Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 14

Es mañana de domingo. Mis ojos están algo así como palpitantes por no haber pegado un maldito ojo en toda la noche. En realidad, me dormí demasiado tarde, a cosa de las cuatro. No paraba de girar en la cama, tenía frío, calor, Hulk me aplastaba, Francis comenzó a decir cosas en el medio de la oscuridad. Estaba todo en contra mío y no pude, cosa que afectó en mi sueño.

—Ayer te acostaste, mientras me estaba bañando. No pudimos hablar nada —dice mamá, mientras desayunamos—. Thomas es adorable, ¿cómo llegó a la zona?

—Hum, problemas familiares. —Respondo, ya que no tengo ganas de tocar el tema.

—Creo que es muy idiota andar haciendo esa clase de amigos, si además, tarde o temprano, tendrán que volver a donde vinieron.

Susan gira la cabeza hacia Francis, que se encuentra untando la mantequilla sobre su tostada.

—¿De qué hablas? No importa de donde sea, o quien sea, ella no tiene que sentirse impedida por distancia o lo que fuese. ¿Te gusta ese chico, ¿no cariño?

Levanto la mirada hacia mamá y articulo un rotundo no, que me huele a una probable mentira. Ya no se que pensar, no sé qué me estaría pasando estos malditos cuatro días.

—No sería muy bueno que te gustara, porque dicen que es demasiado rico, para poder fijarse en una tipa pobre. Deberías dejar de verlo... —Mi hermano mastica su desayuno con tranquilidad, cosa que me irrita aún más.

—Ya, cállate, eres como todos los demás.

—¿Qué es todo esto? Son hermanos, dejen de hablarse como si no lo fueran. —Luego Susan se dirige a Francis—. ¿Qué tanto te molesta que tú hermana lo vea? Yo no te inculqué esos valores.

El ambiente se vuelve tan tenso que me levanto apenas termino lo de mi plato. Sin quitarme el pijama, y solo cambiando mis pantuflas por zapatillas, así como poniéndome mi abrigo largo, tomo la correa del fallecido Jack, para ponersela a Hulk.

—Me tomaré mi tiempo, si no llego para el almuerzo no me esperen.

Ambos bajamos y él se ve más emocionado que yo. Nos chocamos con el vecino de nuestro apartamento de enfrente y se aparta para dejarnos pasar, sin quitar la vista del enorme perro, como temiendo que fuera a morderlo.

—Vamos, vamos.

Nos dirigimos hacia la plaza más cercana, o sea, en la que nos encontramos esa vez con Thomas. La nieve sigue cayendo con tranquilidad, y agradezco el hecho de que no haya viento. Hay algunas personas en la calle, sobretodo madres con niños. Los pequeños le tiran la mano para que se apresure, que quieren llegar a los juegos antes que los demás.

Una vez llego, tomo asiento en un banco. Para mi mala suerte está mojado, aunque ciando lo averiguo es demasiado tarde, porque mi pijama ya se ha empapado. Agradezco que el abrigo sea largo y luego no tenga que volver con mi trasero así, dando un espectáculo.

—¿Qué te pasa? ¿Qué quieres?

Hulk me tira de la correa, y quiere que lo suelte, para irse a caminar por ahí. Lo dejo libre, y se pone a hacer lo suyo. Ya saben, oler traseros de otros perros, levantar la pata, fingir que es el rey de la zona. Me gusta que sea tan musculoso, pero tan suave con nosotros. En estos pocos días que habita la casa, ha demostrado ser un excelente perro.

Me quedo pensando un buen rato. Moviendo mis neuronas de a ratos, y mirando a la gente por otros. Me gusta ver a los padres cuidar tanto a sus niños. Me divierto viendo a los perros perseguirse y jugar.

Así de repente, unas manos me cubren los ojos. La persona se encuentra en la parte trasera del banco, y por un instante pienso que es Thomas. Aunque al abrir los ojos un poco, noto que sus manos son más grandes, más oscuras, diferentes.

—¿Sasha?

—Respuesta equivocada.

Su voz me da irritación. Quiero volver a casa de inmediato.

—Dejame, no seas idiota.

Me suelta y da la vuelta, sentándose a mi lado. No lo miro, y me levanto sin dudarlo. Patt toma mi muñeca sin lastimarme, pero firmemente, impidiendo que me vaya. Suspiro, apreto mi puño. Me harta demasiado que me obligue a interactuar con él.

—¿Qué demonios quieres?

—Sientate un rato, necesito hablarte.

Lo hago de mala gana, y enarcando las cejas digo:—Tic tac, tic tac, tengo cosas que hacer.

—No te veías muy ocupada recién —dice, mostrándome sus dientes, que resaltan con el tono de su piel.

—Para ti siempre voy a estar ocupada.

—Eso es una lastima, porque me gustas mucho, y creí que podríamos ir a ese bar nuevo de por allá.

—¿No te cansas de seguir intentándolo? Sabes mi respuesta.

—Esta vez creo que tienes motivos para aceptar.

Me quedo mirándolo y no sé a qué se está refiriendo, al menos quisiera no tener que saberlo. Frunzo el ceño y cuando abro la boca para decir algo, me interrumpe, poniendo su dedo en mis labios:—Si no lo haces, esa perra rubia terminará de mala manera.

—¿Me estás extorsionando?

—No me gusta usar esa palabra contigo. Llámalo un canje.

Quiero golpearlo. Tengo unas ganas inmensas de lastimarlo. Me irrita tanto que no deje de sonreír en ningún momento. Me da demasiada bronca que estemos estableciendo está maldita conversación.

—No lo haré. Deja de molestarlo.

Me levanto del asiento y voy a por Hulk. Siento sus pasos rápidos detrás de mí, y casi corro para ponerle la correa.

Siento su manos rodear mi cintura, a lo que lo golpeó con los codos hacia atrás. Logro ponerle la correa a Hulk, que no tarda en sentir la tensión y comienza a ladrarle al ver que me ha tocado. No tarda en retroceder, al mismo tiempo que yo me acercó con él, intentando intimidarlo. Algunos voltean a vernos y solo quiero irme.

—Dejalo en paz.

Comienzo a irme a paso veloz, aunque tengo que tirar un poco de Hulk porque no para de gruñirle.

—¡No te saldrá barata! —lo escucho gritar, y solo ruego poder comunicarme con Thom lo más antes posible.

...

El lunes en el instituto, me encuentro buscandolo por todas partes. Ayer me la pasé llamándolo, pero no cogía en teléfono en ningún momento. Quise ir hasta su casa, pero no sabía su dirección. Entré en una especie de aura nerviosa. No sabía si tenía razones para actuar así, pero el hecho de no poder comunicarme, era estresante.

—¿Hiciste la tarea?

Estamos con Sasha ya sentadas en la clase de matemáticas. No me encuentro allí del todo, así que niego con la cabeza, porque en realidad no la hice. El profesor entra y con eso, atrás entra el rubio, a lo que suspiro aliviada.

Cuando llega a mi lado, tengo que cerrar los ojos y lo único que logro apretar es la mano de mi amiga.

Su ojo está completamente morado, al igual que el costado izquierdo de boca.

...






Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro