Unas semanas más tarde, ellos se encuentran en Japón. La agenda es apretada pero finalmente el último día pueden descansar en el hotel, ya que el avión para volver a casa lo tomarán a la mañana siguiente.

Como siempre, ellos tienen su propia habitación y después de almorzar en grupo, los dos se encierran allí donde nadie puede verlos ni molestarlos.

—Yoon-Yoon —llama JiMin en un susurro tímido, subiéndose a la cama y sentándose a su lado. Algo ha cambiado sutilmente entre ellos estos días, de a poco, pero cada vez se nota más y más.

Ahora, por algún motivo, se hablan con más dulzura, con más cuidado y ternura, la mayor parte del tiempo hablan despacio y lento, se comportan algo aniñados de vez en cuando. No tiene idea de porque lo hacen, pero lo hacen. A YoonGi aún le cuesta. A veces, cuando se da cuenta de que lo está haciendo, lo corrige inmediatamente, otras veces lo deja salir sin preocuparse, pero la verdad es que JiMin siempre está ahí para darle su apoyo.

—¿Qué? —pregunta suavemente mirando a su lindo morder su labio y balancearse de adelante hacia atrás ansioso.

—¿Quieres..., que me ponga lindo para ti?

El corazón de YoonGi da un salto y en un instante ha iniciado una carrera de velocidad impresionante en su pecho, y asiente frenéticamente hacia el menor, quien con una sonrisa alegre salta de la cama y busca en su maleta, las dos únicas prendas que ha traído para estos tres días que han pasado en Japón.

Se pone una enorme playera rosa pastel que dice "yours" en negro en el centro, se quita los pantalones y las zapatillas, y cambia sus medias cortas por unas largas hasta la mitad del muslo, rayadas en negro y rosa. Y se mira en el espejo admirándose un poco para luego sonreír y saltar hasta la cama otra vez.

—Tan lindo —susurra YoonGi mirándolo. JiMin sólo se acerca y lo besa suavemente con una sonrisa.

—¿Quieres? —pregunta JiMin como cada vez que han hecho esto durante esas semanas. Ha habido ocasiones en las que YoonGi ha aceptado pasivamente y se sintió bien, otras veces, la mente de YoonGi hizo un caos que como siempre, terminó con él aferrado a JiMin buscando consuelo sin poder siquiera mirar las prendas.

Con un suspiro aun algo temeroso, el mayor asiente. Entonces JiMin corre a buscar la otra enorme playera de color lila y se la deja a YoonGi que ya no tarda tanto en tomarla y ponérsela, quitándose también su pantalón y sus zapatillas.

JiMin lo mira con adoración, justo como él mira a JiMin, devorándoselo con los ojos pero lleno de amor y cariño.

JiMin lo mira un poco más y luego de unos segundos se atreve a comentar: —Tengo, uh, tengo unas medias blancas, que llegan hasta la mitad de la pantorrilla —señala las propias y mira YoonGi a los ojos— ¿Las quieres?... e-está bien si no las quieres, p-podemos..., n-no son necesa-...

Pero YoonGi interrumpe, poniéndose colorado hasta las orejas. —Las quiero.

JiMin también se pone rojo, mirándolo sorprendido, y una vez más corre a la maleta, mientras YoonGi aprieta en sus puños la extrañamente suave tela de la enorme playera.

Cuando JiMin pone las medias frente a él, YoonGi siente el impulso de acobardarse, pero suspira profundo y mira a JiMin. Una vez más, es la gentileza en su mirada, es lo que le da fuerzas para hacerlo. Así que sin vueltas, se pone las medias que le llegan a la mitad de las pantorrillas.

Se siente incluso más pequeño.

JiMin se ve pequeño, adorable, con un dulce aire "afeminado" que lo hace lucir precioso.

YoonGi espera verse igual para JiMin.

JiMin se arrodilla a su lado en la cama y acerca su rostro al propio, los dos están colorados.

—Yoon-Yoon..., tan tierno —susurra en su mejilla, y luego la muerde suavemente y la succiona con delicadeza.

Un escalofrío lo recorre de pies a cabeza. —Estás..., tan lindo —contesta él en cambio.

YoonGi no puede entender por qué cada vez que hacen esto, su vocabulario se reduce a cortas palabras apenas bien pronunciadas. Sin embargo, ahora no puede planteárselo.

Él toma a JiMin entre sus brazos e imita la acción. La mejilla de JiMin es suave y blandita, YoonGi ama succionarla y morderla.

Luego eso se transforma en besos que suben y suben de tono, la temperatura aumenta, y se frotan desesperados contra el otro antes de terminar haciendo el amor.

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Gracias por leer. Los amo.
  —LuShi💙.