Desperté en medio de una calle antigua, no había nadie. Mau no estaba a mi lado, me levanté lo más rápido que pude para buscarlo a mi alrededor. No supe por cuanto tiempo estuve inconsciente, pero esto no me daba buena espina. Escuché voces, así que me escondí en un espacio pequeño detrás de unos baldes de madera llenos de agua.

No sabía dónde estaba, ni cuándo. Después de que las personas pasaran, salí a caminar para encontrar un lugar donde pudiera salir de este tiempo. Al dar vuelta a la derecha en la calle siguiente, encontré una carretilla de unos hombres que comían a unos pocos metros de ella. Ésta contenía joyas, trajes y vestidos super extraños.

¿Qué harían esas cosas aquí? Concéntrate, Carolina.

Me regañé a mí misma.

He aprendido que si estás en otra época no debes llamar la atención, así que en contra de mis principios robé un vestido color rosa pastel y unas botas de cuero color negro. Cuando las tomé, un hombre me vio y corrí, éste venia detrás de mí. Entré a un mercado, pero no pasé de desapercibida, ya que traía un short corto, una blusa de tirantes y blusa de manga larga de cuadros.

Oh, no. Doc estaría regañándome en este momento.

Cuando noté las miradas sobre mí por instinto paré. Todos me miraban con una expresión de sorpresa. Es obvio, esto no es lo que usa una mujer de esta época.

- ¡Es una bruja! - Gritó una mujer-. ¡Miren como viste!

- ¡Atrápenla! - Gritó un hombre.

-No, no, no, no. Yo no soy una bruja.

Intenté convérselos, pero se estaban acercando y no tuve más opción que correr, no quería morir en mi primer viaje en el tiempo.

Venían detrás de mí, así que sin detenerme corría por las calles. Para perderlos entré por una puerta abierta, no sabía dónde me encontraba, pero entré en un pasillo, desconocía el destino de éste. Decidí adentrarme, mientras caminaba en el suelo encontré un volante, cuando vi el año me quedé perpleja, estaba en 1490, el año que decidí poner en el microondas.

Ya entendía porque toda esa gente me decía bruja, claramente estamos en el siglo XV. Comencé a desvestirme para ponerme la ropa que hurté, no volvería a salir así y que ahora sí me atrapen.

Mau, ¿dónde estás?

Con esta persecución no me acordé de él, tal vez esté en otro lado o no viajó conmigo. Cómo saberlo si no nos podemos comunicar. Tendré que buscarlo por mi cuenta y la manera de salir de aquí.

Empecé a caminar hasta que escuché voces, eran hombres, me escondí entrando en un cuarto, que al parecer era la cocina. En cuanto visualicé la comida sobre la mesa, no dudé en ir por una poca, ya que tenía mucha hambre. Al corroborar que nadie estaba cerca, salí de la cocina cuidadosamente. No sé dónde me encontraba, estaba perdida.

¿Cómo contactaré a Mau?

Me preguntaba a mí misma una y otra vez.

Me topé con un guardia, me sorprendió mucho cuando giró para confrontarme, era una mujer pelirroja, tez blanca y un poco más alta que yo. No creo que pasara de los 25 años.

- ¿Qué hace aquí? Usted no debe estar en este lugar.

Me sujetó del brazo y comenzamos a caminar por otro pasillo. Oh, no. Y si está por llevarme a un calabozo. No, yo no voy a quedarme aquí. Debo decir algo, abre la maldita boca.

-Disculpe, es que estoy perdida.

Claro, hazte la loca, a lo mejor eso sirve. Mientras no me lleve al manicomio, pero tiene que funcionar, supongo. Así que paró en seco y se dedicó a examinarme de arriba a abajo.

- ¿Perdida?, ¿qué no eres de aquí?

-No, no soy de aquí. Vengo yo sola, pero en el camino me robaron todo. Fue un ataque bastante horrible - alzó la ceja. -Lo juro.

-No creo que vengas sola, una dama no debe andar sola por ahí - no lo vi venir. - ¿Tienes esposo?

-No, no tengo. Tengo 18 años.

Oh, claro. En esta época era común que las mujeres se casaran a los 12 años. Así que ese comentario hizo que sospechara de mí.

-Eres viuda de seguro, ¿no?

-No, es que mi padre falleció cuando tenía 12 años, mi tío, hermano de mi mamá, se hizo cargo de nosotras. Hace 2 semanas falleció mi mamá, pero mi tío se acaba de casar y está en este pueblo, así que él antes de irse, dijo que, si mi mamá fallecía, viniera a buscarlo.

Debería ganarme un premio a la mejor actriz, conmovería a cualquiera. Pero está mujer parece no tener sentimientos ante nada.

- ¿Cómo se llama tu tío? Te llevaré con él.

Comenzamos a caminar, vacilé un momento para saber que responder y no delatarme. Así que paré en seco.

- ¡NO! Es que ya vine a buscarlo, pero por alguna razón hizo un viaje largo a otro pueblo. Necesito buscar un hotel.

Abrí los ojos como platos cuando me di cuenta del error que acababa de cometer. Tan bien que iba y esa bendita palabra tenía que hacerse presente. La pelirroja cambió su expresión a confusión.

- ¿Hotel?

-Es una palabra extranjera, y eso es un lugar para dormir cuando no tienes familiares a los pueblos que viajas.

- ¿Cómo te llamas?

-Carolina...Carolina de Petersburgo.

¿Por qué el apellido tan raro? Lo vi en un libro de historia.

-Mañana es mi día de descanso – vaciló un poco. -Puedes quedarte en mi casa cuando salga hoy por la noche. Yo tengo una casa aparte, no puedo dormir con hombres, yo abandoné eso por cuidar al rey.

- ¡¿Estoy en el castillo?!

El lugar en que menos esperaba estar, creo que viajar en el tiempo no es tan malo. Oh, por dios, estoy en un castillo real. Observé por todos lados y una sonrisa se dibujaba al ver las piezas que ahora en mi época son reliquias bastante caras.

-Sí, entraste por la puerta donde los sirvientes entran y salen.

Asentí.

Emprendimos camino nuevamente para que pudiera salir de ahí. Antes de salir del castillo, me pidió que la esperara en el pequeño puesto de manzanas que estaba enfrente de la puerta principal.

Era mi oportunidad para buscar a Mau, no sé dónde se encuentra. ¿Y si le hicieron algo o pensaron que era brujo? Tal vez si hablo de él a..., me acabo de dar cuenta que la chica no me dijo su nombre.

¿Por qué siento que la conozco? Esa sensación extraña recorría mi cuerpo, sentía que la conocía de algún lado, pero..., ¿de dónde?

¿Quién eres tú? 

CONTINUARA...

Editado: 20/08/21