YoonGi está frustrado y muy cansado. El sentimiento de confusión es cada vez más fuerte en su pecho y molesto en su pecho. Él está tan mal, que peleó con JiMin en la mañana. Le gritó, y JiMin se enfadó. YoonGi no puede ocuparlo, porque sabe que fue su culpa, y ahora se siente terrible por ello.

Él está en su habitación ahora, acaban de terminar de cenar y JiMin se quedó con los maknaes y SeokJin jugueteando en la sala.

Interiormente, por un lado, YoonGi agradece eso porque tiene unos minutos para sí mismo, para pensar; por otro lado, él lo odia, porque su mente caótica tiene vía libre otra vez. Ya ni siquiera está seguro de qué tanto es lo que ronda por su mente.

Antes de poder siquiera intentar algo para callar su cabeza, JiMin entra en la habitación.

YoonGi lo observa desde su lugar a la orilla de la cama y lo ve cerrar la puerta. Su corazón late con fuerza y todo en lo que puede pensar ahora es en JiMin, en lo mucho que lo ama y en lo mucho que siente haberse comportado como un idiota en la mañana.

Cuando el menor encuentra sus ojos, YoonGi vuelve a sentirse horrible porque hay preocupación en su rostro.

Frota su rostro con cansancio y luego murmura: — Lo siento —avergonzado. JiMin no duda en acercarse y se sienta a su lado cuidadosamente. — Lo siento mucho —repite con su corazón martilleando en su pecho. — No quería gritarte, lo siento.

JiMin toma su mano y entrelaza sus dedos con cariño, mirándolo fijamente aunque YoonGi sólo mira al frente porque está muy avergonzado.

— También lo siento Yoon —murmura el menor— No debí reaccionar así. —JiMin suena dolido y YoonGi se siente peor.

— No fue tu culpa...

Puede sentir los ojos de JiMin sobre sí, y tímido, finalmente lo enfrenta.

Su corazón aprieta viendo la preocupación en los ojos de JiMin. — Tienes que decirme que está mal, Yoon —súplica JiMin, sus dos pequeñas manos sosteniendo la suya con fuerza y cariño— No puedo ayudarte si no me das una pista —insiste angustiado.

Pero YoonGi sólo puede sentirse más y más frustrado. — Es que no lo sé —gime adolorido— No sé qué me ocurre. Estoy tan confundido, no sé qué hacer —dice, y está al borde de las lágrimas, preocupando más al menor, quien enseguida pasa un brazo por sus hombros y apoya la frente en su mejilla.

— Está bien, no tienes que decirlo ahora —susurra JiMin despacio— Podemos ir lento, Te ayudaré a descubrirlo. Pero por favor, no te encierres en ti mismo —finaliza suavemente, para después dejar un dulce beso su mejilla. Beso que YoonGi ama y disfruta más que nada en el mundo.

Luego JiMin toma su rostro amorosamente otra vez y lo obliga a mirarlo a los ojos aunque YoonGi no se siente capaz de sostenerle la mirada, pero se fuerza a hacerlo mientras JiMin lo besa tiernamente.

— Me gusta cuando te vistes de aquella forma tan linda —susurra despacio. No tiene idea de porqué lo hace pero lo hace. — Te ves tan tierno y tan lindo, me gusta mucho —sus mejillas se tiñen de rojo mientras JiMin sonríe también colorado.

Lo curioso es que no es sorpresa que a YoonGi le gusta verlo vestido así, él siempre se lo dice, pero hay algo distinto en esa confesión hoy.

— ¿Te gusta? —pregunta JiMin, aunque ya sabe la respuesta. YoonGi asiente con la cabeza— Puedo ser lindo para ti. ¿Es lo que quieres?

YoonGi vuelve a asentir con la cabeza. —Que te vistas así y que..., me hagas el amor —agrega tímido. JiMin sonríe nuevamente y deja un casto beso en sus labios.

— Está bien. Puedo hacer eso —murmura despacio, acariciando su rostro — Puedo ser lindo para ti, siempre para ti. —Y vuelve a besarlo, sus labios apenas se tocan, y luego otra vez, y otra, y otra, y otra más.

Finalmente se levanta, le pone el cerrojo a la puerta y se dirige a ese armario especial.

YoonGi lo observa atentamente cambiarse de ropa.

Y cuando el menor termina, se acerca a él y lo recuesta con besos cortos, suaves, pequeños y castos.

JiMin le hace el amor despacio, amoroso y con cuidado esa noche, y por primera vez en dos semanas, YoonGi se siente en paz y su cabeza está callada.

Espero que les haya gustado!
—LuShi💙