Capítulo 21
— ¡Acompáñame!
Taehyung se sorprendió al escuchar su voz y sentir su respiración sobre su oído de forma tan inesperada pero, cuando lo miró de pies a cabeza no pudo ocultar su estupefacta sonrisa ladeada. Ese hombre tan elegantemente vestido no parecía ser el Jungkook con el que él siempre trataba y, si bien se sorprendió el día que lo vio salir vestido del edificio de Suga, esa noche, sobrepasaba nuevamente sus expectativas. ¿Cómo podía un hombre como él lucir tan bien? Ni siquiera podía notar la cicatriz en su rostro, parecía una celebridad más entre tantas, resaltando más que muchos. Ese no era el convicto que fue condenado a cadena perpetua y él había sacado a la calle.
— ¿Por qué me alejas así? — Protestó al estar detrás de un árbol bien alejados de la multitudinaria fiesta, la música parecía escucharse lejanamente. — ¿Qué quieres? Esto no está en el plan.
— Hay que hacer modificaciones en tu plan. Ya yo arreglé todo, permíteme ponerte al día. — Musitó caminando en su dirección haciendo que el castaño diera un paso atrás, quedándose preso entre el árbol y el pelinegro.
Iba a protestar pero Jungkook llevó su dedo índice a los labios e hizo una seña para que notara a cinco hombres que iban con las linternas haciendo su ronda de vigilancia. Tapó su boca y permaneció allí cinco largo minutos hasta que los hombres se alejaron y volvió a posar su mirada sobre quien tenía atrincherado. Los dos hicieron contacto visual y otro largo minuto pasó antes de que el convicto hablara.
— No podíamos hacer ruido, siento haberte sorprendido. — Miró a su alrededor antes de volver hablar. — Luces bien esta noche. — Mencionó con tono desinteresado.
Taehyung tragó saliva y molesto alejó su mano de su boca. Se distanció del árbol, sacudió su ropa y lo miró serio.
— Dejémonos de bobería, Jungkook. Mejor cuéntame qué modificaste o hay que modificar.
Alejó al convicto escuchando cada cosa que le decía pero justo en ese instante regresó a su mente las fotos que su jefe le mostró en la mañana. Sabía perfectamente que eso nada tenía que ver con lo que iban hacer ahora pero, necesitaba salir de dudas.
— Sobre tu reunión con Kim Mingyu para el cargamento... — Recibió una mirada confundida de parte de quien caminaba a su lado, su ceño se frunció y contuvo las ganas de reír. Si alguien se guiaba solamente por la apariencia de ese hombre no descifraría lo letal que podía llegar a ser. — ¿Dónde te reuniste con él, en el edificio de Suga?
— No, me reuní en su villa, estuvimos en la casa principal, pero... ¿A qué viene eso ahora? — El castaño se encogió de hombros y negó con su cabeza.
— Nada importante. — Supo por la expresión del convicto que su respuesta no fue convincente pero poco le importaba.
Ahora lo que cruzaba por su mente eran otras preguntas que, quizás no fueran tan importantes pero su instinto le decía que sí lo eran. Podía hacerse a un lado e intentar cumplir con la orden dada, terminar con todo y regresar al asesino de su hermana a la cárcel. Esa debería ser su prioridad, mas todo le olía a podrido y no quería que la mierda llegara hasta él, no quería que lo usaran como un peón como sabía que estilaban hacer.
Los tentáculos de las agencias llegaban hasta los lugares más recónditos pero tenían ciertos límites. ¿Cómo tenían acceso actualmente a las cámaras de seguridad del interior de la casa del antiguo primer ministro de la República de Corea del Sur? Mismo si estaban supervisando a Jungkook, no tenían forma de en ese momento inyectar las cámaras y obtener las fotos, al no ser que tuvieran a alguien trabajando para ellos infiltrado, no había modo. El convicto le había dejado claro que esas fotos fueron tomadas allí pero todo aquello seguía sin encajarle muy bien.
Taehyung había guardado distancia, no podía regresar a la fiesta tan cerca del Liquidador, por eso iba caminando varios metros tras de él cuando presenció aquel pequeño evento. El prelinegro iba caminando cuando un hombre que se le hacía conocido agarró su trasero con lascivia. Le sonrió de forma ladina a Jungkook quien se volteó fulminándolo con mirada gélida.
Golpeó su rostro y con ese único puñetazo el individuo cayó sobre el césped. Sintió el miedo recorrer su cuerpo al ver al hombre que había tocado acercarse hacia él, tomándolo del cuello para levantarlo. Todo el alcohol que pudo haber consumido se disipó de su organismo en un instante.
— La próxima vez que pongas tus asquerosas manos sobre mi trasero te arranco la cabeza y la entierro en un invernadero lleno de estiércol que alimentaré con los residuos de tu propio cuerpo luego de haberlo diluido en ácido. ¿Te quedó claro? — El sujeto asintió tragando saliva, mientras que su cara era acariciada por el convicto sin liberarle su cuello. — ¿Sí? Que bueno que te quedó claro. Por qué, no te vas a disfrutar de la fiesta, puede que te consigas a alguien a quien puedas manosear a tu antojo.
Lo liberó y el sujeto se alejó rápidamente. Suspiró, sí, Jungkook suspiró porque odiaba ese tipo de acciones, le recordaba su llegada a la prisión cuando quienes lideraban la misma pensaron que él sería carne de cañón. Hizo contacto visual con el castaño y su cuerpo se relajó al verlo sonreír a causa de lo presenciado. Era raro verlo así.
Taehyung notó su mirada y cambió súbitamente su expresión por la típica mirada impenetrable que solía llevar alrededor de delincuentes como el Liquidador. Pasó por su lado sin mirarle, avanzó hasta la piscina del lugar, tomó una copa y se alejó tras dedicarle una fugaz mirada a Jungkook, quien levantaba su copa en un brindis a distancia.
El mismo sujeto que había tenido la mala suerte de cruzarse en el camino de aquel psicópata pasó por delante de él aún tenso y no pudo evitar el deseo de volver a reír a recordarlo todo. Pocos minutos después, dentro de su campo visual vio al pelinegro besando a quien debería ser el segundo hijo de la gobernadora canadiense. Humectó sus labios, bebió toda su copa, tomó otra y caminó hacia su hermano.
— ¿Todo bien? — Preguntó Jin observando a su hermano para luego buscar con la vista el blanco de su mirada. — ¿Esos quienes son?
— ¿Eh? Ah, ellos son parte clave de nuestro plan. — Le restó importancia. ¿Ya arreglaste todo?
— Sí, pero sigo insistiendo en que debería ser yo quien entrara a cubrirte, no confío en las habilidades de Park, me sentiría más seguro si estuviera yo contigo. — Tae le sonrió y palmeó su brazo.
— Para entrar allá adentro deberías estar involucrado con alguien de los que allí están y no te puedo pedir que hagas eso, mi cuñada me mataría, además, tú tampoco podrías. La mayoría son hombres. — Seokjin se arregló su corbata tosiendo y su hermano no pudo evitar reír. — Ve a tu lugar, en diez minutos comienza todo.
Jin se alejó, Namjoon y Jimin se acercaron aunque no directamente, pretendieron estar hablando entre ellos de espalda al castaño.
— ¿Puedes prestar atención y dejar de estar mirando a Seokjin? — Le llamó Jimin la atención al convicto, quien bajó la mirada y se perdió en su bebida.
— No se metan tanto en el papel, — murmuró Taehyung de forma audible para ellos — y tú Namjoon, alejado de Seokjin es un hombre casado, con hijo y para el colmo de tu mala suerte, mi hermano. Te le acercas más de lo debido y juro que lo lamentarás. Vayan a sus posiciones, quedan tres minutos para que todo comience. Espero que podamos conseguir información y salir tranquilos pero, si las cosas se descontrolan, necesito a todos preparados.
El convicto rodeó la cintura del oficial Park pero este quitó la mano con brusquedad haciendo que Namjoon riera ante su actitud.
— ¿Celoso?
— Ya quisieras. Camina que ya Taehyung se fue. — Cambió de copas y se alejó dejando a un convicto risueño admirando su persona a la distancia.
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El ambiente en el interior era mucho más calmado que el de afuera. La bebida y otras sustancias se mantenían presente pero el nivel de la música así como la cantidad de personas era mucho más bajo. Cinco hombres y una mujer estaban reunidos, dos de ellos eran evidentemente extranjeros. A sus espaldas habían cinco hombres más que no se tenía que ser adivino para saber que estaban a cargo de la seguridad de los presentes.
Entre besos, manos serpenteantes por el cuerpo ajeno Jungkook y su compañía irrumpieron en la habitación donde se hizo el silencio. Un rubio de aproximadamente metro ochenta, puede que midiera un poco más, se acercó a ellos escoltado por uno se los de seguridad apartándolos bruscamente.
— What the... What are you doing here with this, this man? I told you to stay outside until we have finished our meeting. Why are you here, Arthur?
— Amell I... — Intentó dar una respuesta a su hermano mayor pero con un abrazo por la cintura Jungkook lo detuvo.
— May I have the word, Sir? — Dio un paso adelante interponiéndose entre los hermanos canadienses. — Let me introduce myself, Kim Woobin, nice to meet you!
Su mano fue ignorada pero no le importó, después de todo su objetivo ahí era otro. Se limitó a sonreírle cínicamente llevando su mano extendida hacia su bolsillo, atrayendo más al menor de los Durance quien no podía ocultar su sonrisa.
— ¿Por qué no nos calmamos todos? — Interfirió Park Seojoon poniéndose de pie para avanzar hacia ellos y hacer sentar a su socio, imitándole seguidamente. — No pasa nada con que tu hermano se divierta, nosotros también podemos tomarnos un descanso y disfrutar de la fiesta.
Dos estaban ajenos al drama pese a estar en la misma habitación y es que a la hija del presidente estaba muy ocupada con el otro socio. Por eso ni siquiera notaron cuando los dos invitados se sentaron a su lado, teniendo Jungkook al menor de los Durance sobre sus piernas. Cada una de sus caricias eran estudiadas, cada vez que sus manos se desviaban un dispositivo de audio y micrófono era colocado.
— Hazlo pasar, aquí por favor. — Escuchó el pelinegro decir a Seojoon.
Sus ojos siguieron el camino del guardaespaldas sin dejar de besar a su acompañante. Sin embargo, en el momento que vio la figura del castaño aparecer frente a él, aún sabiendo que iba a estar presente, no dejaba de sorprenderse. Hicieron contacto visual pero ambos se ignoraron justo como habían acordado. El sonido de las palmadas del anfitrión sobre sus piernas resonaron en el sitio, ese era el llamado para Taehyung que con amplia sonrisa fue a su lugar.
Ninguno sospechaba que bajo sus narices habían llenado el lugar de cámaras y micrófonos, incluyendo esos grandes ojos marrones que observaban a Seojoon. Todos ellos llevaban lentes de contacto que les permitía grabar lo que estaba sucediendo a su alrededor enviando las imágenes hacia el móvil de Seokjin y este a su vez se encargaba de enviarlas al ordenador de su hermano.
Como lo planeado, todo estaba marchando sobre ruedas, bueno, casi todo. Por alguna razón Jungkook no podía apartar del todo la mirada de quienes tenía adelante. Ya no era Taehyung quien estaba sentado encima del anfitrión, se había revertido y al pelinegro no le quedaba claro una vez que llegaran a la cama quién de los dos iba a llevar las riendas. No le tenía que interesar pero le incomodaba la imagen que venía a su mente del agente siendo tomado por alguien más.
El peso de los ojos de Jungkook hicieron al castaño desviar su mirada hacia este, viéndolo como se dejaba ser devorado por aquel rubio que parecía estar demasiado ansioso por ir más allá. Atrajo más a Seojoon hacia él para besar y succionar su cuello en un juego de provocación que el pelinegro siguió, besando a Arthur para llegue sonreírle ladinamente por encima de su hombro. Apartó su mirada y le sonrió a su acompañante.
— ¿No deseas que vayamos a un lugar más privado tú y yo? No sé pero creo que podríamos divertirnos aún más. — Musitó en su oído y el moreno asintió con una sonrisa llena de lascivia.
— Solamente permíteme arreglar algo y regreso a buscarte. ¿Te parece?
Taehyung asintió y este sostuvo fuertemente sus mejillas para plantarle un beso algo obsceno antes de retirarse haciéndole una seña a Do Jihan que parecía no querer apartarse de la menor de la Casa Azul.
— Hermoso, ¿me permites ir un momento al baño? Prometo regresar rápidamente, no deseo dejarte mucho tiempo solo. — Arthur asintió regalándole una mueca de desagrado y un beso.
— Por favor, no tardes. — Una caricia en su rostro fue la respuesta del convicto.
Solamente cuatros quedaron en la habitación, Amell y Bae Joohyun conversaban de cosas tan banales como los viajes hechos por ambos alrededor del mundo mientras que Arthur miraba su móvil y Taehyung a él.
— Que muchachito tan patético y necesitado. — Bufó en un murmullo bebiendo de su copa.
El Liquidador realmente había ido al baño con el propósito de refrescarse, mas no esperaba ser testigo de aquella conversación entre los dos socios en la habitación que quedaba justo al lado del baño. No podía acercarse demasiado para no llamar la atención pero aún así buscó el lugar perfecto detrás de una pequeña columna de mármol con su inmensa maceta añadiendo un toque a esa decoración.
— ¿Ha podido alguien encontrar al hijo de los Jeon? Somos nosotros los primeros que debemos dar con él, necesitamos averiguar qué sabe.
— ¿No piensas que si supiera algo, él ya habría hecho algún movimiento? En todos estos años nadie ha podido dar con él ni tu padre, tampoco su cuñado. ¿Crees que lo haremos nosotros? — Cuestionó Jihan. — Estamos bien y corriendo ya el riesgo suficiente con todo lo que hacemos, ese es un alacrán muy grande que no nos conviene echarnos a la espalda.
— De los cobardes no se ha escrito nada. — Sonrió mientras que su amigo negaba con la cabeza.
— Sabes perfectamente que no soy un cobarde, si lo fuera no estaría metido hasta el cuello contigo en toda esta porquería. Pero los asuntos políticos ya son otra cosa. Tú solamente escuchaste una conversación y viste varios documentos, no sabes absolutamente nada. Vas tras él como los piratas tras un tesoro y terminarás como ellos naufragando en el mar sin poder disfrutarlo.
— No seas ave de mal agüero.
Los Jeon y un hijo al que muchos habían querido encontrar pero del que no sabían absolutamente nada. Jungkook escuchaba aquello algo confundido. No es que su familia fuera la Jeon de Corea del Sur, mas por alguna razón lo que estaban hablando encajaba perfectamente con su perfil. Él no recordaba muchas cosas de sus padres, de hecho, la única imagen que siempre venía a la mente cuando pensaba en ellos era del día de su muerte.
Siempre se repetía aquello, incluso en sus sueños. Los padres ensangrentados en el suelo, muertos, mientras que él sostenía una piedra ensangrentada mirándolos fijamente. Después de eso solamente tenía el recuerdo de él huyendo de aquel lugar y vagas imágenes de su niñez y adolescencia.
— Si nosotros encontramos todos los documentos, así como la fórmula de la que mi padre y mi tío conversaban, podremos tener mucho más. Ponte analizar, ellos trabajaron de forma privilegiada para ayudar al arreglo de Corea del Sur y Estados Unidos hace poco más de quince años. Solamente debemos descubrir qué fue lo que hicieron exactamente y qué tipo de fórmula hicieron.
— Joon, no necesitamos más. No entiendo tu necesidad de poder y dinero cuando naciste con todo eso. En todo caso yo que no nací con una cuchara de plata en mi boca debería estar detrás de ello pero no lo hago. Te estás enfermando de poder y eso siempre termina de la peor manera.
— Shhh, calla ya hombre, que no me voy a enloquecer ni creer Dios aunque tenga todo el aspecto. — Cundió el silencio y segundos después los dos s estaban carcajeando.
Jungkook se apresuró a salir de allí antes de que ellos fueran a regresar. Volvió a la habitación donde estaba anteriormente y se sentó analizando todo lo escuchado. ¿Podían haber estado hablado de él, de su familia?
Para el agente el estado del convicto no pasó desapercibido, arrugó su frente y lo observó detenidamente pero tuvo que disimular una vez que llegaron por él.
— ¿Nos vamos? — Preguntó Seojoon estirando su mano.
No tuvo más remedio que aceptar, buscó con la mirada al convicto pero este la tenía perdida. Se dejaba besar todo su cuello y pecho mientras bebía de una copa a la que le puso fin de un solo sorbo. ¿Qué le había ocurrido? Necesitaba estar al tanto pero para ello debía esperar y concentrarse en lo que habían ido hacer allí.
— ¿Nosotros también podemos irnos? Esta casa tiene muchas habitaciones que podemos usar, de hecho hay una destinada a mí a la que le podemos dar un buen uso, estoy aburrido de estar sentado aquí. ¿Qué te parece? — Por un momento el convicto no reaccionó pero rápidamente se recompuso, lo besó y asintió dejándose guiar por el sujeto.
Necesitaba ponerlo a dormir rápidamente, estaba seguro que la casa tenía cámaras porque él las había visto, tenían también varios invitados pero aquello no le interesaba. Esa madrugada, después que la fiesta se acabara, cuando la mayoría estuviera dormido, él debía buscar y aclarar lo escuchado. No le importaba que no fuera parte del plan o echar a perder su tapadera, trataría de no ser descubierto pero si lo hacía, no le molestaba eliminar a quien fuese que se le pusiese en frente.
+++
— ¿Qué estás haciendo aquí a esta hora? — Jungkook se sobresaltó al escuchar al castaño.
Se acercó hasta él y tapó su boca, arrastrándolo hasta su lado bordeando el lugar para no ser vistos por las cámaras. Puso resistencia pero al final se dejó ser arrastrado para no hacer demasiado ruido y llamar la atención. Mordió su mano una vez que se detuvo y Jungkook controló sus ganas de pegarle por ello.
— ¿Sabes lo que pueden pasar si nos descubren? Echarás todo a perder, ya logramos averiguar todo lo que queríamos, ahora solamente debemos concentrarnos en amanecer en donde se supone que deberíamos estar y retirarnos en la mañana. Namjoon y Jimin se encuentran cerca al igual que Seokjin, no hubo que utilizar al oficial Park pero no podemos arriesgarnos ahora. — Miró los papeles que Jungkook tenía guardados en su ropa interior pero fingió no darse cuenta de estos. — ¡Vámonos!
Se levantó pero fue tirado hacia abajo nuevamente por el pelinegro sin previo aviso. Este último lo volteó y llevó su mano hasta su parte trasera, presionando por encima de su ropa interior y palpando la zona más intrincada.
— ¿Qué mierda se supone que estás haciendo? — Lo interrogó golpeando su rostro, haciéndolo caer sentado del todo. — ¿Qué carajos te pasa Jungkook? Te he dicho mil veces que no intentes pasarte conmigo.
— Por lo que veo o ese riquillo no hizo un buen trabajo allá atrás viendo que no te duele o no lo utilizaste. Dime, ¿fuiste tú quien lo tomó a él?
— ¿Eso a ti qué mierda te importa? Quien me folle o yo me folle a ti no te tiene que importar. No soy tu material de trabajo exclusivo así que no tengo que darte explicaciones. — Empujó su pecho y salió de allí dejando a Jungkook sentado en el suelo.
El convicto se recriminó mentalmente, era cierto que eso no le importaba pero no pudo evitar hacerle esa pregunta. Sabía perfectamente todo lo que tenía que hacer Taehyung por lograr sus objetivos, incluso él hacía lo mismo algunas veces pero no dejaba de molestarte el hecho de saberlo a varios metros enredado con otro.
— No pierdas el norte Kook, no lo pierdas. — Se regañó a si mismo. Sujetó los papeles y se retiró de aquel despacho.
🧡🧡🧡
LORED
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Pd: Espero que me perdonen los errores que puedan encontrar, cuando tenga un poco más de tiempo me pongo a revisar. Ya van a ser las 11 p.m así que intentaré por primera vez en días dormirme temprano.
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