
Perdón
Todos volvieron a sus hogares, a Pigsy no le importo mucho que Crimson siguiera con ellos, dejándolo dormir en la habitación de MK, él agradeciendolo con todas las palabras que conocía y abrazandolo por segunda vez desde que lo conoció. Prometió que contestaría todas las preguntas una vez que se sintiera descansado y en mejor estado.
MK se dió un largo baño, lavando sus heridas con cuidado y agradeciendo que sus poderes hacian que se curarán más rápido. Vendo sus lastimaduras y camino hasta su habitación, escuchando voces salir de esta y quedándose cerca para saber quiénes eran.
–Pero ya encerio, no vuelvas a aparecerte así, me asustasté– era la voz de su amigo, notoriamente alertado.
–Ya te pedí perdón chico, no lo volveré a hacer– Wu-Kung estaba con él.
–Okey... ¿Que haces aquí?– la pregunta no fue brusca, pero el enojo estaba escondido, algo difícil de notar pero fácil de entender. Crimson recordaba perfectamente lo que el mono le hizo a su amigo, recordaba las torrenciales lágrimas y lo poco que podía entender de él.
–Queria saber cómo es que te uniste a esta familia– su voz demostraba la curiosidad, MK no podía ver el rostro de su maestro pero podía imaginarse la extraña cara que ponía y sus brazos cruzados, quizás hasta sentado en su nube por culpa de las heridas que apenas lo dejaban moverse.
–...¿Desconfías de mi?– podía verlo en su rostro, el cejo fruncido lo delataba.
La cola del dios se agitó suavemente como una prueba de aquello –Fue el día en que peleaste con MK– la exprecion del dios se relajo, recordando las cosas que había dicho su chico y como solo se centro en las verdades que había soltado del él. Mandando un feroz golpe que de suerte MK pudo esquivar –Estaba caminando por los tejados para ver si encontraba algún lugar para descansar cuando lo ví, balanceándose como un niño pequeño sobre el techo de un edificio, murmurando súplicas de que se detuviera y llorando por el dolor. No quise dejarlo así, note su dolor corporal y mental, recuerdo cómo se siente, esa orrible sensación de que no sirves para nada y te gritas a ti mismo que eres un pedazo de porquería... – hizo una pausa para verlo, notando su cara de incomodidad y comprensión, sabiendo que eso había sido por su culpa –Yo aún no he desarrollado correctamente la apariencia humana, así que mi Glamour no funciona muy bien, y sabiendo que el chico lo que menos nesesitaba era un susto al ver a un demonio acercarse creí que sería... Más apropiado usar al linze... Aunque ahora que lo digo en voz alta suena estúpido, era mi única alternativa, solo se transformarse en mi animal, el resto de los otros me cuesta y eso que tengo bastante poder.– hizo una pausa, mirando de reojo como el dios parecía relajar su desconfianza a medida que hablaba –Despues de transformarme llame su atención y paso justo lo que esperaba, MK no supo cómo reaccionar...– siguió contando desde entonses, sin parar o quitar un solo detalle para que el mono le creyera. –...Cuando estaba por irse desidi seguirlo, sabia que no se mejoraría del todo en tan solo unos días, quería ayudar, así que me subí a su nube y él no me bajo. Estoy seguro que Pigsy se quiso arrancar la cabeza cuando se dió cuenta que no se podria negar mi presencia– sonrió al recordar su cara –Entonses aquí estoy– contó algunos susesos con cada uno, mostrando el porque lo querían tanto sin darse cuenta realmente. Solo queriendo contar lo feliz que estubo en esos entonses.
Monkey King suspiro cuando terminó, entendiendo por fin porque todos parecían tenerle tanto cariño. Se rascó la cabeza, imaginando él dolor que el menor debió haber sentido cuando le resfrego en al cara todos los errores que habia cometido, sintiéndose extrañamente agradecido de que su contraparte se hubiera ofrecido a entrenarlo mientras él aún se intentaba tragar el orgullo para pedir perdón.
–Gracias... Por cuidarlo y ayudarlo– dijo rompiendo el cilencio que se había creado. Sintiéndose fatal –Deveria disculparme–
–Él está qui– dijo de pronto. MK sobresaltandose al escuchar eso ¿Desde cuándo lo sabía?.
Se alejo de la puerta al escuchar pasos acercarse, sonriendo con nervios al ver cómo Crimson le abría la puerta y lo miraba por unos segundos antes de sonreír, en un intento de no mostrar sus ganas de reír.
–Chismoso– Rió el linze, aciendose a un lado para que el chico pudiera pasar, revolviendole el pelo húmedo una vez que lo tuvo serca, sonriendo al oírlo reír –Los dejaré solos– dijo saliendo de la habitación.
–¿¡He-e!? ¿Por qué?– pregunto MK antes de que cerrará la puerta. Sabiendo a qué se refería pero sin querer enfrentarlo todavía.
Crimson noto su nerviosismo y lo miro por solo unos segundos.
–... Ven con migo un segundo– pidió posando una mano detrás de la espalda ajena –Tú quédate aquí, y dónde te mueves te buscaré y te arrastrare hasta que te trages los kilos de orgullo que te sobran– lo miro con los ojos entreserrando, teniendo en claro que el mono era capaz de uír en esos momentos.
Wu-Kung suspiro, sabiendo que aquello era más una promesa que una advertencia, a demás que no podría resistirse en su estado actual.
Crimson salió junto con MK y cerró la puerta tras él.
–MK– lo miro, notando como el mencionado lo miraba con ojos grandes y brillosos, no supo en que momento se aguanto las lágrimas pero no pudo evitar preguntarse si fue porque él hablo o porque estaba Wu-Kung –Sé que te da miedo hablar con él, pero no puedes ocultarte para siempre– no fue frío pero si directo, haciendo que, sin darse cuenta, a MK se le sacudiera algo dentro, recordandole siertamente a Macaque –En algún momento tendrán que hacer las pases, y ese idiota debería de aceptar el estúpido error que cometió al gritarte...– había levantado la voz, esperando que el que estaba del otro lado lo escuchará. Wu-Kung agudizó el oído cuando los escucho– No puedes atrasar ese momento cuando tienes la oportunidad, en algún entonses tendrás que entrenar con él porque eres su sucesor, y no quiero que vallas con el miedo de ser golpeado cuando es tu propio maestro y alguien de familia, no quiero que vallas con el miedo de sentirte inservible devuelta... Y se que él tampoco. MK, está bien sentir miedo, pero no tienes por que tenerlo– pero si lo tenía, tenía miedo de volver a enojar a su maestro, de volver a fallar. Extrañaba entrenar con él, escuchar sus carcajadas sin burla cuando comete un pequeño error o decía un chiste sobre el momento, reír con él y compartir diálogos mientes entrenaban.
–Yo... Quiero volver a estar con él pero...– su voz se quebró, sintiendo él horrible dolor del nudo en la garganta.
Sintió los brazos de Crimson rodearlo y consolarlo con su ronroneo, él ahogando sus llantos y diciendo las razones por las que quería volver.
–Pues eso mismo tienes que decirle... Uno de los rumores más grandes y famoso que hay entre los demonios es que el Gra Sabio, como se supone que debería ser,– escucho la debil risa de su amigo amortiguada en su hombro, sabiendo que eso era una pequeña victoria –Le tiene gran amor y cariño a su susesor. Y sabiendo lo exajerado y maricon que es probablemente lloré como loco cuando te pida perdón y tú lo perdones– MK quizo ocultar sus mejillas ardientes y su enorme sonrisa en el hombro ajeno, pero Crimson lo noto cuando lo miro de reojo. –Asi que no te asustes, él aceptara su error como debe ser al igual que tú. Ambos podrán sentirse bien después de esto, te lo aceguro– se separó del chico para verlo a la cara, viendole los ojos irritados e intentando no hacer un puchero cuando vio que su tristeza aún seguía presente en su rostro, pero supo que el tarado que está en la otra habitación lo arreglaría... Al menos eso esperaba. –¿Estás mejor?– se inclinó ligeramente, así poder mirarlo directamente a la cara sin nesesidad de que el chico levantara la mirada para verlo.
MK asintio, sintiéndose mejor ante las palabras de su amigo y abrazandolo nuevamente.
–Gracias– dijo apretandolo con fuerza, esperando que así podría demostrar su cariño y gratitud.
–De nada Monkey– MK río ante el apodo –Ahora ve– seco las lágrimas ajenas y le abrio la puerta, el chico sonriéndole y está vez dejándolo cerrar la puerta.
Miro a su maestro, quien tenía la cabeza baja y se negaba a mirarlo, con los ojos humedesidos, notando que intentaba retener sus lágrimas.
–Monkey King– el mencionado levantó la mirada pero no la cabeza, viendose como si fuera un cachorro siendo retado por su dueño –No debi haberte dicho todo eso ante, debería de averme calmado e intentar justificarme en vez de gritar así, lo siento mucho...– sus ojos se volvieron a umedecer –Yo... Te extrañe mucho Monkey King... De verdad te extrañe mucho y... Y siento haberte desespcionado esa vez, lo siento de verdad y me gustaría volver a entrenar... A pasar el tiempo juntos y reírnos como antes pe-pero tengo mucho miedo de que te vuelvas a enojar– solloso, las lágrimas cayendo por sus mejillas pero no las detubo – No quiero volver a desepcionarte– se detubo ante un sonido en particular, mirando a su maestro al oírlo sollosar.
Se tapaba la cara, intentando de ocultar como sus lágrimas caían con rapidez, su nube pareciendo achicarse de pronto.
–Kid– su voz estaba rota, forzada para que el nudo en su garganta no se apoderara de él –Yo no debi... Haber intentado... Golpearte. ¡Pude haberte matado con ese golpe!– soltó de pronto, cerrando sus ojos y abriendo su boca lo más posible solo para que se oyera, ignorando por primera vez como las lágrimas caían veloces por su rostro y chocaban contra el suelo. –¡Solo me consentre en mi orgullo herido y casi te mato! ¡Y aún así tú me extrañaste! ¡Aún así quieres volver a entrenar con migo incluso teniendo miedo! ¡Soy un monstruo y lo siento mucho MK! ¡LO SIENTO!– era la verdad, era la más cruel verdad que pudo admitir, lastimar a su alumno solo porque dijo la verdad. Tomo aire para que no se le acabará, escuchandose la dificultad que tuvo para lograr aquello. MK lo miro con lágrimas resbalando por sus mejillas, quería mucho a su maestro y no lo quería ver llorar así, pero sabía que era correcto dejarlo, que era mejor dejarlo desahogarse –¡Lo siento mucho MK! ¡No debí aberte dicho todo eso! ¡Debí aberme dado cuenta de lo mal que estabas! ¡Fui un idiota! ¡No debí gritarte! ¡No debí, no debí, no debí!– se agarró el cabello al ras del cuero cabelludo, tiroñandolo en un acto inconsciente.
MK se acercó apresurado para detenerlo, notando como se lastimaba.
–No hagas eso Monkey King. Te lastimas– agarro sus muñecas, logrando que él dejará de tiroñarse y lo mirara con dolor, solo llorando más al notar la amabilidad de su alumno.
–Es lo que me merezco, merezco que me encierren en lo más profundo de un volcán y que nunca pueda salir por todo el dolor que te he echo pasar, y no solo por esto, te lastime tanto MK, y tú me siges sonriendo y queriendo como si nada hubiera pasado– no entendía como el chico podía ser así, perdonandolo tan fácilmente y sonriendole a todos.
–Edo ya pasó, ese pasado deveria aberse convertido en una enceña– abrazo a su maestro, sintiendo como la tencion en su cuerpo de relajaba pero no lo abandonaba –Yo te perdono–
–¡No deberías!– y a pesar de eso, lo abrazo, llorando en su hombro y divagando de todo el mal que le había echo, de todos los castigos que debería resivir en consecuencia y cuan agradecido que estaba con él por perdonarlo, sin olvidarse de decir que él también lo perdonaba pero agregando que no debería haberse disculpado, sorpendiendose de si mismo al notar con la facilidad que trago su colosal orgullo, sintiéndose bien después de las disculpas y el llanto compartido.
En algún momento, sin darse cuenta, se acomodaron de tal forma que el dios acunaba a su cusesor en su regazo, ambos felices de poder disculparse. Monkey King sintió a su alumno dormirse, acomodándolo y durmiendose con él sobre la cómoda nube.
En el techo del departamento Macaque estaba recostado, sus seis orejas a la vista, los ojos brillosos por lágrimas que se negó a derramar. No solía ser alguien demaciado empático, pero eso le estrujó el corazón.
–Cursiiiiis~– canturreo para si mismo, sonriendo al saber que su contraparte y su chico ya habían hecho las pases.
Se levantó y se estiró, cerrando los ojos y solo entonses pequeñas lágrimas resbalaron, solo para ser removidas al instante. El mono bostezo undiendose en una sombra al estar satisfecho.
Mientras tanto Crimson entro a la habitación cuando escucho un ronquido, notando entonses que ambos estaban dormidos, sonrió, agradecido de que todo aya ido bien. Corrió la nube hasta ponerla sobre la cama, sabiendo que si uno se caía aterrizaría en esta. Pero no noto que despertó a uno de ellos.
Antes de irse, sintió algo rodeando su muñeca, confundido y desconsertando al darse cuenta que era la cola de Monkey King, lo miro, dándose cuenta que él tenía los ojos entreserrando para verlo, mostrando a medias lo enrojecidos que estaban.
–¿Monkey King?– pregunto cuando el agarre en su muñeca se volvió más fuerte.
–Tu también ven aquí– dijo despues de suspirar, ignorando el grito ahogado que salió de Crimson cuando lo jaló hacia él, acomodándolo a su lado y acariciandolo detrás de las orejas en una forma de agradecer su ayuda –Gracias–.
Crimson no supo si quedarse o irse, sintiéndose raro al resivir tal afecto, pero lo aprobecho, recordando que nunca había dormido abrazado con alguien, sintiendo una calidez creciendo en su cuerpo cuando empezó a dormirse.
Nota: no tienen idea de cuánto llore con este y el anterior capítulo.
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