YoonGi y JiMin están en su habitación. Ellos tienen dos días libres después de filmar el MV, así que lo pasan en casa, todos juntos, relajados.

Después de almorzar en familia, cada quien se dirigió a su habitación a seguir descansando, excepto por JungKook y Hobie que salieron a pasear.

Ellos están por ver una película, pero antes, JiMin quiso ponerse algo suave y cómodo, y se dirigió a ese armario, decidiendo usar una enorme camiseta holgada de color azul pastel. Y YoonGi sólo puede mirarlo fijamente comiéndoselo con los ojos, fantaseando, imaginando cosas que no quiere, no debería pensar.

En algún momento, JiMin se da cuenta de la intensa mirada y se voltea  mientras se acomoda la camiseta, para observar a YoonGi fijamente. El mayor se avergüenza y mira el suelo rápidamente. Pero JiMin ya lo ha visto y cree tener una idea de lo que pasa por su cabeza.

— ¿Yoon? —lo llama suavemente.

— ¿Si, amor? —YoonGi levanta la mirada, servicial como siempre. JiMin muerde levemente su labio inferior mientras parece tomar una decisión.

— ¿Puedes venir un momento?

YoonGi se levanta inmediatamente y camina hacia él, sin querer preguntar qué necesita. JiMin sólo lo mira fijamente un momento, antes de voltearse nuevamente  hacia el armario.

Él corazón de YoonGi late desenfrenado mientras observa expectante. Y entonces JiMin saca del mueble un suave, enorme y cálido suéter color rosa pastel, que YoonGi sabe que es el favorito número uno de JiMin, y el menor lo estira tímidamente hacia él, con las mejillas ruborizadas.

— Y-yo no...

— Sólo pruébalo —interrumpe JiMin nervioso— si no te gusta, puedes quitártelo.

Su corazón bombea sangre frenéticamente mientras, muy avergonzado, muy tímido y abochornado, toma el suéter con delicadeza.

Hay una seria alarma en su cabeza repitiendo fríamente «error - error - error - error - error» y YoonGi está aterrado de ponerse esa cosa. No quiere. No quiere hacerlo. Él no debería hacerlo. Pero otra parte de él, esa parte que no sabe cómo controlar, dice suavemente «si no te gusta, puedes quitártelo. Probar no está mal» y YoonGi, desesperadamente, quiere creerle.

Así que temeroso, bajo la atenta y tímida mirada de JiMin, él se quita su chaqueta y la tira en la silla frente al escritorio, y con cuidado se coloca el suéter lentamente.

Cuando su cabeza sale y se acomoda la prenda, él está mirándose en el espejo que hay en la puerta del armario. Y nada en el mundo puede evitar que se sonroje tan furiosamente como lo hace.

Incluso su cuello y sus orejas se vuelven rojas mientras se observa con los ojos muy abiertos, muy brillantes. Y Dios. Él simplemente no puede evitar mirar su reflejo fijamente.

No hay nada distinto en él, pero se siente como si todo fuera distinto. Todo diferente. Él está usando un enorme suéter color rosa pastel, y está horriblemente avergonzado pero..., pero a la vez, él se siente tan pequeño, tan tierno. Y no puede detener el latido de su corazón.

Su boca se abre suavemente, temerosa y temblorosa mientras se observa muerto de vergüenza.

Sin embargo, luchando contra eso, él se obliga a voltearse y mirar a JiMin, cuya boca está levemente abierta y mira a YoonGi con fascinación, maravillado, sus ojos grandes y fijos en él, haciéndolo sentir más avergonzado, haciéndole apretar los puños en el borde del gran abrigo.

Y antes de poder detenerse, él se encuentra preguntando: — Yo..., uhm..., ¿M-me veo lindo?

JiMin da un rápido pasó al frente sin dejar de mirar a YoonGi ni por un instante.

— Dios, Yoon... —jadea JiMin, sus ojos rebosan amor por todas partes— Te ves tan lindo —susurra impresionado— Tan tierno. Dios, te ves precioso —insiste dando otro paso más cerca. Éso sólo logra que YoonGi se avergüenze más y sus mejillas escarlata ardan.

— ¿D-de verdad? —Él está luchando contra la alarma en su cabeza que chilla lo mal que está, que él esté usando eso. Pero JiMin lo mira con tanto amor, tanta fascinación, que por segundos él se olvida de esa alarma.

—Tan lindo, Yoon-Yoon —repite el menor— Tan adorable. Dios. Quiero comerte a besos, por todas partes —jadea JiMin, caminando tan cerca que sus pechos se tocan. Ellos se miran a los ojos, ambos dolorosamente sonrojados, levemente agitados, y tan ansiosos. — Yoon-Yoon —suena casi como una súplica cuando besa su mejilla.

Y de pronto ellos están devorándose mutuamente, YoonGi aprieta la camiseta de JiMin entre sus dedos, detrás de su espalda; y JiMin aprieta sus puños en el pecho de YoonGi mientras jadean desesperados peleando con sus lenguas.

En un santiamén ellos están en la cama, el apodo «Yoon-Yoon» parece ser el nuevo mantra de JiMin mientras se frotan contra el otro en su arranque de pasión.

Es todo tan normal como distinto. YoonGi siente algo distinto aunque lo único distinto es el hecho de que ambos están vistiendo algo adorable.

No son ruidosos por respeto a quienes están en la casa, pero no se detienen.

YoonGi se siente tan lindo. Él se siente realmente lindo, y JiMin lo adoró, y el menor también luce tan adorable en esa enorme camiseta azul pastel. YoonGi se volvió loco en todo sentido, y JiMin no pareció quedarse atrás.

Gracias por leer!
Cuídense mucho, duerman bien y coman sano. Los amo!
—LuShi💙