- ¿Quién es Benjamín? ¿Por qué un tal Benjamín te mandó una carta?

Estaba alzando la carta, por su cara estaba entre enojado, celoso y confundido. No sabía que responder.

-Eh...Bueno...eh.

Oh, dios.

No sabía que responderle, solo me encogí de hombros y me reí nerviosa.

-Dice: "para la señorita más hermosa de este pueblo"- me mira. -20 de enero de 1895 -se quedó callado y volvió a releer. - ¡¿1895?!

-Es que...Ok, ok, ok - quité la computadora de mis piernas y me puse de pie para aclararle las cosas. -Sé que sonará loco, pero esa carta si es para...- me interrumpió.

-Para tu tatarabuela, ¿no? Ya fue hace más de 100 años.

Examinaba la carta, intento abrirla, pero me exalté al ver lo que trataba de hacer.

- ¡No! Es que sí es para mí.

Le quité la carta, aun no quería que se abriera por nada. No estaba lista para leerla y menos frente a Diego.

-Eso es imposible, mira la fecha. Estamos en el 2021.

Bajé la mirada a la carta que tenía en mis manos. Luego lo observé, era hora de contarle todo.

-Es que...debí decirte, pero te sonará loco. Entiendo que no me creas, pero tengo pruebas. Es algo entre Mau y yo.

-No me digas, le gustas a tu mejor amigo y se está haciendo pasar por este admirador de 1895.

Se reía a carcajadas, pero al ver que no me reía con él. Sus facciones se hicieron serias.

-No, viajamos a 1895. Conocí a un chico que se enamoró de mí. Cuando nos regresamos, él me entregó esta carta, pero nunca la abrí.

Su mirada estaba llena de confusión. Titubeó por un par de segundos, tratando de asimilar todo.

-Creo que tú también te pegaste en la cabeza.

-No, es verdad lo que te digo. La máquina está en la casa de Mau. No te había dicho nada porque pensé que no me creerías.

Me senté en la cama rendida. Era mala idea haberle dicho. No me creyó, pensó que estaba loca.

-O sea, viajaste en el tiempo...Wow. Creí que eso nunca sería posible.

Se sentó a mi lado con la mirada fija en el suelo.

-No solo a 1895, también accidentalmente viajé a 1490, época medieval. Ahí te conocí. - me miró confuso. - Te conocí en una vida pasada. Te llamabas Gadea, su significado es virtuosa. Eras la guardiana del rey, como me lo habías dicho.

-Me llamaba Gadea. - sonrió. Recordar esa parte todavía me daba una punzada. - ¿Por qué esa tristeza?

-Porque me fui en el día en que te irías a la guerra. No pude decirte nada, menos advertirte.

-Tranquila, si realmente viajaste y me advertías hubiera cambiado todo, eso podría significar que a lo mejor no estaría aquí.

Acarició mi cabello, yo lo abracé muy fuerte. Quería tenerlo muy cerca de mí.

Tenía razón, si evitaba que muriera tal vez no estaría aquí conmigo. A mi lado. Disfrutando de su calor.

-Gracias por estar aquí.

-Claro, como Gadea murió aquí estoy.

Comenzó a reírse.

- ¿Entonces aún no me crees? Realmente viajé en el tiempo

Me levanté y salí molesta de mi habitación sin esperar una respuesta por parte de él.

Fui directamente a la casa de Mau a contarle todo, necesitaba de su consolación. Él sabía cómo alegrarme, estábamos viendo una serie cuando me quedé dormida en el sillón.

Desperté porque alguien acariciaba mi rostro, su olor lo reconocí, era Diego. Abrí los ojos lentamente para cómo me admiraba mientras dormía.

-Buenos días, amor.

El recuerdo de la noche anterior me molestó un poco. No quería verlo aún.

- ¿Qué haces aquí?

Me sentaba en el sillón, el lugar donde me quedé dormida sin darme cuenta.

-Te creo. Vengo a ver la máquina.

Se puso de pie para levantarme, pero mantuve sentada, él esperaba que lo llevara a la máquina.

-Ya despertó, bueno vayamos a la máquina.

La voz de Mau se hizo presente en el momento lleno de tensión. Observé a ambos y me dispuse a ponerme de pie.

-Yo se lo pedí. Vamos.

Caminamos hacia el taller para mostrarle la máquina. El taller estaba a unos cuantos metros, me dejaron pasar a mi primero y ellos detrás de mí. Ahí estaba la maquina tapada con una manta y objetos para que nadie la viera. Pero se veía rara, algo había cambiado.

Mau quitó la sabana y ahora tenía un raro dispositivo. Quitaba las cosas de su alrededor, pero que raro que tenga eso.

-Mau, ¿qué es eso?

-Es un GPS avanzado. - sonrió nervioso.

- ¿Dónde lo conseguiste?

Me crucé de brazos, sabía que había hecho algo y no me lo dijo. Claro, viajó en el tiempo sin decirme.

-No te enojes, por favor. Es que viaje al futuro mientras tú estabas con Diego. Es que, si queríamos aparecer en el lugar que queremos necesitábamos localizar el lugar.

Me enfadé un poco, pero tenía razón, tenía buen punto.

-Me hubieras avisado, que tal si te pasaba algo.

Le di un pequeño sape en la cabeza.

-Auch, lo sé. Pero ya vez que queremos ir a México al año 1910 y....

Miró de manera rara a Diego. Lo que hizo que yo también lo mirara.

-Amor, ¿estás bien?

Él seguía sin hablar y solo observaba la máquina que estaba frente a él.

-En realidad existe...nunca creí que vería una. Debo estar soñando.

Nos visualizó para tallarse los ojos y después pellizcarse.

-Por supuesto que no. Estás frente a la máquina.

-Amor, sé que te asombra, pero con esta máquina hemos viajado muchas veces.

-Ya lo creo.

-Caro, también le dejé una carta a la señora Ingalls.

-Gracias, espero que no se haya molestado porque nos fuimos así de la nada.

- ¿Quién es la señora Ingalls? - preguntó Diego.

-Es la señora que nos dejó dormir en su hotel los días que nos quedamos en el viejo oeste.

-Bueno en realidad son horas, nosotros viajamos por 7 horas, pero en el tiempo que viajamos pasan días - argumentó Mau.

-Hablando de cartas... - Diego buscaba en su chaqueta. -Aquí está la carta de Benjamín, creo que sería bueno que la leyeras.

Cuando me extendió la carta, cogí la carta con una mano temblorosa. No sé porque me ponía tan nerviosa.

Sentí una mano en mi hombro, cuando giré, observé a un Mau preocupado. Tal vez se notaba mi nerviosismo.

- ¿La abrirás?

-En algún momento tendré que abrirla.

Observé el sobre, le di media vuelta y quité el sello. Lentamente abrí y saqué la hoja que estaba dentro del éste. Finalmente, la desdoblé para leer su contenido.

¿Qué me habrá escrito Benjamín?

CONTINUARÁ...

Editado: 01/09/21