II
- ¿A qué te refieres? - sonrió un poco.
-Sé que eres la misma, sé que eres tú.- no entendía nada, ¿también sería un viajero en el tiempo? Él seguía mirándome.
-No sé de qué hablas, lo siento.- traté de salir de nuevo. Pero algo me dejó estática.
-Entonces, ¿por qué estabas en el castillo?- me giré para verlo y acercarme a él.
-¿Tú cómo sabes eso?, ¿quién te lo dijo?- por un momento creí que era Diego, que había llegado a otro cuerpo. Que su alma estuviera en Valentín, la única persona que supo era Gadea.
- Ya te dije, yo estuve ahí.- mi respiración aumentó y mi corazón latía mas fuerte. él solo me miraba a los ojos para darme como una pequeña pista.
- ¿Gadea?-dije con un suspiro y con esperanza de que dijera que sí. Pero casi imposible Dante estaba vivo, no podría serlo.
- ¿Quién es ella? Me suena, pero no lo recuerdo.- me sentí aliviada, pero a la vez se rompieron mis esperanzas.
- Nadie.- bajé la mirada, aunque me puse a pensar.
Entonces si no es Gadea, ¿cómo supo que estaba en el castillo?, pensé.
-¿Tú quién eres?- subí la mirada para confrontarlo.
-Un príncipe que cuando vio a una chica entrar a su habitación por error y se enamoró, hasta quiso hacerla su esposa, pero esta se negó. Un trabajador del viejo oeste que casi atropella a dos chicos, pero cuando vio la chica supo que era la indicada que hasta un beso le robó. Un dueño de un hotel, que cuando iba caminando chocó con una chica hermosa y la llevó al hotel junto su amigo y pretendiente, además que la salvó de un accidente en las escaleras. Por último...- se acercó más a mí. -Un joven que la salvó de ser atropellada por su primo, que la llevó a casa, bailó con ella y antes de que se fuera... la besó.- sonrió y tomó mi mano. Siempre fue él, ahora caigo en cuenta su forma de decirme "señorita" o el acto de besarme la mano, sus ojos eran tan familiares. -Ahora esta enfrente de su dulce Carolina.-
-No sé que decir, pero ¿eres Héctor?, ¿tu abuelo?- su mirada era idéntica a él. Valentín asintió.
-Sí, soy yo. Supe de ti cuando me hice una terapia de autoregresión por sueños extraños, hasta que te vi, aparecías en todas, pensaba en encontrarte. Pero mi abuelo me pidió que te buscara, lo hice y también te encontré. Encontré a la mujer que me conquistó todas mis vidas pasadas. -lo abracé muy fuerte. De alguna forma yo pertenecía a todas sus vidas.
-En serio, estoy impactada. Siempre sentía que los chicos que conocía tenían algo en común, pero nunca supe que. Hasta ahora que vienes tú y me confirmas todo. Y ahora te conozco como Valentín, pero siento que veo a Héctor.- reímos un poco.
-Cuando yo te vi frente a la puerta, creí que me reconocerías. Por que a veces siento que soy Héctor, cuando descubrí que era mi propio abuelo sentía que volvía a la vida. Como Héctor.- asentía repetidas veces. Comprendía todo.
-Cuando me dijeron que Héctor falleció me sentí mal, pero más por que Dante vivía. - me senté en mi cama y me lancé para atrás. Un día lleno de emociones.
-¿Por eso tu reacción?- me volví a sentar y asentí.
-Es que Dante debía fallecer en ese vuelo de avión, creo que también tu abuelo y tú abuela Teresa.- ahora él se sentó a mi lado, fue tan fuerte para él.
-¿Tú lo sabías, verdad?- asentí muchas veces. -¿Pero que tiene que ver eso con la muerte de él?
-Diego, un exnovio, también hizo una autoregresión, me contó de una vida sobre alguien igual a Dante, así que si él vive...-
-Diego no existe.- asentí con tristeza. -Pero, es tu exnovio, ¿no?, ¿por qué te duele?-
-Mau me confesó una verdad, descubrió un examen médico donde el resultado era que tenia Leucemia, por eso regresamos hoy de 1953.- él se sorprendió más.
-Venías a apoyarlo, ¿cierto?-
-Sí, por eso.-asentí.
-No entiendo es... ¿cómo sigues tan joven?- claro ese aspecto no lo había dejado en claro.
-Mau y yo hicimos una maquina del tiempo, por eso estuvimos en todas tus vidas.- estábamos tan llenos de emoción.
-Ya veo.-
-Creo que es bueno que descanse.- me levanté y acomodé mi cama para dormir.
-Claro.- me acomodó la manta después de acostarme. -Descansa.- y como Héctor me dio un pequeño beso en la mejilla.
-Gracias.- le sonreí.
-Sé que no podías estar conmigo por que no era tu tiempo, pero ahora esta libre y como Valentín no te dejaré ir.- dijo antes de salir de mi habitación.
Nos sabía que hacer, muchas emociones. En sí pude sentir como m i mente se relajaba al saber que Diego no sufriría, pero igual cambiamos el tiempo. Debo de empezar a pensar que fue lo que hizo que cambiara todo.
Flashback
-Dante. - giré a verlo. - Te quiero dar esto, es una medallita que gané en el festival es para que no me extrañes y te dé suerte con...- incliné mi cabeza hacia Teresa para que supiera de que hablaba.
-Claro. -me sonrió y volvió a darme un abrazo. -Te espero en la boda. -me susurró en oído y al despegarme de él le sonreí.
Fin de Flashback
Claro la medalla, eso es. Pero, ¿Cómo pudo haber cambiado ello? Recuerdo que mencionaron sobre un retraso en el abordaje, tengo que preguntarle al mismo Dante.
**Al día siguiente**
-Mau.- bajé a la cocina, pero creo que lo asuste por que la cuchara que traía en la mano fue lanzada.
-Que maneras de decir buenos días.- me reí por su comentario.
-¿En dónde están Dante y Valentín?- recogía la cuchara que estaba en el suelo.
-Se fueron a un hotel, dejaron el nombre.- fue a la mesa y recogió un pequeño papel. -Hotel Villaseñor.-
-Creo que ya sé por que cambio todo, tenemos que irnos.- recogí las llaves del auto de mis padres.
-Pero, ¿Y el desayuno?-
-Vámonos.- salimos de la casa.
Después de unos minutos llegamos a la recepción y preguntamos por ellos, la señorita nos dio la habitación después de haber llamado a su habitación por seguridad. Tocamos a la puerta y abrió Valentín con una sonrisa encantadora.
-Chicos, ¿qué hacen aquí?- entramos a la habitación después de que nos dio paso.
-Necesito hablar con Dante.- hablé.
-¿Me necesitas?- salió Dante del baño. En sí no era una habitación parecía un pequeño departamento.
-Sí, es que necesito preguntarte algo. ¿Porqué te atrasaste para abordar?-
-Carolina, mi abuelo aún no sabe que tu eres la Carolina que busca, piensa que es tu abuela.- se acercó para decírmelo en un susurro.
-Se me cayó la cadenita que tu abuela me dio, me di cuenta y me regresé a buscarla, pero cuando la encontré el avión ya había emprendido el vuelo.- me quedé sorprendida por la cadena ocasioné un efecto mariposa.
CONTINUARÁ...
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