XVI
- ¡Carolina! - Una voz en el fondo me hizo reaccionar.
Era Diego quien subía corriendo las escaleras. Ya que quedamos a la mitad de ellas.
Francisco se levantó, éste me extendió una mano para levantarme, después Diego me tomó de la cintura para preguntarme si estaba bien, yo solo asentí.
-Muchas gracias, Francisco. Casi Carolina sufre un accidente.
Mau le agradecía, pero Diego no decía nada. Sus ojos estaban sobre mí, inspeccionando que nada me hubiera pasado.
-No fue nada, lo bueno es que no le pasó nada, ¿verdad? – Preguntó Francisco.
Me miró con preocupación, asentía aun aturdida. Asimilando lo que acababa de pasar.
-Sí, estaba distraída con el collar, que no vi bien las escaleras.
-Gracias, casi me quedo sin prometida.
Francisco asintió con una sonrisa fingida. Se giró y subió las escaleras, por esa razón me atrapó, se dirigía hacia arriba.
Nos fuimos a la mesa asignada. Pasó alrededor de una media hora y comenzaron a servir la cena. Era muy curiosa, pero se veía rica...y comestible. Si pudieran ver la cara de Mau sabrían que estaba hambriento.
- ¿Puedo acompañarlos?
Francisco se hizo presente e interrumpió mis pensamientos. Nuestra atención fue captada por él, mientras me observaba como si esperara mi respuesta.
-No - dijo Diego con frialdad.
-Sí puedes. Hay un lugar a un lado de Hortensia.
Apunté hacía la silla que estaba al lado izquierdo de ella. En acto seguido, se fue a tomar asiento sorprendido por como brillaba Hortensia.
- ¿Tú eres Hortensia? – Ella asintió.
Su rostro se tornó de color rojo, se había sonrojado. Sonreí victoriosa, se había fijado en ella.
-Viene conmigo, es mi amiga. No te puedes molestar con ella.
Le guiñé un ojo a Hortensia junto con una sonrisa de cómplice.
-Te ves muy guapa - le dedicó una sonrisa.
-Gracias - le devolvió la sonrisa.
Miré a Diego que estaba muy callado.
¿Estaría molesto por el accidente?
-Amor, ¿vamos a bailar?
Tomé su mano antes de que me respondiera, así que lo llevé a la pista y le sonreí.
Estábamos bailando las melodías de la pequeña orquesta que estaba ahí. Solo nos balanceábamos de un lado a otro. De vez en cuando me robaba besos, y me susurraba cosas hermosas al oído.
Cuando girábamos, veía como Francisco se le tensaba la mandíbula con sus ojos clavados en nosotros ¿no entiendo por qué esta celoso?, él sabe que estoy comprometida. Todo era divertido, inolvidable, me encantaba tener esta noche con Diego, hace mucho que no nos veíamos, así que esta noche sería bonita. Un baile en otro tiempo, hasta que se interrumpió el momento.
- ¿Me permites bailar con Carolina? - Francisco tenía intenciones de hacer enojar a Diego.
-Lo siento, pero tenemos que irnos a dormir. Mañana nos iremos y queremos dar un último recorrido – dije.
Jalé del brazo a Diego para caminar fuera de la pista de bailar para no ser atropellados por las demás parejas.
-Le diré a Mau, por si quiere quedarse o irse - Diego caminó hasta llegar con Mau.
- ¿Te vas mañana? - Miré a la persona que me cuestionaba.
-Sí, Francisco. Nomás venimos de paseo. Por cierto, mañana voy a pagar todo antes de irnos.
Asintió e hizo una sonrisa forzada.
-Dice que se quedará aquí un rato más. Parece que en lo que estábamos bailando una chica se le acercó.
Me reí al ver a mi amigo haciéndome y suplicándome con ojitos de cachorro. Sabía que quería pasar un rato con esa chica, así que solo asentí.
- ¿Le dijiste que no debía enamorarse? - Crucé mis brazos.
-Sí, hablando de eso. Me dijo que te comentará que sabe la regla principal, no enamorar o enamorarse.
Asentí.
- ¿Tan controladora eres con tu mejor amigo?
Mierda, olvidé que él aún estaba aquí.
Dirigimos nuestras miradas hacia él, después hacia nosotros para saber quién hablaba e inventaba algo.
-Es que sabe que no debe enamorar a otra chica de otro estado porque después no se ven.
Me merezco un premio en casi meter la pata y mentir tan bien.
-Mis padres son de distintos estado.
-Sabes, ya tenemos que irnos. Pero saca a bailar a Hortensia, está muy aburrida.
No lo dejamos despedirse de nosotros, tan siquiera lo dejamos hablar ya que caminamos hasta las habitaciones. Estaba abriendo la mía cuando Diego me besó.
- ¿Y si me quedo contigo?
Reí.
-No puedes.
Rodeé su cuello con mis manos para besarlo nuevamente. Soy una adicta a sus besos, como me encanta este chico.
-Sí puedo, prometo no hacer nada.
-Está bien, pero haces algo y te vas.
Él entró a su habitación para vestirse con su pijama, yo aproveché para ponerme la mía. Cuando entró a mi habitación, entré al baño. En cuanto salí, él estaba acostado y dormido. Antes de dormir, le di un pequeño beso en la frente y en sus labios.
Al despertar noté su ausencia. Mi hambre casi hablaba, decidí buscarlo para que fuera por el desayuno, pero solo Mau estaba en la habitación, que por cierto seguía durmiendo. Al cerrar la puerta, escuché a dos personas discutir en el siguiente pasillo. Me iba acercando cada vez más, así que reconocí la voz de Francisco y Diego.
- ¿Por qué no te das por vencido? - Diego le preguntó a Francisco en un tono enojado.
-Porque ella es una mujer que me vuelve loco, ella aún no se casa contigo. Puede que cambie de parecer.
Wow.
- ¡Ella me quiere a mí, no a ti! - Diego subió su tono de voz.
-No sabes lo que se siente estar cerca de sus labios, no la voy a dejar ir, sin antes de darle un beso.
Se escuchó un golpe, hizo que saltará en mi lugar, supongo que le pegó. Me acerqué un poco más para saber que pasaba.
Asomé un poco mi rostro, así pude visualizar todo lo que pasaba. Francisco estaba en el suelo, Diego estaba con el puño.
- ¡Ella será mi esposa, así que respeta!
Francisco se levantó, quitando con la parte superior de su mano la sangre de su labio.
-Muy hombre, te reto a un duelo.
Se me fue el alma al saber que lo estaba retando. Así que salí de donde estaba.
-Diego - capté su atención. -Te estaba buscando, necesito que me ayudes con mi maleta.
Diego le dio una última mirada y Francisco estaba que ardía del coraje.
Caminamos a mi habitación, entramos, cerré la puerta después de él.
- ¿Dónde está la maleta?
-No hay maleta. ¿Cómo se te ocurrió?, ¿sabes que hubiera pasado si no llegó?
-No, no sé. Solo me hizo enojar, pero si ese duelo trataba de...
-Muerte, trataba de muerte. Es algo muy común aquí. Un duelo trata de dos hombres que están juntos dándose la espalda, dan 10 pasos y el primero que se voltea, dispara y asesina al otro, gana.
- Bueno, no... tú ¿cómo sabes? Escuchaste todo ¿verdad?
-Sí, todo. No tienes por qué enojarte, al que quiero es a ti. No a él.
Me acerqué para abrazarlo y besarlo. Quería demostrarle que solo lo amaba a él, no habrá nadie más, solo él.
-Ya me quiero ir - asentí.
-Nos iremos a las 2, es la hora en que llegamos aquí.
Me separé de él para sacar un vestido y comenzar a empacar mis pertenencias.
-Iré a guardar todo.
Sonreí.
Salió de mi habitación.
Pasó un buen tiempo, se me quitó el hambre, solo quería irme. Pasaron las horas hasta que era hora de irnos. Teníamos que pagar antes de irnos a un lugar donde no nos vieran desaparecer.
-Tome, señora. Aquí está el pago de todo. Muchas gracias - sacaba las llaves del saco que traía. -Las llaves aquí están.
- ¿Ya se van?
Giré mi rostro. Claro que era él, ya me lo esperaba. Su mirada era indescriptible cuando me miraba a los ojos.
-Sí, Francisco. Muchas gracias, pero nos tenemos que ir.
Tomé mi maleta para caminar hacia los chicos, pero él me agarró del brazo.
-Suerte.
Resignación. Era lo que su mirada expresaba, sonaba tan sincera su voz. Se despedía de mí como lo hizo Benjamín, resignado.
-Gracias - giré y caminé hacia los chicos. -Ah, voten por Madero, les aseguro que no se arrepentirán – dije.
Faltaban 5 minutos, así que entramos en el primer callejón que encontramos, esperamos el momento. Cuando dieron las 2 estábamos enfrente de la casa de Mau.
-Yo iré a cambiarme, nos vemos.
Mau comenzó a caminar más rápido a su casa. Nosotros entramos a mi casa sin decir nada, su expresión estaba seria.
¿Habrá sido por la conversación que tuve con Francisco?
Nos dimos una buena ducha. Al salir del baño, él estaba sentado al borde de mi cama, estaba viendo a la nada hasta que me senté a un lado de él.
- ¿Qué pasa, amor? – Pregunté.
Me senté a su lado, quería saber que sucedía.
-Ya no quiero que uses la máquina del tiempo.
¿Qué?
CONTINUARÁ...
Editado: 19/10/21
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