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Un Trágico Aniversario

Usualmente, en la casa Loud, el ruido y el caos son los que dominan a todos los residentes de ahí; especialmente los sábados. Era raro que alguien no se incluyera en aquella dinámica familiar tan enérgica. Sin embargo, también era bien sabido que conforme se acercaba el mes de mayo, los ánimos de los padres decaían considerablemente; y no sólo el de ellos, sino también el de las cinco hijas mayores.

Aunque no era como si alguien pudiera criticarlos. Después de todo, ese día había sido el nacimiento del primer y único hijo varón de la familia... Y al mismo tiempo fue el día de su trágica muerte.

Ya habían pasado doce años desde aquel horrible suceso, pero los señores Loud aún revivían los hechos como si hubiera sucedido hace apenas unas horas. No era sano; todos lo sabían... Y ellos también lo sabían. Pero no es como si fuera fácil superar que el mismo día que les entregaron a su hijo en brazos, haya sido el mismo en que lo secuestraron y asesinaron.

Todos en la familia habían llorado como nunca lo habían hecho, y como nunca lo harían. Pero incluso eso no les ayudo a mermar el dolor que había en sus corazones. Su pequeño estaba muerto y tendrían que conformarse con sólo ver en el suelo una pequeña lápida de piedra.

El señor Lynn Loud agitó su cabeza para alejar esos pensamientos. No podía llorar en ese momento; no frente a sus hijas. Tenía que demostrar que era la cabeza de la familia. Tenía que demostrar que era lo suficientemente fuerte como para cuidar a cada una de sus princesas. Regresó la mirada al sartén y vio que los huevos estaban listos. Incluso si se sentía mal, quería hacer algo especial por sus hijas, como preparar el desayuno al gusto de cada una. De repente, vio que una hermosa mujer rubia entraba a la cocina; aún estaba en pijama y las bolsas en sus ojos le daban un aspecto cansado.

—Buenos días, cariño —saludó él—. ¿Cómo dormiste?

—Mal, Lynn... Muy mal... —contestó Rita, sin rastro de emoción en su voz.

—Ya veo... —dijo él sin sentirse sorprendido—. ¿Qué quieres desayunar?

—... Nada... —habló y se sentó en una silla—. En realidad no tengo hambre... Sólo quiero irme...

—Rita... —dijo, mientras se acercaba a la mujer y le acariciaba la mejilla con su mano—, tienes que comer algo. No es bueno para tu salud que te saltes el desayuno.

—Ya lo sé, Lynn. Pero simplemente no creo que pueda comer nada ahora mismo porque... —los ojos de la mujer humedecieron en un segundo—, porque... soñé con él, soñé con lo que pasó. Cada detalle, cada palabra, cada suceso... ¡Los vi todos, Lynn! ¡Incluido como...! Incluido como... —Rita se tapó el rostro y empezó a llorar con fuerza—. Incluido como lo dejaron...

El hombre ya no pudo contenerse más y, abrazando a su mujer, se permitió llorar en la cocina. Le dolía todo. Le dolía ver a su esposa sufrir; le dolía recordar los hechos; le dolía la perdida de su hijo. Y ya estaba cansado..., muy cansado. Le pidió a su mujer que fueran un momento a su cuarto para intentar tranquilizarse, a lo que ella sólo asintió. Una vez en la habitación, los adultos reunieron todas sus fuerzas y procuraron inhalar y exhalar lentamente para normalizar su respiración. Ninguno de los dos tenía los ánimos como para controlarse; si hubiera sido por ellos, se habrían quedado en la cocina llorando, o incluso gritando. Pero el pensamiento de que sus hijas podrían escucharlos y hacerlas sufrir aún más, los hizo detenerse.

Sólo necesitaron dos minutos para calmarse. El dolor seguía ahí, pero sus rostros ya no lo denotaban. No había duda de que después de tantos años, se habían vuelto expertos en ocultar sus penas.

Cuando salieron de la habitación, Lynn se dirigió a la estufa y sintió alivio al ver que nada se había quemado, mientras Rita acomodaba la mesa. Luego, él fue a las escaleras y llamó:

—¡Niñas, el desayuno está listo!

Como era de esperarse de mujeres tan enérgicas, todas bajaron... lentamente... Muy lentamente.

«Tal vez... Tal vez les grité muy feo...», pensó Lynn con cierto remordimiento, mientras observaba a la mayoría de sus hijas tomar asiento en la mesa. A Lily la pusieron en su asiento para bebés, mientras ella soltaba un pequeño bostezo; seguramente apenas la habían despertado.

Incluso si se sentía culpable, el hombre sonrió ligeramente; el tiempo pasaba muy rápido. Un día tenía a su primera hija en brazos, y al otro ya veía a la décima caminar. Se sentía afortunado, muy afortunado... Sin embargo..., siempre habría un espacio vacío entre las diez muchachas.

—Buenos días, hijas... —saludó él—. ¿Cómo amanecieron?

—Ummm... Bien, papá —contesto Lori—. Lo normal.

—Ah... Eh... Que bueno...

—Sí...

Lynn se golpeó mentalmente. Eso había sido incómodo, y no ayudo para nada que ninguna de las demás niñas contestase o dijeran algo. Sin decir nada, salió del comedor y fue por el sartén. Rita por su parte, también se sentó en la mesa y habló.

—Y díganme, niñas..., ¿tienen planes para hoy?

—Yo, como que, voy a diseñar y crear los vestidos más lindos que pueda —contestó Leni, con un poco más de entusiasmo.

—Yo permaneceré en mis aposentos estudiando la teoría de cuerdas de Jöel Scherk y John Henry Schwarz para analizar si, efectivamente, es una pseudociencia o no —dijo Lisa, sin mostrar ninguna emoción.

—Yo me quedaré entrenando en el patio trasero. Dentro de una semana será el gran partido de baloncesto —replicó Lynn, con cierto orgullo.

—Yo voy a practicar mi rutina de comedia; debo asegurarme de que mis chistes sean «la bomba». Ja, ja. ¿Entienden? —bromeó Luan, elevando un poco su humor.

—Yo... yo creo que tocaré mi violín... Hace mucho que no lo uso —dijo Luna, con una tímida sonrisa.

—Yo veré caricaturas o algún concurso de belleza en la tele —añadió Lola, con voz más cómoda.

—Yo iré a la fiesta de un... amigo —contestó Lucy, con las mejillas ligeramente rojas.

—Y yo repararé la fuga de aceite de Vanzilla —dijo Lana, con satisfacción.

—Oh, lo lamento, cariño, pero temo que hoy no podrás arreglar a Vanzilla —se disculpó Rita.

—¿Eh? ¿Pero por qué?

—Porque tu padre y yo iremos al... Iremos al...

—Al cementerio, Lana —terminó Lynn Sr., mientras entraba a la cocina con el desayuno listo.

Al escuchar eso, todos volvieron a guardar silencio. Las menores por no querer decir algo equivocado, o fuera de lugar; y las mayores porque también sintieron el mismo pesar de sus padres. Por un momento Lori quiso pedirles que le permitieran ir con ellos, pero se detuvo; seguramente tendría que quedarse en la casa a cuidar a sus hermanas menores, mientras ellos estaban fuera... Además, ella no sentía que tuviera el valor como para volver allí.

Lynn Sr puso la comida en cada uno de los platos y sirvió leche en los vasos. El desayuno transcurrió silenciosamente. Nadie volvió a abrir la boca; ni siquiera la pequeña Lily. Eso sí, Lynn Sr se preguntó si sus habilidades como chef habían decaído; después de todo, cada pedazo de comida que se metía a la boca le sabía amargo... Muy amargo...

Luego del desayuno, Lynn Sr y Rita les dijeron a sus hijas que ellos lavarían los platos ese día. Ninguna se opuso, aunque tampoco sintieron como si fuera algo positivo. Cada una de ellas partió en direcciones diferentes pensando que, a lo mejor, las cosas se sentirían menos tensas si se distraían con algo más. Minutos después, escucharon a sus padres despedirse, mientras se metían en la camioneta de la familia.

Por su lado, el hombre le preguntó a su mujer si estaba lista, a lo que ella contestó afirmativamente. El viaje al cementerio fue silencioso; casi irreal. Los adultos se preguntaban si esos doce años de dolor habían sido reales; se preguntaban si en realidad iban a la tumba de su hijo y no a la de alguien más; se preguntaban muchas cosas, incluso cuando llegaron a las puertas de aquel triste lugar. Bajaron del vehículo y caminaron entre las tumbas y lápidas del lugar con una naturalidad impresionante; ya sabían el camino. Detuvieron su andar; habían llegado. Con pesar bajaron la vista a la pequeña lapida de piedra y una vez más leyeron la inscripción que ya se sabían de memoria.

L. LOUD

15 DE MAYO 2007 – 15 DE MAYO 2007

"INCLUSO SI SÓLO TE TUVIMOS POR UN DÍA, TE AMAREMOS POR EL RESTO DE NUESTRAS VIDAS."

Rita, como todos los años anteriores, no lo soportó más y cayó de rodillas, mientras abrazaba la tumba.

—H-Hola, mi amor. M-Mamá otra v-vez vino a verte, y t-tu p-p-papá también —Lynn se arrodilló junto a su mujer y la abrazó; también estaba llorando—. Mi vida..., no sé si nos estás viendo desde el cielo..., pero quiero decirte una vez más lo mucho que lo lamento. ¡Lo lamento, mi amor! ¡Nunca debí de haberte descuidado! ¡Nunca, nunca, nunca! ¡Soy la peor madre del mundo! Soy la peor madre...

Rita no pudo continuar y hundió su rostro en el pecho de su esposo, mientras dejaba que el dolor se apoderara de ella una vez más. No lo soportaba; el tormento y el desconsuelo eran tales que apenas y podía respirar. Incluso después de tanto tiempo, seguía preguntándose cómo fue posible que su hijo hubiera sido víctima de tal atrocidad; cómo es que existían personas tan malvadas que se atrevieran a asesinar a un ser inocente. ¡Era absurdo! Y sin embargo, había sucedido. Era su realidad; era el mundo en el que vivía.

Un mundo cruel... Eso es lo que era...

Lynn siguió acariciando la espalda de su mujer, mientras le daba besos en la coronilla. Quería consolarla, y a la vez, buscaba consolarse a si mismo; o al menos intentarlo. Después de todo, él sabía que jamás sanarían esa herida. El dolor siempre estaba latente, y nunca los dejaría... Nunca...


En tan sólo cinco días llegué a los 16 seguidores en ésta plataforma. Wow... Puede ser que parezca un número pequeño en comparación con otros grandes autores de aquí, pero para mí significa mucho. De verdad muchas gracias a cada uno de ustedes.

También quiero dedicar el capítulo a Octware, quien no sólo me permitió reescribir la historia, sino que también me echó una mano al compartir mi perfil en su muro. No tenías porque hacerlo, pero aún así lo hiciste. Puede que no creas que haya sido la gran cosa, pero créeme cuando te digo que no tienes ni idea de lo que eso significó para mi. Lo he dicho muchas veces antes, pero lo volveré a decir: muchas gracias. Eres grande.

Y ahora, en cuanto a la fecha de nacimiento de Lincoln, me gustaría compartirles que se me ocurrió la idea de que su cumpleaños fuera un 15 de mayo, porque ese es el día internacional de la familia. Y en The Loud House, la familia es el elemento más importante de la serie a mi parecer.

Sin nada más que decir, me despido.

Dark Dragon Of Creation

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