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Capítulo 8: Bajo la lupa

La presión mediática no cedía, y aunque Lincoln y Lori habían tratado de mantener su relación lo más discreta posible tras su anuncio familiar, parecía que el mundo exterior no estaba dispuesto a dejarles vivir en paz. Los días pasaban en una constante nube de incertidumbre, y ahora, con la demanda anónima que habían recibido, la tensión en la casa Loud era palpable.

Había pasado una semana desde que recibieron la carta del abogado. A pesar de la incertidumbre, Lincoln y Lori continuaban buscando maneras de enfrentar la situación, pero la carga emocional era cada vez más pesada. Aquella noche, mientras los hermanos Loud se reunían para la cena, el ambiente estaba cargado.

—¿Alguna novedad sobre el juicio? —preguntó Luna, rompiendo el incómodo silencio.

Lori asintió lentamente, dejando su tenedor en el plato.

—El abogado nos ha dicho que el caso puede llegar a juicio en unas pocas semanas. Estamos trabajando en nuestra defensa, pero esto es mucho más complicado de lo que esperábamos.

—¿Pero qué pueden hacer? —intervino Luan, claramente preocupada—. Quiero decir, esto es ridículo. No pueden demandarlos por… bueno, por enamorarse.

Lincoln, que había estado silencioso hasta entonces, habló con voz baja pero firme.

—Parece que pueden intentar lo que quieran, siempre y cuando encuentren la manera de justificarlo legalmente. La demanda se basa en la idea de que nuestra relación ha "dañado la imagen pública" de la familia. —Lincoln hizo una pausa y respiró hondo—. No es justo, pero así es como lo están presentando.

Lynn Sr., siempre el pacificador, trató de calmar la situación.

—Lo importante es que estamos juntos en esto. Sea lo que sea, lo resolveremos como familia.

Sin embargo, esas palabras, por bien intencionadas que fueran, no parecían calmar las aguas turbulentas que se habían formado dentro del hogar Loud.




Al día siguiente, Lincoln y Lori se reunieron nuevamente con su abogado. Era un hombre de mediana edad con cabello canoso y gafas, que parecía haber visto muchas batallas legales en su carrera. En cuanto se sentaron en la pequeña oficina, el abogado fue directo al grano.

—Hemos estado investigando la fuente de la demanda, y aunque oficialmente sigue siendo anónima, hemos encontrado algunas pistas que podrían ayudarnos a desmantelar el caso.

Lori frunció el ceño.

—¿Qué tipo de pistas?

El abogado los miró fijamente.

—Parece que la persona que presentó la demanda tiene vínculos con uno de los medios locales que ha estado cubriendo su historia de manera más agresiva. Estamos intentando confirmar si hay algún tipo de conflicto de intereses aquí. Si podemos demostrar que la demanda fue presentada con intenciones maliciosas, podemos desestimar el caso antes de que llegue a juicio.

Lincoln sintió una pequeña chispa de esperanza, pero no quería emocionarse demasiado. Las cosas habían sido demasiado complicadas hasta ese momento para confiar en una victoria tan fácil.

—¿Qué necesitamos hacer? —preguntó.

—Por ahora, sigan evitando los medios y no hagan ninguna declaración pública. Si podemos reunir pruebas suficientes, podríamos incluso presentar una contrademanda por difamación. Pero hasta entonces, tenemos que ser cuidadosos.

De regreso en casa, Lincoln y Lori trataron de continuar con su vida normal, aunque la tensión seguía presente. Lori pasaba las tardes leyendo y respondiendo correos de trabajo, mientras que Lincoln se centraba en pequeñas reparaciones en la casa para distraerse. Ambos trataban de no hablar demasiado sobre el juicio, pero el peso de lo que estaba por venir siempre estaba ahí.

Una tarde, mientras Lori revisaba algunos papeles en la cocina, Lincoln se le acercó con una taza de té.

—He estado pensando… —comenzó él, con la voz algo vacilante—. ¿Y si nos tomamos un descanso de todo esto?

Lori levantó la mirada, algo confundida.

—¿A qué te refieres?

Lincoln dejó la taza en la mesa y se sentó frente a ella.

—No me malinterpretes, no estoy hablando de separarnos ni nada por el estilo. Solo que… tal vez deberíamos alejarnos un poco de aquí. Todo este caos nos está consumiendo, y creo que necesitamos un respiro.

Lori suspiró, comprendiendo lo que él quería decir.

—Lo he pensado, pero no sé si sea lo correcto. Si nos vamos, los medios podrían interpretarlo como que estamos huyendo, y eso podría empeorar las cosas.

Lincoln asintió, pero la frustración en sus ojos era evidente.

—Lo sé, pero también estamos en constante vigilancia. No puedo caminar por la calle sin sentir que alguien está sacando una foto o esperando que cometa un error. Es agotador.

Lori se levantó de su silla y se acercó a él, tomando su mano.

—Estamos juntos en esto, y aunque sea difícil, lo superaremos. Pero también tienes razón en que necesitamos algo de espacio. Tal vez podamos tomarnos unos días fuera de la ciudad, lejos de todo esto, pero sin desaparecer completamente. Solo un respiro.

Lincoln sonrió débilmente.

—Eso suena bien.

Unos días después, Lincoln y Lori decidieron seguir adelante con su pequeña escapada. Hablaron con el abogado y arreglaron todo para estar disponibles si era necesario, pero se dirigieron a una pequeña cabaña en las afueras de la ciudad, buscando un poco de paz y tranquilidad.

La cabaña era acogedora, rodeada de árboles altos y con un lago cerca que ofrecía una vista serena. Allí, alejados de los flashes de las cámaras y del bullicio de la ciudad, pudieron respirar con más calma.

Las primeras horas fueron extrañas, como si no supieran qué hacer con tanto silencio, pero pronto se acostumbraron. Pasaban los días caminando por los alrededores, charlando sobre cualquier cosa que no fuera el juicio, tratando de reconectar con lo que los había unido en primer lugar: el apoyo mutuo, el amor que habían construido en medio de tantas dificultades.

Una tarde, mientras estaban sentados en el muelle frente al lago, Lincoln miró a Lori, con el reflejo del sol dorado brillando en sus ojos.

—A veces me pregunto si todo esto valdrá la pena —dijo, en voz baja.

Lori lo miró sorprendida.

—¿Qué quieres decir?

Lincoln tomó una pequeña roca y la lanzó al agua.

—Quiero decir que hemos pasado por tanto. La presión de los medios, la familia, el juicio… Es como si estuviéramos luchando constantemente. Y aunque sé que te amo, no puedo evitar pensar si todo este dolor y sufrimiento es el precio que tenemos que pagar.

Lori guardó silencio por un momento, asimilando sus palabras. Luego, se acercó a él, tomando su mano.

—Lincoln, el amor nunca ha sido fácil. Siempre hay desafíos. Y en nuestro caso, son más grandes de lo que jamás imaginamos. Pero quiero que sepas que, pase lo que pase, no me arrepiento de nada. Te amo, y estoy dispuesta a luchar por nosotros, sin importar lo que el mundo diga o haga.

Lincoln sonrió levemente y la abrazó.

—Gracias, Lori. Solo necesitaba escuchar eso.

Regresar a la ciudad después de esos días de calma fue como volver a sumergirse en un mar agitado. Apenas pusieron un pie en casa, las notificaciones de sus teléfonos comenzaron a sonar con insistencia. Los medios seguían atentos a cada movimiento, y el juicio se acercaba rápidamente.

Sin embargo, había una diferencia esta vez. Lincoln y Lori habían recuperado fuerzas, su vínculo se sentía más sólido, y aunque sabían que el futuro era incierto, estaban listos para enfrentarlo juntos.

El día del juicio estaba cerca, y aunque la preocupación seguía presente, sabían que, pase lo que pase, siempre tendrían el uno al otro.


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