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Domingo. 9:30 AM.
Casa de los Wang.
Diana (Vanessa Wang).

We woke up in the kitchen Saying,
"How the hell did this shit happen?"
Oh, baby Drunk in love
We be all night
Last thing I remember is our beautiful bodies grinding up in that club
Drunk in love
We be all night, love, love
We be all night, love, love...

La melodiosa voz de Beyoncé retumbaba en las paredes de la casa. Jk estaba de muy buen humor, pues hoy sería el día en qué se daría el lujo de ser mi esposo, ante los vecinos.

Lo veía sonreír, y mirarme de manera dulce. Me concentré en seguir pelando las patatas. Pero sentí sus manos, aferrarse a mi cintura, y susurrarme al oído lo sexy que me veía.

Pegaba su cuerpo al mío, hasta hacerme estremecer. Besaba mi cuello, y sus caderas embestían mi trasero de forma constante.

Sentí su duro falo, presionar mi piel caliente. Comenzó a subir el volado de mi vaporoso vestido. Dejándome expuesta para él. Justo cuando tomo el elástico de mis bragas para bajarlas, el timbre sobresalió por encima de los insinuantes versos de Jay-Z.

-¡Ah! Maldita sea... -renegó Jungkook jadeando en mi oído-. Deben ser los Kim, dejaremos esto para la noche.

Asentí, agitada, me acomodé la ropa y el cabello. Y reanude mi labor. Cuando escuché su voz, mi cuerpo reaccionó. Apreté los ojos, y dejé que el calambre de mi vientre cediera hasta desaparecer.

Cuando levanté la vista, Ara entraba a la cocina con un platón de ensalada, mientras que Taehyung cargaba una caja de fresas cubiertas de chocolate. Trague saliva en seco al verlo.

"Genial, la cosa que me vuelve loca, cargando la cosa que más me gusta" fue lo único que pude pensar. Saludé y me apresuré a tomar la ensalada para guardarla en el refrigerador.

-De verdad mi hermano y yo, agradecemos su invitación -la dulce chica me dio un cálido abrazo-. Es tan difícil hacer amigos y ustedes llegaron a tocar a la puerta, ¿No es eso genial Tae-tae?

-Es el destino, sin duda -dijo con su hermosa sonrisa cuadrada iluminando su rostro.
Caminó hacia mí, extendiendo la caja en sus manos. Para luego abrazarme y besar mi mejilla.

-Te ves hermosa Vanessa -dijo grave, apenas audible para mí. Cerré los ojos al sentir su cálido aliento rozar mi piel. Él hincó sus dedos en mi cintura, por un par de segundos, y se separó de mí.

-Bienvenidos, pasen y tomen asiento -dije tomando el pelador de nuevo, pero Taehyung se apropió de él.

-¡Oh! Yo te ayudo, soy bueno en eso.

-Solo hay que mantenerlo alejado de la estufa y el asador a mi hermano, ya que no se le da la cocina, pero es bueno pelando papas.

Reímos por su comentario, y por la timidez que invadió a Taehyung por las palabras de su hermana.

... ... ... ... ... ... ... ...

La casa se llenó de invitados. Niños corriendo por el jardín, huyendo de mi flamante marido, mientras jugaba a ser un monstruo.

Noa, Sara y Ara, se ocuparon del asador. Por lo que me limité a ayudarles en lo que podía. Entré a la casa por más sodas.

Me encontraba en la despensa, cuando sentí sus manos rodear mi cintura y su nariz hurgando en mi cuello.

-¡Cookie basta! No es el momento, tenemos invitados -restregué mi trasero en él, solo para provocarlo un poco más.

-¿Cookie? Mmm es un lindo apodo -quede inmóvil ante su gruesa voz. Gire sobre los talones para quedar frente a él.

-Taehyung... ¿Qué haces aquí? -mire detrás de él para ver si había alguien más en la cocina.

-Le pedí a tu esposo una botella de vino, y me dijo que tú podrías dármela -negué y él aferró sus manos a mi cuerpo-. No tienes de que preocuparte, está jugando con los niños en el jardín.

-La... la cava está en el sótano.

-Te sigo Vanessa.

Pase por su lado, y camine hasta la puerta, baje las escaleras con cuidado.

-¡Oh, vaya! Bonito cuarto de juegos -dijo, al tiempo que deslizaba sus dedos por el marco de madera de la mesa de billar-. Se antoja jugar.

El sótano estaba convertido en la cueva de un hombre. Había consolas, mesa de billar, un minibar, y la cava. El FBI se había encargado de hacer placentera la estadía de Jk en la casa.

-El día que gusten tú y Ara pueden venir... -mordió su labio inferior y extendió su mano para que la tomara.

Lo hice y me acerco al borde de la mesa. Paso mi cabello detrás de los hombros, para deslizar su nariz por mi cuello y mi pecho.

-Tenía pensado otro tipo de juego -me tomó por la cintura para sentarme sobre el terciopelo verde, se paró entre mis piernas, deslizando las yemas de los dedos por mis muslos-. Me encanta ese vestido, hace volar mi imaginación.

-No quiero saberlo, debo irme... -trate de bajar, pero él me tomó por los hombros para recostarme sobre la firme superficie.

Lo miré angustiada, no quería hacerlo, pero tampoco podía resistirme a él. Había algo en sus ojos que dominaba mi voluntad. Enredé los brazos en su cuello, y comencé a besarlo. Disfrute del calor de sus labios y su cuerpo suspendido sobre el mío.

-Vanessa me tienes loco.

Fueron sus últimas palabras antes de recorrer mi cuello y pecho con besos húmedos. Acaricio mis pechos por encima del vestido, y siguió su camino de besos sobre la tela.

Jadeé al sentir como hecho la tela sobre mi vientre, para besarme el ombligo. Fue más abajo y aspiro el aroma de mi sexo, gruñendo sobre mi débil carne, que palpitaba por el calor de su aliento.

Metió el dedo índice por el borde de la tela de mis bragas en la ingle. Gemí ante su tacto. Quería que se alejara y deseaba sentirlo, a partes iguales, mi mente no reaccionaba.

Pero cuando deslizó la tela a un lado y beso los labios de mi sexo, mi cuerpo ardió en llamas. Cerní los dedos en su espeso y suave cabello, abrí las piernas y le permití explorar.

-Mmm... Taehyung no es correcto, ¡Dios! Ah... debes, debes irte...

Hablé con dificultad mientras sentía su lengua acariciar mi húmeda entrada y el endurecido clítoris. Se alejó un par de centímetros de mí.

-¿Quieres que me vaya ahora? No, eso no será posible... -se incorporó hasta quedar a la altura de mi rostro-. Mírate Vanessa -acarició mis mejillas y beso de manera dulce, mis labios-, sonrojada, jadeando, aferrada a mí, eres mi obra de arte, y quiero contemplar tu rostro cuando te corras y grites mi nombre.

-No - gimoteé sumida en el deseo- ¿Por qué me haces esto?

Rio secamente, y quitó el cabello que estaba pegado a mi frente. Sus profundos ojos me tenían sometida. El pecho se me contrajo con solo sentir su oscura mirada.

-Porque te deseo desde el primer segundo que te vi sentada en el bar -sin dejar de verme a los ojos, tomó mis bragas y las deslizó lento por las piernas, hasta sacarlas por completo-. Tu rostro es lo más hermoso que jamás haya visto, y tu cuerpo es perfecto.

-No puedo hacerle esto... él me ama.

Me miró formando una "O" perfecta con sus labios.

-Él te ama -se guardó las bragas en la bolsa de la camisa y se hincó frente a mí-. Sé buena y quédate quieta.

Paso mis piernas sobre sus hombros, y comenzó a devorarme sin piedad. Chupo y lamió mi sexo sin descanso. Hundió la lengua dentro de mí, provocando que me rindiera ante él.

-Dulce -dijo en un jadeo. Deslizó dos dedos y comenzó a cogerme con ellos, sin dejar de dar suaves caricias con su lengua. El cuerpo me hervía y las piernas no paraban de temblar.

-¡Tae!

La oleada del orgasmo inundó mi ser. Aferré las manos a su cabello, y cruce las piernas alrededor de su cuello. La adrenalina aceleró mi corazón, dejándome los sentidos alterados.

Solo podía escuchar la sangre, golpear mis oídos. Cerré los ojos y traté de respirar profundamente. Pero me encontraba al límite, lo había deseado tanto que no podía dejar de sonreír.

Luego de un par de minutos se reincorporó limpiando sus labios con el dorso de su mano. Extendió los brazos para rodearme.

-La próxima será mi pene quien te coja Vanessa, te haré mía.

Me beso lento, sin prisa, el calor de su piel me envolvía. Mi cuerpo convulsionó en sus brazos y en mi pecho se alojaba la calidez de la serenidad.

Si, estaba mal en todo sentido, pero entonces, ¿Por qué se sentía tan bien? ¿Por qué lo deseaba tanto? Después de un par de minutos me ayudó a incorporarme y extendí la mano hacia él.

-Dámelas Taehyung.

-No sé de qué me hablas -pasó por mi lado, tomó una botella de la cava-. Iré arriba, tal vez quieras refrescarte...

Beso mis labios y comenzó a subir los escalones. Dejándome hecha nudo, con la moral en los pies, pero el deseo y la satisfacción por las nubes.

Me apresuré a ir a la habitación, limpie mi zona íntima y me puse ropa interior. Arregle mi cabello y rocíe un poco más de brisa corporal.

Con el descaro que jamás imaginé que podría tener, fui hasta donde Jeon, para abrazarlo por la espalda. En este momento nada me importa, más que el hecho de sentirme plena y feliz.

-¿Mi cielo viste este bombón? -Jk cargaba en sus brazos, un regordete bebé, de rosadas mejillas y ojos azules-. ¿No te roba el aliento?

-Es hermoso, ¿Quién es la madre? -acaricie los rebeldes rizos del bebé.

-El nuestro será más hermoso -me dijo al oído y me guiño un ojo.

La sonrisa se borró de mi rostro. Sentí el estómago de piedra. ¿Tener hijos? Me sentía jodida. Puse un pie en la trampa y ahora, no podría huir.

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