III
Atardecer tranquilo y mente disparada.
Después de buscar a Mau por todo el pueblo me di cuenta de que no viajó conmigo, el pueblo era pequeño pude topármelo en cualquier lugar.
Ahora estaba sentada comiéndome una manzana regalada por la señora del puesto de las manzanas. Creo que me vio tan hambrienta que le di lastima. Le ayudé a recoger su puesto y la acompañé a su casa para ayudarla con los costales llenos de manzanas. Me ofreció unas monedas, pero las rechacé.
Solo miraba como el sol se estaba despidiendo de un largo día. Como el que yo tuve, ya que Mau no viajó conmigo tenía que encontrar una manera de regresar yo sola.
¿Cómo carajos voy a regresar?
Mi celular lo dejé en unos de los anaqueles del taller. Y si lo hubiera traído no serviría en este tiempo, obvio no tendría señal.
Tal vez... Tal vez pueda ayudarme un brujo, se dice tantas cosas de ellos que no se sabe con certeza si la magia es real o no. Es mi única opción.
De reojo visualicé una sombra acercándose a mí, cuando giré mi cabeza observé que era la chica. Me levanté para caminar a su lado e ir a un rumbo que por obviedad desconocía. Paramos en una pequeña casa que estaba a 5 cuadras del castillo.
Me ofreció pasar, su casa era muy humilde. Llena de velas y un pequeño candelabro de madera y más velas colgando del techo sobre la mesa. Acercó a la mesa un pollo que parecía estar rostizado.
-Espero que te guste. Hace mucho que no pruebo el pollo, es muy caro, solo el rey puede pagar algo así. - dijo dándole una mordida a su pollo.
-Yo comí la semana pasada - me reí. Pero decidí callarme porque podría ser una ofensa. - Disculpa, no quería ofender.
-No te preocupes.
-Es que de dónde vengo es muy normal comer eso.
- ¿De qué pueblo vienes?
-Vengo de... Que bonita casa tienes.
Evadí la pregunta porque realmente no sabía que contestar. No sabía ni en qué pueblo me encontraba, pero por lo que veo estaba en alguna parte de Europa.
Alzó la ceja, dejó de comer y me observó fríamente.
Comenzó a presionar.
- ¿De dónde vienes? –
Vacilé un poco, no respondí nada.
Se levantó de la mesa y se acercó poco a poco a su arma. Antes de que me disparara abrí la boca diciendo toda la verdad.
-Ok, necesito que me lleves con un brujo, por favor – levantó el arma y me apuntó con ella. Me hice hacía atrás levantando mis manos en modo de defensa. - No soy una bruja, te lo juro. Pero yo no pertenezco aquí, necesito regresar a mi casa, por favor no me entregues a la Santa Inquisición. Solo quiero regresar.
Me observó de arriba abajo. Vaciló un poco, bajó el arma.
Cuando dejó el arma en su lugar me relajé.
-Un brujo para regresarte, ¿a dónde?
Se acercó a mí lentamente.
-A mi tiempo. Ya sé es extraño, pero vengo del futuro. Si te cuento todo esto es porque me das confianza, siento que alguien ya me había dicho de ti.
Ahí recordé, pelirroja, blanca, guardia del rey.
La miré de arriba abajo y abrí mi boca en forma de una O.
*Flashback*
Era de noche, mi novio se sometió a una auto regresión.
¿Porqué? Por mí, yo quería saber cómo era esa experiencia y él se ofreció en hacerlo primero. Cuando despertó, me comenzó a contar todo. Su primera vida hasta lo último que vio en su viaje astral.
-Vi que era una guardia del rey, yo era una mujer de pelo rojo y lizo. Era de piel blanca, bonita y por alguna extraña razón tenía una casita aparte.
Estaba muy sorprendida por todo lo que me contaba, no parecía ser real.
-Entonces, ¿tenías familia? - Pregunté.
-No, estaba sola.
- ¿Qué más viste?
No paraba de hacer preguntas, realmente quería saber todo. Parecía una niña pequeña escuchando una historia de fantasía.
-Que me enviaban a una guerra. Nos atrapaban los enemigos y nos mataron a cada uno de la peor manera, cortándonos el cuello.
Nos quedamos en silencio, al parecer nos dio mucha tristeza...
*Fin de flashback*
-Hey, ¿qué tienes?
Me hizo regresar de mis recuerdos.
No supe si alegrarme por ver a mi novio en otra vida o por el final trágico de esta vida.
-Ya sé quién eres tú, pero no podré decir nada - me miró raro.
-Estas loca, no fue buena idea traerte aquí. Te quedarás solamente esta noche, mañana te vas.
Se fue a su catre, cogió un par de cobijas y extendió una de ellas en el suelo.
Me rendí, sí parecía una loca diciendo estás cosas. Solo me quedaba agradecer que no me sacara de su casa y pasar la noche afuera.
-Ok, gracias.
Levanté mi plato para lavarlo. Cuando giré la chica me ofreció un camisón de ella.
-Gracias.
Me quité el vestido para vestirme con el camisón.
Al día siguiente, me desperté por el olor de huevo que invadía mis fosas nasales. Abrí mis ojos pensando que todo había sido un sueño y mi madre me preparaba el desayuno, pero caí en cuenta que mi madre no estaba en mi casa y sentía algo muy sólido en mi espalda, no era mi cama en donde estaba.
-Buenos días.
Aun adormilada, me quedé sentada en la cobija. Cuando estaba despierta al 100% me incorporé y comencé a recoger todo.
-Buenos días. Comencé a servir, vente a desayunar. Necesitas regresarte.
-No puedo regresar, no sé ni cómo - dije cabizbaja.
Es verdad, no sé cómo regresaría a mi época. Tenía que buscar un brujo para regresar o hacerme la idea de que tengo que vivir en este año.
-Lo siento, pero no te conozco y dices que tú a mí sí.
Tenía razón, era algo perturbador cuando lo decía así.
-Sí, tienes razón, pero estamos a mano – me observó con incredibilidad. -Ni yo sé cómo te llamas.
-Me llamó Gadea, su significado es "virtuosa".
Se sentó a desayunar, yo solo la imité.
-Que bonito.
Sonreí un poco para quitar la tensión que estaba en el aire.
De repente se levantó y caminó a una bolsa tejida para rellenarla de cosas que tenía ella.
-Necesito alistarme, en dos días me iré a una guerra.
- ¿Guerra?
Oh, no.
Recordé como terminaría esto. Ella moriría y no podía decirle nada.
No sé porque sentí que mi corazón se achicaba, creo que al saber quién era me producía el dolor de la perdida.
-Sí, me mandó el rey.
-Te diré algo y espero lo hagas, haz que todo el día de hoy sea un día espectacular. Lo que siempre quisiste hacer, por favor. Vive hoy como si fuera el último día de tu vida.
Me miró como si fuera una loca, creo que esto era el colmo para asustarla.
Me levanté de la mesa, comencé a vestirme. Ninguna de las dos dijo nada. Cuando estaba lista para salir de su casa le agradecí todo, la abracé muy fuerte y sin decir nada me fui.
Empecé a buscar brujos o parecido a un Merlín. Solo necesitaba regresar, pase todo el día buscando, pero no salió nada, me estaba rindiendo. Necesitaba comer, bañarme y dormir al menos dentro de algo que me cubriera del frío.
Vi a un hombre viejo recogiendo las manzanas que tumbó, me acerqué y lo ayudé. Este como agradecimiento me dio una rica cena, no había probado bocado desde la mañana. Terminé de cenar y me retiré del lugar para no dar molestias.
Añoraba mi hogar, quería regresar, no sabía qué hacer. Comencé a pensar en que a lo mejor en el castillo habría un brujo que podría ayudarme. Sabía cuál era la entrada. Estaba cerca del castillo.
Fui hacia esa entrada de los sirvientes, pude entrar sin problema, cuando ingresé solo pude acostarme en un hueco y esperar hasta que amaneciera.
CONTINUARA...
Editado: 20/08/21
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