confianza. ¿Me equivoco? — Negó con la cabeza. — Entonces puedes ir, tienes el resto de la tarde y noche, te quiero aquí a primera hora. Espero que no me hagas desplegar un batallón por tu capturo, menos que tenga que ir yo personalmente hacerlo porque las consecuencias no serán gratas.
— No será necesario llegar a esos extremos.
Jimin suspiró llevándose las manos a la cintura. Odiaba que su opinión no contara y que esos tres se pasaran por sus testículos todo lo que él decía. Mordió su labio y miró a Namjoon con fiereza pero fue totalmente ignorado. El recluso abandonó el lugar y tras disculparse, él lo imitó, dejando a Taehyung y Jungkook a solas.
En el primer instante sus globos oculares estaban fijos en los del contrario pero tras varios segundos, ambos decidieron hacer algo más. Taehyung se sentó a supervisar los documentos que se encontraban en sus manos mientras que el Liquidador lo supervisaba a él.
¿Quién era en realidad Kim Taehyung y qué estaba planeando? No podía dejar de hacerse aquella pregunta desde la noche en que lo visitó para ofrecerle sus servicios, aumentando su curiosidad con forme transcurrían los días.
— ¡Convicto! — Exclamó sin apartar la mirada de los papeles. — Que no se vuelva a repetir lo de esta mañana. Hasta que no entremos a la organización a la que solías pertenecer, puedes abstenerte de jugar tu papel. Yo te avisaré cuándo comenzaremos actuar como pareja. ¿Queda entendido?
No recibió respuesta alguna y esto hizo que su vista abandonara lo que estaba haciendo para buscar a la persona con la que estaba hablando, no obstante, no se esperaba verlo justo delante de él, a pocos centímetros de su persona.
— ¿Por qué no respondes si me estás escuchando? — El contrario no mostró intención alguna de querer hablar, tampoco le dejó ver expresión alguna. — ¿Te quedaste sordo?
— Entendido.
Esa fue la única palabra que mencionó antes de pararse correctamente y alejarse del rubio. Se acostó en aquel banquillo para descansar su cuerpo antes de ejercitarse e irse a duchar, luego de haber descifrado algo en los ojos de aquel enigma que era el agente Kim. El mismo que lo siguió con la mirada hasta que cerró sus ojos. Necesitaba hacer que el Liquidador bajara más la guardia ante él, necesitaba escarbar en su cerebro y descubrir todo lo que necesitaba.
— Mañana haremos el primer contacto con los cocodrilos. — Le informó notando como el reo abría sus ojos. — No trabajaremos a fondo con ellos hasta que no resolvamos el caso en el que estamos trabajando pero, mañana nos acercaremos a ellos. Mañana comienza nuestra actuación y espero que lo hagas bien.
No hubo una respuesta, ni un movimiento de su parte, él simplemente cerró sus ojos mientras lo escuchaba, como si lo estuviera ignorando y eso le molestaba. Estaba tan relajado con su cabeza apoyada en sus brazos, dejándole ver sus trabajados y tonificados músculos, con aire de chico joven que parecía no matar una mosca a pesar de las decenas de personas, quizás cientos que habían muerto por él. Personas que él había liquidado sin la menor de las contemplaciones. No parecía ser un asesino serial pero, bien sabía Taehyung que las cosas nunca eran lo que parecía.
— También comenzaremos a vivir en otro lugar. Un pequeño apartamento en los suburbios que ayudarán a pasar desapercibido pero que sea creíble para ellos que vivo yo y por ende tú, quien serás mi pareja. Justo al lado tendremos otro apartamento que utilizaremos para nuestras reuniones, debemos seguir trabajando en otros casos y deberíamos salir lo necesario para no levantar sospechas. ¿Queda claro?
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