-Necesitamos venir más seguido, están ricos estos helados – dijo.

-Sí, saben ricos. Traeré a Diego cuando venga.

Nos encontrábamos en el centro comercial comiendo un par de helados. Gelatto es el nombre de esta heladería, el dueño es nuestro vecino, el señor Rizzo. Tiene la mejor receta para hacer tan deliciosos estos helados y jamás terminar de comer.

Mi sabor favorito es el de chocolate con leche. Me llenaría de él si se pudiera.

Ya había pasado una semana desde que viajé en el tiempo. Mau y yo pensábamos a qué lugar queríamos viajar. Teníamos que escoger bien y llevar herramientas con la que podamos regresar o implantarle un cronometro al microondas para poder regresar.

Continuando con la conversación:

-Pronto vendrá, ya no lo extrañes.

Se dedicó a darme una pequeña sonrisa. No sé qué haría sin él. Amo tenerlo en mi vida, mi hermanito mayor.

En ese momento, comenzó a sonar mi celular. En la pantalla de decía: "MI AMORCITO". Era él y eso me alegraba mucho, así que contesté con mucha alegría, ya que tenía un mes y medio sin saber mucho de él.

*Inicio de llamada*

-Hola, amor. ¿Cómo éstas?

-Hola, bebé. Estoy muy bien, ¿y tú?

Del otro lado de la línea se escuchó como sonreía. Algo tramaba, conocía esa sonrisita.

-Muy bien, bueno, con mucho que contarte. Además de que te extraño mucho.

-Tranquila, iré dentro de 5 días, así que no estés triste y prepárate para 1 mes de diversión junto a mí.

- ¡Qué bueno! Aquí te esperaré con mucho amor.

Mau solo rodeaba los ojos con la miel que derramaba.

-Deseo verte. Me ocuparé con lo último que tengo pendiente y arreglar mis maletas. Nos vemos en 5 días.

-Ok, nos vemos, amor. TE AMODORO MUCHO.

Mandé un beso al celular.

-TE AMODORO. Adiós.

Me respondió el beso.

Colgó para finalizar la llamada.

*Fin de llamada*

-Así que vendrá, ¿no? – preguntó mientras le daba una mordida a su helado.

-Sí, eso es bueno.

Sonreí como tonta. Ese efecto causaba en mí.

-Hay que viajar antes de que venga, para que solo puedas estar con él.

-Sí, ¿adónde?

-Quisiera ir a los años 1800, pero a la vez a 1900.

- ¿Exactamente a que año?

-A finales de los 1800, como por ahí de 1895. De 1900, estaría bien el año 1910.

-Tengo una idea, vayamos al viejo oeste de 1895. Y vamos a México al año 1910.

-Me parece bien.

Asentimos.

Seguimos comiendo el delicioso helado.

*****

En un par de horas, Mau se encontraba agregando un cronómetro, no fue difícil, mandamos una manzana por 2 minutos a la época primitiva, llegó bien. Así que solo ajustaba los últimos toques en la maquina y el cronómetro para que pudiéramos viajar sin problema alguna y sabiendo que regresaríamos.

-Así que ya está, solo falta viajar - dije emocionada.

-Sí.

Suspiró con una pequeña mueca en su rostro.

-Ya salió algo malo, ¿verdad?

-No, es que tenemos que conseguir ropa de aquella época, si no nos irá muy mal.

-Es cierto.

Decidimos viajar al año 1895. Al gran viejo Oeste.

Fuimos a la parte de arriba para avisarle a los papás de Mau que iríamos a la plaza comercial a buscar cosas que necesitábamos. Mañana será el día en que viajaremos, así lo decidimos.

Llegamos al auto, él conduce ya que tiene permiso, yo aún no lo tengo. Atropellé a una viejita sin querer, pobre viejita de cartón. Fui de copiloto, cuando llegamos al centro comercial, entramos a una tienda de disfraces que tenía rebajas.

-Disculpe, señorita. ¿Disfraz del viejo oeste tendrá de casualidad? – pregunté.

-Claro, al fondo a un lado de los disfraces de piratas.

-Gracias.

Estaba probándome unos vestidos, cuando Mau sale con un traje súper gracioso, hasta que se decidió por uno que le escogí, cuando se fue a probar, yo vi el vestido perfecto cuando me observaba en el espejo.

Éste es para mí.

Salí del probador con el vestido que me encantó. Mau salió con el traje que escogí. Terminamos por llevarnos lo que queríamos.

Al pagar, salimos directo a la casa de Mau para ponernos de acuerdo de cuándo y a qué hora se viajaría.

-Por fin llegaron, eso es para..., ¿una fiesta?

Eva estaba en el comedor preparando su presentación para el trabajo. Es una mujer bastante trabajadora. Es mi mayor admiración, yo deseo ser como ella cuando tenga su edad.

Creo que le pareció curioso que entráramos con bolsas llenas de ropa del viejo Oeste.

-Claro, es que mañana nos iremos desde temprano con unos amigos y en la noche harán una fiesta. Así que Carolina y yo nos iremos.

Mau tenía permiso de salir, siempre y cuando avisara adonde.

-Ok, por mí no hay problema. Pero se van con cuidado.

-Claro, si no nos matan.

Susurré para que solo Mau escuchará. Él solo río un poco por mi comentario.

AL DÍA SIGUIENTE

Mau y yo nos preparamos para viajar. Nos vestiríamos en mi casa para a entrar por la cochera al taller. Nos no podían ver así sus padres, sería un interrogatorio bastante abrumador.

Después de que entramos, Mau movió el cronometro a 7 días, lo que equivale a 7 horas en total. Mi mejor amigo hizo lo mismo que yo cuando viaje. Solo seleccionó el año.

Nos tomamos de la mano y entramos en el túnel que había estado antes, hasta que llegamos a un lugar que asombró mis ojos al llegar ahí.

Observé todo a mi alrededor, sin embargo, lo más raro fue que no quedamos inconscientes.

- ¡Cuidado!

Se escuchó una voz detrás de nosotros, unos caballos relinchar y un ruido a madera.

¡Oh, no! 

CONTINUARÁ...

Editado: 23/08/21