V
¿Un brujo o vidente? ¿O ambas?
Gadea y yo nos miramos desconcertadas.
Ese hombre parecía todo un hechicero, vestía de una manera como tipo Merlín. Tenía canas, una barba que le colgaba de lo larga que estaba, sin embargo, tenía esa perspectiva de ser muy sabio. Aunque aparentaba una edad avanzaba, bajaba las escaleras como si fuera un joven de 20 años.
-Perdón, ¿cómo sabía que yo vendría? – Pregunté.
-Tuve una visión de ti. Sé que vienes del futuro, así que tengo tu salida preparada.
Desapareció cuando entró en varias filas de libros viejos. Bueno, viejos para mí, para él son casi nuevos.
Después de un par de minutos, salió con un reloj que tenia de altura 30 cm en sus manos. Éste era hecho por madera. Acomodó unas cuantas cosas y pronto comenzó a sonar un tic tac muy rápido y agudo.
Esto es increíble.
¿Cómo alguien de la época medieval podría hacer esto?
- ¿Qué es eso?
-Tú salida, solo dale una vuelta a esta manija y te irás. Tú no perteneces aquí - me entregó el reloj.
Mi salida estaba en mis manos, solo la manija tenía que moverse un poco para poder regresar a mi tiempo.
Me aparté para despedirme. Me giré hacia Gadea.
-Muchas gracias, Gadea, gracias por todo y..., te veo en otra vida. Cuando estés en ese momento solo cierra los ojos y aprovecha la vida que te están dando. Adiós.
Gadea solo me compartió una mirada confusa. En ese momento giré la manija y todo de nuevo, un túnel donde el tiempo de lugar de retroceder, se adelantaba.
Llegué a mi tiempo.
¡Por fin!
Ya no estaba en aquel castillo. Estaba frente a mi casa, entré para darme una ducha, ya lo necesitaba. Tomé mi ropa de esta época, ya no estaba incomoda con ese vestido. Cuando terminé, dejé el vestido en la lavadora y salí de mi casa. Cuando toqué la puerta, fue abierta por Eva, ésta se sorprendió al verme.
-Creí que estabas con Mau en el taller, no te vi que salieras.
Sonreí.
-Sí, fui a mi casa a buscar algo, pero no lo encontré.
Me adentré en la casa y caminé hacia al taller. Abrí la puerta de éste lentamente, me crucé de brazos en cuanto observé que Mau le aplanaba a los botones del microondas como loco.
-Carolina, ¿me escuchas? - le preguntaba al microondas.
Me reí bajo para que no supiera de mi presencia en la habitación.
-Aquí estoy- saltó del susto.
- ¿Tan poco duró el viaje?
-Yo también te extrañé. Estoy muy bien, por cierto - dije sarcásticamente.
-Perdón, es que no duraste mucho, solo fue muy poco.
-Ah, ¿tres días para ti es poco?
- ¡¿Tres días?!
-Claro, no me digas que no te diste cuenta de cuánto estuviste aquí.
-Aquí solo pasaron 3 horas – me quedé sin aire de lo sorprendida. - ¿En dónde estabas?
Me acabo de dar cuenta que no analicé bien la pregunta de Eva, solo quise evitar ponerme nerviosa y que no sospechara de mi ausencia. No comprendí bien la pregunta.
-Estuve en 1490 y me topé con un príncipe que quería desposarme.
-Bueno, ve el lado bueno, te casarías con un príncipe. Podrías haber estado en libros de historia.
Le di una mirada de poco amigos. Solo reía como loco y me contagió, porque sí era una situación graciosa.
-No te rías. Además, pude llegar a un hechicero que ya esperaba mi llegada. Él me ayudó a regresar y estar aquí.
- ¿Un hechicero? Espera, espera. ¿Cómo sabía tu llegada?
-Una visión de mí.
Recordé las palabras que le dije a Gadea antes de irme. Me sentía mal por saber que moriría, sin embargo, no podía cambiar nada en el tiempo. Tenía que morir, era su destino.
- ¿Qué pasa?
Mau me sacó de mis pensamientos. Cuando vio que tenía los ojos cristalizados no dudo en abrazarme.
-Es que me topé con Diego, en su vida pasada. Ya iba a morir.
Cabizbaja hacía que lo extrañara más. Lo extrañaba tanto, su beca en Inglaterra lo tenía más ocupado en la Universidad tenía que mantener buenas calificaciones y su sueño era ser el mejor Chef, pero no tenía que ponerme triste ya que en poco tiempo vendría.
Me preocupaba que alguna chica se le acercará y lo enamorará. Él es guapo, atento, sus ojos color café son hermoso a la luz del sol. Su cabello oscuro y rizado es tan suave. Su piel morena me encanta. Estoy tan enamorada él.
- ¿Cómo es eso?
-Iba a una guerra, pude convivir con ella, él era mujer en esa vida pasada. Gadea era su nombre- sonreí. - Era una mujer solitaria, había dejado todo a un lado por que para ella era un honor ser parte de la guardia del rey.
-Así que ella murió en la guerra, ¿verdad?
Asentí.
-Tranquila, él o ella murió honrando al rey. Todo está bien.
-Lo único que dije al despedirme fue que cuando llegara ese momento cerrara los ojos y agradeciera por la nueva vida que le daban. No le dije que moriría, pero le di ese pequeño mensaje.
Para cambiar un poco el tema, me acerqué a la máquina para observar que nada haya fallado.
-Entonces sí funciona.
-La máquina sirve, el viaje es cómodo, estoy bien..., de lo que cabe.
- ¿Cómo?
-Me iban a mandar a la Santa Inquisición por creer que soy bruja. Mi ropa se quedó allá, pero mi celular, aquí se quedó. No hay que preocuparse.
-Hay que ir a otra época, donde no nos quieran matar.
Reímos.
- ¿A dónde quieres viajar? – Dije.
Nos observamos.
CONTINUARÁ...
Editado: 23/08/21
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