Capitulo 16: Mercenarios Plan y Escape.
Cambio de Escena.
Los días transcurrieron después del incidente que todos conocían sobre la prisión de máxima seguridad en la Antártida. La mayoría pereció, salvándose solo seis personas: el piloto, los dos paleontólogos, los dos ex reyes de la Orden y un joven pelirrojo que desapareció sin dejar rastro al día siguiente de su llegada.
La noticia se difundió, generando repudio hacia los militares por haber lanzado una bomba atómica y acabado con todos los reclusos, cuando en realidad habían fallecido a manos de una boa constrictora encontrada en la formación rocosa.
El presidente no apreció los comentarios y se vio obligado a dirigirse al pueblo para aclarar que no tenía relación con la bomba ni conocimiento sobre la existencia de la prisión Nueva Alcatraz.
En la Liga de Héroes, la preocupación era palpable, ya que tres de sus compañeros habían perdido la vida: Shaggy, Nebulosa y Lynn Loud sr. Esto afectó profundamente a Rita Loud y a sus hijas. Al reclamar el cuerpo de Lynn, les informaron que no quedaba rastro debido a la explosión y la boa que había acabado con la mayoría de los prisioneros.
Candy también enfrentó una dura realidad al descubrir que su hermana estaba entre las víctimas, y la ausencia de un cuerpo la sumió en la depresión.
Candace, por su parte, experimentó tristeza al enterarse tardíamente de los sucesos. A pesar de ser enemigas, eran hermanas, y el trágico desenlace fue inesperado.
Mientras tanto, Washington y Tera tuvieron que someterse a terapia debido a las secuelas vividas en New Alcatraz. Desarrollaron fobia a los reptiles, especialmente a las serpientes, y no podían soportar verlas ni en la vida real ni en fotos o videos. Mentalmente inestables, sufrían pesadillas sobre sus amigos y los demás reclusos siendo devorados, y a menudo alucinaban cuando estaban solos o en espacios cerrados.
A pesar de que la vida continuaba, Kurota y Lincoln permanecían al mando de Azura, incapaces de alejarse más. El rastreador en sus cuellos los guió hasta el psiquiátrico donde se encontraban Washington y Tera.
Lincoln: ¿Quién hubiera pensado que el capitán idiota terminaría aquí?
Kurota: Creo que fue una lección. Su ambición por el poder los llevó a cometer tonterías. Pueden odiarnos a muerte, pero no merecían quedar en ese estado.
En ese momento, el doctor llegó, sonrió y se acercó.
Doctor: Vaya, son ustedes jóvenes. Veo que se preocupan por el muchacho mirando por la puerta.
Lincoln: Puede que el capitán idiota y yo nos llevemos mal, pero a decir verdad me preocupa su salud. Dígame cómo sigue.
Doctor: Pues sigue igual desde que llegó. No podemos apagar las luces porque grita diciendo que ahí está la boa que se lo quiere comer. Parece ser que lo que sea que pasó en esa prisión lo dejó muy mal emocional y psicológicamente.
Kurota: Pero dígame, doctor, ¿cuánto tiempo cree que pase para que él olvide su trauma? Al ver en las noticias, cuando los encontraron en el aeropuerto de Michigan, le presentó el diario donde vio la foto y él se puso raro, comenzó a atacarlo, así que tuvo que dejarlo inconsciente.
Doctor: No sabemos. El trauma fue muy fuerte. Esto tal vez demore meses o incluso años para que vuelva a ser el de antes.
Lincoln: ¿Y cómo sigue Tera?
Doctor: Pues la señorita Chronia presenta los mismos síntomas que el señor Round. Veo muy difícil que esos dos se recuperen. Aun así, esperemos que con terapia y fármacos recuperen su voluntad otra vez.
En eso se acercaron donde estaba la pelinegra que estaba acostada en su cama, dormida debido a que le suministraron morfina para que duerma.
Kurota: No se parece a la Tera guerrera que conocí hace 3 meses, recordando cuando peleó con ellos en San Francisco y en el Castillo.
En eso se retiraron. Mañana regresarían. Estaban en la salida cuando vieron dos personas con capuchas que iban ingresando al psiquiátrico.
Lincoln: ¿Qué te pasa, Kurota? Te quedaste viendo a esos dos extrañamente sucede algo.
Kurota: Blanco será mejor no irnos tengo el presentimiento que algo malo va a pasar no se pero esas personas poseían un ki maligno y tenían malas intenciones.
Mientras los dos encapuchados entraron al psiquiátrico preguntándole a una enfermera donde estaba la habitación de Washington y Tera la enfermera dijo que era la 202 y 203 pero estaba prohibidas las visitas aun asi ellos pasaron la chica dijo a los guardias que los detuvieran pero no valio por que salieron volando e inconscientes y a la enfermera la terminaron matando.
El castaño tuvo un escalofrío ya que sintió algunos ki que habían desaparecido asi que regreso de nuevo sea quien sea parecía que tenia intenciones asesinas sobre Washington y Tera mientras su compañero lo seguía.
Pasaron el pasillo del 3er piso y vieron las habitaciones 202 y 203 donde estaban sus objetivos cada uno se posiciono en la puerta.
?: ¡Je, sonriendo! ¿Quién diría que sobrevivirías en New Alcatraz, Washington? Pensé que tanto tú como esos condenados inútiles de los Luna Nueva morirían, pero mira, estás vivo. Pero estás desconectado; te pesa la muerte de tus compañeros, y eso voy a aprovechar —decía una voz seria e intimidante.
?: Nunca me agradaste desde que nos conocimos y formamos alianza, maldita perra pelinegra. Siempre te has creído mejor que yo, y por eso te odio. Ahora aprovecharé esta oportunidad para liquidarte. De nada sirvió ser la dichosa Reina de la Orden, si los perdiste todo —decía una voz juguetona y femenina.
Cuando iban a abrir, dos esferas de ki chocaron contra ellos, lanzándolos a través de la pared del psiquiátrico y cayendo en el jardín, donde enfermeras y pacientes estaban asustados por el repentino estruendo.
Los dos se enfadaron por ese ataque a traición. Cuando el humo se disipó, pudieron ver dos siluetas, el castaño y el albino, caminando hacia ellos.
Al ventear un poco el aire, el chico se dio cuenta de una insignia en el pecho de los recién llegados y comenzó a temblar.
Lincoln: No puede ser, esa insignia ya la había visto. No me digan que ustedes son...
?: Vaya, Moonlight, ya te diste cuenta de quiénes somos. Je, pensé que quedaría en secreto, pero ni modo —dijo la figura masculina, quitándose la capucha y revelando a un chico pelirrojo con ojos rojos, vestido con un abrigo de pieles y un uniforme de secundaria, con una mirada muy dura.
Kurota: ¿Qué está pasando? No entiendo —decía Kurota, mirando el broche—. Mierda, tú eres de la Orden Luna Sagrada.
?: Jejejeje, riéndose, la figura femenina también se quitó la capucha, revelando a una chica pelimiel con ojos verdes, con un cuerpo bien desarrollado y destacando una bata de laboratorio que dejaba ver su pecho desarrollado y también llevaba un broche de la secta. Así que dieron en el clavo, sí, somos también de la Orden.
Lincoln: Entonces, el capitán idiota tenía razón, ustedes vendrían por nosotros en pose de pelea.
?: Claro que no, por el momento. Sonriendo siniestramente—. Mi objetivo es Washington y su estúpida novia, ya que no nos sirven para nada.
Kurota: ¿Quieren eliminar a Washington? —mientras se enfadaba, ya que se suponía que eran aliados, o solo eran mentiras hipócritas.
?: Je, en el estado en que está, es imposible. Además, es un idiota que se dejó vencer por ustedes. Nunca comprendí por qué Diego le tenía tanta confianza que al final terminó con todo ese mocoso. Es un inútil.
Kurota/Lincoln: Diego —decían con duda.
?: Es nuestro jefe. Nos mandó especialmente para eliminar a Washington y Tera, pero ahora ustedes son el objetivo, ya que interrumpieron nuestra misión. —Mientras un aura roja y la de su acompañante también empezaban a manifestarse.
Los muchachos comenzaron a preocuparse, ya que había gente en el sanatorio. Aunque estuvieran inestables, si esta batalla sería mortal, él no quería que salieran heridos. Así que tomó una decisión arriesgada.
Kurota: Lincoln, saca a todos de aquí ahora. Si vamos a pelear, no quiero involucrar a civiles y que terminen heridos o muertos —recordando en su mente lo que pasó en su mundo en la batalla de Rito vs Kuro y también su batalla contra Darkness fusionada y Darkness chibi, donde en el fuego cruzado muchas personas fueron heridas. Él jamás permitiría que algo les pase a los pacientes del psiquiátrico.
Lincoln: Espera, Kurota, ¿piensas pelear contra los dos? —decía en shock y enojado, ya que lo estaba excluyendo.
Kurota: No es lo que estás pensando —mirando su cara, se estaba imaginando el enojo—. Se están acercando, y necesito entretenerlos hasta que llegues y me ayudes, ya que estos tipos su ki es diferente a los sujetos con los que he peleado.
Lincoln: Está bien —mientras corría hacia los doctores y enfermeras para que sacaran a todos.
El albino comenzó a sacar a la gente, algo que al pelirrojo no le gustó y que creó una esfera de energía que salió directo al peliblanco, donde iba a impactar al doctor y los dos ex capitanes, pero por suerte apareció la silueta del castaño, que desvió el ataque regresándolo a sus oponentes, quienes tuvieron que esquivarlo.
?: Carajo, ese maldito será una piedra en el zapato. Hay que eliminarlo, Katia, será mejor que hagas tus marionetas. No quiero pelear con ese mocoso —decía enojado.
Katia: De acuerdo, querido, con gusto lo haré —sonriendo oscuramente mientras tocaba el suelo, donde salieron runas y aparecieron dos marionetas: una parecía un robot en su totalidad, y la otra era una peliverde hermosa con armadura y un casco que ocultaba su rostro, con cañones en brazos y piernas.
Katia: Jejejejeje, espero que disfrutes tu pelea, pequeño saiyajin. Diviértete mucho con mis marionetas más poderosas que he creado.
?: Suficiente, Katia. Ya es hora de marcharnos —mientras se elevaban en el cielo y aparecía un portal negro encima de sus cabezas.
El castaño, al verlo, creó una esfera de ki y la lanzó, pero inesperadamente el robot la desvió, protegiendo a sus amos y enfadando al chico.
?: Interrumpiste mi misión, maldito mocoso. Pero eso no te durará mucho, ya que esas marionetas te despedazarán poco a poco, igual que al peliblanco. Cuando eso pase, mataré a Washington con mis propias manos —sonriendo de manera oscura, mientras el portal se cerraba—. Rimsy y Ardy, háganlo pedazos.
Kurota: Malditos —mientras cerraba su puño y se preparaba para pelear con sus armas.
Ardy: Siempre he querido pelear con los más fuertes, y por lo visto, eres uno de ellos. Me divertirás —mientras en su mano robótica aparecía en forma de píxeles un mazo gigantesco.
Kurota: Omoshire, garantizada la diversión. Veamos hasta cuando duras, pedazo de chatarra parlanchín —decía mientras sacaba la espada del cielo nocturno y se transformaba en Super Saiyajin.
Decir que los dos estaban sorprendidos era poco, ya que se veía extraño con ese color de pelo y esa aura dorada, pero eso no les exaltaría y acabarían con él como les dictó su creador.
Ardy: Jejejejee, muy bien. Espero que seas un oponente respetado. Me decepcionaría si acabo contigo en santiamén —no continuó hablando debido a que un cañón lo tenía en la cara, nada menos por una enojada peliverde.
Rimsy: Marioneta estúpida, deja de hablar con el poco combustible que te queda. Si no lo haces, haré que no puedas mover esa boca de metal nunca más —lo decía con una mirada muy fría.
Ardy: Tú hablas más que yo, además, mi boca no la puedo abrir —decía enojado.
Rimsy: Creo que no fui clara en que te callaras —presionando su cañón contra la cara de metal de él.
El castaño tenía una gota de sudor en su frente. Lo único que decía que esas marionetas eran raras, aunque más que marionetas parecían androides, ya que no podía sentir el ki de ellos.
Mientras en un edificio, un pelirrojo y una pelirroja ojiverde observaban todo.
Antes de que pudiera dar un paso, el peliblanco estaba junto a él, transformándose en Super Mancha y sacando su bastón lunar.
Los dos se lanzaron contra el robot para atacarlo. El primero fue el castaño, que comenzó a hacerle un Vertical Art, una técnica de 4 cortes, pero se dio cuenta de que estaba protegido con un campo de fuerza de color celeste.
Ardy: ¡Dajajajajaja! Eso fue sorprendente, niño, pero con el dedo señalando su cerebro, tengo grabadas todas tus técnicas, tanto de espada como de combate. Así que será imposible que me ganes.
Kurota: Narojodo, pues entonces —sonriendo oscuramente— espero que te guste ese ataque mientras se alejaba.
Espadas de luz reveladoras escuchó un grito de una pelinegra que le dieron en el campo de fuerza, haciendo que se cuarteara y se rompiera en fragmentos.
Ardy: Uh, sorprendido de eso.
Kurota: Ya te tengo —con su velocidad, iba a darle un corte preciso, pero...
Tuvo que esquivar un láser de color rojo que impactó contra un edificio cercano, explotando mientras daba algunas volteretas y caía en el suelo.
Rimsy: Debes ser muy confiado para haberme dejado de lado, mocoso —mientras bajaba el cañón—. Eres alguien peligroso, y nuestro objetivo será eliminarte.
Kurota: Quiero ver si realmente me puedes eliminar, chatarra malhumorada —decía sonriendo con arrogancia.
Rimsy: Enojada maldito crío, te mataré —mientras apuntaba con su cañón de nuevo, recargando poder.
Kurota: —Sonriendo— Cayó en la trampa, ¿eh? —mientras aumentaba su ki hasta lo último, juntando las dos manos hacia delante—. Perdóname, Vegeta, por aprender tu técnica, pero esta técnica tuya me puede salvar la vida.
El albino luchaba contra el robot mano a mano, aunque los ataques no le hacían nada debido a la barrera, sintió algo que le dio escalofríos.
Lincoln: ¿Qué es eso? —temblando—. Ese bastardo tenía otra técnica especial. Está acumulando mucho poder —decía con un tic nervioso.
Ardy: Vaya —mirando su rastreador integrado—, pero vio que su poder se había salido del límite. Este chico es aterrador.
Rimsy: Ni creas que te lo permitiré —mientras comenzaba a concentrar energía en su cañón—. Eres alguien peligroso para los planes de nuestro creador, así que muere —lanzándole el ataque.
El ataque fue con todo, pero el chico solo desapareció, sorprendiendo a la peliverde que estaba en shock. Solo agachó su mirada un poco, donde se podía ver que esa concentración estaba más agrandada.
Kurota: No dejaré que ustedes ni sus dueños destruyan la tierra y ataquen a inocentes. Desaparece para siempre, maldita chatarra. ¡Resplandor Final! —gritó, lanzando la poderosa técnica que impactó a la chica, que no pudo hacer nada, quedando desintegrada.
Kurota: Ah, ah, ah —suspirando—. Volviendo a su estado base. Ahora vas tú —centrando la atención en el robot, que comenzó a temblar de miedo y retrocedía.
Ardy: E-eso es imposible. ¿Cómo venciste a Rimsy? Nosotros hemos sido las marionetas más poderosas de nuestros jefes. ¿Cómo te volviste tan fuerte?
Kurota: Y crees que te lo diré. Que yo sepa, los androides no tienen miedo, y ¿por qué estás temblando? —sonreía con burla.
Eso enojó al robot, que se lanzó con todo para atacarlo, pero una patada en su quijada metálica fue suficiente para desviarlo y que fuera a dar al psiquiátrico, dejando un hoyo profundo.
Lincoln: Yo me encargaré de este maldito. No te metas —decía enojado.
Kurota: Como quieras, blanquito. Es todo tuyo —mientras caminaba hacia una de las bancas que estaba en el jardín y se sentaba a ver el espectáculo.
El robot salió caminando, aunque comenzó a fallar debido al golpe mortal que recibió, pero se recuperó y se puso en pose mostrando su martillo.
El albino tampoco se quedó atrás, transformándose en Super Mancha y sacando su bastón lunar que brilló con la luz del sol.
Los dos se lanzaron a una velocidad sorprendente, chocando sus armas a un buen ritmo, siendo observados por el castaño que miraba todos sus movimientos.
Ardy: ¡Qué divertido! ¡Es realmente divertido! —Chocando su arma contra el bastón lunar—. ¡Aun no has visto mi poder! Maldito peliblanco —gritó él.
El chico esquivó un golpe de su mazo que casi lo destruía, hasta que una voz habló.
Kurota: Je, dejaste tu defensa descubierta —sacando la espada del cielo nocturno—. Toma, ¡Enhance-Armament! —lanzando su ataque al oponente.
La energía oscura fue a él a una buena velocidad, pero para su sorpresa, la detuvo con su mano, aunque fue mucha concentración de energía que explotó. Cuando el humo se esfumó, se podía ver que él tenía algunas cuarteaduras en su cuerpo.
Ardy: Maldito mocoso —encendiendo su arma y volando directo al chico.
El castaño lo esperaba y le lanzó una esfera de ki que explotó delante de él. Cuando le quiso dar un golpe, el castaño se desvaneció, dando paso al albino, que fue hacia su dirección con el bastón lunar, dando un corte que culminó en una luz segadora. Moonlight cayó al suelo, volviendo a su estado normal y de su frente comenzó a salir un hilo de sangre, mientras su oponente seguía de pie.
Ardy: Jejejejejejeejeje, no puedes ganarme, Lincoln Loud. Jajajajaa —decía burlonamente— hasta que fue cortado a la mitad y explotó, donde se podía ver su cuerpo de metal y algunas piezas.
Lincoln: Eres un idiota, pedazo de chatarra. Nunca descuides tu defensa —mientras sacudía el bastón lunar, viendo que comenzó a ponerse sensible y se cuarteó un poco.
Kurota: Parece que necesita una buena reparada ese bastón lunar —mirando el arma de su amigo.
Lincoln: Ya veré —mientras lo ponía en su cintura—. Por el momento, ¿cómo explicaremos esto? —decía confundido.
Kurota: Bueno, conociéndola como es ella, pensará que nosotros iniciamos primero —suspiró—. Aunque la evidencia esté delante de sus narices, siempre nos culpará y nos verá como unos vil villanos —frunciendo el ceño—. Es tan terca como una mula.
???: ¿Quién es terca como una mula? —decía una voz molesta.
Kurota: ¿Quién más? —decía sin darse cuenta de la persona que estaba a sus espaldas—. La amargada directora de la Liga de Héroes que nos trata mal solo por no cumplir sus berrinches —decía con una sonrisa, observando a su amigo que tenía una mirada de terror y la cara azul.
???: Así que eso soy para ti, ¿verdad? —sonaba más furiosa.
Kurota: La he cagado, ¿verdad Lincoln? —mirando a su amigo que seguía aterrorizado.
Lincoln: Sí, estás muerto —decía apenado por la muerte de su amigo.
En eso se escuchó un grito de horror, súplicas y golpes fuertes.
Unos metros de nuestros protagonistas.
En unas casas altas, el pelirrojo y la pelimiel estaban molestos porque, además de no cumplir con su plan, destruyeron las obras maestras de su novia y asistente.
Katia: Arghhhhhhh, maldita sea. Eran mis creaciones, y ese maldito las hizo pedazos —con lágrimas cómicas y maldiciendo al chico castaño.
Diego: Vaya, tiene un poder gigantesco. Han pasado 3 meses desde que derrocó el castillo. Qué chico más raro —sobándose la barbilla.
Katia: Me vale que se haya vuelto fuerte. Destruyó mis marionetas. No se lo perdonaré —inflando sus cachetes de la ira—. — Además, entrando en el círculo de transportación, esos dos están aquí.
Diego: Olvídalo. Será mejor irnos. Con esto, deja en claro que es un peligro. Además, entrando en el círculo de transportación, esos dos están aquí.
Katia: Así que los llamaste —decían con duda—. Esos dos nunca me agradaron, pero si crees que eso es lo mejor, pues me alegraría que ellos se deshicieran de esa molestia —decía molesta, inflando los cachetes.
En San Petersburgo.
La parejita había regresado de la misión fracasada cuando se encontraron con el panorama que ellos lo estaban esperando.
???: Vaya, hasta que al fin aparecieron —pensé que no vendrían —una mujer rubia que lo tenía largo, unos grandes aretes de oro y un collar del mismo material, una capa larga de color blanco mientras usaba una blusa de color morado por dentro.
(personaje que le pedi a jackhunter929)
Katia: Vaya, pero miren quién es la intento de diosa que casi muere en su mundo porque no pudo matar a uno de los tantos Lincolns dimensionales —en tono de burla.
???: Cierra la boca, maldita rusa —enojada—. Cuando destruya al de este mundo, completaré la aniquilación de los 100 hijos de esa maldita Tiffany —volteando la mirada molesta.
???: No me gustaría estar mucho a lado de esta asesina. Así que me gustaría saber cuál es mi trabajo —decía un hombre moreno de cabello negro, su vestimenta consistía en un saco negro largo, pantalón negro y dentro del saco sobresalía una camiseta negra que tenía una calavera en el centro.
Diego: Me alegra que sean positivos, Ashley Queen y Jack Hunter. Su misión, si es que la aceptan, es —mostrando la foto del albino Lincoln Loud y del castaño Kurota Yuki— eliminar a estos dos para que no sigan causando problemas en caso de que ustedes sean capturados por la Liga de Héroes o muertos. Yo no aceptaré un error más.
Ashley: Claro que lo acepto. Me encargaré de ese peliblanco —arrancando la foto de las manos del pelirrojo—. Ese niño es una plaga en todo el multiverso. Ningún hijo de Tiffany debe vivir —mostrando una sonrisa psicópata.
Jack: Por mientras, me encargaré del chico castaño. Parece ser que es un buen rival. Espero que me divierta mucho. Escuché de la hazaña de él, que derrotó a dos héroes fuertes y derrocó a la Orden —mirando que el pelirrojo frunció el ceño—. Jejejejejeje. Me gustan los retos. Él será perfecto, y no me importa si es saiyajin o saiyapantalón. Lo haré sufrir como no tiene idea. Yo soy el más fuerte —sonriendo malignamente.
Katia: Y en cuanto a ti, intento de diosa, el consejo también para ti: no subestimes a Lincoln Loud. Él es diferente a todos los Lincolns dimensionales que has asesinado. Este te puede derrotar si lo provocas.
Ashley: ¡Cállate, maldita pelimiel congelada! No le tengo miedo a ese mocoso de quinta. Yo soy más poderosa que el hijo dimensional de esa perra que me robó todo lo que era mío - decía con enojo. No descansaré hasta verlo en un ataúd - gritó furiosa.
Diego: Bueno, si completan la misión, les daré $10.000.000 de dólares a cada uno de ustedes y $2.000.000 extra por traer sus cabezas en bandeja. ¿Me escucharon?
Jack/Ashley: Claro que sí, cumpliremos esa misión para usted - dijeron sonriendo y retirándose del lugar.
En eso, Diego se volteó al ver que su computadora comenzó a encenderse y recibió una llamada.
?: Por fin atiendes la llamada, Diego. Ya era hora, estaba cansado de esperar - decía la voz molesta de un hombre.
Diego: Cuida mucho tu voz, maldito. Sabes que tengo más poder que tu aliado Dragon Negro y puedo mandarte a desaparecer de la faz de la tierra sin que él se dé cuenta con voz de ultratumba.
?: Lo siento - decía con sarcasmo. - Cada vez que hablo contigo, comienzas con tus estupideces de la realeza y eso molesta. Además, quería hablar contigo.
Diego: Será mejor que sea rápido e importante. Tengo que inspeccionar a mis empleados, mirando por una pantalla cómo trabajaban con un virus mortal.
?: Pues eso es lo que te quería decir. Ya tengo un sujeto de pruebas para que hagas los experimentos con el virus Chimera - decía mientras el sujeto extraño volteaba hacia donde tenía a un niño pelirrojo con orejas y cola de lobo, amarrado en una silla y con la boca sellada con cinta adhesiva.
Diego: ¿En serio? No me digas. A ver si es verdad - en eso se cortó la llamada y, en cuestión de segundos, llegó una foto donde se mostraba al niño. Luego, la llamada volvió. - Así que es verdad. Mi pregunta es: ¿por qué quieres utilizar al chiquillo? No tiene familia.
?: Pues es mi nieto. Desgraciadamente, es desagradecido y maleducado gracias a la crianza que le dio su madre. Pero debido a algo que descubrí, su sangre puede ser de utilidad para probar el nuevo virus que tienes, gracias a que asesinaste a tu científico Vladimir Nekhorvich - dijo con risas malévolas.
Diego: Ese insolente se negó a darme su creación, así que no me quedó de más que mandarlo asesinar. Aun así, espero que eso no me traiga problemas con la ley. En eso, la llamada se cerró, y Diego pensó en ir a Japón para ver al sujeto de pruebas.
Cambio de Escena.
Han pasado muchos días desde el encuentro con las marionetas, a pesar del regaño de Azura encontraron el resto del último robot y se dieron cuenta de que fue diseñado por alguien superior. También notaron que ese alguien era seguidor de la Luna Sagrada, ya que observaron una especie de broche.
Además, Washington y Tera fueron llevados a otro psiquiátrico en el estado de Nueva York y puestos bajo estricta vigilancia para evitar que ocurra lo que sucedió anteriormente.
Días después de la práctica que realizaron Diego y su socio misterioso, se anunció la muerte del bioquímico de Pharmaceuticals Byocite, Vladimir Nekhorvich, en un vuelo en las Montañas Rocallosas. Esto encendió las alarmas en la farmacéutica, llevándolos a suponer que ellos lo habían eliminado, aunque el CEO negó estas acusaciones, calificándolas como una ofensa e injuria hacia su persona y compañía.
En la escuela secundaria donde se encontraban nuestros protagonistas, reinaba la paz y la tranquilidad gracias a las acciones del castaño, quien hizo una limpieza de los bravucones y bullies que molestaban a aquellos que no tenían don, especialmente a un pelirrojo con aires de grandeza y que contaba con dos matones gorilas.
En un flashback, al ingresar a la escuela secundaria, la mayoría reconoció a Lincoln debido a su historial. Incluso una chica pelirroja con pecas y aroma a galletas lo miró con ceño fruncido, y al castaño que no se intimidó por su mirada, sino que le lanzó una mirada seria, logrando que ella se sintiera algo intimidada y se sonrojara.
Mientras tanto, entre los demás estudiantes, se escuchaban murmullos.
"Ese es Lincoln Loud Moonlight, ha regresado."
"Ha crecido mucho y se ve más atractivo."
"Ese chico que va a su lado es su aliado, dicen que derrotó a dos héroes fuertes de la Liga."
"También que venció a Sigurd, el hijo de la Directora de la Liga de Héroes, en un combate de espadas."
"Ese chico castaño debe ser un monstruo para enfrentarse a dos héroes de rango S y uno de clase B, y derrotarlos en una batalla."
Las preguntas rondaban en el aire.
"¿Así que van a estudiar en esta escuela? Si es así, no sé si es algo bueno o malo."
"¿Tendrá novia el castaño? Se ve atractivo y muy fuerte."
"Me pregunto si seguirá siendo novio de Size, porque él es muy poca cosa para esa sensual chica."
Ellos escuchaban todo y al peliblanco se le saltó una vena en la frente al referirse así a su novia, mientras el pelicastaño sonreía nerviosamente y trataba de calmarlo.
Azura: Ya hablé con el director Huggins; te está esperando en el despacho. Quiere verlos a los dos -decía la peliazul-. Y por favor, no hagan locuras y no ocasionen problemas. Solo eso les pido.
Lincoln: Como digas -murmuró, mirando enfadado y dándose la vuelta.
Kurota: Por lo visto, está de malhumor por cómo se expresaron de Rachel -comentó el peliazul.
Azura: Eso va para ti también, te conozco, y te pido que no caigan en la provocación. Hay muchos que conocen la historia de Lincoln, y sé que si le hacen algo, saltarás a defenderlo -añadió, mirando al chico.
"Me conoces también, pero te falta mucho, Hime-sama", pensaba el castaño, sonriendo-. No haremos nada mientras no nos provoquen. De lo contrario, no responderemos. Sé muy bien que en las primarias y secundarias siempre hay idiotas molestando a débiles, y eso me enoja mucho -expulsando su ki, hizo que la directora suspirara.
Azura: Bueno, eso es todo. Anda, clases, y pórtense bien. Tengan un buen día -se despidió de ellos.
Kurota: Gracias, mamita -besándola en la mejilla, corrió rápido hacia la entrada, sonrojado hasta las orejas.
La peliazul quedó en shock; jamás nadie, ni siquiera su hijo, había sido tan tierno. Se sonrojó mucho e incluso imaginó algo indecente con él, volviendo su rostro de lado a lado, sonriendo y reconociendo que detrás de esa fachada de guerrero aguerrido también hay un chico normal que demuestra ternura.
Los dos protagonistas caminaban tranquilamente, siendo el centro de atención. Las chicas los miraban con lujuria y excitación, mientras que los chicos les lanzaban miradas de enojo y celos.
Kurota: ¿Es mi imaginación o esas miradas son de celos y muerte de los varones? Parece que están cargadas de mucho odio. La pregunta es ¿por qué? -decía, confundido.
"El chico es un estúpido, no se da cuenta o es inocente, o muy bobo para no leer el ambiente", pensaba en su mente el peliblanco, con los ojos en blanco ante tal pregunta estúpida
Lincoln: Ni idea. Ya sabes cómo somos los nuevos. Creo que nos odian por ser guapos -decía sin darle importancia, aunque en su mente se abofeteaba, pues lo que decía era más estúpido que la pregunta lanzada por su amigo.
Seguían caminando directo a la oficina del director, cruzando el comedor. Vieron a seis adolescentes, cuatro chicos y una chica, molestando a Clyde, Liam, Zach y Rosty, a quienes acorralaban para que entregaran sus cosas.
Chandler: Creo que a ustedes cuatro se les olvida quién es el alfa en esta escuela -mientras los cinco adolescentes mayores les hacían llaves de lucha a los cuatro chicos, que gemían de dolor-. Vamos, mocosos, denme su dinero y sus almuerzos, y así no tendrán problemas -con una sonrisa macabra.
Los chicos oponían resistencia, pero se les acababan las opciones. Justo cuando iban a entregar sus cosas, por milagro del cielo, unas espadas de luz impactaron en el pelirrojo, que salió disparado a unos metros y se estrelló contra el gimnasio.
Al ver eso, sus lacayos voltearon para ver una esfera de energía azul que iba dirigida a ellos y explotó de frente, dispersándolos sin darles tiempo de reaccionar.
Cuando el polvo se dispersó, los estudiantes vieron a un albino con cara molesta y un castaño que tenía la mano extendida y la otra en el bolsillo, sonriendo de manera divertida por lo que había hecho.
Lincoln: Odio a los abusivos que se aprovechan de los demás. Te voy a dar una lección de nuevo, Simba -tronándose los puños.
Chandler: ¿Qué? -decía, desconcertado, mientras se levantaba debido al golpe-. ¿Estás bajo libertad condicional? ¿Te atraparon? ¿Tienes un localizador en tu tobillo? Pero no te olvides, aquí mando yo, Larry. Esta escuela es mi territorio. Si me das una paliza, te enviarán a la correccional por mucho tiempo. Pero como soy alguien de buen corazón, dejaré pasar esto. Claro, al menos que me des tu dinero. Si te niegas... -chasqueando los dedos, sus lacayos se ponían delante de él y se acercaban peligrosamente al peliblanco.
Mientras tanto, el castaño tenía enfrente a unos adolescentes que estaban hirviendo de ira, con lodo en sus caras y ropa.
"¡Maldito mocoso! ¿Cómo te atreves a hacer eso?", decía el chico de lentes, cabello castaño, con una camisa blanca corta, pantalón vaquero y zapatos de suela color café.
"Je, pues sería divertido verlo gritar de dolor y angustia", sonreía una chica castaña con una marca negra en su ojo derecho. Llevaba un buzo manga larga negro, una blusa blanca de tirantes, un short rojo y unas botas negras con picos.
Mi enojo es más grande de lo que imaginas, mocoso -decía un chico pelinegro, vistiendo una camisa negra manga corta, una pantaloneta roja y zapatos Converse negros con detalles blancos.
Kurota: ¿Enserio quieren darme sus pataditas en las costillitas? -decía, mirando con duda si en verdad estos bravucones aguantarían un minuto, intentando golpearlo con su dedo en la barbilla.
Taylor: Enserio te estás burlando de nosotros, maldito mocoso -lanzando un puñetazo al chico.
Iba a toda velocidad y fuerza; algunos cerraron los ojos y otros comenzaron a grabar con sus celulares, pensando que era un idiota por desafiar a esos tres. Pero se quedaron con la boca abierta al ver que detuvo sin dificultad el puño de la chica bravucona.
Kurota: Eso es todo -mirando a la chica sorprendida, que no se esperaba eso, y que desapareció, dejando una imagen residual. Apareció delante de ella, le dio una patada en la cabeza que la envió contra una mesa, dejándola noqueada-. No puede ser. Noqueó a Taylor -decía con sorpresa y enojo-.
Pablo/Anderson: ¿Qué le hiciste a mi amiga, Taylor, maldito? -decía Anderson, nervioso, asustado y enojado.
Kurota: Aquí estoy -sonreía-. Están lentos esta mañana, o no pueden seguir mi velocidad -con una diminuta sonrisa.
Pablo: No te burles de mí, estúpido -activando su don de hielo, alzando su mano izquierda, le lanzó una piedra de hielo a su oponente, que solo la detuvo.
Kurota: Ten, amiguito, te la regreso -dijo, lanzándosela con fuerza, dándole de frente y dejándolo noqueado.
Anderson: ¿Qué le hiciste a mi amigo, Pablo, maldito? -decía Anderson, nervioso, asustado y enojado.
Kurota: No te preocupes, tus amigos están dormidos; en unas horas, despertarán.
Anderson: ¡Maldito infeliz! Ya verás -encendiendo su don de fuego y lanzando una poderosa llamarada.
El chico comenzó a esquivar las llamaradas a una velocidad sorprendente que no se podía ver. Hasta que, en la última, se sorprendió de que estuviera cerca. Le volvió a lanzar llamarada de fuego y desapareció sin que se diera cuenta. Apareció en sus costillas y, como si fuera a jugar a las canicas, le dio un golpe en la cabeza, dejándolo incrustado y noqueado.
Kurota: Sinvergüenzas, en vez de estar haciendo tonterías y acosando a los estudiantes, deberían estudiar para ser alguien en la vida -pero reaccionó a lo que dijo, sonriendo de forma nerviosa-. Cielos, creo que no soy el indicado para decir eso.
Los demás estaban sorprendidos; no podían creer que él hubiera vencido a tres bravucones que les hacían la vida imposible. Algunos comenzaron a aplaudir su hazaña en el comedor; todos comenzaron a mostrarle respeto, en señal de que traería la paz de nuevo a la secundaria.
Kurota: Eh -fue lo único que dijo, mientras veía cómo todo el comedor estudiantil le hacía reverencia.
Por el otro lado, el pelirrojo y sus dos gorilas veían cómo los estudiantes que chantajeaban, manipulaban y maltrataban estaban haciendo reverencia a ese chico, algo que le enojó mucho, ya que él era el alfa, el líder, el rey de la secundaria, y no dejaría que un don nadie recién llegado lo sacara de su trono.
Chandler: No permitiré que ustedes me quiten mi trono, Larry. Así que, desde ahora, tú serás mi lacayo -corriendo hacia él de forma desesperada-. Te haré reconocer cuál es tu lugar, Larry -gritó enojado.
Lincoln: Lo mismo digo, Simba. Tu miserable reinado de terror terminó -apareciendo de frente, poniendo las manos cerca de él y formando una esfera de energía blanca que lo golpeó fuertemente, tirándolo al suelo-. Pensándolo bien, será una buena idea regresar a la correccional. Ese sí es un buen lugar, jejeje.
Chandler: ¡Maldito, Larry! No me quitarás mi trono -enojado, apretando sus puños-. Lincoln, no me quedaré así -levantándose con dificultad-.
Lincoln: ¿Quieres enfrentarte a mí, Simba? -sonriendo descaradamente-. Sé muy bien que no tienes don -viendo cómo se perturbó cuando dijo eso.
Chandler: Eso es mentira. Te lo demostraré -activando su don de arena, pero no salía nada, recordando que hace años un extraño le robó su don. Pero después recordó lo de las estrellas negras.
El Simba se lanzó al peliblanco, incrementando sus músculos y velocidad. Desapareció en un parpadeo, pero como nuestro peliblanco en esta historia está a la par del castaño, justo antes de llegar, le dio un poderoso puñetazo en la nariz, haciendo que le saliera sangre.
Chandler: Me quebraste la nariz, Larry -gritó enojado el pelirrojo y gruñendo como un animal salvaje por eso-. Esta vez sí, acabaré contigo -gritó furiosamente.
Lincoln: No me digas Simba, jejejeje. No dudaré en partirte la jeta -diciendo convincentemente, poniéndose en pose de pelea... hasta que.
Judith: ¡Basta! -gritó una chica con cabello castaño largo, pecas en su cara, un vestido morado y una blusa blanca, que sobresalía por sus bien desarrollados pechos, calcetas blancas y zapatos negros-. Por este disturbio, todos irán a la dirección ahora.
Todos: Carajo, es la presidenta del consejo estudiantil.
Chandler: Cierra la boca, Pringrey. Ese maldito comenzó y no me iré hasta empezar lo que iniciaría.
La castaña frunció el ceño y, alzando su mano derecha, le lanzó poderosas galletas de chispas de chocolate que dieron en la ropa del buscapleitos, quedando incrustado en la pared.
Judith: Creo que no quedó claro, Chandler. Dije a la dirección -gritó furiosa.
¿?: Ya oyeron a la líder, todos a la dirección -decía una chica con una trenza, cabello pelimiel y un moño azul en su cabeza; con su trenza, enrollaba al pelirrojo que tenía la mirada molesta.
¿?: Vamos, ustedes dos también -señalando al peliblanco y al pelicastaño, una chica de figura esbelta, cabello negro que solo le tapaba el flequillo y su ojo derecho, con una piel pálida como la de Lucy; su vestimenta, un vestido largo de color púrpura y guantes de dedos.
Lincoln: Igual teníamos que ir con el director de todos modos -suspirando y haciendo gestos de que importa lo que pase, mirando a la chica emo.
Kurota: Je, esto sí que será un problema. Hime-sama estará furiosa con nosotros -sonriendo nerviosamente y sobándose la nuca.
En la oficina del director:
Dentro, las chicas escuchaban a un director furioso regañando a los tres el primer día de clases por hacer disturbios.
Huggins: Cuando dije que los quería ver a los dos en mi oficina, no me refería a que ustedes usaran el comedor de mi academia para hacer una pelea callejera otra vez. Pasó lo mismo en tu primer día hace cinco años atrás, y otra vez lo mismo en su primer día. Y buscan que los castigue a ustedes, Lincoln Loud y Kurota Yuki -gritó furioso, golpeando el escritorio
Chandler: Yo soy inocente, director Huggins. Larry y su aliado empezaron despacio -el pelirrojo se defendía.
Lincoln: Me llamo Lincoln, Simba, Lincoln, recuérdalo -dándole una mirada mortal al chico pelirrojo que se sintió intimidado.
Kurota: Vaya, el blanquito está progresando -intimidando al cabeza de rábano-. Je, ¿cómo sería si entrenáramos en la habitación del tiempo? Saldría con más carácter -sonriendo y mirando al chico que no estaba nada feliz.
Chandler: ¿Qué me ves cara de mono? -señalando al chico pelicastaño con bufanda en el cuello, y al ser llamado así, su rostro se distorsionó.
Kurota: Me llamo cara de mono -sus pensamientos- "cara de mono, cara de mono" repetía su mente. Con una velocidad sorprendente, apareció delante del chico pelirrojo, que no vio venir eso, y agarrándolo del cuello: "¿A quién carajos llamas cara de mono, tu maldito Elmo barato?" -decía con furia, apretando el cuello de Mccan.
Los demás estaban sorprendidos por el panorama que estaban viendo. El director Huggins estaba consternado por esa reacción, y las tres chicas en shock, en especial la presidenta que lo veía de una forma rara.
Huggins: Kurota Yuki, esta es una orden. Lo sueltas o estás expulsado -dijo de forma seria, intentando intimidar al chico. Aunque Kurota se quedó en shock, ni siquiera se inmutó y simplemente lo soltó, volviendo a su puesto.
Kurota: Tch, maldito Simba -susurró entre dientes.
Huggins: Maldita sea, ustedes son como una patada en el trasero. Además, ¿por qué es su primer día y están defendiendo a unos chicos del bullying? No los expulsaré, pero eso sí, quiero escuchar de ti una respuesta, Loud.
Lincoln: ¿Qué desea, director? -lo miró seriamente.
Huggins: ¿Creen que ustedes dos tienen lo necesario para estudiar en esta Academia? -lo observó con seriedad.
Lincoln: ¿Quiere que le diga lo que tengo? La vagina de su esposa en mi aliento.
Todos quedaron en shock ante esa respuesta. Las tres del consejo estaban rojas y abochornadas por lo que escucharon. Tanto el pelirrojo como el pelicastaño soltaron una risita disimulada, mientras el director estaba serio y perturbado por la insolencia del joven.
Huggins: Ningún estudiante se había atrevido a hablarme así de esa manera.
Lincoln: Eso es porque todos los muchachos tienen la boca llena de la vagina de su esposa. - atacó de nuevo sin pensar en las consecuencias.
Aceptados los dos - decía Huggins - consternado, enojado y ofendido, mirando a ese albino que ni siquiera pensó que le faltaría el respeto.
Lincoln: carajo - decía, porque ese no era el plan que tenía para que los expulsaran.
Huggins: en cuanto a ti, Chandler Mccan, quedas expulsado de la academia de Royal Woods por tus antecedentes: vandalismo, trampas en los exámenes, acoso a las chicas, fiestas y orgías en el aula de clases, y por enviar el pack de la Señorita Jhonson a toda la escuela.
Chandler: Pero director, no me haga eso. Déme una oportunidad. - rogó arrodillándose delante de él.
Huggins: Está decidido, Mccan. Recoge tus cosas del casillero. Hace semanas te di el ultimátum y no te importó, así que ahora fuera..
Y antes de que acabara la discusión, el castaño levantó la mano para hablar con el director.
Huggins: Ahora que, Yuki, ya no estoy de humor para escuchar más tus tonterías. - se masajeó las sienes de la cabeza.
Kurota: No lo expulse, director blanquito. y yo nos encargaremos de mantener a raya a Elmo para que no haga tonterías- dicho eso Lincoln lo quedo viendo con cara de poker face al ver la idiotes que hizo ser las niñeras de Elmo.
Chandler: gracias... espera khe como me llamaste maldito-gritó enojado.
Lincoln: Cierra la boca, Weasley, a menos que quieras que el director te expulse de la escuela —decía mirándolo fijamente—. Agradece que este estúpido te salvó de tu expulsión.
Chandler: Huyyyyy, arghhhhh, bien, gracias —decía entre dientes.
Lincoln: Trato hecho cuidaremos de Simba—-aunque por dentro estaba furioso y con ganas de desquitarse con el castaño.
Huggins: Bien, lárguense a sus aulas — les hizo señas con las manos indicándoles que se fueran.
Salieron los tres que iban a su clase, caminaron por los pasillos y llegaron al aula. Antes de entrar, el pelirrojo los detuvo.
Chandler: No les daré las gracias por esto, Larry y peliteñido — dijo con seriedad —, pero algún día me las pagarán — Chandler entró enojado.
Kurota: Vaya, Elmo está furiosa, jajajajajaja.
Lincoln: Sí, está molesta — le dio un golpe en los costados haciendo que se arrodillara y gimiera de dolor. Yo también, cabeza hueca —, dijo molesto mientras entraba al aula.
Kurota: Arghhh, maldita perra albina, ese golpe dolió — se quejó, respirando profundamente para calmar el dolor.
Fin del flashback.
Unas horas después.
Las clases habían terminado, los chicos salían del aula e iban a los casilleros después de presentarse delante de la clase, siendo acosados por la población femenina y recibiendo miradas de agradecimiento en el comedor. Lincoln saludó a Clyde, Zash, Rosty, Liam y notó la mirada afilada de Elmo y la presidenta del consejo estudiantil. Todos querían llegar a casa y descansar.
Lincoln: Esto es culpa tuya —, comprometernos a cuidar a Elmo como niñeros, eres un idiota — bufó molesto camino a la salida.
Kurota: Vamos, no fue tan malo, mi querido Larry. Todos merecen una segunda oportunidad y puede que ese cabeza de rábano tampoco sea la excepción —, burlándose por el apodo.
Lincoln: ¿Cómo me llamaste, simio insolente? — sonriendo de manera burlesca mientras veía a su amigo cerrar los ojos y tener venas en la frente.
Y antes de que comenzaran a darse golpes, unas galletas volaron hacia ellos. El castaño lanzó una esfera de ki que desintegró las galletas al instante, dejando sorprendida a la persona que las lanzó y a sus secuaces.
Judith: ¿Cómo supiste que iban dirigidas hacia ti si estabas de espaldas? —preguntó, ocultando su sorpresa.
Kurota: Es fácil, señorita. En primer lugar, con un buen entrenamiento, tus sentidos se agudizan y te avisan del peligro. En segundo lugar, sentí tu ki desde hace mucho rato —sonrió, viendo cómo las demás expresaban su asombro—. Y en tercer lugar, el olor a galletas te delata.
Judith: Eres toda una caja de sorpresas —sonrió—. Soy Judith Pringrey, presidenta del consejo estudiantil, y ellos son mi equipo.
Jordan: Chica, ya le di la descripción.
Polly: Pain —una chica con cabello castaño amarrado en dos coletas, un casco rosado en la cabeza, blusa amarilla sin mangas con una "P" en el centro, shorts morados, calcetas blancas y patines rosas.
Risas: Una chica con cabello castaño, dos moños, sombrero amarillo en la cabeza, nariz roja y traje de payaso.
Tabby: Una chica pelinegra con una raya morada en el cabello levantado, chaqueta morada, blusa blanca con líneas negras, falda rosada cuadriculada y botas blancas.
Y la última, Haiku, ya sabemos cómo es.
Lincoln: Entendemos, pero la pregunta es, ¿qué quieren de nosotros dos? —preguntó mirando a las chicas.
Judith: Nosotras nos encargamos de mantener el orden y las reglas en la escuela, Lincoln Loud y Kurota Yuki. Los tenemos en la mira, especialmente tú —miró al castaño—. Eres alguien peligroso.
Kurota: Yo no fui el que quiso atacar a traición, galletita —dijo mirando a la chica—. Además, ¿creías que esa técnica mediocre iba a funcionar conmigo, como lo hiciste con Weasley? Te confundes.
Judith: ¿Qué dijiste? —se sorprendió, molesta—. ¿Mi don es mediocre? —su enfado aumentó al escuchar esas palabras, nunca antes nadie la había insultado de esa manera.
Kurota: Sí, lo dije. Tu don es mediocre —cerró su casillero—. Si algún día me quieres desafiar en duelo, será mejor que eleves tus poderes a un nivel alto. —Sonrió de manera arrogante—. No tiene sentido luchar contigo con ese nivel bajo de poder. —Cruzó a su lado mientras se iba, y el peliblanco lo siguió.
Las amigas de Judith estaban preocupadas, ya que esas palabras afectaron su estado de ánimo. La chica galleta salió corriendo sin darle a sus amigas la oportunidad de consolarla.
A unas cuadras afuera de la academia.
En el otro lado, el chico castaño y albino hablaban sin saber que un encapuchado los seguía. Por el mismo camino, una chica castaña caminaba hacia ellos llorando.
Lincoln: ¿No crees que fuiste un poco duro con esa chica? Digo, no era necesario tratarla así —reprochó a su amigo.
Kurota: Puede ser, pero se veía orgullosa de su don. Además, recuerda, blanco, el camino hacia el poder es largo y tortuoso. Tenemos que pasar por muchos obstáculos y perder algunas cosas para lograrlo. Nosotros dos no somos la excepción a esa regla. Además, parece que era hora de que le bajaran los humos.
Lincoln: Entiendo, pero fuiste demasiado brusco con la chica galleta —miró su reloj—. Bueno, nos vemos. Iré a dormir a la casa de Rita, ya que es humillante que ella se tuviera que arrodillar frente a la directora para que yo fuera a visitarla cada dos días.
Kurota: Sí, imagino que ella estará furiosa. Seguramente tus hermanas le habrán contado lo que hicimos —sonrió descaradamente—. Por cierto, cuídate, Larry. Jejejejeje.
Lincoln: Sí, lo haré, maldito simio —le mostró el dedo medio y se fue por el camino contrario.
El castaño solo sonrió mientras caminaba solo y la brisa del viento soplaba en un día soleado. A lo lejos, una gran nube negra se acercaba.
Kurota: Parece que va a llover. El cielo está nublado —dijo el castaño, llegando a un parque y sentándose a contemplar cómo los niños jugaban, parejas se besaban y una familia sonreía—. Disfrutan su paz sin saber lo que está pasando.
En eso, escuchó unos sollozos a unos metros. Levantándose, se dirigió hacia donde provenía el sonido. También sintió un ki conocido y el olor lo delataba. Llegando a un árbol, vio a Judith sentada con el rostro entre sus rodillas.
Presidenta—decía consternado, viéndola allí triste—. ¿Qué haces aquí? —preguntó mientras ella levantaba la mirada, con los ojos rojos de tanto llorar.
Judith: ¿Qué quieres? —dijo furiosa—. ¿Vienes a burlarte de mí de nuevo y a decir que mi don es mediocre? —miró hacia otro lado con enfado.
Kurota: —suspira— Mira, no soy bueno con las disculpas —viendo cómo ella frunce el ceño—. Que no me mires así.
Judith: ¿Cómo quieres que no te mire así si me dijiste que mi don era mediocre? —enojada.
Kurota: Sinceramente, no sé cómo disculparme y sé que actué como un idiota al decir eso, pero bueno, sabes lo que intento decir, ¿verdad, presidenta? —mirando cómo ella suspira y sonríe.
Judith: Sí, está bien. Sé lo que quieres decir —golpeando su brazo—, pero me dolió mucho ya que siempre fui orgullosa de tener mi don —mirando al suelo—. Tengo que ser fuerte para mantener las reglas de la escuela.
Kurota: Entiendo, pero no podías controlar a los bullies que hacían acoso a los que tenían un don débil o nulo.
La chica galleta tenía razón. Ella era estricta, pero era difícil controlar a esos vándalos, y ya no podía hacer nada. Antes de que pudiera decir algo más, fueron interrumpidos cuando un bus fue lanzado hacia ellos. El castaño la agarró y la tiró al suelo para protegerla.
La gente que estaba en el parque huyó del lugar para evitar un conflicto. Kurota, preocupado, le extendió la mano a la presidenta.
Kurota: Presidenta, ¿estás bien? —viendo que él había caído encima de ella—. Y tu mano, bueno, en algo suave y blando.
Judith: —sonrojada— Sí, gracias, pero podrías sacar tu mano de ahí, es que... quería llorar.
El castaño retiró su mano, y ambos se pusieron de pie, observando a una persona encapuchada que se acercaba.
????: Al fin encuentro un oponente digno —dijo el encapuchado, deteniéndose—. Quién diría que existiría en este mundo un saiyajin. Creía que estaban extintos.
Judith: ¿Saiyajin? —dijo la chica con dudas, mirando al castaño.
Kurota: ¿Quién eres? Muéstrate. Siento un ki maligno a tu alrededor —enojado, mirando a su oponente.
La persona se quitó la capucha, revelando ser un hombre moreno de 33 años, con cabello negro, piel morena y ojos negros llenos de ganas de pelear. Su vestimenta consistía en una chaqueta negra de cuero con mangas largas, una camisa negra con una calavera en el centro, pantalones negros y botas negras.
Kurota: No me suenas conocido, pero realmente ¿quieres luchar conmigo? —en posición de lucha—. Debes ser muy fuerte.
????: Estoy feliz de que me tengas en ese concepto —sonriendo.
De repente, el chico se puso serio, su cuerpo comenzó a emanar rayos, su ropa se movía, las rocas flotaban, y gritó: ¡Ahhhhhhhh! Una aura dorada se mostró alrededor de él, su cabello se alzó, sus ojos cambiaron a verde esmeralda, y aumentó un poco su musculatura.
????: Vaya, menuda sorpresa. Te transformaste en el legendario Super Saiyajin. Ahora veremos quién de los dos es el más fuerte.
Kurota: Antes de pelear, quiero saber el nombre del sujeto que envió la Orden de la Luna Sagrada para acabar conmigo —serio, mirando a su oponente.
????: Está bien, te lo diré —señalándose a sí mismo—. Soy el asesino cerebral Jack Hunter, el mejor mercenario a nivel mundial. Me contrató la Luna Sagrada para acabar contigo. 10 millones por matarte y 2 millones extra por llevar tu cabeza en una bandeja —sonriendo oscuramente.
Kurota: ¿Y puedo saber quién fue de todos los de la Luna Sagrada? El Capitán idiota está fuera de juego, y dudo que él no pudiera hacerlo.
Jack: Hum, todavía no necesitas saber eso, mocoso —lanzando una esfera de ki oscuro hacia el chico.
El castaño la recibió de lleno, estrellándose contra la parte alta de un edificio. Jack, burlándose, dijo:
Jack: ¿Qué pasó, niño? ¿Eso es lo mejor que tienes como saiyajin? Es decepcionante que los de la Orden se preocupen por un mocoso que tuvo suerte en derrocarlos.
De repente, sintió un golpe en su cabeza que lo mandó a estrellarse contra la calle. El muchacho lanzó esferas de ki que hicieron ruido, y la gente de los edificios salió corriendo para evitar problemas. La chica galleta los había seguido hasta el centro de la ciudad, donde comenzó la gran batalla. Muchas cosas eran un misterio para ella: la Orden de la Luna Sagrada, la existencia de los saiyajin y la capacidad de volar.
El peliblanco también saltaba por los tejados a gran velocidad, percibiendo los intensos kis en la ciudad. Uno de ellos estaba cargado de pura maldad.
En el centro, la gente huía para no quedar atrapada en la batalla. Jack, aparentemente ileso, burlándose, observaba a Kurota.
Jack: Hum, ja-ja-ja-ja-ja. Vaya, así que este es el poder del Super Saiyajin llamado Kurota.
Kurota: —sonriendo— Eres igual a mí, te emocionas peleando con alguien fuerte.
Jack: Claro que sí, y vos no serás la excepción, ¡aaargh! —soltando un potente grito mientras un aura color negro con morado lo rodeaba.
Kurota: Vaya, así que incrementaste tu ki.
¿Qué es eso? —veía cómo algo oscuro era envuelto alrededor de ese desconocido—. Judith, ya que eso que flameaba alrededor de él daba sensación de incomodidad y terror.
En eso se elevó, quedando frente a frente mientras su aura oscura con púrpura lo rodeaba, listo para esta mortal pelea.
Jack: No me decepciones, chico. Te pido que me muestres lo mejor de la mejor raza guerrera —sonriendo.
El asesino cerebral se lanzó hacia el castaño, comenzando a atacarlo con un combo de puñetazos y patadas que el chico comenzaba a esquivar y bloquear hasta que por descuido le dio un puñetazo en el estómago y lo lanzó al suelo donde él cayó de rodillas mientras su rival bajaba y comenzaba a lanzar esferas de ki oscuro.
El chico comenzó a esquivarlas hasta que él fue con todo hacia él. Comenzaron a intercambiar golpes y patadas a buena velocidad, donde el asesino aprovechó dándole una patada en la barbilla enviándolo hacia atrás. A toda velocidad, le dio una patada en los huevos que hizo que gritara de dolor y terminara estrellado contra una construcción. Sin embargo, luego elevó su aura dorada y voló a toda velocidad gritando.
Kurota: No me haré responsable si te destruyo —decía a toda velocidad, chocando con su contrincante y enviándolo hacia un edificio—. Esto es por provocarme. ¡Masenkooooo! —gritó, lanzándole su poderosa técnica.
La ráfaga de color amarillo fue contra el edificio, provocando una explosión que aumentó la nube de polvo y escombros. La chica galleta estaba con los ojos abiertos, viendo cómo el chico derrotaba al asesino cerebral. Sin embargo, se sorprendió mucho al ver que ese tipo estaba vivo y que salió de los escombros solo con su vestidura arrancada.
El chico estaba sorprendido, no podía creerlo. Pensó que lo había derrotado ya, pero ahí estaba él, solo con algunas heridas leves y daños en su ropa.
Jack: En serio pensaste que con ese poder insignificante podías eliminarme, niño. Je, aunque tú te mueras en esta batalla, hará más falta una de tus técnicas ridículas. En pocas palabras, no me podrás derrotar nunca —sonriendo.
Kurota: Vaya, eso será divertido. ¿Estás seguro de que no te derrotaré ni aunque te conviertas en polvo? —serio, mirándolo fijamente.
Jack: Quiero ver que lo intentes, si es que puedes.
En eso desapareció y apareció delante de él, dándole un potente puñetazo en el estómago que no le dio tiempo a reaccionar. Siguió con una bofetada que lo giró y un rodillazo en la espalda en pleno aire. Lo agarró del pie y lo lanzó, y el chico rodó por el suelo antes de quedar acunado. Luego, le lanzó un poderoso Kamehameha que el ni se inmutó, y el asesino cerebral comenzó a lanzar ráfagas de ki que el esquivaba. Corriendo de prisa, le dio un puñetazo en el pecho, pero el moreno lo agarró de la garganta.
Jack: ¿En serio ya estás cansado? ¿Qué sucede, simio? ¿A dónde se fueron esas energías que tenías al principio? —alzándolo más y apretando su garganta.
El chico comenzaba a ahogarse y le dio un puñetazo en el brazo y una patada en la cara, pero no lo soltaba. Esto hizo que aumentara más fuerza en su agarre.
Jack: Este es tu fin, Super Saiyajin —sonriendo mientras le faltaba poco para romperle la garganta, hasta que...
Una poderosa patada en la mejilla izquierda lo mandó estrellarse contra la ventana de un restaurante y caer donde algunos pedazos de cristales le caían encima.
Akane: Hummm, estúpido. Jamás confíes y veas con buenos ojos a los saiyajin —transformándose y dejando sorprendidos tanto al asesino cerebral como a la chica galleta, que estaba como espectadora viendo todo desde unos metros.
Jack: Eso me dolió, maldita sea. ¿Quién eres tú? —enojado por haber sido atacado de esa manera y a traición.
Kurota: Gracias por ayudarme, Akane —levantándose y recuperando un poco el aliento.
Jack: Dos Super Saiyajines, imposible. Esto tiene que ser una broma —gritó, pero sus pensamientos eran más internos—. Ese maldito de Diego me mintió, dijo que solo había uno y ahora resulta que son dos. Es un miserable —gruñó para sus adentros.
Akane: Humm, eres un mal perdedor. Estuviste a punto de perder —mirando a su hermano—. Vamos, hay que eliminar a este insecto —seria.
Jack: Ja, no importa cuántos monos asquerosos salgan. Yo mismo los mandaré al infierno —sonriendo arrogantemente.
Kurota: Espero que no te arrepientas —sonriendo.
https://youtu.be/cHet31auyoo
Diciendo tal frase, los dos desaparecieron y aparecieron delante de donde la pelinaranja le dio un manazo al pie, dejándolo sin equilibrio. El castaño aprovechó dándole un rodillazo en el estómago, haciendo que gimiera de dolor, y un puñetazo en la barbilla que le hizo escupir saliva. Y eso que la pelinaranja estaba de cabeza de frente con él, sonriendo.
Haciéndose para atrás, les lanzó una esfera de energía contra el suelo, confundiéndolos mientras él se elevaba al cielo. Se dieron cuenta de que lo seguían, y de lado a lado siguieron de cerca hasta que llegaron a lo más alto de un edificio y se separaron.
Los dos comenzaron a crear esferas de ki que lanzaron contra su objetivo, sorprendidos de que pudo crear una barrera para protegerse. Chocando contra eso, se hizo humo, y la chica lo golpeó con un puñetazo, pero él se lo detuvo. Descuidó que el otro le dio un codazo en la espalda, y la chica aprovechó para darle un martillazo en la espalda de nuevo, enviándolo directo a estrellarse contra unos edificios.
Jack, el asesino cerebral, se quejaba de dolor, pero al darse la media vuelta, comenzó a concentrar energía. En un rápido intercambio, los gemelos, Kurota y Akane, respondieron con sus propias técnicas.
Jack: ¡Remolino de Hoja de Hierro! -gritó, desatando una energía roja en dirección a los gemelos.
Kurota/Akane: ¡Masenkooo! -gritaron, enviando una energía azul hacia su oponente.
La colisión de las dos ráfagas de energía generó un destello deslumbrante, haciendo volar varios automóviles cercanos. La presión en el ambiente era intensa, y chispas se desprendían del punto de impacto. Ninguno de los oponentes mostraba intención de retroceder. Sin embargo, Jack decidió aumentar su poder, logrando así que los gemelos retrocedieran y fueran lanzados hacia unos escombros cercanos.
Hunter, al presenciar la situación, corrió elevándose para atacar a Jack. Sin embargo, el castaño despertó y sonrió, lanzando una ráfaga de ki. Aunque el Mexicano logró esquivarla, no pudo evitar el puñetazo en la mejilla que lo dejó vulnerable. Jack comenzó a saltar entre los escombros, siendo perseguido por el saiyajin.
En el aire, Jack lanzaba esferas de energía y bloqueaba los ataques, incluso desvió una patada de la chica. Ella, agarrando su pie, le dio un codazo en la nuca, desequilibrándolo. Mientras tanto, el castaño repelía dos esferas de energía, pero la tercera le impactó en la cara, explotando y enviándolo a los escombros.
Aprovechando la aturdimiento de la chica, Jack agarró su pierna izquierda y, con movimientos rápidos y a gran velocidad, la estrelló contra la terraza de un edificio. La fuerza fue tan intensa que ella avanzó por los pisos, haciendo que estos explotaran en el camino y derrumbándose en el proceso.
Jack descendió al suelo riendo como un psicópata, proclamando su victoria.
Jack: Por fin los vencí, jajajajaja. Sabía que nadie podía contra mí, el asesino cerebral. - Se regocijaba en su triunfo, pero su risa se detuvo bruscamente al escuchar un ruido. Al girarse, vio a una chica castaña, con el pelo largo y vestida de morado, completamente aterrada.
Judith: ¡Ahhhhh! ¡No puede ser! Los mató a los dos. Ese tipo es un asesino y peligroso. Además, estaba sola, y aunque seguía aturdida por lo dicho, estiró su mano creando galletas en forma de estrellas afiladas.
Jack: Jejejejejeje, ahora la niña quiere luchar. Dudo mucho que puedas resistir un minuto contra mí, chiquilla estúpida. Pero no pudo decir nada más porque...
Los escombros se movieron, revelando a dos personas. Una era pelinaranja con el cabello desaliñado y la ropa hecha un desastre, con calcetas largas agujereadas. Mientras tanto, el pelicastaño también tenía el cabello despeinado, su camisa hecha pedazos y sangre saliendo de su labio.
Jack reaccionó con furia al verlos.
Jack: Grrrr, ¡agh! - Gritó mientras una aura escarlata lo envolvía. - No puede ser, ustedes debieron morir. ¿Cómo es que están vivos?
Mientras tanto, el albino llegó solo a unos metros del lugar. Todo estaba destruido, con calles llenas de escombros, edificios con grietas y mucho humo y polvo en el ambiente.
Lincoln se encontraba en medio del caos, observando la destrucción a su alrededor. Sintió un ki poderoso que le estremeció y, al mirar hacia el origen, vio a Kurota y Akane, sus amigos, junto a una figura desconocida. A unos metros de ellos estaba Judith Pringrey, la presidenta del consejo estudiantil.
El cielo se oscureció aún más, y los truenos y relámpagos iluminaron el centro de la ciudad. Un rayo impactó contra un edificio, provocando una explosión en una planta. La lluvia comenzó a caer gradualmente, transformándose en un aguacero torrencial. La parte afectada estaba en ruinas, y un aura escarlata resplandecía, revelando a dos siluetas que caminaban hacia el grupo.
El ambiente estaba tenso entre los tres, y un relámpago iluminó el lugar, apagando lo poco que quedaba de luz.
Lincoln: ¿Qué haces aquí, Judith Pringrey? Este lugar es peligroso y te estás arriesgando demasiado, ¿sabías? - Miró a la chica galleta con seriedad.
Judith, mirando con extrañeza a Lincoln, mencionó:
Judith: Moonlight, ¿qué haces aquí? - Observando al chico lunar con atención - Y por cierto, necesito preguntarte muchas cosas acerca de tu aliado - Fijando su mirada seria en el albino.
Lincoln asintió y se alejó del terreno para responder las preguntas de Judith. Mientras tanto, la batalla continuaba.
Kurota movió los ojos, indicando a su hermana Akane que asintió. Otro rayo iluminó la sombra de Jack, mostrando su aura que sonreía. Otro rayo también iluminó las sombras de los gemelos, dándoles una apariencia siniestra y malvada.
En ese momento, Kurota corrió y saltó, seguido por Akane. La pelinaranja trató de hundir a Jack en el suelo con una patada, pero él esquivó el ataque y respondió con una patada giratoria a Kurota. Sin embargo, no esperaba que Akane estuviera detrás de él, propinándole un puñetazo en la mejilla que lo hizo caer de lado.
https://youtu.be/-59YPL1_tXs
En medio del caos, la intensa pelea continuaba. Los gemelos, Kurota y Akane, atacaban al asesino cerebral con una ferocidad implacable. A pesar de sus esfuerzos, Jack luchaba por esquivar los rápidos y coordinados ataques.
Kurota lanzó un rápido combo de puñetazos, pero Jack, con destreza, esquivó con dificultad. Luego, Akane se unió a la ofensiva, complicando aún más la situación para el asesino. Hunter, tratando de mantener el ritmo, esquivaba con dificultad los ataques de los gemelos, sorprendido por su increíble rapidez.
En un momento crítico, el pelicastaño se agachó y atacó la bota de Jack, enviándolo de espaldas al suelo. A pesar de recuperarse rápidamente y correr para elevarse en el aire, Akane lo perseguía, seguida de cerca por Kurota y dejando un rastro de aura en llamas.
Jack, consciente de su situación precaria, sentía el miedo apoderarse de él. Los gemelos dispararon ráfagas de ki, impactando contra un edificio cercano que explotó, levantando humo y polvo. Hunter, momentáneamente cegado por la nube de escombros, no vio venir los ataques de los gemelos.
Con maestría, los gemelos impactaron a Hunter, uno con el hombro y la otra con la frente en el lado derecho.
Hunter cayó al suelo, entre los restos de edificios destruidos. Los gemelos, elevándose en el aire, sonreían siniestramente mientras el asesino cerebral, sintiéndose acorralado y derrotado, solo podía pensar en su inminente destino.
Jack, en sus últimos momentos, pronunció sus pensamientos llenos de desesperación y resentimiento:
Jack: "¡Chingada madre, me van a matar esos desgraciados! Diego, eres un miserable y te veré arder en las llamas del infierno..."- eran sus pensamientos.
La explosión masiva dejó una secuela de polvo y escombros, ocultando temporalmente la escena de la batalla. Lincoln, frustrado y enojado por la situación, expresó su descontento mientras observaba la desaparición del ki de los gemelos y de Jack.
Lincoln: "¿Qué diablos les pasó? Se volvieron locos", murmuró, incapaz de comprender completamente la naturaleza de la intensa confrontación.
Judith, aunque también indignada, compartió su rechazo hacia los gemelos y el asesino cerebral, considerándolos monstruos.
Judith: "Son unos miserables. ¿Qué clase de monstruos son? Aun así..."
En la Liga de Heroes.
En el edificio, la calma reinaba mientras todos se dedicaban a sus quehaceres, pero de repente, todo cambió cuando una onda explosiva sacudió el lugar, dañando varias ventanas. Un trabajador, visiblemente sorprendido, expresó su asombro y preocupación al observar hacia la ventana afectada.
Trabajador: ¡Dios mío, ¿qué fue eso?! - exclamó, mirando hacia donde la ventana estaba cuarteada, observando la enorme onda explosiva.
Patriotic: No me digas, - volteando a ver a la peliazul - parece ser que tus protegidos estaban abusando, Azura. - mirando a la directora de la Liga de Héroes.
Azura: ¡Maldita sea! - gritó, golpeando el escritorio. - Esos bastardos no pueden estar 5 minutos sin tener algún conflicto. - bufó molesta y decepcionada. En serio, tendría que tener una charla con aquellos dos.
Rita: ¿Cómo es posible que mi hijo no cambie? Estoy profundamente decepcionada; ese chico lo estaba llevando por un camino lleno de conflictos y problemas.
De vuelta al lugar, después de haber derrotado a Jack Hunter, los gemelos Yuuki comenzaron a conversar.
Akane: Nii-san, abrazándolo después de mucho tiempo, te veo de nuevo. ¿Estás bien?
Kurota: Yo también me alegro de verte después de muchos días, mi gemela diabólica. Ahora dime, ¿cómo me encontraste? - se separó del abrazo y la miró fijamente.
Akane: Etto, yo bueno, estaba en esa ciudad flotante de arriba y entonces percibí tu ki y un ki maligno alado tuyo - dijo, mirando a su hermano - Aparte de eso, hay un problema.
Kurota: ¿Qué pasó? - preguntó, sintiendo cómo el pecho le dolía y nervioso por la noticia.
Akane: Bueno...
Mientras los gemelos conversaban, el albino veía cómo el rostro del castaño se distorsionaba y empezaba a enojarse.
Lincoln: ¿Qué habrá pasado para que se enojara así? ¿Será que algo ocurrió en Skyland? - Decía aterrado. Hasta que sintió que alguien le tocaba y era la chica galleta.
Judith: Eso fue terrorífico, pero necesito respuestas, Lincoln Loud. - Miraba al peliblanco.
Lincoln: ¿Y qué quieres saber, Cookie? - Mirando a la castaña, que se sonrojó por ese sobrenombre.
Tosiendo, Judith dijo: Quiero saber qué es tu compañero realmente; lo que vi no eran dones. ¿Qué quiso decir ese villano con saiyajin y pertenecer a una raza guerrera? - Judith observaba cómo el albino comenzaba a sudar y ponerse nervioso.
Lincoln: Bueno, es que... - Tartamudeaba. Era difícil explicar. Hasta que sonó el teléfono y al ver que era un número desconocido, contestó la llamada delante de la chica galleta.
¿?: ¡Lincoln, hermano, ayúdame por favor! - Decía una niña llorando y angustiada.
Lincoln: ¿Quién es? - Decía frunciendo el ceño. - No te reconozco.
¿?: Vaya, Larry, te olvidaste de los viejos amigos. No creo que no puedas reconocer a tu hermana. - Decía riendo tétricamente.
Lincoln: - Abriendo los ojos - Simba, ¿qué le estás haciendo a una niña y haciéndola pasar por mi hermana? - Estaba enojado. Colgó y le llegó un mensaje. Al abrirlo, su cara se puso roja de ira al reconocer a su hermana, Lily, por ese mechón rubio sobresaliente, amarrada y amordazada con una liga morada.
Chandler: - Llamando - Jajajajajajaja, vaya, pensé que no ibas a descubrir a tu propia hermana. Jejejeje, con solo tener 8 años es muy tierna.
Lincoln: ¡Weasley! Si le haces algo a Lily, te juro que te mataré sin dejarte un hueso sano, y tus padres ni siquiera podrán reconocerte. - Estaba furioso.
Chandler: - Burlándose - ¿Ah, sí? Como si me dieras miedo, albino. Y si quieres de regreso a tu pequeña y hermosa hermanita, ve detrás del salón de química, ahí nos veremos. Y nada de trucos, no traigas maestros o policía; si no, ella pasará un mal rato. P. D.: Trae al bastardo ese sin don a la fiesta colgando.
Judith: ¿Qué pasó, Lincoln Loud? - Decía asustada por el cambio repentino.
Lincoln: Voy a matar a ese maldito Elmo de bajo presupuesto. - Gritaba con odio, su aura blanca visiblemente enfurecida.
Narrador: Kurota y Akane dieron el golpe de gracia a Jack Hunter, derrotándolo y acabando con uno de los hombres de Diego. Diego está furioso, ¿qué acciones tomará? Chandler tiene a Lily Loud y busca revancha con Lincoln. ¿Será que nuevamente le pateará el trasero? Descúbranlo en el próximo episodio.
Continuara.
bueno chicos aqui les traigo un capitulo mas lamento las molestias por no publicarlo me ocurrieron algunas cosas tenia weba y problemas con el internet pero aun asi espero que les guste.
tambien quiero dar las gracias a
sara-hidden por ser mi editora y apoyarme en la historia con sus ideas
jackhunter929 por sus dibujos y prestarme sus personajes
KyuremDelta646 por sus ediciones
y tambien a @Electrico10 por tenerme confianza y apoyarme con la historia.
bueno espero que la disfruten y nos vemos en el proximo episodio.
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