Capitulo 4: Descontrol Adolescente
La mañana del viernes marcaba un punto alto para el trío de skaters más famoso de Royal Woods. Entraron al edificio de la secundaria con sus mochilas al hombro y una confianza renovada. Al cruzar los pasillos, fueron recibidos con una lluvia de aplausos y elogios por parte de los estudiantes.
¿?: Ahí están los genios del skate
¿?: Lincoln, eres increíble - emocionada -
La cafetería estaba llena de energía. Los estudiantes reían y charlaban animadamente mientras disfrutaban de sus almuerzos. Sin embargo, gran parte de las miradas estaban dirigidas hacia una mesa en particular, donde el protagonista y sus amigos se habían sentado. Lincoln, como siempre, llamaba la atención con su estilo relajado y su encanto natural. Pero lo que realmente destacaba era su proximidad a Haiku. El albino, tras un rato de conversación con sus amigos, se había acomodado al lado de la gótica, compartiendo comentarios y risas. Por su parte la gótica escribía en un diario lo que parecía ser un poema o una obra literaria siendo observada por el joven Loud.
Lincoln: ¿Qué haces Haiku?
Haiku: Escribiendo. Una obra entre alguien que busca su amor hacia otra persona y ara hacerlo, debe pensar en el sacrificio de su aura
Lincoln: Eso suena fantástico
Haiku: - pensando - Si supiera que esa persona de la cual estoy hablando es él
En un momento, Lincoln se inclinó para tomar una servilleta, y sin darse cuenta, sus dedos rozaron los de Haiku sobre la mesa. Ambos se detuvieron, mirándose con sorpresa antes de apartarse rápidamente, sonrojados. Mientras esto sucedía, algunas chicas en las mesas cercanas no pudieron evitar notar la interacción. Un grupo de compañeras murmuraba entre ellas, lanzando miradas de desaprobación hacia Haiku.
¿?: ¿Cómo es posible que Lincoln, el chico más lindo y popular ahora, esté tan cerca de ella? -molesta -
¿?: Genial, antes Haiku no atraía a ningún chico - molesta -
¿?: - cruzándose de brazos - No sé qué vio Lincoln en ella
¿?: ¿Qué crees? Típica zorra que solo atrae a los demás con su cuerpo
¿?: Por favor, ¿Desde cuándo Haiku tiene un cuerpo que valga la pena?
¿?: ¿No lo notaste? Siempre se escondía bajo esas capas de ropa negra, pero últimamente se nota más... no sé, tiene algo que llama la atención
¿?: ¡Es ridículo! Lincoln merece algo mejor
Mientras tanto, en la mesa de Lincoln, el ambiente era completamente distinto. Haiku seguía manteniendo su estilo tranquilo, aunque era evidente que se sentía cómoda junto al albino. Lincoln, por su parte, continuaba charlando con ella como si el resto del mundo no existiera, riendo por algunas de sus observaciones sarcásticas o comentarios reflexivos.
A pesar de las críticas, había algo innegable en la conexión que ambos compartían, algo que los demás solo podían observar desde lejos, sin comprenderlo del todo.
Cuando Lincoln accidentalmente rozó la mano de Haiku al alcanzar una servilleta, ambos se sonrojaron visiblemente, pero ninguno apartó la mano de inmediato. Fue un gesto pequeño, pero suficiente para que algunos de los observadores se incomodaran aún más.
¿?: Es absurdo. Seguro que esto no dura
Sin embargo, ni Lincoln ni Haiku parecían interesados en lo que opinaban los demás. En su mundo, las risas y el momento compartido eran todo lo que importaba. Esas risas y comentarios casuales fueron observados por sus amigos solo que Lincoln y Haiku, que parecían estar en su propio mundo.
Cristina: Miren a esos dos. Lincoln siempre está con ella últimamente, ¿No? - susurrando -
Polly: Sí, pero hay algo diferente en cómo se miran
Chandler: El flaco no lo dice, pero le gusta Haiku. Se le nota - sonriendo -
Ronnie Anne: Y no sé si se han dado cuenta, pero Haiku no aparta la vista de él
Stella: Son tiernos. Lincoln se merece algo así después de todo lo que ha pasado - feliz -
Jack: Che, pero dejen de espiar. Mejor vamos a apoyarlos cuando lo admitan
Los amigos intercambiaron miradas cómplices y risitas, mientras intentaban no llamar la atención. De vuelta en la mesa, Lincoln se levantó para tirar su bandeja. Al hacerlo, su mano rozó la de Haiku al recoger sus cosas. Ambos se miraron, sorprendidos, y el rojo subió rápidamente a sus mejillas.
Lincoln: Eh... perdón
Haiku: No, está bien
Ambos desviaron la mirada rápidamente, pero en sus mentes, un torbellino de emociones giraba, revelando sentimientos que ninguno estaba listo para admitir aún.
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El entrenamiento de voleibol había terminado, y las chicas del equipo entraron al vestuario, algunas aún bromeando sobre los partidos mientras otras se arreglaban el cabello o buscaban sus cosas en las bancas. Entre ellas estaban Haiku y las chicas solo que la gótica se encontraba un poco apartada mientras se cambiaba.
Mientras se quitaba la camiseta del equipo y se ponía su ropa habitual, algunas miradas comenzaron a dirigirse hacia ella. Aunque Haiku no era parte del equipo de voleibol, las chicas habían notado más de lo habitual en la gótica: su figura delgada pero curvilínea, su porte elegante, y su misteriosa presencia.
Mollie: ¿Te has dado cuenta de que Haiku tiene un cuerpo bastante bien trabajado? Es como si nadie se hubiera fijado hasta ahora - murmurando a Jordan -
Jordan: Tal vez Lincoln sí lo notó, y por eso está siempre cerca de ella - riendo -
El comentario provocó algunas risas en el grupo cercano, pero también despertó la curiosidad de otras.
Cristina: Ahora tiene sentido. Lincoln no solo se fija en su estilo. Seguro que esas curvas también lo tienen embobado
Haiku, que hasta ahora había permanecido en silencio, giró lentamente hacia las chicas, sus mejillas teñidas de un leve tono rosado mientras sostenía su camisa negra.
Haiku: ¿Qué están diciendo? Lincoln no es así
Pero su tono, aunque firme, traicionaba algo de incomodidad. La situación no mejoró cuando Ronnie Anne intervino, tratando de calmar las cosas pero sin lograrlo.
Ronnie Anne: Relájate, Haiku. Es un halago. Además, no te hagas la distraída. Todos vemos cómo te mira Lincoln
Tabby: Y cómo lo miras tú a él. No hay nada malo en eso
Haiku: - cruzándose de brazos - Él no es superficial. Lo que siente por mí, si siente algo, no tiene nada que ver con eso
A pesar de su respuesta, su sonrojo era inconfundible, y las chicas no pudieron evitar sonreír entre ellas.
Paige: Es que de verdad, Haiku. Tienes algo especial, y no solo por tu cuerpo. Tu forma de ser lo atrae. Eso lo hace más lindo, ¿No crees?
Haiku bajó la mirada, intentando ocultar su mezcla de vergüenza y felicidad. Aunque las palabras de sus compañeras la incomodaban, había algo de verdad en lo que decían. Y aunque no quería admitirlo, había algo que la hacía feliz en pensar que Lincoln la veía de una manera especial.
Haiku: Tal vez... - hablando bajo -
Ronnie Anne: ¡Vamos, Haiku! Tranquila, es un chiste. Sabemos que Lincoln no es superficial
Haiku suspiró, aunque todavía algo sonrojada. Las chicas soltaron algunas risas más, pero la atención pronto cambió cuando Stella se levantó y palmeó sus manos para llamar la atención de todas.
Stella: Bueno, dejando de lado eso, les quería contar algo. Este viernes voy a hacer una fiesta en mi casa. Mis papás se van de viaje y no vuelven hasta dentro de cuatro días, así que... fiesta libre
El vestuario se llenó de murmullos emocionados y miradas curiosas.
Cristina: ¿Fiesta libre? ¿Qué tan libre estamos hablando?
Stella: Tan libre como quieran. Solo seremos nosotras, los chicos y algunos otros alumnos de otros cursos. Ah, y los del último año también están invitados - sonriendo -
Mollie: Eso suena muy... interesante ¿Y tus vecinos?
Stella: Mis vecinos son bastante tranquilos. Además, mi casa tiene un buen jardín trasero, así que no creo que nadie se queje
Paige: ¿Habrá música y... ya sabes, cosas interesantes?
Stella: - guiñando un ojo - Por supuesto. Ya conseguí todo. Solo tienen que venir listos para pasarla bien
Tabby: Esto va a ser épico. Hace tiempo que no hacemos algo grande - emocionada -
Ronnie Anne: Espero que Lincoln y los chicos no se vuelvan locos. Conociendo a Chandler, seguro se roba el protagonismo - riendo -
Haiku: - mirando a Stella - ¿Y Lincoln sabe de esto?
Stella: Aún no, pero se enterará pronto. Lo quiero ahí sí o sí. No puede faltar el "nuevo chico popular" - sonriendo -
El comentario arrancó risas de todas, mientras Haiku miraba hacia otro lado, claramente pensando en cómo sería esa noche.
Cristina: Bueno, pues que empiece la cuenta regresiva. Esto va a estar bueno
Las chicas continuaron arreglándose, ya emocionadas por la fiesta que prometía ser un evento inolvidable. Haiku, sin embargo, no podía dejar de pensar en Lincoln y en cómo sería verlo en un ambiente tan diferente. Su mente estaba llena de ideas, y aunque intentó ocultarlo, una leve sonrisa se formó en su rostro.
Mientras las demás chicas seguían charlando y riendo sobre la fiesta, Polly y Cristina intercambiaban susurros, apenas audibles entre las risas generales. La castaña, con una sonrisa maliciosa, no pudo resistir la tentación de lanzar un comentario.
Polly: Se nota que Haiku se deja devorar por Lincoln - susurrando -
Cristina: Estoy segura. Mira cómo se sonrojó antes
Ambas intercambiaron risitas, aunque intentaron no llamar la atención. Sin embargo, Haiku, que estaba cerca, sintió las miradas y los murmullos. Aunque no logró captar todo lo que decían, sus mejillas se encendieron una vez más. Si logró mirarlas cin su ceño fruncido.
Haiku: ¿Qué están susurrando ustedes dos?
Polly: - fingiendo inocencia - Nada, nada. Solo hablábamos de lo emocionada que estamos por la fiesta
Cristina: Sí, Haiku. No te preocupes, no era nada malo
Haiku suspiró, sabiendo que no sacaría nada más de ellas. Aunque trató de ignorarlo, no pudo evitar que los comentarios se quedaran en su cabeza. Por alguna razón, la idea de que alguien pensara en ella y Lincoln como algo más no le molestaba tanto como debería. Stella interrumpió esta escena.
Stella: Bueno, chicas, terminemos rápido. Tenemos que planear qué nos vamos a poner para la fiesta. ¡Va a ser la noche del año!
El grupo estalló en risas y emoción, mientras Haiku se quedaba algo pensativa. Una pequeña sonrisa se formó en su rostro mientras se ponía su chaqueta. Aunque no lo admitiera, una parte de ella estaba ansiosa por lo que pudiera pasar en esa fiesta. Es por esa misma razón que Stella fue con todas
Stella: ¡Chicos! Tengo una gran noticia. Este viernes voy a organizar una fiesta en mi casa, y están todos invitados. ¡Va a ser épico! Habrá música, y un par de sorpresas
Chandler: ¡Eso suena brutal! ¡Estoy listo para romperla, Stella! ¿Quién más va a venir? ¿Lo de siempre, no?
Stella: Obvio, pero también invitaré a algunos chicos del último año y a otros de la secundaria ¡Así que será una mezcla interesante!...Solo hay un pequeño detalle que necesitamos resolver
Chandler: ¿Qué detalle? Suéltalo, queridita, que aquí estamos nosotros
Stella: Necesitaremos alcohol
Chandler: No te preocupes, Stella. Yo tengo contactos. Además... - mirando a Lincoln - tengo a mi lado al hombre del plan
Lincoln: Más te vale que no nos metas en líos, Chandler. Ya sabemos lo que pasa cuando estás demasiado emocionado. Quedas como un pelotudo ¿Te acordás de lo que pasó la última vez?
Chandler: Nah, tranquilo, Lincoln. Esta vez todo va a estar controlado. Yo no soy tan desastre, vos sabés
Jack: - mirando a Chandler - Lincoln tiene razón, Chandler. No quiero que termines metiéndonos en un quilombo con la yuta ¿Sabés? Ya basta de jodas
Artie: Aunque espero que no estén pensando en poner a medio Royal Woods a bailar sobre las mesas
Lance: ¿Y quién dice que no? Mira que con alcohol, la fiesta puede terminar hasta en un video viral
Stella: ¡Ay, no empiecen! Es solo una fiesta, chicos. Y no se preocupen, yo me encargaré de todo jeje - nerviosa -
Chandler: Tranquilos, chicos. No voy a hacer ninguna locura. Solo quiero que todos la pasemos bien ¿Qué puede salir mal, no?
Lincoln: Te conozco bien, Chandler. Ya sé lo que eres capaz de hacer cuando te pones a planear algo. No quiero que esta fiesta se convierta en un desastre - serio -
Jack: - cruzando los brazos - A ver, si traes algo raro, te lo voy a quitar antes de que empiece la fiesta, ¿Entendiste? Nada de problemas ¿Eh?
Stella: ¡Relájense, chicos! Va a ser la mejor fiesta de todas. Confíen en mí. Ya tengo todo bajo control
Chandler: ¡Eso espero, Stella! Esta vez voy a ser el alma de la fiesta, ¡y nada me va a detener!
Lincoln: - suspirando - Espero que no terminemos pagando por tus cagadas, Chandler. Si algo sale mal, yo me voy
Jack: - asintiendo - Yo también. No quiero que la fiesta termine en un desastre
Stella: No se preocupen, chicos. Esta vez todo va a salir bien. Será una fiesta de las que todo el mundo hablará. ¡Lo prometo! - sonriendo -
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El día se encontraba soleado, la gente caminaba por doquier, los autos transitaban con normalidad. Los patinadores caminaban con sus skates en sus manos. Debes en cuando varias personas reconocían a los chicos saludándolos.
Jack: Es bueno que aquellos no reconozcan
Chandler: Si, así es
Lincoln: Lo admito aunque no quiero ser un creído
Chandler: Oigan ¿Podemos hablar del plan?
Lincoln: ¿Qué tienes en mente?
Chandler: El contacto será Flip
Jack: ¿En serio Chand? Tenías que contactar a ese viejo culiao - molesto -
Chandler: Oye carnal cálmate. Además quiero que me sigan para continuar con esta idea
Lincoln: ¿Y que es?
Chandler: Iremos a mi casa y buscaremos la camioneta de mis padres, cargaremos todo el alcohol posible
Jack: ¿Y con que dinero? Tus padres te prestaran?
Chandler: ¿Quién dijo que lo pagaré con el dinero de mis padres?
Lincoln: Espera Chand. Estas diciendo que
Chandler: Vamos a quitárselo - sonriendo maliciosamente -
Jack: ¿Te volviste loco?
Lincoln: Creo que Chandler tiene razón. Ya es hora de que Flip tenga su merecido. Ha estado estafando a todos en esta ciudad por años, y nadie hace nada. Creo que es justo que nos llevemos un poco de lo que guarda en ese almacén. No estamos robando, estamos equilibrando la balanza
Jack: Esta bien, Linc. Ese viejo nos ha hecho pagar sobreprecio por todo desde que éramos niños. Una vez me vendió una soda que sabía a metal y luego me cobró extra por el "sabor especial." Es justo que finalmente le hagamos un favor a Royal Woods deshaciéndonos de ese almacén
Chandler, que escuchaba la conversación mientras maniobraba el vehículo hacia la carretera, soltó una carcajada y les lanzó una mirada rápida a ambos.
Chandler: Exacto, chicos. Esto no es un robo; esto es justicia comunitaria. Además, estoy seguro de que Flip ni siquiera va a darse cuenta de lo que pasó hasta mañana. Para entonces, estaremos en la fiesta celebrando como reyes
Cuando finalmente llegaron a la casa de Chandler, una imponente casa suburbana con un gran jardín frontal, los tres se detuvieron frente al camino de entrada. Ahí estaba el Jeep Wrangler negro estacionado en la cochera, como si los esperara. La luz de la luna se reflejaba en su carrocería, dándole un aspecto casi imponente.
Chandler: Ahí está nuestra bestia. Esto nos llevará directo al botín y de regreso a la fiesta antes de que nadie lo note
Lincoln: ¿Tenés las llaves?
Chandler: Por supuesto que las tengo ¿Crees que iba a proponer este plan sin estar preparado? Dame un segundo
Mientras Chandler entraba a la casa, Lincoln y Jack se quedaron afuera, mirando el Jeep en silencio. Jack finalmente rompió el silencio, cruzando los brazos.
Jack: No veo la hora de hacer esto rápido pero ¿Qué pasa si alguien nos ve cargando cajas de alcohol en ese Jeep? Sería un problema enorme
Lincoln: Jack, entiendo que estés nervioso, pero no tienes que preocuparte tanto. Estamos cubriendo cada detalle, y Chandler sabe cómo manejar a Flip. Mientras él lo distrae, vos y yo haremos el trabajo rápido y limpio. Nadie nos verá
Antes de que Jack pudiera responder, Chandler salió de la casa con las llaves del Jeep en la mano, agitándolas con orgullo.
Chandler: ¡Listo, chicos! Es hora de poner este plan en marcha. Suban al Jeep, tenemos un almacén que vaciar
Lincoln y Jack se subieron al vehículo junto con Chandler, quien se sentó al volante con una sonrisa llena de confianza. Era evidente que la emoción del plan lo estaba energizando. Mientras encendía el motor y lo ponía en marcha, Lincoln no pudo evitar sonreír ligeramente. Sabía que estaba asumiendo un gran riesgo, pero también sabía que esta noche sería una de esas historias que recordarían para siempre.
El Jeep Wrangler avanzaba por las calles hasta la gasolinera de Flip. En el interior del vehículo, la determinación del trío crecía a cada kilómetro, impulsada por años de frustraciones acumuladas y un objetivo común: devolver un poco de justicia a su comunidad, aunque fuera de una manera poco convencional. Al llegar, Chandler estaciono la camioneta pero antes de que todos bajaran, Lincoln tomaría la palabra para elaborar el plan.
Lincoln: Bien este es el plan. Chandler, tú te encargas de Flip. Mantenlo ocupado en la tienda mientras Jack y yo nos dirigimos al almacén trasero. Pero primero, voy a desactivar las cámaras de seguridad
Jack: ¿Sabes hackear cámaras? - arqueando una ceja -
El albino esbozó una sonrisa confiada mientras sacaba un pequeño dispositivo con cables de su mochila
Lincoln: Lisa me enseñó algunos trucos cuando tenía diez años. Ella lo haría en segundos, pero yo me las apaño. Esto nos dará el tiempo suficiente para movernos sin que Flip lo note
Chandler: Perfecto. Yo distraigo al viejo Flip con alguna historia ¿Pero ustedes están seguros de que saben lo que hacen?
Lincoln: Confía en nosotros. Entra, haz lo tuyo y no te preocupes. Nos reuniremos aquí tan pronto como terminemos
Mientras Chandler caminaba hacia la tienda con paso relajado, Lincoln y Jack rodearon el edificio hacia la parte trasera, donde se encontraba la entrada al almacén. Al entrar, el sonido del pequeño timbre de la puerta alertó a Flip, quien estaba detrás del mostrador contando billetes con una sonrisa ladina.
Flip: ¡Ah, McCann! ¿Qué te trae por aquí, chico?
Chandler: Flip, tienes que ayudarme. Creo que mi auto tiene una fuga de gasolina. No sé qué hacer
El rostro de Flip cambió rápidamente de interés a exasperación.
Flip: ¿Una fuga de gasolina? ¿Y vienes a mí? Soy un vendedor, no un mecánico
Chandler: Sí, pero eres el tipo más ingenioso que conozco. Pensé que podrías darme algún consejo, o tal vez tienes algo aquí para arreglarlo rápido
Flip: - cruzando de brazos - Hmm... tal vez tenga algo en el almacén. Pero no soy un héroe gratis, chico. Esto te costará
Tras esto el pelirrojo continuaba ganando tiempo, sacó su teléfono y rápidamente mandó un mensaje de texto al grupo.
(📱)
Chandler: Bien ya lo distraje
Jack: Entendido
(📱)
El albino y el rubio avanzaron en silencio, moviéndose entre sombras y asegurándose de que nadie los viera. Al llegar, Lincoln conectó su dispositivo al puerto de seguridad de las cámaras, comenzando a trabajar con rapidez.
Jack: Esto es una locura - nervioso - Nunca pensé que estaría haciendo algo como esto
Lincoln: ¿Qué? ¿No es esto más emocionante que una carrera en el parque?
Un pitido confirmó que las cámaras estaban desactivadas. Lincoln guardó el dispositivo y se giró hacia Jack.
Lincoln: Listo. Ahora, a la puerta
Con una palanca metálica que Jack llevaba en su mochila, forzaron la cerradura. La puerta del almacén se abrió con un leve crujido, revelando su contenido. Botellas de alcohol en estanterías abarrotadas, revistas para adultos apiladas en una esquina, macetas con plantas de cannabis, e incluso armas escondidas bajo una lona.
Jack: Dios santo. Este tipo está más metido en cosas turbias de lo que pensábamos
Lincoln: Esto no se puede quedar así. Flip ha estafado a toda Royal Woods durante años. Esto es más que un botín; es evidencia
Lincoln sacó su teléfono y comenzó a grabar todo a su alrededor. Por otro lado Jack cargaba botellas en una caja, observó al albino con respeto renovado
Jack: Tienes agallas, Lincoln. Hacer esto y además exponerlo... Me gusta tu estilo
Lincoln guardó su teléfono después de grabar todo lo necesario y comenzó a ayudar a cargar más botellas. Él y Jack continuaran cargando todo y Chandler sacó su celular para contactarse con sus amigos. Se sintió la vibración del móvil de el peliblanco. Revisó el mensaje y respondió.
(📱)
Chandler: ¿Cómo van allá atrás?
Lincoln: Casi listos. Dile a Flip que tarde un poco más en buscar lo que necesites
(📱)
Con las mochilas llenas y una caja cargada con suficiente alcohol para la fiesta de Stella, cerraron la puerta del almacén y regresaron al Wrangler, donde Chandler los esperaba con una expresión triunfante. En el almacén, Lincoln y Jack estaban finalizando y avisaron al pelirrojo que ya tenían casi todo. Chandler, recibiendo la respuesta, continuó presionando a Flip.
Chandler: Bueno, ¿Qué tal si al menos me ayudas a revisar el auto? Puede ser algo pequeño, pero no tengo idea de dónde buscar
Flip: Está bien, pero más te vale pagar por cualquier cosa que necesites
Con un movimiento lento, salió de detrás del mostrador y se dirigió hacia la puerta con Chandler. Este ultimo Chandler tomó una nota mental del tiempo. Necesitaba mantener a Flip lejos del almacén el mayor tiempo posible, así que comenzó a señalar distintas partes del Jeep con términos técnicos vagos y deliberadamente confusos.
Mientras tanto, Lincoln y Jack, ya con todo el botín asegurado, cerraron la puerta del almacén y se apresuraron de regreso al Wrangler, asegurándose de no dejar rastro alguno. Una vez dentro del vehículo, Lincoln envió un mensaje final a Chandler.
Lincoln: Estamos listos. Vuelve cuando puedas
Chandler, mientras discutía con Flip cerca del Jeep, vio una oportunidad para neutralizarlo sin causar demasiado alboroto. Con un movimiento casual, derramó un poco de líquido resbaloso, probablemente aceite viejo que encontró cerca, justo delante de donde Flip estaba parado.
Chandler: Oye, Flip, ¿Qué es eso en el piso? Parece... peligroso - preocupado -
Flip, molesto y algo paranoico, miró hacia abajo justo cuando Chandler hizo un gesto exagerado con la mano, señalando otra dirección. Intentando seguir el movimiento, perdió el equilibrio al pisar el aceite y cayó al suelo con un estruendoso golpe.
Chandler: ¡Oh, no! Flip, ¿Estás bien? - fingiendo -
Al no recibir respuesta más allá de un leve quejido, se encogió de hombros y susurró.
Chandler: Lo siento, amigo, pero es parte del plan
Con Flip que estaba inconsciente en el suelo, Chandler corrió de vuelta hacia el Wrangler para informar a los chicos. Lincoln, que estaba terminando de cargar el botín, tuvo una idea repentina.
Lincoln: Esperen aquí. Esto no puede quedar así. Es hora de exponer a Flip de una vez por todas
Jack: ¿Qué estás planeando ahora, Linc?
Lincoln: Voy a la oficina de seguridad de Flip. Si tiene cámaras grabando sus negocios turbios, podemos guardar las pruebas y de paso borrar cualquier rastro de nosotros
Con rapidez, Lincoln se dirigió a la pequeña oficina de Flip ubicada en la parte trasera de la gasolinera. Había aprendido bastante sobre sistemas de seguridad gracias a Lisa, su hermana científica, quien le había mostrado cómo hackear dispositivos simples. Usando un método que ella le había explicado, accedió al sistema de grabación.
En la pantalla, se desplegaron múltiples grabaciones que mostraban las estafas de Flip: engaños a ancianos con precios inflados, venta ilegal de productos, y transacciones sospechosas. Sin dudarlo, Lincoln comenzó a descargar todo en una memoria USB que llevaba consigo. Al terminar, borró cuidadosamente cualquier evidencia que mostrara a él, Chandler, o Jack en acción.
Lincoln: Eso debería bastar
Volviendo al Wrangler, Lincoln subió rápidamente mientras Jack y Chandler lo miraban con admiración.
Chandler: Sos un genio, Linc. Ahora Flip no solo perdió su alcohol, sino que tiene sus crímenes documentados
Jack: Cuando esto salga a la luz, no podrá estafar a nadie más
Lincoln: Primero lo llevaremos a un lugar seguro. Después, veremos cómo exponerlo. Ahora, ¡vámonos antes de que despierte!
El Wrangler arrancó con fuerza, dejando atrás a un Flip inconsciente en el suelo y un almacén saqueado. El trío sabía que lo que habían hecho no era perfecto, pero estaban convencidos de que Royal Woods estaría mejor sin las trampas de Flip. Sin embargo Jack que observaba el almacén con una mirada calculadora, se acercó a Lincoln y Chandler con una idea brillante pero peligrosa en mente.
Jack: Alto
Lincoln/Chandler: ¿Qué?
Jack: ¿Qué tal si le damos a Flip una lección que nunca olvide?
Lincoln: ¿Qué tienes en mente, Jack?
Jack: Voy a prenderle fuego a todo el almacén. De esta forma, el humo del cannabis se esparcirá por todo el vecindario, y la policía no podrá ignorarlo. Flip quedará arruinado. Además, el lugar se destruirá por completo. ¡Nadie podrá rastrear lo que hicimos!
Chandler: ¿No es un poco... extremo?
Lincoln: Ya que estamos en esto. Si vamos a hacer que Flip pague por lo que ha hecho, que lo haga en grande
Jack, con una mirada decidida, comenzó a buscar por el almacén. Encontró una caja de fósforos cerca de la puerta trasera y, con habilidad, la encendió. Caminó entre las estanterías, dejando caer el fósforo encendido sobre una pila de cajas de cannabis. Las llamas comenzaron a devorar rápidamente las hojas secas, propagándose por el almacén. En poco tiempo, el fuego creció con rapidez, produciendo una columna de humo espeso que se levantó hacia el cielo.
Chandler: Esto va a ser un desastre. Mejor salgamos de aquí rápido
Los acompañantes miraron la escena mientras el fuego crecía. Lincoln sintió un pequeño remordimiento por la destrucción, pero también sabía que Flip merecía las consecuencias de sus acciones.
Lincoln: Esto no solo será un mensaje para Flip, sino para cualquiera que intente hacerle daño a Royal Woods
El trío subió rápidamente al Wrangler, con las cajas de alcohol en la parte trasera, mientras el humo del fuego comenzaba a cubrir la zona. A medida que se alejaban de la gasolinera, podían ver cómo las llamas tomaban control total del almacén.
Jack: Esto no se va a olvidar pronto
Lincoln: - mirando por el espejo - No, no lo hará
Con el incendio ya descontrolado y el olor del cannabis llenando el aire, el trío sabía que el vecindario no tardaría en notar el desastre que acababan de causar. Pero, al menos, sabían que Flip no podría escapar de lo que había hecho, y sus días de estafar a Royal Woods estaban contados. El Wrangler rugió mientras el trio se alejaba rápidamente de la gasolinera en dirección a la casa de Jack. Desde el retrovisor, podían ver cómo las llamas consumían el almacén de Flip y el espeso humo negro ascendía al cielo. El fuego ya estaba fuera de control, y la ciudad pronto se daría cuenta de lo que había sucedido. No podían quedarse mucho tiempo en el lugar; tenían que encontrar un sitio seguro donde ocultar las botellas de alcohol que acababan de robar.
Jack: Oigan, ¿Qué les parece si guardamos todo esto en el garaje de mi casa? Mis padres estarán fuera, celebrando su aniversario, y no regresan hasta la madrugada. Tendremos todo el tiempo que necesitamos para esconderlo
Lincoln: Es un buen plan, Jack. Lo único que necesitamos es que no se enteren de nada. Si alguien encuentra esto, no solo Flip tendrá problemas, sino que nosotros también
Chandler: ¿Estás seguro de que es seguro, Jack? No quiero que nos metamos en más líos de los que ya estamos
Jack: Relájate, Chandler. No van a sospechar nada. Mi familia es muy ocupada, y además, el garaje está lleno de trastos viejos. Nadie se va a fijar en el alcohol
Con el plan en marcha, McCann aceleró, tomando el camino hacia la casa del joven Dagger. El trayecto fue silencioso, con la tensión palpable entre ellos. Sabían que lo que habían hecho no era algo trivial, y el incendio en la gasolinera solo sería el comienzo de una serie de eventos difíciles de manejar. A pesar de ello, no podían detenerse ahora; la adrenalina los mantenía alertas.
Al llegar a la casa de Jack, estacionaron el Wrangler cerca de la entrada del garaje, aprovechando la oscuridad del anochecer. La casa estaba tranquila, sin señales de que los padres de Jack estuvieran cerca. El lugar estaba en completo silencio, lo que les dio la ventaja para moverse con cautela.
Jack: Vamos, rápido
La puerta del garaje se abría. El interior estaba lleno de viejos muebles, bicicletas, y cajas con cosas almacenadas, lo que creaba un ambiente perfecto para esconder las cajas de alcohol. Lincoln y Chandler comenzaron a sacar las cajas del Wrangler, asegurándose de que nadie los viera mientras las llevaban al interior del garaje. Jack tomó la delantera, guiándolos hacia el fondo donde había un espacio vacío entre un montón de objetos viejos.
Jack: Aquí está bien. Nadie lo va a notar
Con rapidez y destreza, comenzaron a apilar las cajas detrás de un viejo armario que cubría parcialmente la pared del fondo. Chandler, aunque aún algo inquieto, se encargó de asegurarse de que todo estuviera bien escondido.
Chandler: Listo. Ahora solo tenemos que asegurarnos de que nadie venga a revisar aquí hasta que sea seguro
Lincoln: Perfecto. Ahora tenemos que mantenernos alejados de la policía y de cualquiera que pueda hacer preguntas. Mientras tanto, Flip tendrá que lidiar con las consecuencias de sus actos
Jack cerró la puerta del garaje con cuidado y se apoyó contra la pared, respirando profundamente.
Jack: Esto ha sido una locura. No sé qué nos depara el futuro, pero lo que sé es que no vamos a dejar que ese viejo puto siga destruyendo esta ciudad
Chandler: Por fin, algo que salió bien. Aunque, no creo que esto haya terminado. Ahora tenemos que estar más atentos que nunca - sonriendo -
Con las cajas de alcohol seguras en el garaje, el trío se relajó por un momento. Sabían que el plan no era perfecto, pero por lo menos tenían algo de ventaja, al menos por ahora. Sin embargo, ninguno de ellos podía ignorar el hecho de que se estaban adentrando en un terreno peligroso, y la repercusión de sus acciones aún estaba por venir.
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Lincoln montó su skate por las calles de Royal Woods, sintiendo el aire fresco golpear su rostro mientras cruzaba rápidamente hacia su casa. El día había sido largo y cargado de adrenalina, y aunque su mente seguía ocupada con todo lo que había sucedido, sabía que al llegar a casa podría relajarse por un momento. Después de todo, estaba por regresar a su hogar, el lugar donde, por lo menos por un rato, podía olvidarse de las consecuencias de sus decisiones.
Al llegar a la entrada de la casa Loud, frenó con habilidad, saltando de su skate y entrando por la puerta principal. Dentro, la casa estaba tranquila. Su madre estaba en la cocina, revisando algunos papeles, mientras que sus hermanas menores estaban en la sala jugando o haciendo sus propias cosas.
Lincoln: Familia ya llegue
Lola: Oye, Lincoln! ¿Cómo te fue hoy?
Lincoln: Digamos que bien - nervioso -
Lana: ¡Lincoln, me encanta tu estilo! A veces me pregunto cómo haces para andar tan rápido
Lisa: Te encuentras bien, hermano mayor? No parece que hayas tenido un día aburrido. ¿Hubo algún incidente interesante?
Lily: Linky! ¡Te extrañé!
Rita, al escuchar el bullicio, se acercó desde la cocina, limpiándose las manos en un trapo.
Rita: ¡Vaya, tesoro! Qué sorpresa verte tan temprano. ¿Todo bien? ¿Cómo va todo con tus amigos?
Lincoln: Sí, todo bien. He estado ocupado con algunas cosas, pero nada que no pueda manejar
Dejó a un lado su skate y se dirigió hacia la cocina para abrazar a su madre quien se lo devolvió.
Lincoln: ¿Cómo va todo en casa, mamá?
Rita: Todo tranquilo. Tu padre está trabajando en el restaurante, como siempre, y tus hermanas están más o menos ocupadas. Lucy está con Haiku ¿Tú? ¿Qué pasa con tu grupo de amigos?
Lincoln dudó un momento, tratando de decidir qué decir. Pensó en la tensión de los últimos días, en cómo las cosas habían cambiado con Clyde y los tres pelirrojos y cómo todo eso parecía desmoronarse a su alrededor. Pero él sabía que ya era demasiado tarde para remendar las cosas y ahora está feliz no solo con Stella sino también con Chandler y Jack.
Lincoln: Mi grupo de amigos está... bien, mamá. Hay algunas cosas que resolver, pero estoy manejando todo
Lola: ¿Qué tipo de cosas, Lincoln? ¿Estás en algún tipo de problema con los chicos de la escuela?
Lana: ¿Te metiste en alguna pelea o algo? No quiero que te metas en líos."
Soltó una pequeña risa nerviosa, dándose cuenta de que sus hermanas notaban algo raro en su comportamiento.
Lincoln: No, no se preocupen. Solo algunas cosas del pasado que estoy resolviendo. Nada importante
Lisa: ¿Resolviendo, dices? ¿Me estás diciendo que estás resolviendo un problema que involucra a personas que probablemente te han causado molestias? Lincoln, eso suena a algo que podría resultar en una serie de consecuencias imprevistas.
Lincoln: No te preocupes, Lisa. Lo tengo todo bajo control. Y mamá
Rita: Sí, cariño, ¿Qué pasa?
Lincoln: Iré esta noche a la casa de Stella, ya que me invitó a su fiesta
La rubia paró lo que estaba haciendo y lo miró con una ligera sorpresa, pero rápidamente sonrió, dándole una mirada de comprensión.
Rita: ¡Qué bien! No te había mencionado antes que se celebraba algo. Me alegra que tengas planes con tus amigos ¿Vas con alguien más? ¿Será una fiesta tranquila?
Lincoln: Sí, mamá, solo unos amigos. Solo quiero pasar un buen rato. No te preocupes, será todo bajo control
Rita: Está bien, cariño. Solo asegúrate de estar de vuelta antes de medianoche. Y si necesitas algo, no dudes en llamarme
Lincoln: Lo prometo, mamá. Gracias
Luego, se desvió hacia el pasillo y comenzó a subir las escaleras, sabiendo que sus hermanas lo seguirían con preguntas si no se alejaba rápido. Llegó a su habitación, cerrando la puerta con un suspiro. Sabía que su familia estaba pendiente de él, pero también sabía que algunas cosas prefería mantenerlas en secreto. Después de todo, tenía que resolver muchas más que simplemente ser skater. Y lo peor de todo: la situación con Flip y lo que había sucedido en la gasolinera lo acechaba como una sombra que podría aparecer en cualquier momento. Por ahora, sin embargo, disfrutó de la paz en su cuarto, donde podía pensar, planificar y prepararse para lo que viniera.
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En la casa de Haiku, ella y Lucy se encontraban en el salón, rodeadas de libros y decoraciones de estilo gótico, como si fueran dos almas conectadas por su fascinación por las oscuras profundidades de la literatura y el misterio. Las estanterías estaban llenas de tomos clásicos y contemporáneos, muchos de ellos de obras literarias que exploraban lo macabro, lo romántico y lo sombrío, los cuales ambas compartían un gusto profundo. Lucy hablaba con pasión sobre la influencia de Edgar Allan Poe en la poesía moderna, mientras que Haiku asintió, igualmente inmersa en la conversación, refiriéndose a varios autores góticos y su impacto en la estética y la vida nocturna.
Lucy: Quién podría saber que dos almas se mezclarían?
Haiku: Eso es lo que me gusta de Poe. Justo estaba escribiendo una historia en un cuaderno
Lucy: Bien por ti ¿De que se trata?
Haiku: Se trata de un caballero blanco que debe ayudar a una doncella negra escapar de la oscuridad. Ese caballero muestra carisma y valentía para enfrentarse a las consecuencias
Lucy: Déjame verlo
Haiku accedió, se levantó del sofá y buscó aquel cuaderno escondido. Se o entregó a Lucy el cual lo leyó pero algo que la dejó sorprendida. Resulta que esa persona a la cual su amiga se refirió era alguien familiar.
Lucy: Dime Haiku. Esa persona a la cual mencionas que es un caballero blanco ¿Es Lincoln?
Haiku: Si - apenada -
De repente, Lucy desvió la conversación a un tema más personal y mirando a su mejor amiga, notó un cambio extraño.
Lucy: Haiku ¿Qué opinas de la relación entre Lincoln y tú?
La pregunta cayó en un silencio incómodo. Haiku parpadeó un par de veces, sorprendida por la pregunta directa, y sintió que una calidez subía por sus mejillas. Su usual compostura gótica se desmoronó ligeramente, y una suave sonroja dura tiñó su rostro, lo cual era algo raro para ella. No había esperado que Lucy, con su naturaleza observadora, fuera tan directa al respecto.
Haiku: Bueno... Es... algo que ha crecido, pero no sé si puedo definirlo aún. Con Lincoln es complicado... O mejor dicho, único. Pero no quiero que lo pienses como algo tan serio por ahora
Lucy: Mmm... lo noto. Es raro ¿Verdad? Lincoln es difícil de leer
La anfitriona de la casa asintió, dándose cuenta de que la joven Loud había tocado un punto válido. Lincoln, con su forma de ser más callada y su rara vulnerabilidad, no era tan fácil de entender para cualquiera, y mucho menos para alguien tan enigmático como ella. En ese instante, Lucy no pudo evitar que su mirada se suavizara, y sacó una pequeña sonrisa.
Lucy: Ya sabes, a veces creo que hay algo más entre ustedes dos, aunque no lo digas. Creo que Lincoln tiene un gran respeto por ti
Haiku se quedó en silencio por un momento, pensando en lo que Lucy había dicho. No estaba segura de si estaba lista para profundizar más en eso, pero sentía que su relación con Lincoln definitivamente era especial, aunque aún estuviera en sus primeras etapas. Sin embargo, algo en el fondo de su corazón le decía que quería ver hasta dónde podría llegar.
Haiku: Lucy hay algo que debes saber
Lucy: ¿Qué sucede?
Haiku: Es... es algo raro. Hoy en el vestuario algunas chicas no dejaban de mirarme. No sé si fue por lo que llevaba puesto o... bueno, ya sabes, mis pechos
Lucy: Ya veo
Haiku: Creen que porque tengo un mejor cuerpo que ellas soy la que hace volver loco a Lincoln, atrayéndolo hacia mí... Pero no es así. No sé, Lucy, siento que es más que eso, aunque a veces no sé si lo que siento es real o solo una fantasía
Lucy la observó, sin juzgarla, como siempre lo hacía. Sabía que su amiga no solía hablar de este tipo de cosas tan abiertamente, así que la confesión le parecía importante. Ella podía entender por qué Haiku se sentía así, pero también sabía que a veces las cosas no eran tan simples.
Lucy: No todo tiene que ver con tu cuerpo, Haiku. Claro que eso puede llamar la atención de alguien, pero Lincoln no es ningún boludo. Él no se dejaría llevar solo por lo físico. Si está mirando, tal vez es porque realmente le gustas por quién eres, no solo por cómo te ves
Haiku: Es que... a veces parece que eso es lo único que notan las demás. No es que quiera que me miren por mi cuerpo, pero siento que todos piensan que esa es la razón por la que tu hermano se fija en mí. Y eso me hace sentir como si estuviera siendo observada por las razones equivocadas
Lucy: La verdad es que si Lincoln te está mirando, no creo que sea solo por tu físico. Tal vez hay algo más que no estás viendo. Él puede ser un chico algo complicado de entender, pero si está tan pendiente de ti, debe haber algo en tu forma de ser que le atrae. No te preocupes tanto por lo que piensen los demás
Haiku asintió lentamente, como si las palabras de Lucy la hubieran hecho pensar un poco más claramente sobre la situación. Aunque todavía sentía esa inseguridad, sabía que Lucy tenía razón.
Haiku: Tal vez tienes razón. Me estoy enfocando demasiado en lo que los demás piensan. Pero a veces es difícil no hacerlo, especialmente cuando parece que todos tienen una opinión sobre lo que está pasando entre Lincoln y yo
Lucy: La gente siempre va a hablar, Haiku. Eso no lo vas a cambiar. Lo importante es lo que vos sientas y lo que Lincoln sienta. Si algo va a pasar entre ustedes, debe ser por lo que es real entre los dos, no por lo que digan los demás
Haiku: De todos los chicos que veo, Lincoln es el único que me entiende... sabe de mis gustos, lo que me gusta leer, las cosas que me apasionan. Y lo más importante, nunca me abandona. A veces me pongo tan eufórica cuando lo veo montado en su skate, como si todo lo demás se desvaneciera. Es como si el mundo se detuviera un segundo, y solo existiera él
Su amiga la observó con una sonrisa suave, escuchando atentamente las palabras de su amiga. Aunque la gótica nunca había sido tan abierta sobre sus sentimientos, no le sorprendía. Sabía que Lincoln había sido una figura importante en la vida de Haiku, alguien con quien había compartido tantas experiencias
Lucy: Parece que tienes sentimientos muy fuertes por él, Haiku. No es fácil encontrar a alguien con quien puedas conectarte tan bien, y Lincoln parece ser ese chico para ti
Haiku: De hecho Lucy, me gusta tu hermano
Lucy: Bueno, en realidad me alegra que te guste. Lincoln es un poco complicado, pero tiene una buena intención, aunque a veces no sepa cómo expresarlo. Si a ti te gusta, lo apoyo. Solo... ten cuidado con él. No es como los demás chicos que has conocido
Haiku: Gracias, Lucy. En serio. Eso significa mucho para mí. Por cierto, habrá una fiesta en la casa de Stella este fin de semana, y... ya sabes, Lincoln estará allí. Estaba pensando en disfrazarme como Elvira, la reina de las tinieblas. Creo que sería divertido. Aunque, claro, sé que no puedes ir, pero pensé que te gustaría saberlo. Estoy segura de que Lincoln se sorprendería con mi elección. Es un estilo... que a él le gustará
Lucy la observó, ya empezando a sentir que su amiga estaba un poco más relajada, como si estuviera enfocada en algo que realmente la emocionaba. Sonrió con complicidad.
Lucy: Elvira, ¡Qué bien suena eso! Estoy segura de que Lincoln va a quedarse impresionado. Y aunque no pueda ir a la fiesta, me alegra saber que tú estarás allí para él
Haiku: Gracias, Lucy. Creo que será divertido. Y, ya sabes, siempre es bueno ver cómo las cosas avanzan entre Lincoln y yo. A veces solo quiero que todo se dé naturalmente
Lucy, con su carácter tranquilo y a veces algo serio, asintió con un leve gesto de comprensión.
Lucy: Lo sé, Haiku. Solo recuerda que si alguna vez necesitas hablar o necesitas algo, siempre puedes contar conmigo. Te deseo lo mejor en la fiesta. ¡Elvira será un gran disfraz!
Haiku sonrió, agradecida por las palabras de Lucy. Sabía que, a pesar de las diferencias de edad, su amistad siempre iba a ser un pilar importante para ella. El timbre sonó de repente, sacando a Haiku y Lucy de su conversación. Ambas se miraron por un segundo antes de que Haiku soltara un suspiro.
Lucy: ¿Estás esperando a alguien?
Haiku: No
La anfitriona de la casa se levantó con calma y caminó hacia la puerta. Aún llevaba puesta su ropa habitual, una camisa granate con detalles góticos y una falda a juego. Al abrir la puerta, se encontró con Lynn Sr que estaba parado allí con una sonrisa amigable.
Lynn Sr: ¡Ah, Haiku! Perdón por la molestia, pero vine a recoger a Lucy. Está lista, ¿Verdad?
Por un momento, Lynn Sr. pareció notar el estilo siempre oscuro de Haiku. No era algo a lo que no estuviera acostumbrado, pero aún así no pudo evitar un comentario.
Lynn Sr: Como siempre, un look... muy auténtico, jovencita
Él bromeó con una risa leve, aunque con respeto. Haiku se limitó a sonreír de lado, acostumbrada a ese tipo de comentarios.
Haiku: Gracias, señor Loud. Lucy ya viene - sonriendo -
En ese momento, Lucy apareció detrás de ella, cargando su mochila.
Lucy: Hola, papá. Ya estoy lista
Lynn Sr: ¡Genial, cariño! Bueno, es hora de irnos
Lucy: Cierto, nos vemos Haiku
Haiku: Hasta luego Lucy
Lucy: Recuerda lo que hablamos... con Lincoln - susurrando -
Haiku soltó un suspiro y sintió un leve calor en sus mejillas al escuchar el nombre del chico albino. Cuando la puerta se cerró, Haiku apoyó la espalda en ella y miró hacia el techo, sintiendo que su corazón latía un poco más rápido.
Haiku: Será una larga noche
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La noche ya había caído cuando Lynn Sr. y Lucy llegaron al hogar ex ruidoso. El auto se detuvo suavemente en la entrada, y ambos bajaron.
Lynn Sr: ¡Llegamos!
La pelinegra, con su habitual expresión inexpresiva pero calmada, siguió a su padre mientras ambos entraban. La casa estaba silenciosa, pero aún tenía ese toque acogedor que ella recordaba bien.
Lynn Sr: ¡Rita! ¡Estamos en casa!
Dejó las llaves sobre el pequeño estante de la entrada. Desde la sala, Rita apareció con una sonrisa, dejando por un momento lo que estaba haciendo.
Rita: ¡Hola, cariño! Hola, Lucy
Lucy: ¡Hola, mamá!
Lynn Sr, mientras se quitaba la chaqueta, echó un vistazo por la sala y la escalera como buscando algo.
Lynn Sr: ¿Y Lincoln? ¿Está en su cuarto?
Rita: Estaba hace un rato practicando algunos trucos con su skate en el patio trasero, pero creo que ahora está en su habitación. Ya sabes cómo es cuando se pone a entrenar
Lynn Sr: Ese chico y su skate. Bueno, voy a preparar la cena. ¡Algo delicioso para nuestra pequeña reunión familiar!
Lucy observó cómo su padre desaparecía tras la puerta de la cocina, escuchando el sonido de cacerolas y utensilios comenzar a moverse. Rita se acercó a Lucy con curiosidad.
Rita: ¿Cómo te fue hoy, querida?
Lucy: Bien, mamá. Estuve con Haiku. Hablamos de libros... y de otras cosas
Rita: Me alegra que sigas pasando tiempo con tus amigos. Ahora ve a dejar tus cosas y dile a Lincoln que baje a cenar cuando esté lista - feliz -
Lucy asintió en silencio y se dirigió a las escaleras. Subió lentamente hasta llegar al pasillo donde estaba la habitación de su hermano. Escuchó un ligero ruido al otro lado de la puerta, como si alguien estuviera ajustando algo metálico.
Lucy: Lincoln - tocando la puerta - Papá está preparando la cena. Mamá dice que bajes cuando esté lista
Lincoln: ¡Ok, Lu! ¡Ya bajo!
Satisfecha con la respuesta, giró y se dirigió a su propia habitación, pensando en la conversación que había tenido con Haiku. Mientras tanto, en la cocina, Lynn tarareaba una canción mientras cortaba verduras y revisaba una olla que comenzaba a hervir.
Lynn Sr: Nada como una buena cena para reunir a la familia
Rita, sentada en la sala con un vaso de agua, sonrió para sí misma, disfrutando de un raro momento de tranquilidad en la casa que alguna vez estuvo llena de ruido y caos. Por un instante, la casa Loud parecía estar, nuevamente, en armonía.
La mesa estaba lista y decorada con platos de comida casera que Lynn Sr. había preparado con entusiasmo. El aroma de la cena inundaba la sala y la cocina, creando una atmósfera cálida y familiar. Los Loud se sentaron en sus respectivos lugares, mientras el patriarca servía generosas porciones.
Lynn Sr: ¡Buen provecho! Es una de mis mejores obras culinarias
El albino tomó su tenedor y comenzó a comer, hambriento después de un día largo.
Lincoln: Gracias, papá. Esto está genial
Lynn Sr: ¡Sabía que les gustaría! Entonces, niños, ¿Cómo estuvo su día?
Lucy: Estuve con Haiku en su casa leyendo relatos y hablando de cosas
Lana: ¡Increíble! Estuve construyendo una casa para los gatos callejeros del vecindario. Ya tengo casi listo el techo, pero necesito más madera. ¡Ah, y vi un sapo gigante cerca del arroyo! Mañana intentaré atraparlo
Lola: ¿Otra vez con tus proyectos sucios? - ajustando su servilleta - Yo tuve un día más importante: pasé la tarde practicando para mi próximo concurso de belleza. Mi vestido es fabuloso, como siempre
Lana: No puedes competir con mi casita para gatos
Lola: - cruzando los brazos - ¡Claro que puedo!
Rita: Chicas, por favor, no peleen en la mesa
Logró intervenir con su tono de madre paciente, mientras su esposo asentía desde su asiento. Rita giró la mirada hacia Lisa, quien estaba tranquilamente comiendo su porción de vegetales.
Rita: ¿Qué hay de ti, Lisa? ¿Qué locura científica hiciste hoy?
La mencionada se ajustó sus lentes y dejó el tenedor a un lado antes de responder.
Lisa: Locura no es el término adecuado, querido madre. Estoy trabajando en un proyecto de biodegradación acelerada para plásticos. Si mi prototipo tiene éxito, podríamos revolucionar la manera en que lidiamos con los desechos plásticos
Todos la miraron en silencio por unos segundos, asimilando lo que había dicho.
Lincoln: Eso suena... impresionante, Lisa
Finalmente, la pequeña Lily, sentada en su silla alta, alzó su mano para llamar la atención de todos.
Lily: ¡Yo aprendí a cantar!
Exclamó con entusiasmo, y comenzó a entonar unas líneas de "La Estrella Pequeñita." Todos rieron y aplaudieron a Lily, quien terminó su pequeña interpretación con una sonrisa orgullosa.
Lincoln: ¡Eres la mejor, Lily! - rotándole su cabeza -
Lynn Sr: Esa es mi pequeña - mirando a Lincoln - ¿Y vos, Lincoln?
Lincoln: Pues, estuvo tranquilo, pero mañana habrá algo divertido - dejando el tenedor en su plato - Stella organiza una fiesta en su casa mañana por la noche
La mesa quedó llena de risas y conversaciones alegres. Aunque los días podían ser diferentes para todos, las cenas como esa seguían siendo un recordatorio de la unión y el caos encantador de la familia Loud. Lynn y Rita intercambiaron una mirada cómplice. Era evidente que tenían noticias importantes que compartir con la familia.
Rita: Por cierto, chicos - dejando su tenedor suavemente sobre la mesa - Su padre y yo tenemos algunas noticias que creemos les van a alegrar
Lincoln: ¿Qué pasa, mamá?
Rita: Primero, Luna vendrá de visita muy pronto. Estará aquí con su banda, y lo mejor de todo es que su próximo concierto será en el Royal Woods Arena
Lincoln: ¿En serio? Eso es genial! Hace tiempo que no veo a Luna en acción
Rita: Sí. Está muy emocionada por volver a Royal Woods, y por supuesto, quiere que todos vayamos al concierto.
Lucy: Espero que sea un buen espectáculo. La música de Luna siempre tiene mucha energía
Lynn Sr: Oh, pero hay más. Lori nos llamó y nos dio una noticia maravillosa... ¡Va a ser mamá!
Lincoln: ¿Qué? - sorprendido - ¿Lori va a ser mamá? ¡Vaya, eso es increíble! - feliz -
Rita: ¡Así es! Ella y Bobby están felices. Será su primer hijo, y todos están ansiosos por conocer al nuevo miembro de la familia
Lincoln no podía evitar sonreír. Aunque las cosas en casa habían cambiado con los años, noticias como esa lo llenaban de felicidad.
Lily: ¿Y la tercera noticia?
Lynn Sr: ¡Ah, sí! Leni también nos dio una sorpresa. Se casará con Gavin, y la boda será aquí, en Royal Woods
Lincoln: ¿Leni se va a casar? Wow, eso sí que no me lo esperaba
Rita: Sí, y ella quiere que toda la familia esté presente. La ceremonia será pequeña pero especial
Lincoln: Me alegra por ellas... Luna, Lori y Leni tienen sus vidas hechas. Es genial que vuelvan a Royal Woods
Sin embargo, en su mente, el joven albino no dejaba de pensar en otra cosa: el skate. La fiesta en la casa de Stella sería una oportunidad para despejarse, pero su objetivo seguía claro. Su sueño era ser un skater profesional, destacar en el torneo y demostrarle a todos de lo que era capaz. Rita notó que su hijo parecía ensimismado por un momento y sonrió, con ese instinto maternal inconfundible.
Rita: Lincoln, cariño, ¿Estás bien?
Lincoln: Sí, mamá, estoy bien - sacudiendo su cabeza - Es solo que... estoy feliz por todos
Lucy, observando desde su lugar, notó el gesto sutil en su hermano. Sabía que, aunque Lincoln compartía la felicidad familiar, su mente estaba enfocada en su pasión: el skate y, quizá, alguien más en esa fiesta que lo esperaba.
Lincoln: Mamá, papá ¿Y qué hay de Lynn y Luan? ¿Cuándo volverán?
Rita: Bueno. Luan está bastante ocupada con la universidad y sus proyectos de actuación junto a Benny. Están participando en una obra importante que se estrenará muy pronto, así que nos dijo que probablemente vendrá a visitarnos en cuanto termine la temporada de presentaciones
Lucy: ¿Benny también actúa?
Lynn Sr: Sí. Parece que forman un dúo increíble en el escenario ¡Nos dijo que tienen una química que deja a todos asombrados! - sonriendo -
El protagonista asintió, imaginando a su hermana con su característico sentido del humor brillando en el teatro.
Lincoln: ¿Y Lynn? Seguro está ocupada también en Suiza con Henrik
Rita: Muy ocupada. La universidad en Suiza le ha dado muchas oportunidades gracias a su beca deportiva. Está entrenando duro en atletismo y compitiendo en torneos regionales
Lynn Sr: Además, parece que, Henrik, la acompaña en cada competencia. Ese chico no se pierde ni una.
Lincoln: Vaya, qué sorpresa .Me alegra por ellas, aunque seguro la casa sería más ruidosa si estuvieran aquí
Rita: Seguramente. Pero no te preocupes, Lincoln. Ambas prometieron que vendrán a casa para la boda de Leni y el concierto de Luna. Será como los viejos tiempos, la familia reunida
Lincoln: Eso suena bien
Aunque la casa Loud no era lo que solía ser, el hecho de que todos volvieran, aunque fuera por poco tiempo, le traía un poco de nostalgia. Aun así, su mente regresó rápidamente a su propio camino: el skate, la fiesta en la casa de Stella y, por supuesto, Haiku.
La cena terminó y todos se dispersaron para continuar con sus respectivas actividades. Lincoln, tras recoger los platos de la mesa junto a sus hermanas menores, se dirigió al baño para darse una ducha. El agua caliente lo relajó después de un día intenso, pero su mente ya estaba en la fiesta de Stella.
Al salir del baño con una toalla atada a la cintura, fue directo a su habitación. Cerró la puerta y empezó a revisar su ropa, buscando las piezas para armar su disfraz. Mientras se preparaba, escuchó un leve golpeteo en la puerta.
Lucy: ¿Lincoln? Soy yo, Lucy
Lincoln: Pasa, Lucy
La gótica abrió la puerta y entró con su habitual aura misteriosa. Se cruzó los brazos con leve curiosidad tapado sus ojos.
Lucy: ¿De qué te vas a disfrazar para la fiesta?
Lincoln: De Lucifer Morningstar, de Hazbin Hotel
Señaló las prendas negras y rojas que había colocado sobre su cama, junto con una chaqueta que simulaba un estilo elegante y algo diabólico.
Lucy: Interesante elección. Sin duda, encaja contigo. Aunque no sé si deberías tomar ese papel tan literalmente
Lincoln soltó una leve risa y comenzó a probarse las piezas del disfraz frente al espejo. Su hermana permaneció en silencio por unos segundos, hasta que su tono se tornó más serio.
Lucy: Hablando de la fiesta... ¿Sabías que Haiku va a estar ahí?
Lincoln: Lo se
Lucy: Estuve en su casa esta tarde. Hablamos de cosas como poesía, literatura gótica, y... de ti
Lincoln: ¿De mí?
Al escuchar eso, logró sentir un ligero calor en sus mejillas mientras ajustaba el cuello de su disfraz. La chica se sentó en el borde de la cama y lo miró fijamente.
Lucy: Sí. Haiku mencionó que tú la entiendes mejor que nadie. Que nunca la abandonas, y que eso es algo que aprecia mucho de ti. Dijo también que se siente eufórica cuando te ve montado en tu skate. Pero no solo eso, Lincoln. Está preocupada por ti. Dice que no quiere que estés solo
Lincoln: Haiku es increíble... no sé qué decir
Lucy: No tienes que decir nada ahora. Solo... piensa en ello. Ella realmente se preocupa por ti, Lincoln. Buena suerte en la fiesta. Y ten cuidado
Levantándose de la cama, ella se retiró y Lincoln se quedó parado frente al espejo, disfrazándose como Lucifer Morningstar, pero con su mente enfocada en las palabras de Lucy. Sus pensamientos estaban en Haiku, y en lo mucho que significaba para él, aunque nunca lo había admitido en voz alta. Su disfraz del personaje de Hazbin Hotel costaba de un traje blanco de cuello alto, una corbata de moño negra y una camisa roja con rayas blancas. También usa un sombrero de copa blanco de ala ancha, con una serpiente dorada y una manzana roja sobre púas doradas que dan forma a una corona. Lleva un anillo dorado en su dedo meñique izquierdo. Solo faltaba el maquillaje blanco y por supuesto, el cabello rubio. Para su suerte tenía su antiguo baúl de disfraces y tomó una peluca de color rubio, similar al cabello de Lori. Se la colocó y casi esta por parecerse a Lucifer.
Lincoln: ¡Lola! - gritando -
No tardó mucho en escuchar los pasos acelerados de su hermana menor, acompañados del sonido de un par de tacones miniatura. Lola abrió la puerta de golpe, con una expresión mezcla de curiosidad y sorpresa.
Lola: ¿Me llamaste, Linky?
Lincoln: Sí, necesito un favor... tú eres la experta en esto, así que... ¿Podrías ayudarme con un maquillaje para mi disfraz?
Lola arqueó una ceja, cruzando los brazos y mirándolo de arriba a abajo. Aunque ya estaba emocionada por la idea de maquillar a su hermano mayor.
Lola: ¿Tú? ¿Maquillaje? Vaya, esto sí que es una novedad. ¿Qué necesitas?
Lincoln: Quiero que me maquilles la cara de blanco y en las mejillas quiero dos círculos rojos, como los que lleva Lucifer Morningstar en Hazbin Hotel. Que quede bien, pero no muy exagerado
Lola: ¡Me encanta! Trato hecho, hermano. Ven a mi habitación. Yo me encargo de que luzcas fabuloso
Lincoln: Gracias, Lola. Sabía que podía contar con vos
Al llegar a la habitación de Lola, esta sacó su kit de maquillaje de lujo, que parecía más una maleta de herramientas de un artista profesional.
Lola: Siéntate y no te muevas
La princesa rosa comenzó a trabajar con precisión. Aplicó una base blanca en todo el rostro de el albino, asegurándose de que quedara uniforme y bien difuminada. Luego, con cuidado, utilizó un pincel más pequeño para pintar dos círculos perfectos y simétricos en sus mejillas con un tono rojo intenso.
Lola: ¡Y listo! ¡Te ves increíble! Ahora sí pareces salido de un show animado
Lincoln: ¡Wow! Quedó genial. Gracias, Lola
Lola: De nada. Aunque, Lincoln, debo decir que tienes un buen sentido del estilo para ser un chico - guiñándole un ojo -
Lincoln: Solo trato de que todo encaje bien. La fiesta lo vale - riéndose -
Lola: Ve y deslumbra ¡Dales un show!
Lincoln, ahora listo con su maquillaje tenía piel blanca pura, cejas negras y gruesas y labios negros . Sus párpados son de color púrpura que dan la apariencia de sombra de ojos. y disfraz, salió de la habitación sintiéndose más confiado. La noche prometía ser interesante, y aunque no lo admitiera del todo, una parte de él esperaba encontrarse con Haiku en la fiesta. Tiene piel blanca pura, cabello rubio, cejas negras y gruesas, labios negros y dientes afilados en su boca. Sus ojos son amarillos con pupilas hendidas rojas que se asemejan a las de una serpiente. Él, como su hija Charlie, tiene las mejillas rojas. Sus párpados son de color púrpura que dan la apariencia de sombra de ojos.
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Haiku, en la tranquilidad de su habitación, se encontraba frente al espejo preparando cada detalle de su disfraz. La tenue luz de una lámpara gótica iluminaba su figura, mientras las sombras danzaban suavemente en las paredes decoradas con posters de películas clásicas de terror y libros apilados en cada esquina.
Haiku: Bien...Elvira merece que lo haga perfecto
Su vestido negro ajustado tenía un pronunciado escote que resaltaba sus curvas, y las mangas largas terminaban en puntas irregulares que acentuaban su aire enigmático. Una abertura alta en la falda dejaba entrever sus piernas, agregando un toque de sensualidad que no pasó desapercibido. Complementó su atuendo con pendientes de aro plateados y un cinturón decorado con un broche en forma de daga. Su cabello oscuro caía sobre sus hombros como un manto de sombras, y un maquillaje con labios oscuros y ojos delineados realzaba su mirada hipnótica. Haiku se miró al espejo una última vez, satisfecha con el resultado. Sabía que iba a destacar entre los asistentes, pero en el fondo, lo único que deseaba era la reacción de Lincoln al verla.
Haiku: Creo que a Lincoln le gustará
Sintió un leve calor en las mejillas al mencionar el nombre del albino. No podía evitarlo; había algo en él que hacía que su corazón palpitara más rápido. Lincoln no era como los demás chicos. Él la entendía, compartía su lado único y oscuro sin cuestionarlo. La forma en que montaba su skate con tanta pasión y libertad... eso la volvía un poco loca.
Haiku: No quiero que esté solo
Lo repitió para sí, con una sonrisa sincera mientras daba el toque final a su disfraz con un par de tacones negros. En ese momento, escuchó su teléfono vibrar sobre la mesita de noche. Era un mensaje en el chat grupal de la fiesta de Stella.
(📱)
Stella: Lleguen con todo. La fiesta está a punto de comenzar
(📱)
Haiku dejó escapar un suspiro y tomó una pequeña cartera negra para llevar lo esencial. Escuchó su teléfono vibrar de nuevo mientras terminaba de ajustar su vestido. Era un mensaje de Cristina.
(📱)
Cristina: ¡Hey Haiku! Vivo a dos cuadras, paso por tu casa en 5 minutos. Vamos juntas a la fiesta de Stella
Haiku: Te espero
(📱)
Haiku: Es hora de brillar, Mistress of the Dark
Con un toque de humor, mientras apagaba las luces de su cuarto y salía con paso firme, lista para la noche que le esperaba. Unos minutos después, el timbre de la casa sonó. Haiku se miró una última vez en el espejo antes de caminar con seguridad hacia la puerta. Al abrirla, se encontró con una pelirroja, quien sonreía de oreja a oreja.
Cristina: ¡Wow! Haiku, te ves... impresionante ¿Te disfrazaste de Elvira?
Haiku: Sí ¿Qué te parece? - feliz -
Cristina llevaba un disfraz elegante vestido rojo brillante, guantes largos morados y zapatos de tacón que hacían juego. El cabello suelto y ondulado caía sobre su hombro, completando el look clásico y seductor de un personaje.
Haiku: Y viéndote a ti, eres Jessica Rabbit
Cristina: Yo diría que entre las dos dejaremos boquiabiertos a más de uno. Aunque con tu disfraz, creo que te llevarás toda la atención
La morocha se rio suavemente, tratando de disimular su leve incomodidad ante los elogios. Cristina no dejó pasar la oportunidad de añadir.
Cristina: Apuesto a que alguien en particular no podrá quitarte los ojos de encima
Haiku: ¿Qué quieres decir?
Cristina: Oh, por favor. Estoy hablando del conejo del skate, Lincoln - sonriendo -
Haiku sintió un calor subirle a las mejillas. Miró hacia otro lado, intentando mantener su habitual aura de misterio.
Haiku: No sé de qué hablas... - nerviosa -
Cristina: Tranquila, tranquila. No es un crimen que te guste alguien. Además, ustedes hacen una buena pareja. Él es genial y... admitámoslo, tú luces como toda una reina gótica esta noche
La pelinegra no pudo evitar sonreír tímidamente. Antes de cerrar la puerta, avisó a sus padres
Haiku: ¡Voy a la fiesta de Stella! No volveré tarde
Madre de Haiku: Cuídate, Haiku, y no hagas locuras
Haiku: Tranquila, mamá
La gótica mientras salía y cerraba la puerta tras de sí. Estando con la pelirroja, caminaron juntas hacia la casa de Stella, disfrutando de la fresca brisa nocturna. La conversación entre ambas fluyó de manera natural.
Cristina: ¿Sabes? Nunca había visto a Stella organizar una fiesta tan grande. Pero lo que realmente quiero ver es la cara de Lincoln cuando te vea
Haiku: ¡Cristina! - sonrojándose -
Cristina: ¿Qué? ¡Es la verdad! Es más que obvio que le gustas. Vamos, mírate, eres una mezcla perfecta entre misterio y estilo
Haiku sonrió, intentando ocultar lo mucho que sus palabras la afectaban. La idea de ver a Lincoln disfrazado y pasar tiempo con él en la fiesta hacía que su corazón latiera un poco más rápido de lo habitual.
Haiku: Ya veremos qué pasa
Ella intentó mantener la calma mientras ambas continuaban su camino hacia la casa de Stella, iluminada a lo lejos con luces de colores y música que ya comenzaba a resonar en el aire.
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De vuelta en la casa Loud, Lincoln completamente disfrazado como Lucifer Morningstar, se encontraba sentado en el sofá de la sala, tamborileando los dedos sobre la rodilla con cierta impaciencia. El maquillaje blanco resaltaba su rostro, y los dos círculos rojos en las mejillas daban un contraste llamativo, acorde al personaje.
Un sonido de bocina interrumpió el silencio. Se levantó rápidamente y se asomó por la ventana: allí estaba la Wrangler color negra de los McCann. El reflejo de las luces delanteras iluminaba la calle, y en el asiento del conductor se distinguía la silueta del pelirrojo.
Lincoln: ¡Ya llegó Chandler!
Lynn Sr: ¡Cuídate, hijo! Y no llegues tarde
Rita: Diviértete, pero con cuidado ¿Eh? - feliz -
Lincoln tomó una última bocanada de aire, ajustó su disfraz y salió por la puerta principal. Al llegar a la camioneta, abrió la puerta del copiloto y se subió.
Lincoln: ¿Qué onda, Chandler?
Lo saludó con una sonrisa amplia, acomodándose en el asiento y cerrando la puerta con firmeza.
Chandler: ¡Pero mira nomás! ¿Lucifer Morningstar, eh? Te queda genial, Lincoln. Pareces salido directo del infierno
Lincoln: Gracias ¿Y vos? ¿De qué te disfrazaste?
Chandler, con las manos sobre el volante, giró ligeramente hacia él para mostrarle mejor su atuendo. Estaba vestido con un abrigo rojo a rayas con solapas rojo oscuro ribeteadas de blanco, que está raído a lo largo del dobladillo inferior. Debajo lleva una camiseta roja brillante con una cruz negra en el pecho y pantalones negros largos con puños rojos brillantes a juego. Se adorna con una pajarita negra anudada con un brillante centro rojo, guantes negros con rojo en las puntas de los dedos y botas negras de punta con huellas de cascos de ciervo rojos estampadas en las suelas.
Lincoln: ¡Te pasaste siendo Alastor! Así que decidimos ir de la misma serie ¿No? ¿Planeado o coincidencia?
Chandler: Coincidencia, obvio. Pero está bueno que vayamos combinados
El respondió con una sonrisa cómplice mientras arrancaba el motor. La Jeep Wrangler rugió suavemente al moverse por la calle.
Lincoln: ¿Vamos a buscar a Jack, no? - ajustándose el cinturón de seguridad -
Chandler: Sí, el rubio nos está esperando en la esquina de su casa. Pero antes pasamos por lo que dejamos con Flip
Lincoln: Todavía no puedo creer que ese hijo de puta ni se dio cuenta de lo que le robamos
Chandler: Ese viejo pelotudo está tan acostumbrado a perder cosas que ni se pregunta adónde va su mercadería girando el volante con confianza
Ambos amigos rieron mientras la camioneta avanzaba por las calles iluminadas de Royal Woods. A lo lejos, podían escuchar ecos de música de otras fiestas dispersas por la ciudad. La noche apenas comenzaba, y la emoción por la fiesta de Stella. Y por lo que podría ocurrir ahí se mantenía los ánimos en alto.
Lincoln: ¿Crees que lleguemos antes que Haiku?
Chandler: - arqueando una ceja - ¿Y ahora a qué viene esa pregunta? ¿Querés impresionar a la novia gótica? - riendo -
Lincoln: ¡No digas pavadas! Solo digo que... ella siempre llega temprano a todos lados, eso es todo - incomodo -
Chandler: Claro, claro... lo que digas, Lincoln. Pero tranquilo, seguro se desmaya al verte así
Lincoln sonrió de lado, intentando ocultar su leve sonrojo. Mientras la camioneta doblaba la esquina para recoger a Jack y luego pasar por el botín escondido, ambos amigos no pudieron evitar sentir que esa noche sería inolvidable. Chandler conducía con tranquilidad hasta la casa de los Dagger, la Wrangler negra rodando suavemente por las oscuras calles de Royal Woods. El silencio del barrio era solo un preludio del caos y la diversión que aguardaban en la fiesta de Stella. Lincoln, sentado en el asiento del copiloto, revisaba el maquillaje rojo en sus mejillas con el reflejo del espejo lateral mientras Chandler tarareaba una canción que sonaba a bajo volumen en la radio.
Chandler: Espero que Jack ya esté listo - girando hacia una calle lateral - No quiero perder tiempo con la carga
Lincoln: Lo estará. Conociéndolo, seguramente lleva puesto algún disfraz que le haga ver "cool"... o raro
Llegaron a la casa de los Dagger, una modesta residencia con las luces apagadas. La camioneta se detuvo discretamente detrás del garaje, lejos de cualquier vista indiscreta. Chandler apagó el motor y ambos bajaron.
Chandler: ¿Seguro que sus viejos no están? - susurrando -
Lincoln: Seguro. Jack dijo que se fueron a visitar a unos tíos en otra ciudad. Estamos más que cubiertos
El albino caminó hacia la puerta principal y tocó el timbre dos veces. Momentos después, la puerta se abrió, revelando a Jack con una amplia sonrisa y un disfraz inesperado: iba vestido de The Puninsher. Llevaba un chaleco antibalas negro con el característico cráneo blanco en el pecho, pantalones tácticos oscuros, botas militares, y un cinturón con detalles que simulaban municiones. Su cabello rubio estaba perfectamente peinado, y la expresión de su rostro completaba el aire serio del personaje.
Jack: Ahí están. Pasen, está todo listo
Los tres caminaron hacia el garaje. Jack abrió la puerta y, tal como habían acordado días atrás, ahí estaba el botín de alcohol que habían escondido: cajas con botellas de cerveza, vodka y hasta algunos licores caros que Flip ni siquiera sabía que tenía.
Chandler: Esto pesa - quejándose -
Jack: Deja de quejarte, es por una buena causa
Lincoln, también colaborando, se echó al hombro un pack de bebidas energéticas que usarían para mezclar. Entre risas y algunos comentarios sobre lo bien que habían planeado todo, cargaron las últimas cajas en el baúl del Wrangler y lo cerraron con cuidado.
Chandler: Misión cumplida - limpiándose las manos y subiendo al asiento del conductor - Ahora sí, directo a la fiesta
Eran las 23:00 horas cuando el Jeep arrancó nuevamente, esta vez en dirección a la casa de Stella. El ambiente dentro de la camioneta era animado y relajado, con los tres disfrutando de la previa mientras charlaban.
Jack: ¿Y entonces? ¿Qué creen que Stella va a decir cuando lleguemos con todo esto?
Chandler: Probablemente me pida casarme con ella
Lincoln: Si es que tu suegro te permite
Lincoln sonrió, mirando por la ventana. El ruido del motor lo calmaba, y el hecho de estar ahí con Jack y Chandler le daba una seguridad que hacía tiempo no sentía.
Jack: Por cierto, ¿Qué onda con Haiku? - mirando a Lincoln -¿Va a ir a la fiesta?
Lincoln: Sí, va a estar ahí
Chandler: ¿Y Ronnie Anne? ¿Qué onda entre vos y ella, Jack?
Jack: Nada! Solo somos amigos
Lincoln: Claro, claro
La conversación cambió de rumbo hacia el skateboarding, su pasión compartida. Hablaron de trucos nuevos que estaban practicando, de competencias locales y del próximo video que querían grabar juntos. Los tres coincidieron en algo: el skateboarding los había unido y los había salvado, alejándolos de amistades tóxicas como las que habían tenido en el pasado.
Jack: ¿Crees que Clyde y los otros estén ahí?
Lincoln: No me sorprendería... No importa si aparecen o no. Lo único que sé es que ustedes son mi verdadera manada. Me siento mejor con ustedes que con los cuatro que solía llamar amigos
Chandler: Totalmente. Lo mismo me pasó con Trent y Richie. A veces, alejarse de ciertas personas es lo mejor que podés hacer
Jack: No se preocupen. Si llegan a aparecer, no vamos a dejar que arruinen la noche
Lincoln: Tenemos que cuidarnos entre nosotros, como una manada - mirando por la ventana -
Chandler: Eso sí que suena a película. Pero tenés razón. No necesitamos a nadie más
Jack: Exacto. Mejor un grupo pequeño pero leal que un montón de falsos.
Los tres chocaron sus puños en señal de camaradería mientras el Jeep avanzaba por las calles iluminadas. Esa noche, ellos no solo eran amigos: eran una familia, y nada ni nadie podía romper ese lazo. La casa de Stella ya se veía a lo lejos, las luces brillando intensamente y la música resonando en el aire. La fiesta los esperaba, y con ella, el comienzo de una noche que ninguno de ellos olvidaría.
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La casa de Stella ya era un hervidero de energía juvenil cuando el trío llegó. La música se oía incluso desde la entrada, luces de colores parpadeaban por las ventanas, y las voces de los invitados se mezclaban en un murmullo constante.
En la entrada, Stella, vestida de Wonder Woman, recibió a Haiku y Cristina, que llegaron poco antes. Haiku, con su disfraz de Elvira, y Cristina, vestida de Jessica Rabbit Quinn, capturaron todas las miradas al cruzar la puerta.
Lance: ¡Guau, Haiku, te pasaste!
Murmuró Lance, disfrazado de Indiana Jones, a Mollie, que estaba cerca. Esta ultima, vestida de Harley Quinn, coincidió con una sonrisa. Los murmullos y las miradas de sorpresa no se hicieron esperar. Incluso Ronnie Anne que estaba vestida de la Catrina, inspirado en la tradicional mexicana, con un toque elegante y un maquillaje impresionante. Se giró para observar.
Cristina: Lincoln va a volverse loco cuando te vea
Otros invitados ya habían llegado: Jordan, vestida de una vikinga, Tabby, en un elaborado disfraz de Yumi de Hi Hi Puffy AmiYummy, Paige con su vestimenta de Poison Ivy, Chad, con un disfraz simple de Woody, Polly, que sorprendió a todos como una pirata victoriana, Artie, disfrazado de Rick Sánchez y Kara, quien lucía de Ahsoka Tano. Finalmente el sonido de la bocina del Jeep resonó fuera de la casa.
Stella: Ahí vienen los chicos
La puerta principal se abrió, y fue como si el aire en la sala cambiara por completo. Todos giraron la cabeza para ver entrar a al trio más conocido.
Kara: ¡Los reyes de la noche llegaron!
Haiku fue la primera en acercarse a Lincoln. Sus ojos brillaron al verlo, y, aunque intentó mantener la calma, un leve sonrojo delató su nerviosismo.
Haiku: Te ves... genial. El disfraz te queda perfecto - sonriendo -
Lincoln sonrió también, sintiendo el calor en sus mejillas a pesar del maquillaje blanco. Observó a Haiku de arriba abajo, notando lo impecable y sensual que lucía con el vestido negro ajustado, el escote pronunciado y los accesorios góticos.
Lincoln: Tú también... luces increíble
Mientras ellos compartían su momento, Stella se acercó rápidamente a Chandler, golpeándolo ligeramente en el brazo.
Stella: ¡Tardaste demasiado! - tono juguetón - Pero te perdono porque trajiste todo el arsenal
Chandler: Todo para ti, anfitriona
Ronnie Anne: - mirando a Jack - The Puninsher ¿eh? Esperaba algo más loco de ti
Jack: A veces lo clásico gana - encogiéndose los hombros - ¿Y vos, Catrina? Te falta asustar
Ronnie Anne: Dame un par de tragos y verás
El grupo comenzó a moverse hacia la cocina, donde Lincoln y Chandler anunciaron el botín. Abrieron las dos cajas con todo el alcohol: cervezas, botellas de whisky, ron, tequila, vodka, ginebra y dos botellas de fernet Branca.
Chad: ¡Eso sí es traer la fiesta! - sacando una botella de tequila -
Chandler: Tenemos todo lo que necesitan, muchachos
Stella: Y refrescos hay de sobra
La anfitriona señaló las botellas de Coca-Cola y Sprite en la encimera. En ese momento, al albino se le iluminó una idea y tomó una botella de fernet y una de Coca-Cola.
Lincoln: Gente, esto no puede faltar - sirviendo - 70% Coca, 30% fernet. El trago perfecto
Tabby: ¿Lo vas a preparar vos?
Lincoln: Obvio, con estilo
Lincoln tomó un vaso y comenzó a prepararlo mientras cantaba en voz alta. Haiku se reía mientras lo observaba.
Lincoln: Me pediste un fernet, te lo hice 70 a 30 y el party revienta
Los invitados rieron y comenzaron a corear junto a él, levantando sus vasos en el aire. Stella, divertida, sirvió otro vaso para Chandler, mientras el resto de los chicos formaban fila para probar el trago. La música aumentaba de volumen, las risas se hacían más fuertes, y la fiesta apenas comenzaba. Lincoln, rodeado de sus amigos, sintió algo que hacía tiempo no experimentaba: libertad, alegría y el calor de pertenecer a un grupo que lo valoraba tal como era.
La fiesta en la casa de Stella estaba en su punto máximo. Las luces de neón iluminaban la sala principal, y la música vibraba en cada rincón. El humo de una máquina de niebla artificial daba un toque misterioso al ambiente, mientras que los jóvenes reían, bebían y bailaban como si no existiera el mañana.
Lincoln, con un vaso de fernet en la mano, se apoyaba en el marco de una puerta, observando todo con una sonrisa satisfecha. Los chicos se estaban divirtiendo, y él, por primera vez en mucho tiempo, sentía que las cosas estaban en su lugar.
Polly, Tabby y Mollie se habían adueñado de una pequeña mesa de beer pong improvisada en la esquina. Lance y Artie intentaban competir con ellas, pero era evidente que las chicas llevaban ventaja. El primero tiró la pelota pero nuevamente falló.
Lance: ¡No puede ser! ¿Cómo lo hacen tan fácil?
Polly: Es cuestión de práctica, chicos - chocando la mano con Tabby -
Artie: ¿Practican esto? - levantando la ceja -
Mollie: Eso es secreto - sonriendo -
La fiesta continuaba a toda máquina cuando Jack y Lance, convertidos en los "bartenders oficiales" de la noche, trabajaban juntos preparando distintos tragos en una mesa improvisada llena de botellas, hielos y vasos plásticos. El rubio tuvo la habilidad de mezclar la menta con el ron.
Jack: ¿Otro Mojito?
Chandler: Dale, pero que esté más fuerte
Jack: ¡Aquí viene el Moscow Mule para ti, Lance!
Lance: ¡Sos un genio, hermano!
Lance se río, tomando su vaso y chocándolo con Jack mientras este ultimo hacia malabares con las botellas de fernet y coca cola.
Lance: ¡Parecés un profesional!
Jack: Lo aprendí después de robarle a Flip
Con ese dicho, hizo reír a todos. De repente, el timbre volvió a sonar. Stella corrió hacia la puerta, abriéndola con entusiasmo. Allí se encontró con un grupo muy especial. Ronnie Anne, que ya intuía quiénes eran, corrió emocionada hacia la entrada. Estaban 5 chicos quienes bajaron de una Toyota RAV4 blanca, modelo 1999. Cada uno de ellos estaba disfrazado de algún personaje icónico . Eran una castaña de piel blanca con pecas y de orígenes asiáticos disfrazada de Lara Croft . Un chico bajo con cabello castaño y tosco que lucía un disfraz de Han Solo. Afroamericano de origen latino como Nick Fury. Rubia alta que estaba con un disfraz de Sonya Blade y el ultimo, un pelirrojo con lentes que al tener puesto un overol azul, suerte de colores, calzando unos tenis rojos converse y sosteniendo un cuchillo falso lo hacía parecer a Chucky. Al rato de esto, el joven Loud se acercó para abrazar a los amigos de Ronnie Anne.
Ronnie Anne: Sid, Nikki, Casey, Sameer y Laird ¡Sabía que iban a venir!
Sid: ¡Sorpresa! - levantando una caja grande - ¡Trajimos refuerzos!
Lincoln: ¿Refuerzos?
Sammer: Sí, algunas cositas para subir el nivel de la fiesta. Snacks, más hielo y...
Casey sacó de la caja un parlante portátil gigante con luces LED que parecían sacadas de una fiesta rave.
Casey: ¡Más música! No podíamos dejar que esto decayera.
Stella: ¡Son unos genios! - abrazando a Sid - Pasen, ¡Están en su casa!
Sid: Gracias, Stella
Con la llegada del nuevo grupo, la fiesta subió de nivel. La música, ahora con el nuevo parlante de Cazey, retumbaba aún más fuerte, y todos en la casa coreaban las canciones mientras bailaban sin parar.
Sid y Stella lideraban en la pista de baile con su energía imparable, mientras que Ronnie Anne y Sameer se unieron a Jack en la mesa de tragos, pidiendo una ronda de Sex on the Beach.
Sameer: Esto sí que es una fiesta
Jack: ¡Lo mejor está por venir!
Mientras tanto, en uno de los sofás de la sala, Jordan y Mollie charlaban animadamente, ambas con bebidas en la mano.
Mollie: ¿Viste el disfraz de Haiku? Es épico, le queda como si lo hubiera sacado de una película de terror
Jordan: Sí, pero el de Lincoln me sorprendió más. Lo suyo con Haiku no es casualidad, ¡Se combinan hasta en estilo!
Mollie: No sé cómo hace Haiku, pero el albino está re perdido cuando ella está cerca
Stella: ¡Porque sos un idiota! ¿De verdad pensaste que no me iba a enterar de lo que estabas haciendo con Haiku? ¿O que Rusty iba a salirse con la suya con lo que intentó conmigo? ¡Y ni hablar de Zach y Liam! ¡Son un desastre, y no los quiero aquí!
Las dos se rieron con complicidad, observando cómo la fiesta seguía estallando a su alrededor. No muy lejos, Artie y Chad estaban concentrados en una competencia de dardos, donde el perdedor tenía que beber un trago entero.
Chad: ¡Apuntá bien, Artie! Si fallás otra vez, te toca el Mojito de la vergüenza
Artie: ¡Cállate y mirá esto!
Con concentración exagerada, lanzó el dardo y clavándolo en el borde del centro—
Artie: ¡Sí! ¡Eso cuenta!
Chad: ¡Eso no cuenta, tramposo!
Entre carcajadas. Ambos chocaron los vasos antes de volver a lanzar, mientras varios chicos los alentaban desde el fondo.
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3 AM
La fiesta seguía con fuerza y la casa de Stella Zhau era un caos organizado, llena de risas, música a todo volumen, y un mar de alumnos de penúltimo y último año de secundaria disfrutando de la noche como si no hubiera un mañana.
Lincoln, con una botella de cerveza en mano, caminaba entre la multitud, su disfraz de Lucifer aún impecable a pesar del descontrol. A su alrededor, las voces de algunos compañeros se mezclaban con la música y los murmullos llegaban a sus oídos:
¿?: Ese albino sí que es bonito
¿?: ¿Viste cómo trajo todo el alcohol? Este tipo es una leyenda
¿?: ¿Pero por qué sale con esa gótica? Haiku está re dark, no pega con él
Aunque los comentarios eran contradictorios, Lincoln solo sonreía para sí mismo. Le daba igual. Por primera vez en mucho tiempo, no le importaba lo que pensaran de él. En lugar de molestarse, incluso se sentía bien. Había pasado de ser el chico al que ignoraban a alguien que ahora todos querían tener cerca, aunque fuera por las razones equivocadas.
Decidió salir al patio trasero para despejarse un poco del ruido. Cuando llegó, se encontró con una escena peculiar que solo podía ocurrir en una fiesta de este calibre. Chandler estaba de pie en el centro del patio con una cubeta llena de agua en las manos, enfrentando a otro chico disfrazado de gladiador romano. Alrededor de ellos, un círculo de chicos y chicas arengaba la situación con gritos y aplausos.
Artie: ¡Vamos, Chandler! ¡Dejá en claro quién manda!
Lance: ¡Mi dinero está en el romano! ¡Ese tipo tiene brazos de gimnasio!
El albino alzó una ceja, curioso pero divertido, mientras caminaba hacia la multitud para ver mejor lo que estaba ocurriendo. Se abrió paso entre los chicos y finalmente llegó al frente del círculo.
Lincoln: ¿Qué demonios está pasando acá?
Le dio un sorbo de su cerveza mientras observaba la escena. Chandler, con su típico aire confiado, volteó hacia él y le guiñó un ojo.
Chandler: ¡Es una pelea de cubetas, Linc! - levantando la cubeta - Reglas simples: quien moje más al otro, gana
El chico disfrazado de gladiador, que parecía ser un alumno de último año, lo interrumpió.
¿?: O más bien, quien pierda, se toma un shot de todo lo que encuentre en la barra mezclado en un solo vaso
Lincoln: ¿En serio estás haciendo esto? - cruzando los brazos -
Chandler: ¿Por qué no? Ya me gané mi fama por ser el pelirrojo más cool de esta escuela. Es hora de consolidarlo
Ronnie Anne: ¡Dale, Chandler! ¡Vos podés!
La latina con todos sus amigos los amigos estaban grabando todo con su celular. Nikki alzaba una lata de cerveza y se unía a los gritos.
Nikki: ¡El gladiador lo va a aplastar!
Lincoln: Si vas a hacer esto, que sea épico, ¿Me escuchaste? Nada de media tinta
Chandler: Siempre es épico conmigo, Lincoln
Ambos contendientes se lanzaron agua con todo lo que tenían. Chandler, siempre el bromista, fingía movimientos dramáticos mientras mojaba al gladiador con precisión. El romano, por su parte, aprovechaba su fuerza para lanzar grandes cantidades de agua de un solo golpe, empapando a Chandler varias veces. El público se volvía loco, vitoreando cada movimiento.
Lance: ¡Esa fue buena, Derek!
Chandler: ¡Pero no suficiente!
Tomó dos cubetas a la vez y vaciándolas sobre Derek en un ataque final que dejó al chico completamente empapado. La multitud estalló en aplausos.
Artie: ¡Ganador, Chandler McCann!
Artie, levantó el brazo del pelirrojo como si fuera un boxeador campeón. Derek, aunque derrotado, tomó la derrota con buen humor. Se acercó a la barra y cumplió el castigo, bebiendo un shot improvisado que mezclaba ron, vodka, whisky y algo que probablemente no era apto para el consumo humano.
Lincoln: Lo lograste Chandler
Chandler: Ven aquí hermano
Los dos se abrazaron mientras todo al rededor estaba en estado de ebriedad. Polly llegó casi corriendo, con el rostro preocupado y una urgencia en su voz que de inmediato alertó a Lincoln y Chandler, quienes se detuvieron en seco.
Polly: Lincoln, Chandler, ahí están - agitada -
Lincoln: ¿Qué sucede, Polly?
Polly: Necesito que vengan
Sin pensarlo dos veces, Lincoln y Chandler intercambiaron una mirada y siguieron a Polly, que los guió hacia la entrada de la casa. Al llegar, encontraron a Stella, Lance y Tabby. Esta última parecía petrificada, con los ojos abiertos como platos y respirando entrecortadamente. Stella intentaba calmarla, pero no estaba logrando mucho.
Chandler: ¿Qué pasó?
Stella: Abrí la puerta pensando que eran más invitados... pero me encontré con esto
Cuando la filipina abrió la puerta de esa habitación apareció un chico pelirrojo tirado en el suelo, aparentemente desmayado. Había una botella rota cerca de él, y su respiración era irregular pero audible. Lincoln dio un paso al frente, sus ojos abiertos con incredulidad cuando lo reconoció.
Lincoln: Es... Liam
Chandler se acercó rápidamente, agachándose para revisar al chico. Le tocó el cuello, comprobando su pulso, mientras hablaba en voz alta.
Chandler: Está respirando, pero parece que está muy borracho o algo peor
Lance: ¿Que hace el aquí?
Stella: No lo se. Nunca lo invité - molesta -
Lincoln: - mirando a Polly - ¿Lo viste llegar? ¿Vino solo?
Polly: No lo vi llegar, y nadie lo mencionó antes de que Stella abriera la puerta
Tabby: Yo... yo estaba cerca de la puerta cuando Stella la abrió. Ni siquiera sé cómo llegó aquí. Parece que estaba completamente borracho
Lincoln: Bueno, no podemos simplemente dejarlo aquí tirado
Lance: ¿Y si llamamos a una ambulancia? Tal vez esté peor de lo que parece
Lincoln: No. Está borracho, pero no parece que esté en peligro grave. Lo conocemos. Lo más probable es que haya terminado así porque quiso venir a arruinar la fiesta
Stella: ¿Y si no fue él solo? ¿Y si Rusty, Zach o incluso Clyde están cerca?
¿?: ALEJATE DE MI, CLYDE
En ese momento un grito se escuchó desde la planta de abajo de la casa y alertó a los chicos.
Lincoln: Esa es Haiku - alejándose -
Chandler: Espera Lincoln
En cuestión de segundos, bajó las escaleras que conectaban con el primer piso de la casa y vio lo que estaba ocurriendo. Clyde, su antiguo mejor amigo, estaba frente a Haiku, intentando intimidarla o seducirla, a juzgar por su postura. Ella se había alejado, visiblemente incómoda, pero Clyde no parecía dispuesto a ceder.
El rostro de Lincoln se llenó de ira. Sin detenerse a pensar, cargó directamente hacia Clyde. Stella bajó para tratar de que no haya una locura.
Stella: ¡Lincoln, no!
Con una fuerza que nadie esperaba, Lincoln impactó su puño contra el rostro del moreno, lanzándolo hacia atrás como un muñeco de trapo. El cuerpo del moreno chocó contra la pared, dejando caer un cuadro al suelo y atrayendo las miradas de todos los presentes. La música se detuvo por completo, dejando un silencio sepulcral en la casa.
Lincoln: ¿Qué hacés, pelotudo? (Enojado)
Haiku, aunque todavía un poco aturdida por la situación, se colocó detrás de Lincoln, buscando refugio en su sombra.
Lincoln: ¿Estás bien Haiku?
Haiku: Si, estoy bien
El caos se apoderó de la fiesta mientras las acciones de Lincoln y Chandler desencadenaban una serie de confrontaciones que paralizaban a los invitados. Lincoln, en medio de su furia, tenía a Clyde acorralado contra la pared. Su rostro estaba enrojecido, sus puños temblaban de rabia, y las palabras salían de su boca como dagas.
Clyde: Lincoln podemos hablar
Lincoln: ¿Hablar? ¿A eso le llamás a intentar seducirla mientras ella te pedía que te alejaras? ¡Sos un enfermo!
¿?: Oye Stella
Stella: ¿Rusty? SAL DE MI VISTA
Chandler lo notó y fue tras Rusty que por suerte lo tenía completamente sometido contra una mesa. La ira brillaba en sus ojos mientras lo enfrentaba.
Chandler: ¿Qué ibas a hacerle a Stella, eh? ¡Decime, Rusty!
Rusty: ¡Soltame, McCann! ¡Solo quería hablar con ella!
Chandler: ¡¿Hablar, como hiciste con Polly?! ¿O como intentaste hacerlo con Mollie el año pasado? ¡Sos un patético acosador!
Cerca de allí, Artie y Chad mantenían a otro pelirrojo pero este usaba lentes y se encontraba inmovilizado. Este sudaba copiosamente, mirando a su alrededor como si buscara una salida, pero no había escapatoria.
¿?: ¡No hice nada, lo juro! —dijo Zach, intentando sonar convincente
Artie: ¿Nada, Zach?
Chad: ¿Entonces por qué mierda intentaste escabullirte como una rata?
El ambiente estaba cargado de tensión. Los murmullos de los demás asistentes se intensificaban mientras observaban las escenas de violencia y confrontación que se desarrollaban en diferentes partes de la casa. Haiku se había refugiado cerca de Stella y Tabby, aún temblando, mientras la filipina intentaba calmarla.
Stella: Tranquila, Haiku. Lincoln está lidiando con Clyde. No te va a volver a molestar
Haiku: Esto es... demasiado - susurrando -
De vuelta con Lincoln, Clyde se desplomó al suelo después de un último empujón. Su mirada estaba llena de miedo y vergüenza. Lincoln lo señaló con un dedo, inclinándose hacia él.
Lincoln: Si te vuelvo a ver cerca de Haiku, o de cualquiera de mis amigos, te juro que vas a arrepentirte, Clyde. No soy el mismo chico al que ustedes pisotearon
Clyde: Si si Lincoln (Asustado)
Stella se quedó junto a la puerta, mirando cómo Lincoln, Chandler, Artie y Chad resolvían la situación con Clyde, Rusty, Zach y Liam. Sin embargo, su paciencia ya estaba al límite. Apretó los puños y, con una mirada llena de furia, caminó hacia el centro de la sala, donde todos aún murmuraban sobre lo ocurrido. Stella, alzando la voz, detuvo el bullicio de inmediato.
Stella: ¡Escúchenme todos! ¡Ustedes cuatro no están invitados! Y después de lo que hicieron, no van a quedarse ni un segundo más. ¡Fuera de mi casa!
Clyde, con el rostro aún rojo por el golpe de Lincoln, levantó las manos en señal de rendición.
Clyde: Stella, yo... yo no quise causar problemas. Solo vine porque...
Stella: ¡Porque sos un idiota! ¿De verdad pensaste que no me iba a enterar de lo que estabas haciendo con Haiku? ¿O que Rusty iba a salirse con la suya con lo que intentó conmigo? ¡Y ni hablar de Zach y Liam! ¡Son un desastre, y no los quiero aquí! - furiosa -
Rusty intentó intervenir, pero Chandler se interpuso, empujándolo levemente hacia la puerta.
Chandler: No la hagas enojar más, Spokes. Créeme, no querés saber cómo termina eso
Artie y Chad, sin decir una palabra, tomaron a Zach y Liam de los brazos. Ambos intentaron protestar, pero Artie los calló con una mirada intimidante.
Artie: Mejor cállense y muévanse antes de que esto se ponga peor
Stella abrió la puerta principal con un movimiento brusco, dejando claro que no pensaba cambiar de opinión. Clyde, resignado y avergonzado, fue el primero en salir, mirando al suelo mientras murmuraba algo inaudible. Rusty lo siguió, refunfuñando, pero bajo la atenta mirada de Chandler, no se atrevió a decir nada más. Zach y Liam fueron escoltados por Artie y Chad hasta el jardín delantero, donde los soltaron sin miramientos.
Stella: ¡Y ni se les ocurra volver! - furiosa -
El silencio volvió a apoderarse de la sala por unos segundos. Stella se giró hacia el resto de los invitados, quienes la miraban con admiración y respeto. Con una respiración profunda, levantó la cabeza y alzó la voz nuevamente. Cuando volvieron al interior, Stella tomó el micrófono y, decidida a retomar el control de la noche, habló con una autoridad incuestionable.
Stella: ¡Escuchen todos! Los indeseables ya no están aquí. Esta fiesta es para disfrutar, no para lidiar con idiotas. ¡Así que volvamos a pasarla bien!
Los aplausos y vítores estallaron mientras la música volvía a subir. Lincoln y Chandler se miraron, compartiendo una sonrisa de complicidad.
Stella: Y vos, gracias por cuidar mi espalda con ese idiota de Rusty
Chandler: Siempre lo hago, ¿o no? ¡La fiesta sigue, pero no voy a tolerar ni un solo problema más! ¿Está claro?
Stella: Me alegro que me ayudaran sacando a esos tarados
Lincoln: De nada, Stella
Chandler: No te preocupes, nosotros te cubrimos
Stella asintió y dejó escapar un suspiro. La tensión empezaba a disiparse, y la música volvió a sonar en la casa por parte de Tabby. Aunque el ambiente había cambiado, los verdaderos amigos de Lincoln y Stella permanecían unidos, demostrando que nada ni nadie podía arruinar su noche.
Mientras la fiesta seguía, Haiku, después de lo ocurrido con Clyde, se sentía más tranquila pero aún algo inquieta. Observó a Lincoln desde un rincón de la sala, notando cómo él interactuaba con los demás, siempre tan seguro y relajado, como si los eventos recientes no lo hubieran afectado. Finalmente, decidió acercarse.
Lincoln estaba sentado cerca de la barra improvisada que Lance y Jack habían montado, conversando con Chandler y Stella mientras la música seguía llenando la casa de vida. En ese momento, Haiku, quien había estado observándolo desde la distancia, decidió que era hora de reclamar un momento con él.
La gótica avanzó con calma pero decidida, su vestido oscuro moviéndose al ritmo de sus pasos. Se detuvo frente a Lincoln, quien notó su presencia de inmediato y le dedicó una sonrisa suave. Chandler y Stella se dieron cuenta al instante de la tensión en el aire y discretamente se apartaron, dejándolos a solas.
Lincoln: ¿Pasa algo, Haiku?
Haiku: Quiero bailar contigo, Lincoln
El albino se quedó perplejo por un momento. No era algo que esperara de alguien como Haiku, pero la seguridad en su voz le dejó claro que no aceptaría un no por respuesta.
Lincoln: ¿Conmigo?
Haiku: Sí. Ya es hora de que disfrutes la fiesta, y quiero que sea conmigo
Lincoln: Está bien - sonriendo -
Haiku: - sonriendo - Sólo sígueme - tomando su mano -
Haiku lo llevó al centro de la sala, donde otros chicos ya estaban bailando, y la música cambió a una mezcla entre pop y electrónica. Aunque al principio Lincoln parecía algo incómodo, Haiku comenzó a moverse con una confianza inesperada, dejando atrás su habitual postura reservada. Sus movimientos eran fluidos, casi hipnóticos, y Lincoln no tardó en seguir su ritmo. Los murmullos comenzaron a surgir alrededor.
¿?: ¿Lincoln bailando con Haiku?
¿?: Esa gótica sí sabe cómo manejarlo
Pero a ninguno de los dos parecía importarles. Lincoln estaba completamente centrado en Haiku, sorprendiéndose de lo bien que se sentía estar con ella en ese momento. La mirada de Haiku, intensa y directa, no se apartaba de la suya. En un punto, ella le sonrió de una forma tan leve pero tan sincera que él no pudo evitar devolverle el gesto.
Lincoln: ¿Por qué quisiste bailar conmigo?
Haiku: Porque quería un momento contigo. Todo lo que ha pasado esta noche me hizo darme cuenta de algo
Lincoln: ¿Qué cosa?
Haiku: Que me importas más de lo que pensaba. Eres diferente al resto, y me alegra que estés aquí
Lincoln sintió cómo su rostro se calentaba, pero antes de que pudiera responder, Haiku lo tomó de las manos y lo giró ligeramente, rompiendo la tensión del momento con una risa suave. Él no pudo evitar reír también, sintiéndose más ligero que en mucho tiempo.
Mientras seguían bailando, Stella, desde un rincón, observaba con una sonrisa. Chandler se acercó con una bebida en mano.
Chandler: ¿Siempre fueron tan raros juntos?
Stella: Sí, pero es lo que los hace perfectos
Cuando la canción terminó, Haiku y Lincoln se detuvieron, todavía tomados de las manos. Los murmullos a su alrededor no importaban, porque en ese momento, sólo existían ellos dos.
Haiku: Gracias por bailar conmigo
Lincoln: Gracias por insistir
Y aunque ninguno de los dos lo dijo en voz alta, ambos sabían que algo entre ellos había cambiado esa noche.
Mientras Lincoln estaba charlando con Haiku, aún con una botella de cerveza en la mano, los murmullos a su alrededor no cesaban. Algunos lo admiraban, otros simplemente no podían evitar comentar. Un grupo de chicos de último año, ligeramente ebrios, hablaban lo suficientemente alto como para que Lincoln escuchara.
¿?: ¿Ese tipo es tu ídolo? - señalando a Lincoln - Porque el mío sí que lo es
¿?: ¿Qué? ¿El albino? Nah, no sé cómo lo hace, pero ese tipo está en todas
¿?: Tiene onda, eso hay que admitirlo. Y viste a la gótica con la que anda, ¿no? Es como... fuego y hielo
La fiesta seguía en su punto máximo. Las luces parpadeaban mientras la pista de baile vibraba con la energía de todos los presentes. Stella, con una sonrisa amplia, tiró de Chandler hacia el centro de la sala, sus movimientos sincronizados mientras bailaban juntos. Chandler, aún con su vibra despreocupada, agradecía internamente la oportunidad de estar cerca de Stella.
Stella: Gracias por todo, Chandler
Chandler: ¿Por qué?
Stella: Por deshacerte de Rusty. Ese tipo siempre fue asqueroso
Chandler rio con ella mientras sus movimientos se volvían más animados. Ambos sabían que su química no necesitaba explicación. Alrededor, la sala era un torbellino de emociones. Jack y Ronnie Anne, relajados en el sofá, observaban la pista con vasos en mano.
Jack: ¿Quién diría que Chandler terminaría así con Stella?
Ronnie Anne: Es raro, pero... lo están logrando
Cristina, mientras tanto, bailaba con Derek, el chico disfrazado como un romano, mientras Mollie y Lance compartían risas en otro rincón. Jordan se reía con Artie, quienes movían los hombros al ritmo de la música, y Chad abrazaba a Paige con una sonrisa amplia. En otro lado de la pista, Sid hablaba con un chico pelinegro de mechones verdes y aretes, claramente interesada en él.
Sid: ¿Cómo te llamas?
¿?: Alan ¿Y tú?
Sid: Sid. Me gusta tu estilo
La pista de baile estaba en su punto máximo cuando Tabby puso una canción de un grupo de argentinos vestidos de negro. Los invitados comenzaron a corear la canción al instante, levantando vasos y moviéndose al ritmo de la música. Stella y Chandler ya estaban en el centro de la sala, liderando la fiesta con movimientos coordinados. Ronnie Anne, Jack, Mollie, y Cristina se unieron a ellos rápidamente.
Chandler: Te invito a dar una vuelta con lo' del espacio
La' gata' se ponen fuerte y no van al gimnasio
Stella: Lo' gato' se ponen loco', no sienten cansancio
Esta noche, yo te robo y cerramos el caso
Los invitados gritaban emocionados mientras la energía de la canción se sentía en cada rincón de la casa. Haiku junto al albino no podía resistirse a participar. Con una sonrisa de complicidad, comenzó a cantar su parte.
Haiku: Uh, uh-uh-uh
Esperé todo el día que la noche caiga, y ahora
Uh, uh-uh-uh
La noche no termina hasta que el sol salga
Lincoln la miraba con admiración mientras bailaban juntos, sus movimientos perfectamente sincronizados. Cuando llegó su verso, todos se volvieron hacia él, coreando junto con él.
Lincoln: En cámara lenta
Te pegaste conmigo y no te diste cuenta
Que esta noche te suelta
Yo sé que te tienta
Me pediste un Fernet, te lo hice 70-30
El party revienta
Los vítores llenaron la sala, y Haiku no pudo evitar reírse mientras lo abrazaba brevemente. Chandler, viendo la escena, gritó desde la pista.
Chandler: ¡Ese albino la rompe, carajo!
Jack y Ronnie Anne también se unieron a lo chicos.
Jack/Ronnie Anne: Y en cámara lenta
Te pegaste conmigo y no te diste cuenta
Que esta noche te suelta
Yo sé que te tienta
Me pediste un Fernet, te lo hice 70-30
Y el party revienta
Chandler y Stella levantaron sus vasos mientras continuaban moviéndose al ritmo de la canción, mostrando que eran los reyes de la pista. Polly y Lance se unieron al coro, mientras Sid y el misterioso chico de cabello verde seguían conversando en un rincón. Jack y Ronnie Anne, sentados en el sofá, observaban la energía desbordante de la pista.
Ronnie Anne: Este grupo sabe cómo hacer una fiesta
Jack: Definitivamente, esos dos tienen química - mirando a Haiku y Lincoln -
La canción seguía, y el ambiente era imparable. Lincoln, aún bailando con Haiku, se inclinó para susurrarle al oído.
Lincoln: ¿Qué opinas? ¿Estoy a la altura?
Haiku: No solo estás a la altura, Lincoln. Esta noche... sos el rey - sonriendo -
Ambos rieron, perdiéndose en el ritmo mientras la noche seguía, dejando claro que este momento quedaría grabado como uno de los más memorables de sus vidas.
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Mientras la luz del amanecer comenzaba a colarse por las ventanas de la casa de Stella, los últimos invitados se despedían, arrastrando los pies y cantando aún las últimas estrofas de las canciones que resonaron durante la fiesta. Lincoln, Chandler y Jack se acercaron al patio delantero, con risas cansadas y vasos vacíos en la mano.
Haiku, que se encontraba cerca de la puerta, llamó a Lincoln antes de que se subiera a la camioneta. Con pasos tranquilos y una mirada que mezclaba cansancio y afecto, se acercó a él.
Haiku: Lincoln
Lincoln: Si Haiku ¿Qué suce..?
Antes de que él pudiera responder, Haiku lo tomó por la camisa y lo besó. Fue un beso lento y profundo que dejó a Lincoln completamente aturdido, como si todo a su alrededor se hubiera detenido por un momento. Cuando se separaron, ella sonrió ligeramente.
Haiku: Duerme bien, conejito - sonriendo -
Y con esa despedida, se dio la vuelta y volvió al interior de la casa. Lincoln, todavía un poco embobado, se subió a la camioneta junto a Chandler y Jack. Ambos lo miraron con sonrisas cómplices mientras el motor arrancaba.
Jack: ¿Y ese beso, Linc? - riendo -
Lincoln: Cállate, Jack - molesto y sonrojado -
El viaje de regreso fue tranquilo, y al llegar a su casa, Lincoln se despidió de sus amigos antes de entrar. Cerró la puerta detrás de él y, como cualquier adolescente después de una noche como esa, fue directo a la cocina. Todavía podía sentir los rastros del beso que Haiku le había dado, notó algo en su reflejo en el vidrio de la puerta del horno: una marcada huella de lápiz labial rojo en sus labios. Se llevó los dedos al rostro, tocando suavemente la marca, y no pudo evitar sonreír como un tonto.
Mientras preparaba su improvisado desayuno con jugo y pan, pasó cerca del espejo del pasillo y notó algo más: otra marca, esta vez en su mejilla. Haiku había dejado su "firma" en él. Lincoln se rió entre dientes y sacudió la cabeza.
Lincoln: Bueno, si alguien pregunta... no, no me peleé con un payaso
Con el estómago lleno, se dirigió al baño. Abrió la ducha y el agua caliente lo despertó un poco más, lavando no solo el olor a marihuana y alcohol, sino también los vestigios de una noche llena de emociones. Sin embargo, cuando salió y se miró en el espejo empañado del baño, notó que aún quedaban ligeros rastros del lápiz labial en su mejilla. Por alguna razón, no se molestó en quitarlos completamente.
Ya en su habitación, dejó caer su cuerpo sobre la cama, aún con una sonrisa mientras sus pensamientos volvían a Haiku. Se giró hacia el público una vez más, la marca apenas visible pero aún presente en su rostro.
Lincoln: Si alguien me ve así mañana... mejor que inventen una buena excusa - al lector -
Sonrió con complicidad, antes de cerrar los ojos, cayendo en un sueño profundo. La marca en su mejilla permaneció como un recuerdo de una noche que difícilmente olvidaría.
Continuará
Saludos:
Feliz Año 2025
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