—Cuanto lo siento.—dice Tzuyu avergonzada.

—No tienes porque lamentarte, son cosas que pasan.—le comenta Elkie.—Pero si alguna vez lo quieres intentar, aquí estoy.—Tzuyu la observa confundida.—Actúe un poco inmadura aquella vez.

—Elkie, no es necesar…

—Tzuyu…—interrumpe ella y la observa fijamente a los ojos.—yo te puedo ayudar a superar ese miedo.

Tzuyu desvía su mirada de Elkie y se topa con la de Yeeun, quien está parada junto al balón, escuchando la conversación.

—No me mires a mí, no soy la persona indicada para dar consejos.— dice la coreana.

—¡Elkie!—Tzuyu vuelve su mirada hacia ella.—Solo vine a clarificar un asunto del pasado contigo…—comienza a decirle.—y en realidad…— traga—agradezco mucho que me quieras ayudar…—pausa—pero…

—¿Pero?—Elkie comienza a dudar de las palabras de Tzuyu.

—Hay alguien más.—aclara Tzuyu.

—¡Ay! Eso me dolió hasta a mí.—dice Yeeun y Elkie frunce el ceño molesta.—Bueno, las dejo a solas.—Yeeun se aleja de ambas.

Elkie observa hacia el auto aparcado frente a la cancha. La puerta del auto se abre de repente y Nayeon se asoma.

—¡Tzuyu, tengo hambre!—grita Nayeon—¡Date prisa!

—Lo siento, me tengo que ir.—le dice Tzuyu y se encamina hacia el auto.

—Ella siempre fue un mal tercio.—piensa Elkie en voz alta.