I
En la temporada anterior...
-Hola, ¿en qué le puedo ayudar? - era un señor de avanzada edad, estaba lleno de canas y por su apariencia le daba unos 80 u 85 años.
-Hola, vaya que te pareces a tu abuela- eso fue muy raro para mí.
-Disculpé, ¿quién la busca? - cuando le pregunté se acercó un chico como de 20 años, eso aparentaba. Lo más raro es que se parecía mucho a Héctor.
-Dante, un amigo de tu abuela Carolina. - me quedé sin habla y sin movimiento alguno. Sentí como me desvanecía.
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-Caro.- una voz al fondo me hizo reaccionar. - ¿Estás bien?- Mau estaba sentado en el suelo de la sala y yo me daba cuenta que estaba acostada en el sillón.
-¡Ay!, tuve una mala pesadilla. Dante aparecía aquí.- me senté en el sillón agarrando mi cabeza con mi mano izquierda.
-Eh, sí. No fue una pesadilla.- apuntó a la cocina donde el mismo hombre mayor junto con su nieto de 20 años estaban sentados en la mesa tomando café, el olor a café inundaba la casa. Así que me levanté para acercarme a él.
-Tú, ¿qué haces aquí?- el hombre de avanzada edad se giró a verme.
-Disculpe, señorita. Pero usted no puede hablarle así a mi abuelo. Tenga mas respeto.- dijo el joven que lo acompañaba.
-¡Es que él no debería estar aquí!- los dos hombres se pararon de sus asientos.
-Caro, no creo que sea buena idea.- Mau se acercó más a mí.
-¿Por qué mi abuelo no debe estar aquí?- preguntó ese chico.
-Para empezar, ¿tú quién eres para hacerme esas preguntas?- crucé los brazos mientras esperaba una respuesta, verlo era como tener a Héctor de nuevo cerca de mí.
-Soy Valentín, el nieto de otro amigo de tu abuela Carolina, el primo de mi abuelo Dante.- con razón tanto parecido, sus ojos tan iguales que hasta la misma mirada tenían en parecido.
-¿Héctor?- hablé con un hilo de voz. -¿Pero cómo él va ser tu abuelo?- apunté al señor que estaba a mi lado.
-Yo he sido su abuelo desde que Héctor falleció en un accidente de avión.- no tenía la menor idea de por que esa noticia me congeló. -Yo iba a ir en ese mismo avión, pero me atrasé.-
-Sí, tú debías ir, no entiendo por que estas aquí.- mis ojos comenzaron a lagrimear. -Tú deberías estar...-no termine de hablar por me interrumpió.
-¡Caro!- Mau fue quien me interrumpió. Me acerqué a él.
-¿Sabes que si él esta aquí es por que Diego nunca nació? Dante fue la última vida de Diego, si el esta aquí, Diego no existe.- se lo dije en un susurro para que no escucharan Dante y su nieto Valentín.
Subí a mi recamara para poder asimilar lo que estaba pasando, no podía creerlo. Ya veo por que no respondía mis llamadas, por que esa chica contestó y no conocía a ningún Diego. Era mejor a la universidad en Inglaterra y usar un traductor.
Así que fui en busca de mi celular y busqué el contacto que me había dado Diego para cualquier emergencia. Estaba frente a la pantalla con la opción de llamar, así que respiré profundo y decidí llamar, aun tenia una esperanza de que Diego estuviera vivo. Al otro lado de la linea se escuchaba como sonaba hasta que alguien contestó.
Inicio de llamada
-Hello.- una voz femenina se escuchó al otro lado.
-Hello. You speak spanish?-
-Yes, hablo el español.- me sentí aliviada.
-Oh, que bueno. Disculpe quisiera preguntar sobre un alumno que he llamado y no responde así que me dio este numero en caso de emergencias. ¿Lo podría localizar?-
-Claro, dígame el nombre y apellido.- suspiré.
-Diego Martínez.- se escuchaba como tecleaban las teclas de la computadora.
-Lo siento, pero no hay ningún estudiante con ese nombre. Tampoco esta en los alumnos de baja o egresados. No está, señorita.- sentí como un hueco se hacía en mi pecho.
-Eh...muchas...gracias.- arrastraba las palabras, no podía creerlo. Colgué con decepción.
Fin de llamada
Mis ojos se comenzaron a llenar de lagrimas, me sentía tan mal conmigo misma. ¿Por que no presione más? Me hubiera dicho que estaba enfermo, no entiendo. Ahora él sigue aquí, pero no es Diego, si no su vida pasada. No sé que hizo cambiar el tiempo, pero esto no debió pasar, en algún momento alguna consecuencia se habría hecho presente, pero no esta consecuencia.
Tocaron la puerta, sabía que era Mau, de seguro quería saber como me sentía. Hoy fue un día lleno de emociones, no quería ver a nadie, solo estar sola. Primero la despedida de los chicos en 1953, después la aparición de Dante con el nieto de Héctor y finalmente saber que la persona con la que compartiste tus metas, ideas y una visión al futuro ya no este aquí.
Volvieron a tocar la puerta, pero ahora no esperaron una respuesta. Entraron, yo miraba hacia afuera por mi ventana así que no supe quien era.
-¿Por qué tanto drama con nuestra visita?- esa voz conocida me hizo girar lentamente hasta encontrarme con esa mirada familiar.
-¿Tú por qué entraste a mi cuarto sin preguntar?- él hizo una sonrisa burlona.
-Nadie respondía así que no tuve mas opción.- nos mirábamos.
-Igual, era respuesta de un no.- me giré para seguir viendo hacia afuera.
-Primero responde mi pregunta, ¿por qué te molesta nuestra visita?- lo miré y vi que estaba cruzado de brazos.
-No es nada personal, simplemente que...¿Dónde esta tu abuelo?- quise cambiar de tema.
-Abajo, hablando con Mau. Dice mi abuelo que también se parece mucho a su abuelo, Mauricio.- yo sonreí ante su comentario.
-¿Y Teresa?- bajo la mirada.
-Ella falleció hace 10 años.- me puse triste ante la noticia.
-Lo lamento mucho, y también lo lamento por tu abuelo Héctor. ¿Sabes cómo falleció?- lo deje de mirar por que me daba mucha tristeza su muerte.
-Fue en un viaje de avión, mis abuelos Teresa y Dante con mi verdadero abuelo Héctor viajarían por unos asuntos familiares, lo peor fue que el si abordó el avión por que mis otros abuelos regresaron por una...no recuerdo. Así que se estrelló en el mar.- asentía lentamente.
-Lo siento mucho.- una lagrima traviesa se escapó.
-Dime algo, Carolina. ¿Por qué odias a mi abuelo, si él fue tu amigo en 1953.- lo volví a mirar y me sorprendía que me dijera eso.
-¿Perdón?- fruncí el ceño.
-Sé que eres tú, que casualidad que te parezcas mucho a tu abuela igual que Mauricio.-
-No sé de que hablas.- cerré las persianas de mi cuarto e iba a salir de mi cuarto.
-Ya te había visto antes.- paré en seco.
-¿En una foto?- asintió.
-Eso lo confirmó.-
-No entiendo, fue mi abuela, no yo.-
-Entonces, ¿qué hacías en 1895 y en 1910?, ¿tu tatarabuela y bisabuela?-
-¿Cómo sabes eso?- abrí los ojos como platos. ¿Cómo es que sabía eso?
-Por que yo estuve ahí.- quedé congelada.
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