Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 16

Caigo en el hecho de que parecemos musulmanes adorando a su Alá. La veo con los ojos cerrados y una sonrisa divertida en la cara, así que me acerco hasta ella y digo:— Pssst, mejor volvamos antes de Hudgens nos rompa la paz interior.

—Ah sí, tienes razón.

Peyton me suelta, de forma rápida. La siento incómoda, el resto del camino hasta la clase. Quiero preguntarle cualquier cosa, con tal de charlar, pero ya hemos llegado. Los dos entramos, y todos se detienen de sus tareas para vernos. Al parecer la pelea se extendió por todo el instituto.

Me siento en la silla.

—Al parecer, tuvieron cambio de planes a último momento no es así, ¿Foster?

La profesora mueve su casi uniceja de arriba hacia abajo. Escucho algunas murmuraciones.

—No fue su culpa. Usted no sabe cómo fue la cosa.

El rostro de ella gira hacia Sasha. La chica anchoa hace un globo con la goma de mascar y la mira expectante.

—No debería meterse en asuntos que no le importan.

—Ella tiene razón. Quizás sería bueno que preguntara a la directora.

Ambas están defendiendo la verdad o detestan demasiado a la mujer. Sin saber que más decir, voltea molesta a la pizarra, y comienza a poner más y más cálculos, cosa que los demás no nos agradecen. Por demás, el resto de la hora pasa demasiado lenta.

...

Es hora de almorzar. Por mi parte, siempre traigo el almuerzo de casa. Holly insiste con que mi alimentación debe mantenerse durante la semana, así que prepara ensaladas, y cosas demasiado elaboradas para un alumno promedio. Aunque admito que al ver la comida del comedor, no me desagrada demasiado mi emparedado de pollo con salsa agridulce.

Por cierto, no sé en qué momento, Peyton se me ha unido, junto a la chica anchoa.

—Thom, busca asiento para los tres, nosotras iremos por la comida.

Me quedo mirandolas mientras se van. Me pregunto cuando fue el día que ya tengo acompañantes en mi almuerzo. Sea como sea, mi ánimo sube, a pesar de que mi ojo no pare de bombear sangre.

Uno de los amigos de Patt pasa por mi lado, golpeándome el hombre. No lo miro, aunque la sangre me hierve por dentro. Recuerdo lo que me dijeron las chicas de "mantén la cabeza baja, pero no lo suficiente para que te pisen". Es difícil mantener un intermedio, porque poco a poco, mi paciencia se agota.

Tomo asiento en la mesa del fondo, donde veía que ellas solían sentarse, y mientras abro mi bolsa de papel.

Pasados dos minutos, un sujeto se sienta a mi lado. Es uno de los que me golpeó el otro día. Mis puños se aprietan. No lo miro.

—Mira, blanquita —murmura—. A Patt no le caes nada bien. A mí tampoco, ni a mis amigos...

Lo interrumpo:—Bueno, saben que a mí ya me tienen las bolas por los suelos. Dejen de...

Me calla con un empujón en el brazo y dice: —Dejame terminar o harás que me arrepienta. —Lo miro. Se lo ve nervioso—. Si algo llega a salir mal, quiero que no me imputes a mi, porque yo te estoy advirtiendo. Hoy, cuando vuelvas a casa, te esperan en la avenida catorce para terminar lo de la vez pasada. —susurra, casi sin ser audible—. Ahora, si llegaras a delatarme que te he dicho esto...

—No, no, gracias. —Mi respiración está agitada.

—No soy un buen tipo, para ser sincero, pero no le encuentro demasiada diversión a toda esta mier**. Ahora, no me hagas arrepentirme.

Él se levanta cuando las chicas llegan. Ambas clavan la mirada sobre su espalda, y luego se sientan. No me tardo mucho en tomar mi celular y mandar un mensaje a mi padre para que pase por mi. No pienso arriesgarme de nuevo.

—¿Qué pasó? ¿Qué te dijo?

No respondo.

Gerard me dice que trabaja hasta tarde.

Maldigo en voz alta.

—¿Qué te dijo? ¡Respóndeme!

—Me esperan en la avenida catorce.

—Ese era Kaleb, ex novio de Sasha.

—Eh, vida personal. —se queja la otra.

—No es mal chico, al menos algo bueno tiene para haberte advertido. —La veo estirarse el cabello con molestia—. ¿Te das cuenta de que el maldito hijo de perra seguirá hasta que todos terminemos muertos?

Mando un mensaje a Julián.

—No puedes volver solo. ¿Alguien vendrá por ti?

Su coche sigue descompuesto.

—Nadie puede.

—Esta bien, nosotras iremos —dice Pey.

—Es ridículo que tengamos que protegerte así, florecita, pero no nos queda otra. —Ella se ríe, y la otra le da un golpe.

—¿Y qué se supone harán ustedes?

Ambas enarcan la ceja, como si estuvieran cronometradas. Pero Peyton termina negando.

—Él tiene razón. ¿Y qué si no nos hacen el más mínimo caso? Con un empujón estamos fuera de todo insulto o cosa que les digamos. No es suficiente.

—Llamaré a mi chico.

—¿La chica anchoa tiene novio? —pregunto divertido.

—Cállate, no me hagas retroceder de hacer esto.

Sasha pone el teléfono en su oreja y pone cara de importante, mientras hace ruido en la mesa con sus uñas acrílicas. Noto que no su amiga sabe a quién se refiere, porque frunce el ceño. Luego de varios segundos, ella pone voz coqueta, y se retira afuera.

—No tengo idea de quién es... —Peyton se queda pensativa mirando su comida, hasta que levanta un dedo al aire y se me acerca murmurando: —Creo que es el chico del agua. Wow, no creí que las cosas irían en serio.

Minutos después, ella llega con una sonrisa triunfante en el rostro. La miramos expectantes, mientras ella saca de su bolsillo un labial rosa brillante y se lo pasa con tranquilidad. Peyton rueda los ojos y me hace un ademán de que todo ha salido bien.

—Estoy esperando que agradezcas a la diosa del estilo rap, porque tengo buenas noticias.

—Oh diosa del estilo y rap, por favor, ¿podría iluminarnos con tu ayuda? —pregunto sarcástico.

—Está bien, está bien. Todo sea por el novio de mi amiga...

—¡Hey! No te pases de lista —replica la otra riéndose.

—En fin, él viene por nosotros a la salida. En realidad, me había dicho para ir al cine hoy. Iba a invitarlos a ustedes, apuntes de que surgiera toda la cosa violenta y eso. ¿Quieren venir?

—Y... ¿no estaríamos arruinando su gran cita?

—No, porque ustedes también irían de cita, así que, no hacemos mal tercio, o cuarto, como sea —dice, mirando su teléfono.

Me parece buena idea. Papá no llega hasta tarde, mamá debe estar en lo de la abuela, llorando su miseria. Traje dinero suficiente, y me agrada la idea de pasar tiempo con mi profesora de baile. Cuesta admitirlo, pero cada día me parece más única.

—Me apunto si la morocha de allá acepta acompañarme.

La miro, ambos lo hacemos. Ella muerde su manzana y dice con voz seductora:—Hagámoslo.

Una sonrisa de lado emerge en mi rostro, y  Sasha teclea un mensaje a su chico.

Por mi parte, vuelvo a mirarla. Peyton sonríe y se cubre con la capucha. Mi anotador invisible apunta hacia mí por haber logrado ponerla nerviosa. Mis problemas desaparecen por un par de minutos, y el resto del día transcurre con tranquilidad.

A la hora de la salida, los tres nos encontramos caminando juntos. En la calle hay un coche verde, barato pero con buena pintura. Un chico está apoyado sobre la puerta del acompañante. Tiene una gorra hacia atrás, un sweater gris y pantalones oscuros. No tiene collares como algunos, parece más discreto.

—Mi hermosa Sasha.

—Aquí estoy, cariño.

Con Peyton nos miramos y ambos nos tapamos la boca para no reír.

...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro