Momentos part2
Pigsy estaba tranquilo haciendo su trabajo, tarareando una movida melodía al cocinar, terminando con rapidez todos los tazones de fideos que los clientes pedían sin ningún problema, amaba su trabajo y es por eso que no quería a Crimson en su cocina, temiendo que pudiera molestar o estropear su trabajo con su pelaje o encuciar el suelo con sus pisadas. La primera vez que lo vio le ordenó que saliera, el felino sintiéndose ofendido pero haciéndole caso, entendiendo cuales eran las intenciones de chef.
Para su alivio el linze no volvió a intentar entrar, aunque había notado una vez que le faltó la mitad de un solo ingrediente, siendo este el tomate, por alguna extraña razón a Crimson le gustaba mucho esa fruta y cada que podía probarla lo hacía, sin importarle mucho los reclamos.
Escucho un grito aterrado, él se acercó a la mesada, siendo apuntado de repente con un arma, él levantando las mamos lentamente dándose cuenta que era un robo, maldición, MK estaba entrenando con Macaque, Mei o Tang no estaban y él no tenía poderes de algún tipo, estaba en desventaja.
–¡El dinero! ¡Ahora!– se escucho un disparo y los gritos de la gente, su acompañante había disparado por pura diversión –¡No gastes las balas idiota!– ordenó al notar esto.
Pigsy trago en seco, estaba acabado.
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Crimson levantó sus orejas con alarma al oír los gritos y el disparo, levantándose de un salto al entender lo que susedia y empujando la puerta con fuerza para no nesesitar abrirla con la manija, gracias a dios que MK considero que su amigo felino no bajaría en horas de trabajo y no cerró la puerta con llave.
Corrió escaleras abajo, frenando al pie de estás y erizando su pelaje al ver que eran dos, un gruñido profundo pasando por su garganta y saliendo de su boca, mostrando sus afilados colmillos y haciendo que los ladrones se volgearan a verlo, uno de ella retrosedio, temblando lijeramente al notar que era un animal peligroso.
–¿¡Que esperas!? ¡Dispara!– ordenó el que apuntaba a Pigsy, este último volvió a tragar pensando que esto no acabaría nada bien.
El acompañante le apuntó pero Crimson no se movió, notando que apuntaba a una dirección en al que él no estaba. Escucho el disparo, dándose cuenta que le había dado al marco de la puerta, su gruñido se volvió entrecortado, haciendo que se escuchará como una risa y sonrió, mostrando sus colmillos, sus ojos carmesí viéndose más relucientes y brillosos. Ambos temblaron ante esto, notando que ese felino no era nada normal.
Los colmillos parecieron volverse más grandes y afilados, en un abrir y cerrar de ojos se avalanzo hacia quien apuntaba a Pigsy y le dió un orrible sarpazo en el rostro, manchando sus garras de sangre y resiviendo una patada en el estómago, probocando que cayera hacia atrás, se levantó rápidamente, esquivando el disparo que le fue dirigido y notando como el cerdo lo defendía dándole un fuerte golpe en la nuca con el palo de amasar, logrando desmayarlo y que cayera al suelo.
Crimson mordió el tobillo del que estaba por uír y este grito con dolor, cayendo al suelo y siendo aficciado por el peso del animal sobre él. Las personas que pudieron reaccionar llamaron a la policía y otras habían grabado todo lo sucedido desde que él linze apareció.
Las autoridades no tardaron mucho en llegar, llevándose al inconsciente ladrón y al herido y temblante acompañante. Felicitaron al chef y al animal por la valentía y se largaron.
–Bien hecho Crimson– le dió unas palmadas en la cabeza y el felino ronroneo feliz de poder ayudar. Quizás seria buena idea dejar que el animal estubiera en la cocina en horas de trabajo o custodeando la puerta. –¿He?– Noto como algo se acercaba a gran velocidad, algo resplandeciente y de color verdoso. –Ho... Que rápido se entera– rodo los ojos, sintiendo una fuerte ráfaga de viento y viendo cómo Mei se bajaba de la moto para ir directo a mimar al animal.
–Hiiiiii– chillo con emoción la chica –¡Eso fue genial!– se despegó de Crimson solo para mirarlo a los ojos y agarrar las mejillas del felino con ternura –¡Eres todo un héroe! ¡Incluso todavía tienes su sangre!– noto como una línea del líquido rojiso escurría por el labio inferior del linze, manchando apenas su pelaje. –Esa mordida debió doler feo– rió, notando como Crimson parecía sonreír ante su comentario.
Pigsy rodo nuevamente los ojos, viendo cómo su sombra se volvía lentamente más oscura.
–¿Le hablaste a MK?– pregunto levantando una ceja, sabiendo quien saldría de ahy.
–Obvio~– canturreo la chica, la cola del felino moviéndose de un lado a otro con felicidad al entender que ya venía.
–¡Crimson!– soltó MK abriendo sus brazos, orgulloso y feliz de su mascota, Macaque detrás de él mirando la escena con diversión.
El felino se lanzo a los brazos de su dueño con felicidad.
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Ne Zha no se esperaba para nada encontrar a un linze en una de sus vicitas hacia la tienda de fideos, no solían ser recurrentes, por esto no se enteró antes. Crimson y el príncipe crusaron miras, ambos sin saber si confiar en el otro.
–¡Ne Zha!– el mencionado se sobresalto ante esto, teniendo que aguantar el repentino peso sobre él y corresponder el fuerte abrazo.
–Hey. Cuánto tiempo ¿He?– desvío su mirada de MK para mirar al linze, el cual le devolvía la mirada pero ahora sin rastro de desconfianza, guiado solo por la actitud del chico.
–Ne Zha, él es Crimson, mi mascota– presentó el chico una vez que lo soltó. Riendo ante la confucion estampada en el rostro de su amigo.
–¿“Mascota”?– los celestiales solían tener de mascota a animales mucho más peligrosos que ese. Pero MK no era un celestial y estaban en el reino humano, era extraño en su opinión que humanos tuvieran semejantes animales de mascota.
–Bueno... Prefiero referirme a él como mi amigo– explico acercandose y haciendole mimos a Crimson. Quien ronroneo ante las caricias. –Pero técnicamente es mi mascota, aunque algunas veces pienso que es humano, se comporta raro algunas veces– rió al recordar las cosas raras que sus amigos le habían contado que vieron al felino hacer. Incluso él noto algunas veces lo raro que era su amigo.
–Con qué así– levantó una ceja, notando como el animal lo miraba con tranquilidad.
Se quedó un rato más con ellos, vigilando los movimientos del animal de vez en cuando mientras escuchaba lo que le decía Tang, ahora sabía que Crimson había ayudado mucho a MK con sus repentinos ataques de anciedad y pánico y muchos otros problemas, incluso ayudándolos a ellos con pequeños inconvenientes y distracciones.
En un momento, dónde el príncipe terminaba de comer su tazón de fideos, sintió la mirada del felino, voltenadolo a ver, los ojos carmesí chocaron con los rosados de él, formando un extraño contacto visual entre ambos pero sin ser realmente incómodo.
–¿Susede algo?– pregunto sin esperar una respuesta, viendo cómo Crimson agitaba la cola con un sentimiento que no pudo identificar.
–Se comporta así cuando está curioso– comento MK divertido, notando la confucion en el rostro de su amigo.
–¿“Curioso”?– pregunto volteandolo a ver.
–Bueno, le conté muchas cosas de ti, inclullendo tus poderes, puede ser eso lo que quiere saber, pero no sabe cómo pedirlo– su sonrisa pareció culpable y divertida, desviando la vista hacia Crimson quien había pegado un salto a su regazo, él sin sentir ninguna molestia o peso gracias a sus poderes.
–¿Quieres ver mis poderes?– sonrió al resivir un ronroneo como respuesta, entendiendo a lo que se refería, nunca había lidiado con un animal como este, aunque dudaba realmente de que fuera un linze.
Pero en realidad no le importaba mientras que las intenciones no sean otras que ayudar, así que unió las palmas de sus manos, a los pocos segundos, algo brillo en el interior de la especie de cuna que formó con sus manos, formándose algo lentamente de un hermoso color rosa, solo para terminar convirtiéndose en una bella flor de loto, con pétalos que empezaban en un pálido rosado hasta volverse muy intenso en las puntas, dejando una especie de aura al rededor de la flor.
Crimson abrió los ojos de par en par, tocando el loto con su hocico y moviendo su cola con gusto, sin oler nada pero fascinado con la magia del principe.
–¡Le gusta mucho!– rió MK, acariciando la cabeza de su amigo, el cual no dejaba de mirar la flor encantado.
–Eso párese– coincidió Ne Zha sin poder evitar reír ante la exprecion del felino.
Crimson tocó el loto con una pata y pareció sonreír al centir la suavidad de los pétalos, empujó suavemente las manos del principe, dando a entender que quería que continuará.
–¿Quieres que haga algo más?– pregunto solo para sarsionarse. Resivio un asentimiento del felino, definitivamente era muy humano, aunque estar rodeado de tantos pudo haber hecho que adoptara algunos hábitos –Bien– está vez, dejo la flor en la mesada y de sus manos salieron millares de pétalos de un hermoso color rosa, teniendo a su alrededor una encantadora aura brillante. Los pétalos inundaron en poco tiempo todo el lugar y salieron por las ventanas, dejando que se alejaran volando y repartiendo confucion y fascinación para todos los que los veían.
El linze se bajó de pronto y empezó a atrapar los pétalos con las patas y algunas veces con la boca, escuchándose el sonido de los dientes chocando entre si, pero ninguno se quejo al verlo jugar de esa forma, tan entretenido y divertido. MK no pudo evitar sumarse, atrapando los pétalos con facilidad y agilidad junto con su mascota, riendo cuando ambos se chocaban y atrapaban uno al mismo tiempo.
Ne Zha sonrió, no iba a negar que ese linze le caía bien, sospechaba, pero aún así, sabía que podrían llegar a llevarse bien.
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Una o dos veces a la semana Macaque se presentaba en la habitación de MK con la única intención de contarle historias. Aquel gesto se volvió algo cotidiano, comenzando solo por una simple petición del chico y convirtiéndose en algo un poco más sentimental y cariñoso.
Aunque ahora que estaba Crimson era un poco diferente, el felino siempre estaba sobre el regazo del chico, distrallendolo algunas veces sin real intención de molestar, pero Macaque se molestaba ante esto, teniendo que pedir atención cada dos por tres, incluso faltando algunas veces ante los cuentos, pensando que el chico estaría más entretenido jugando con su mascota que escuchando sus historias. Aunque no imaginaba que MK siempre tenía la esperanza de que llegaría en cualquier momento y solo estaba retrasado, chillando de emoción al verlo aparecer pero sin poder evitar distraerse ante las tonterías que hacía Crimson.
Se había sentido celoso en un momento, intentando de ignorar la cituacion y seguir contando, pero parecía que Crimson no quería cooperar mucho.
Un día se decidió por fin, apareciendo en la habitación del chico mientras esté repartía pedidos. Se sentó en la cama de piernas y brazos cruzados, mirando al animal que le devolvía la mirada.
–Aclaremos algo– dijo de repente, sabiendo que no se quedaría ahí todo el día –Has estado distrallendo mucho a MK cuando estoy– Crimson no nesesito de explicaciones más detalladas para entender a qué se refería –Y detesto que así sea, no puedo terminar mis historias y tengo que dejarlas a la mitad por tu culpa. No se que demonios quieres si estás todo el día con el chico, atención te sobra, así que deja de quitarme la mía–. Se sintió extraño pedir eso, pero se estaba artando de que sucediera lo mismo.
Crimson inclinó la cabeza hacia un costado, notando como el mono frunció el ceño ante esto, creyendo que el animal se hacia el idiota.
–No te hagas– gruño, visiblemente molesto –Se que entendiste perfectamente. No eres un linze normal, eso es obvio. Pero tú tienes que empezar a dejar de ser tan egoísta– el animal se levantó, caminando con paso tranquilo pero su cola se movía con algo que el mono pudo identificar como vergüenza. Enarco una ceja, notando entonses el brillo de tristeza que tenían los ojos de Crimson.
Levantó sus patas delanteras y las colocó sobre la cama estando delante de Macaque, una vez que estubo lo suficientemente serca apoyo su frente sobre la rodilla ajena, ronroneando, pero su ronroneo sono débil y extrañamente angustiado.
El mono lo miro sorprendido, sin saber que hacer exactamente, no se esperaba eso. Levantó una mano dudoso, acariciando lentamente la cabeza de Crimson, él no hizo amage de levantarla, conformado por el toque del mono.
–¿Es un trato? Tu me dejas contar y yo me voy una vez que terminó, ambos felices– Crimson levantó la mirada, saltando hacia la cama y acercando su cabeza tentativamente hacia el regazo de él. Macaque lo penso, pero dejo que se apoyara con una suave caricia en la cabeza.
El animal comenzó a ronronear suavemente, está vez sin su consentimiento, pero no pareció importarle y disfruto de los ligeros mimos. Macaque suspiro, dejándose llevar por el suave pelaje.
Por lo menos ya no habría problemas entre ellos.
Al día siguiente, el mono apareció en la habitación de MK junto con su linterna, dando a entender que le contaria una historia, el chico estaba muy emocionado y dejo todo a completas oscuras y Macaque se dispuso a relatar mientras observaba como el menor se acomodaba, con Crimson está vez estando al lado del mono y escuchado atento. Solo intentando de no volverse un estorbo en algún momento.
Cuando terminó, el chico le pidió que volviera lo antes posible y el mono prometió que eso aria, pero antes de irse sintió una jalada en su capa, volteandose a ver y notando que Crimson agarraba la tela con los dientes, en un gesto muy insistente.
–¿Quieres... Que me quedé?– creyo haber entendido mal, pero pestaneo confundido y sorprendido cuando la cola del animal se movió con entuciasmo. –Yo... Tengo un poco de tiempo– en realidad, tenía todo el tiempo del mundo.
MK le pidió que contara otra historia aprovechando que se quedaría un rato más, el mono teniendo que improvisar está vez pero sin costarle realmente mucho, feliz de poder recompensar un poco sus caprichos. Sin darse cuenta, el linze se había movido a su lado y apoyado en su regazo, él comenzando a rascar su cabeza distraídamente mientras contaba.
El chico aprovecho y decidió sacar una foto ante esto, mandandosela a Mei y silensiando su teléfono de inmediato para no distraerse de más.
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