—Sí.—afirma—Tzuyu, llevo sintiendo lo mismo hace unos meses.— responde Nayeon.—Cuando estabas con Elkie, me mataba la idea de que te olvidaras de mí.

—Nayeon…—pronuncia Tzuyu, pero ella impide que su amiga continuara hablando, se acerca un poco a Tzuyu.

—Esperaré lo suficiente, para probar tus labios.—le susurra.—pero cuando llegue el momento, notarás que mis labios no van a mentir.— Tzuyu no sabía qué responder ante las palabras de Nayeon, solo se mantuvo en silencio y sonrosada.

Nayeon se levanta y se encamina hacia la puerta.

—¿Ya te vas?—pregunta Tzuyu un poco nerviosa.

—Sí.—afirma con una sonrisa.—Me voy feliz, feliz porque ya se aclararon las cosas entre nosotras.

—¡Espera! ¿Me puedes dar un beso?—Nayeon la observa sorprendida y se acerca poco a poco hacia su amiga.—En la frente o en mi meji… —Tzuyu siente los labios de la coreana en las comisuras de sus labios.

—Déjame elegir esta vez dónde quiero besarte.—le dice ella y se despide con una guiñada, Tzuyu se cubre nuevamente con la almohada, se siente más avergonzada de lo normal.

Nayeon abre la puerta topándose con Jihyo.

—¡Hola Nayeon! No sabía que estabas aquí.—le dice ella.

—Yo tampoco sabía que vendrías.—responde.

—¿Qué le pasa a Tzuyu?—Jihyo la mira con preocupación.

—Acabamos de practicar el beso negro, muy pronto se le pasará.— bromea Nayeon y se va.

—¿Beso negro?—le pregunta Jihyo a Tzuyu.—Bueno, al menos tu trasero ya besó.—le quita la almohada y le da con ella en la cabeza.

—¡Ay, idiota!