Capítulo 5: Mi Otro Yo
12 de diciembre de 2023
Linka veía la hora, no faltaba mucho para las 5:00 P:M. Supuso que había de irse por el patio trasero y hacer funcionar el reloj allí. Pero antes, quería despedirse de las chicas, un simple adiós no estaba mal. Subió las escaleras, donde yacían sus hermanas.
Linka: Chicas, debo irme. Es... a otro viaje, comprenden?
Lori: Sí, entendemos mejor de lo que crees ―guiño―.
Linka: Entonces, fue un gusto. Cuídense.
Luna: Lo mismo decimos, hermanita ―guiño―.
Linka: Muy bien.
Linka giró en redondo, encaminándose abajo, pensativa sobre las miradas de sus hermanas. Algo en ellas le hizo sospechar seriamente por un segundo que sabían todo.
*¿Linka, estás segura que quieres volver con los mugrosos hermanos que tienes en la otra dimensión?
Se perturbó pensando así. Cuando iba a por la puerta, se dió cuenta que del otro lado alguien más la estaba abriendo. Había de ser su otro padre o su otra madre, pero...
El individuo que abrió la puerta era un niño, también albino. Sus rasgos coincidian, era como verse a un espejo, un espejo que la refleja como hombre, aunque él carecía de sus pecas. Se observaron atentamente sin articular nada, como si viesen un fantasma o simplemente escudriñándose entre sí. Y como si de nuevamente un espejo se tratase, ambos realizaron una serie breve de movimientos lentos y errantes para examinar que hacía el otro. Cuando Linka abrió la boca para enseñar sus icónicos dientes grandes semejantes a los de un conejo, el chico no se movió a su mismo tiempo, sino que la imitó, después de ella, a consciencia esta vez.
―Quién eres tú? ―hablaron al unísono.
Linka tenía claro quien era ese niño desde el primer momento, era obvio. No obstante, era curioso verse a sí misma en la otra dimensión. Por las palabras de Levi, no parecía que existiese ella misma en el otro mundo. Todo era confuso en esa instancia. Si había una versión chico de ella y para su otra familia ella era una hermana más, ¿para su otro yo quién sería?, ¿una completa desconocida? Su sexto sentido le sugería desesperadameente que había de salir de allí cuanto antes.
Linka: Oh, disculpa. Soy amiga de Lucy, venía para hablar con ella, pero ya es hora de que me vaya.
Él la observó con ojos entrecerrados, como si tramase algo, pero no parecía muy interesado. Se apartó por fin de la penumbra, dejándola pasar. Sin más, su otro-yo la dejó, adentrándose en su vivienda.
Linka corrió hasta el patio, reflexiva del visitante. Sacó del bolsillo la pulsera y abrió el portal. Cuando regresó a su mundo, abrazó al primer hermano que vió. Buscaba a Levi para tocar el tema, pero no estaba. Seguro fue a atender algo con sus colegas de laboratorio, se dijo a sí misma.
*Escena eliminada del capítulo 4, a continuación, procederás tu lectura con el cap 5:
En el asilo La Mansión Retiro estaba Lincoln Loud de visita. Quisó un fin de semana para él solo con su abuelo Albert.
Albert: ¡Jaque mate!
El abuelo anotó un punto más a su favor en el conteo de victorias.
Albert: ¿Quieres intentarlo una vez más o temes perder por quinta vez consecutiva? ―sonrió desafiantemente.
Lincoln: Está bien, ya es demasiado. Pensaba en que ahora podríamos jugar Monopoly. Pero no me lo llevé. Puedo ir en autobus por él? Compré una edición especial de Scooby Doo.
Se fue no sin una de las 2 copias de las llaves de su hogar, trajo una. No ocupó más de 25 minutos en regresar. Cuando abría la puerta sin haber llamado para avisar a su familia de su breve regreso, fue cuando la vió por primera vez. Volvía a casa solo para tomar un juego de mesa, ¿y qué hallaba? ¡A una niña idéntica a él! ¿Desde cuando tenía gemela? Como sea, ella lo evadió sin extender su conversación. Cerró la puerta detrás de él y caminó hasta el pasillo del segundo piso. Gritó para llamar a sus hermanas.
Lynn: ¿Lincoln? Creía verte mañana, no hoy.
Lincoln: Solo vine por algo. De cualquier modo, ví a una niña bastante parecida a mí. Dijo que era amiga de una de ustedes, pero parecía más mi gemela. ¿Alguien tiene que decir algo? ¿No tenemos una pariente de la que yo no sabía nada?
Sus consanguineos palidecieron.
Luna: Dices que viste a...
Luan: Jaja, ya sabes lo que dicen: la imaginación te hace ver cosas.
Leni: como que... ―es silenciada por Lori.
Lincoln: Y bien?
Lucy: Es una amiga, como decía. Era mi invitada. Hay muchos en el mundo como para que no haya nadie parecido a ti.
Lori: Además, literalmente solo se parecen en ser albinos, no son tan iguales.
Lincoln: *Conozco bien mis rasgos faciales*. Bien...
Cuando interrogó a sus padres por aquella chica misteriosa, no recibió una respuesta diferente. Su madre palideció por un segundo y su padre hizo una expresión de sorpresa. Se sintió un poco tonto al pensar detenidamente en el asunto. Era una visitante, sí, y qué más? Nada... Un poco extraño que una niña de 8 años traiga a una 3 años mayor a la casa, pero Lucy conocía a una niña llamada Haiku, que apenas parecía un año menor que él, así que nada nuevo en realidad. No obstante, no muchos días después Lisa interrumpió su lectura para abordar una vez más el tema.
Lisa: Hermano mayor, dudaba un poco de si hacerlo o no. Sonaba a una tontería, pero dado a que presumiblemente no traeré ninguna consecuensia negativa su presencia...
Ella sacó de su bolsillo un curioso reloj.
Lincoln: Y bien?
Lisa: Recuerdas a la chica que viste el otro día?
Lincoln: Oh, ella...
Lisa: Bien, creo que ella podría ser la amiga que buscas. Sin embargo, resulta que tu parecido con ella no es una coincidencia...
Lincoln: ¡Ja! ―se levantó de la cama abriendo los ojos como detectivo suspicaz al descubrir algo―. Entonces dices que ella sí tiene un parentesco con nosotros.
Lisa: No exactamente ―se acomodó los lentes―.
En los siguientes minutos Lincoln estaba hablando con una científica que harta de no descubrir nada interesante, empezó a delirar, cayendo en una fantasía que le deslumbraba el descubrimiento de mundos alternos. Al menos esa era la sensación que Lisa le infundía por un momento. Pero no descartaba rotundamente la existencia de ese maravilloso fenómeno que le estaba describiendo. Le pareció un poco infantil que hayan traído a esa chica solo para que pudiera vivir en carne propia lo que es tener hermanas en vez de hermanos. Quizá él en el fondo también quería que sus consanguineos comparten el mismo sexo, pero no se comprendía tanto para saberlo o tarde o temprano lo hubiera deseado. ¿Si Linka quería hermanas en vez de hermanos, él no debería querer hermanos en vez de hermanas? Es curioso. Por último, si él buscaba un amigo, ella también había de hacerlo. Es más, ¿no eran las niñas más sociales?
Lincoln: ¿Dices que piensas traerla para conocerme?
Lisa: En efecto.
Lincoln: No sé si va a resultar.
Lisa: Si temes que sean tan idénticos entre sí, adicional a que tú eres hombre y ella mujer, examinando su comportamiento, he dado con que ciertamente sus personalidades son diferentes. Tendrán cosas en común de todas formas, pero ella parece ser más alegre o entusiasta que tú. Tú eres más serio, resaltando no solo porque los hombres sean menos alegres. Y no te imagino interesado en viajar a otra dimensión solo para experimentar tener hermanos en vez de hermanas, pero ella a su modo sí. Cuando interactuaba con Linka, no sentía que sea un retrato perfecto de tú como fémina. Y, ¿ya mencioné que ella tiene 11 como un año menor que tú? Probablemente también es más sociable, pero incluso así quizá no le moleste.
Lincoln: Bueno, pero, no entiendo. ¿Si... somos la misma persona, de cierto modo lo somos, nuestras personalidades no deberían ser muy similares o idénticas?
Lisa: ¿No has visto ya antes como en la serie de historietas que consumes Ace Savy no es el mismo en cada Tierra?
Lincoln: Bueno, eso lo explica...
Lisa: Como ya sabrás, ya hablé con mi homólogo para discutirle de la situación. No parece importarle que ustedes interactuen entre sí con nada más que fines amistosos. Aceptó. Hablará con su hermana. Esperaré la confirmación. Deduzco que te sentirás más a gusto si es Linka quien te visita y no tú a ella. Pero, ¿tú qué dices, hermano mayor?
Lincoln estuvo meditando la situación un momento. Validando que todo lo que decía era cierto y no estaba bajo el efecto de un delirio hambriento de grandes descubrimientos, encontraba aún más vergonzoso que ahora haya de pedirle a su hermana que buscara a un ser de otra dimensión para hallar a su amigo. Por otro lado, también pensaba que la idea es un poco perturbadora: verte a ti mismo en "otro ángulo". Pero... ¿qué más da? ¿Qué podría salir mal? Y nadie dijo que las juntas interdimensionales deben ser para algo super importante.
Lincoln: Está bien. No es mala idea... ―por un segundo agachó la cabeza ruborizado―. De quién fue la idea?
Lisa: De Leni. Al resto nos pareció cuestionable, pero terminamos acogiéndola en la lista de las pocas ideas que Leni ha tenido. Este viernes la verás, estimo.
Sin más, salió de su aposento, no sin antes cerrar la puerta. Lincoln estaba por detenerla para pedirle (o exigirle) que le coroborara de una vez la existencia de su nuevo hallazgo, pero, en último momento se convenció de permitirle enseñárselo cuando sea el encuentro.
Si es verdad lo que dice, tendré la cita más peculiar del mundo y la historia, concibió.
Me alegraría que si te gustó este cap, me apoyarás con un voto.
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