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II


Luego de un largo baño, me puse un traje negro, con blusa de chifón, salí a mi habitación y mire que Jk ya estaba vestido.

—Sabes debería traer un par de mudas de ropa, para evitar esto —me dijo al tiempo que abotonaba su arrugada camisa.

—¿Te refieres a dejar ropa tuya aquí? No le veo el caso Jeon.

Dejó su labor y se acercó a mi, hasta tomarme por la cintura, deslizó su nariz por mi cuello, y gruñó sobre mi oído, lo que me hizo temblar, y sostenerme de sus hombros.

—¿Ya entramos en nuestros papeles para la oficina, oficial White?

—Sobre eso, tenemos que hablar...

Al escuchar esas palabras, me soltó, y se apresuró a ponerse su saco, y tomar sus pertenencias de mi peinador.

—Lo hablamos esta noche en mi departamento Diana, o cuando estemos cenando, haré reservación en Scalini Fideli.

—Jungkook no creo que...

—Paso por ti a las 9 cielo -dejo un corto beso en mis labios y se dirigió a la puerta del dormitorio—, la veo en la oficina oficial White.

Grito desde la estancia, me senté sobre la desordenada cama, Jk no aceptaría un no por respuesta.

—Maldita sea Diana.

Dije para mí misma, termine de arreglarme y salí a toda prisa, debia hablar con alguien, necesitaba un consejo.

Llegué a la One Police Plaza, con algo más que una resaca, la cruda moral era más fuerte, que el dolor de cabeza, que amezaba con explotar mis sesos.

Me serví una taza de café bien cargado, y me dirigí a la oficina de Susan, entré sin llamar a su puerta, y me dejé caer en la silla frente a su escritorio, di un gran sorbo a mi café.

—Vaya, la pinta de una perdedora, ¿que hiciste Diana? -frote mis manos y la mire de mala manera

—Buenos días Su, tu también te ves radiante esta mañana.

—A tres cuadras puedo ver qué no son buenos días para ti, ¿me vas a decir que pasa? —dejó las hojas que leía sobre el escritorio, y cruzó los brazos sobre su pecho, esperando por mi respuesta.

—Es Jk.

—Ya veo, ¿se te lanzó de nuevo?

Resople con frustración y abrí otro botón de mi camisa, de pronto la oficina se sentía un poco sofocante.

—Me acosté con él —mi amiga se quitó los lentes, y recargo los codos en los posa brazos de la silla, descansando las manos sobre su regazo.

Podía sentir su pesada mirada, sus ojos ámbar me estudiaban con escrutinio.
Yo solo atinaba, en ver detalladamente, las hebras de su rubia cabellera, con sus perfectas, ondas cayendo a los lados de su rostro, enmarcando su pálida piel, y haciendo un tremendo contraste, con su saco a medida y su pulcra camisa blanca.

Sí, Susan era por mucho, la persona más recta que conocía. Desde su ropa perfectamente planchada, hasta su íntegra personalidad.

—¿Eres idiota o ahora vas a jugar a la niñera? -soltó con decepción, haciendo que mi boca se llenara de un gusto ácido—. Creí que no te interesaba en absoluto, ¿me perdí de algo?.

—Fue un error...

—Obviamente, pero ¿por qué?.

Resople frustrada, hice memoria, de cada movimiento de la noche anterior, y la madrugada.

—Salimos a beber un par de copas, los dos estábamos un poco cansados...

Flashback

Miraba fijamente a una pareja, sentada a un par de mesas de distancia de nosotros, parecían discutir, pero lo que más llamó mi atención, fue la manera en que la chica, trataba desesperadamente de abrazar al tipo.

Su cara reflejaba una tristeza inmensa mientras el tipo la veía con soberbia.
Seguro de que ella le rogaría, y haría lo que fuera por tenerlo feliz.
Yo desde mi lugar, solo deseaba que algún hombre de ahí, se dirigiera a la chica, la tomara por el cuello y la besara, haciéndole ver, qué ese patán no es el único hombre en el mundo.

—Vaya, menudo espectáculo —dijo Jk y yo asentí, sin quitar la vista de la lastimera escena.

—Es una reverenda pendejada, no sé a quien quiero abofetear más fuerte, si al tipo arrogante, o a la niña tonta sin amor propio.

Mi colega dejó salir una risa seca, y elevó su trago frente a mi.

—Por los amores no correspondidos, y por los que somos pacientes.

—Es el peor brindis que he escuchado, pero salud...

Chocamos las copas, y de a poco se fueron vaciando las botellas.
Perdí la cuenta después de tres, y aunque estaba consciente aún, Jk estaba más animado y desinhibido que de costumbre.

Se acercó a mí, acortando la distancia, me llegó el olor de su colonia, amaderada, fresca, con un toque de cítricos.
Pude sentir su calor, su cuerpo exudaba testosterona, por cada poro de su piel.
Eleve mi mirada, haciendo una parada en sus rosados labios, de pronto, trague saliva con la garganta seca.

—Diana debo decirte algo, que me guarde desde el lunes.

—¿Ah sí?, y... ¿qué es?

La distancia entre los dos, era ridículamente pequeña.
Sentí su aliento rozar mis labios, alce un poco más la vista, y pude ver sus profundos ojos negros.
Me sentí aprisionada, y pequeña ante su presencia.

—El traje rojo del otro día, te sentaba de maravilla, pero hoy... te ves especialmente hermosa —me recorrió con la mirada, sentí una gota de sudor bajar desde mi nuca,y recorrer mi espalda.

—Ya basta niño bonito, estás ebrio —lo empuje un poco, pero al sentir su pecho en mis manos, no pude evitar morder mi labio inferior, pequeño gesto, que él no pasó por alto.

Regresó a su posición anterior, deslizó sus dedos por mis brazos, acercando sus labios a los míos.

Juro que no quise hacerlo, pero cerré los ojos, cosa que fue como una invitación para él, acortando la distancia, y uniendo nuestros labios.

Y fue ahí, que se fue todo al carajo.
El rodeo mi cintura y yo, enrede los dedos en su cabello, probé de el, y dejé que mi piel se impregnara de su olor.

Ese beso fue como una descarga eléctrica.
Sus labios eran suaves, su beso era delicado, paciente, pero hambriento.
Debí separarme, quise hacerlo, pero su saliva y su aliento embriagaron mi mente.

Y el deseo me invadió, mi piel reaccionó a él, mi vientre ardió en llamas, y el alcohol en mi sistema, solo empeoró las cosas.

Cuando por fin nos separamos, pude ver en sus ojos un brillo especial, tocó mis labios y después los de él.

-—Diana yo...

No lo deje decir una sola palabra, de nuevo bese sus labios, me deje llevar por el instinto animal.
Él me correspondió, me besó y acarició mis mejillas con ternura, y sus caricias encendieron más mi ser.

—Vamos a mi casa Jeon.

Salimos con prisa del lugar.
No puedo explicar la urgencia que lleno mi ser.
Mí respiración se hizo irregular, necesitaba sentírlo dentro.
La verdad es que mi juicio, estaba metido en los pantalones de mi compañero.

—Agh!! El maldito tráfico!! —dijo mi compañero, cabreado por el horrible atascadero, de las calles de la ciudad. Sin pensarlo, encendí las torretas y las sirenas, para darnos paso entre el pesado tráfico, le sonreí coqueta— Yo también tengo urgencia Diana.

Jk tomo mi mano y la llevo a sus labios, chupo mis dedos hasta dejarlos mojados de su saliva.

—Tócate Diana, vamos.

Senti mis piernas temblar y obedecí.
Metí mi mano debajo de mi falta, corrí mis bragas para un lado y comence a trazar círculos sobre mi necesitado sexo.

Jk se hayaba perdido, entre mantener su vista al frente, o ver el obseno espectáculo que le ofrecía.

—Nena eres tan perfecta, voy a follarte, hasta saciar las ganas que tengo de ti.

El orgasmo llego, derramándose sobre mi mano. Jadee satisfecha, mirando como mi compañero, respiraba con dificultad a causa de la excitación.

Tomo de nuevo mi mano, para lamer mis fluidos, gimio de placer, al sentir mi sabor en su lengua.
Yo me sentía perdida, al tiempo que me retorcia en el asiento al verlo tan sediento de mi.

—Voy a comerte ese delicioso coño.

Llegamos a mi edificio, bajamos con prisa y en cuanto cruzamos la puerta del departamento, nos deshicimos de las prendas.

La noche era perfecta, para perder los estribos y dejarse llevar por la lujuria.

Una vez en mi habitación, me recosté sobre la cama, jk se inco entre mis piernas y saco mi ropa interior.

Para después, devorar mi sexo, chupaba y lamía con necesidad.
Tomo mis caderas, para follarme con su lengua, depues de correrme de nuevo, grite su nombre con fuerza.

Cegado de deseo, quito su ropa interior, y pude verlo completo. Era tan sexy, comenzando por su cuerpo tonificado, su cara llena de lascivia y su duro miembro.

Tomo mis talones y se posicionó entre mis piernas.

—En la mesita de noche Jk, ahí hay preservativos —le indique y rápidamente, se colocó uno y al entrar en mi, sentí mi cuerpo aliviado, llenaba cada espacio en mi.

—Diana, cuánto te amo —cubri sus labios con mi mano, y eleve mis caderas.

—Follame Jk...

No necesitaba palabras bonitas, solo lo necesitaba a el.

Fin del flashback


Sacudí mi cabeza para dejar de lado esas palabras. Eleve los ojos.

Sue me miraba desde su pequeño tribunal, yo estaba frente a ella, en el banquillo de los acusados.
Me encogí de hombros y suspiré pesado.

—¿Lo dejaste pasar toda la noche contigo Diana? Al menos lo pudiste haber corrido por la madrugada.

—Me dijo "te amo" por Dios Susan, no soy un monstruo.

—No, pero si eres una idiota.

Rodé los ojos exasperada y la mire de mala manera.

—Bien, ¿algún consejo?

—¿Para remediar lo que has hecho? Mmm no lo sé, hace mucho que no trato con adolescentes, por lo tanto no se cómo controlar tus malditas hormonas.

—Susan enserio, por favor yo necesito...

—Se lo que necesitas Di, no dejarte llevar por la calentura, tienes casi 40 años, ¿no te das cuenta? Jeon es un joven, no tienes nada para ofrecerle.

—Lo sé y ya se lo dije, pero solo necesito hacerle saber, que lo de anoche fue un error, es todo.

—¿Es todo?, ¿de verdad es todo? Si es así de fácil, solo dicelo —se levanto de su silla y camino hasta llegar al frente de su escritorio, sentándose sobre el, justo frente a mi— Dile que lo de anoche no se va a repetir, y que por favor, se límite a llevar una relación meramente profesional, porque sencillamente no te interesa, y ya está, ve y me cuentas qué te dijo.

Su tono de sarcasmo me estaba jodiendo. Sabía que no podría llegar a decirle eso a Jk, se sentiría usado por mi, y no soportaría recibir su desprecio e indiferencia.

—Me largo, creí que me ayudarías, pero veo que me equivoqué —me levanté, acomode mi traje y me pare frente a ella—, gracias por nada agente Silverman.

Me disponía a caminar, pero me sujetó del brazo, y pegó sus labios a mi oído.

—Le pides ayuda a la persona equivocada linda, pero puedo ir ahí, y decirle yo misma al niñato que no tiene nada para ofrecerte.

Me solté de su mano y camine hacia la puerta.

—Alejate de Jk.

Fue lo único que le dije antes de salir y azotar la puerta. Susan era mi amiga desde que entré al servicio, pero eso no le quitaba lo perra y la sangre pesada que era.

Agente Susan Silverman (Su)

Agente Jungkook Jeon (JK)

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