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TaeHyung y sus secuaces, MinHo y Vernon, se encontraban en el patio trasero de sus padres. Su viejo se encontraba asando un poco de carne y su madre preparando lo que iba a acompañar la misma. Estaba celebrado con taehy la exposición recientemente en su universidad y el hecho de haber sido uno de los ganadores. Ya que tenía demasiado créditos extras que le aseguraban una recomendación a futuro para un trabajo bueno.

Ellos estaban también ayudando, por su parte y llenando a TaeHyung de preguntas metiches.

—Entonces ¿para cuándo nos los vas a presentar? —mencionaba MinHo.

TaeHyung golpeaba su hombro con el suyo propio y una mirada de advertencia.

—Por favor, todavía estoy pensando en que voy a decir si mi madre pregunta

— ¿Y por qué preguntaría? —mencionsba Vernon, comiendo un pedazo de zanahoria de las que estaba a cargo de cortar.

TaeHyung suspiraba—. Resulta que cuando le mostré la foto elegida de la exposición, mi cara de imbécil enamorado me delató...

—Oh, si... Tenías esa misma cara cuando nos fuiste dando el tour por las imágenes tomadas ¿no, Ver? —se mofaba MinHo.

Vernon reía con una zanahoria en la boca dificultandole el habla, pero asentía.

—Estúpidos —murmuraba TaeHyung—. Omma está muy callada al respecto, pero la conozco... —mencionaba con ojos entrecerrados hacia la imagen de su madre, quien tarareaba una canción mientras seguía preparando las guarniciones extras—. Está esperando a que nos sentemos a la mesa y luego comenzará a tirar cada pregunta como un balazo directo a mi y ya me estoy viendo cómo Neo, intentando esquivarla, pero no sé si lo consiga.

Ambos chicos asentían con una mueca consternada en su rostro.

—Deberías decirle y ya —mencionaba MinHo.

"¡¿Estás loco?!" Sonaban los otros dos al unísono.

MinHo se encogía de hombros.

— ¿Por qué se lo ocultarlas siquiera? No tienes pensado dejar a SeokJin y seguramente él tampoco tenga pensado eso —continuaba como si nada, el bastardo.

—Porque la puede matar de un infarto —mencionaba Vernon al otro lado de TaeHyung, mientras los tres estaban sentándos como indios en la plataforma del patio de sus padres.

TaeHyung señalaba a Vernon para hacerle entender a MinHo algo jodidamente obvio.

—Tu mamá es una mujer muy sana, no creo que le ocurra tal cosa —respondía el rubio, como si realmente lo hubiese considerado como algo literal.

Y por eso Vernon lo golpeaba en la nuca.

— ¡Oye! —gritaba el otro, sobando la zona.

El padre de TaeHyung los miraba de repente y comenzaba a reír repentinamente—. Ustedes nunca cambian, MinHo hijo, deja cabrear a tus amigos.

— ¡Si, señor! —respondía el rubio muy obediente y sonriente, luego miraba con seriedad mortal a Vernon—. Hazlo, de nuevo y te pongo uno en la cara.

TaeHyung comenzaba a reír al respecto, dejaba salir unas cuantas carcajadas que se contagiaban entre los tres. TaeHyung ya no recuerda el tiempo que lleva siendo parte de este trío. Todo comenzó por ser buenos vecinos y luego simplemente habían congeniado a pesar de ser muy diferentes.la noche en la que TaeHyung había confesado a sus padres ser gay, totalmente ebrio, también se los había confesado a ellos. Pero sus amigos no lo habían echado a casa de su abuela cómo la reacción que había obtenido de sus padres al día siguiente, porque cuando se había confesado ebrio, no le habían creído una maldita palabra. Y ahora aquí, después de varios años, seguían siendo su pilar.

Dos chicos muy diferentes entre sí, Vernon siempre centrado y el más maduro de los tres. MinHo un tiro al aire, pero que defendería a esos dos con dientes y garras. Y luego TaeHyung, solía ser el más aventurero y poco descarado, pero podría decirse que tenía un poco de ambos y ahí estaban, nuevamente, apoyando a TaeHyung en otra aventura. Listos para sostenerlo si caía y o ayudarle a elevar los pies para volar.

Finalmente suspiraba y miraba a sus padres quienes justo se habían cruzado en medio del patio y secreteaban entre ellos como dos enamorados. Siempre habían tenido una relación hermosa. No era perfecta, pero era algo con lo que TaeHyung soñaba tener. Siempre estar ahí para el otro, codo a codo, sin importar nada más. Poniendo a su compañero de vida primero que nada ni nadie.

Como SeokJin lo había hecho cuando le pidió quince días solo para él y por un momento creyó que se había extra limitado en sus derechos como "novio".

—Realmente me gustaría decirles... —susurraba de repente.

Vernon suspiraba, no lo tomaba tan a la ligera como MinHo, quizás su futura carrera de analista de sistemas, era lo que lo llevaba a pensar y repensar cada situación y suponer sus resultados futuros.

—Bueno, si lo haces. Al menos no podrán echarte a casa de tu abuela si no están a favor de que salgas con un hombre, meramente popular y con un falso matrimonio que, quizás ellos no puedan llegar a entender o creer... Pero el idiota de MinHo en parte tiene razón —mencionaba.

—Exacto —afirmaba el rubio, comiendo una hoja de lechuga que luego sobresalía de su boca mientras arrugaba el ceño y hablaba con la boca llena—. "Eshpera ¿rashon con qué?" —cuestionaba.

Vernon reía, negando con su cabeza—. Sobre que él y SeokJin no terminarán su relación... ¿O planeas dejarlo en algún momento?

—¡No! —afirmaba con un puchero, luego bajaba la cabeza—. No quiero ni pensarlo... —susupiraba.

Ambos chicos llevaban automáticamente sus manos a la espalda de TaeHyung para acariciarlo como consuelo. El chico le regalaba una sonrisa a ambos y luego volvía a ver a sus padres. Sus amigos tenían razón, su estado amoroso jodidamente  no cambiaría, miraba su pulsera con la llave que pertenecía al candado que resguardaba—figurativamente hablando—, el corazón de SeokJin y joder, no cambiar su situación. Estaba comprometido con la causa y con SeokJin.

—Eso es nuevo —mencionaba MinHo, viendo la muñeca de TaeHyung y todas sus pulseras las cuales conocía de memoria.

El azabache sonreía como imbécil—. Gasté un poco de efectivo en Japón y nos hice un regalo a SeokJin y a mí —respondía con dulzura.

—Dios, hasta tu voz se vuelve melosa cuando hablas de él —se mofaba MinHo.

—Déjalo en paz —mencionaba Vernon riendo—. Hablarle como un bebé gigante a su sugar daddy está permitido. No te burles —y luego recibía un buen empujón de TaeHyung.

—Yo no le hablo como un bebé gigante —se defendía, pero era muy poco creíble cuando un puchero se presentaba en su rostro y reía como imbécil luego.

— ¿Y él tiene el candado o qué? ¿Cómo es? —cuestionaba Vernon.

TaeHyung suspiraba—. Si, es un candado. Tenía planeado a él darle la llave —alzaba la vista amenazante, esperando que ninguno se burlara de sus siguientes palabras, pero ambos chicos ponían rostro inocente—, él tendria la llave del candado que resguarda mi corazón

—Eso es muy cursi —soltaba MinHo, ocultando su rostro entre su brazos por miedo a ser golpeado.

TaeHyung ponía sus ojos en blanco, pero Vernon preguntaba—. ¿Y por qué hicieron cambio?

—Porque dijo que él está atrapado, encadenado... Pero que yo tengo la llave para liberarlo... —suspiraba enamorado y pensativo—, o algo así era.

Ambos amigos se miraban con un deje de preocupación, pero MinHo aligeraba el ambiente—. Eso fue asquerosamente más cursi.

TaeHyung comenzaba a reír sonoramente.

—Bueno, eso prueba que se merecen ¿no?. Es una buena y asquerosamente cursi señal —se mofaba Vernon.

TaeHyung lo empujaba—. Se supone que eres el bueno

—Lo soy, pero vamos Tae... Fue asquerosamente cursi —se burlaba, logrando que los tres comenzarán a reír.

— ¡A comer! —anunciaba Mi-Suk, los tres se ponían de pie y al mismo tiempo ponían su mano sobre el hombro de TaeHyung.

El chico los miraba forzando una sonrisa—. Dejar pasar el tiempo, solo lo hará más complicado para tí. Tu madre es insistente y curiosa... Pero es tu decisión —mencionaba Vernon, alejándose primero.

TaeHyung pasaba saliva y veía a MinHo buscando por unas últimas palabras de aliento—. Si vas a construir un futuro con él, dejar afuera a tus padres es inútil... Sé que es difícil, no soy idiota. Pero si no piensas dejarlo y él tampoco piensa dejarte, entonces ahora es el momento.

La cena había sido más tranquila de lo esperado. TaeHyung estaba sorprendido y a la vez algo asustado, porque sus amigos ya mencionaron que se irían en unos momentos, pero su madre se aseguró que TaeHyung se quedará para el postre. No sabía si era bueno o malo quedarse solo con sus padres. No estaba seguro si iba a necesitar más apoyo moral para hacer esto, pero nuevamente no estaba seguro de nada. Sólo de que estaba jodidamente enamorado y se le desbordaba por los poros.

Cuando menos lo esperaba sus amigos comenzaban a despedirse de sus padres y de él. Pero corría con ellos a la puerta para acompañarlos a salir.

—Tú puede, trigre —mencionaba MinHo, dándole un fuerte abrazo.

Vernon reía secamente tras ellos—. Haz lo que creas  mejor, nadie te pone presión aquí. Es tu decisión —afirmaba, devolviendo el abrazo que TaeHyung le daba.

— ¿Siempre tienes que ser el más intelectual de los dos? —cuestionaba MinHo.

—Obvio, cariño. Muévete —mencionaba, empujándolo fuera.

TaeHyung reía, entre nervios y ansiedad, luego cerraba la puerta y largaba todo el aire que no sabía que venía reteniendo.

—El postre, Tete —mencionaba su padre.

El chico asentía, relamiendo sus labios y justo en ese instante, su teléfono sonaba en su bolsillo. Lo revisaba camino a la mes con sus padres y era un texto muy simple y muy esperado.

Tuve un día largo, estoy arruinado. Espero termines bien tu día y puedas contarme cómo fue la exposición. espero hayas disfrutado el tiempo de calidad con tus padres.
Te amo y te extraño ❤️

Amor 22:45 PM √√

TaeHyung sonreía como un enamorado empedernido y es que lo era. Más temprano había mencionado a SeokJin que vendría con sus padres y en cuanto volviera a su apartamento, lo llamaría o mandaría mensaje al respecto. Lo extrañaba horrores, no había podido hablar tanto como quería debido a que SeokJin estaba intentando dejar todo de pie y sin problemas en la empresa para perderse quince días con él.

Joder, había hablado a Jennie sobre él. A su madre y hermano. A su asistente quien se encargaba de casi todo en la vida de SeokJin y ahora estaba dejando sus negocios más o menos en orden, para ponerlo a él primero y dedicarse por y exclusivamente a él. A su relación. SeokJin venía arriesgando muchísimo más que TaeHyung y si se ponía sobre la mesa quien de los dos podía perder más en su vida, ese era SeokJin, sin mencionar que era una figura—casi—pública que sería verdaderamente criticada. Pero no le daba miedo ser expuesto, porque si tenía que ser verdaderamente honesto, sabía que SeokJin haría lo que fuera para que él mantuviera la calma en su vida diaria y jamás lo expondría con nadie que él no quisiera.

Tampoco era un actor o un Idol, solo un empresario que a veces posaba frente a una cámara, y muchas personas sabían que a SeokJin eso, no le agradan del todo. Nunca había sido muy reservado sobre el hecho de que "ser modelo en ocasiones" no tenía nada que ver con lo que realmente deseaba hacer y era trabajar puertas adentro de Kim Enterprises. O como en este caso él y sus seres amados más íntimos sabían, SeokJin solo quería ser un profesor de lengua y literatura, razón por la cual había retomado materias pendientes.

Él le debía a ese hombre un poco más que simples "Te amo". Él también tenía que demostrar que estaban cien por ciento a favor de esta loca relación, pero llena de amor verdadero porque joder, sentía hasta en los huesos lo mucho que ese hombre lo amaba y aún no podía creer haberlo enamorado. Todo era loco, imposible, sacado de un cuento de hadas, de un FanFiction de redes o una película del tipo familiar con momento musicales.

Así era esto, pero era real para él y SeokJin. Así debía de ser y así se dió. Debía de ser honesto con sus padres y se lo debía al hombre que amaba y también a él mismo. Ya no tenía excusas para seguir dudando y ser cobarde.

Justo en ese entonces, su madre se acercaba y lo tomaba del brazo, sacándolo de sus pensamientos.

— ¿Podemos ahora hablar sobre el hombre que mantiene esos hermosos ojos tan soñadores y esa sonrisa preciosa a flor de piel pintada en tu rostro?

TaeHyung le sonreía—. Definitivamente hablaremos al respecto, solo te pido paciencia para encontrar las palabras. Esto es nuevo para mí también —admitía nervioso.

Su madre sonreía y lo guiaba a la mesa. Era el momento clave y no había escapatoria alguna, pero tampoco la quería.


Holitas, ay, ay, ay... Canta y no llores. Ya comenzamos a despedir y perdón si ven algún error de tipeo 😅

Con amor Niñita NanyKoo 💜

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