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Capítulo 4: El regreso inesperado

El amanecer rompió con su luz dorada, cubriendo el campo de batalla con una bruma etérea. Lincoln y su pelotón, agotados pero determinados, se preparaban para una nueva misión. Sin embargo, esta vez algo diferente se vislumbraba en el horizonte: una tregua inesperada había sido anunciada por ambos bandos. Las tensiones políticas habían llegado a un punto de negociación y se ordenó a las tropas cesar el fuego mientras se discutían los términos de paz.
Lincoln, aunque aliviado, mantenía la cautela. Sabía que la paz era frágil y que cualquier error podría desencadenar nuevamente el conflicto. Mientras tanto, en Royal Woods, la familia Loud recibió las noticias con una mezcla de esperanza y escepticismo. Podía ser el fin de la incertidumbre que los había atormentado por años, pero temían que fuera solo un respiro temporal.

Lori, aún con el teléfono en mano, fue la primera en recibir la llamada que cambiaría sus vidas. La voz de Lincoln al otro lado de la línea era una mezcla de cansancio y alivio.

—Lori, estamos regresando a casa —dijo Lincoln, su voz quebrada por la emoción.

—¿Estás bien? ¿Cuándo llegarás? —preguntó Lori, con lágrimas en los ojos.

—En unos días. Nos han dado licencia. Estoy bien, solo quiero verlos a todos.

La noticia corrió por la casa como un reguero de pólvora. Leni, Luna, Luan, Lynn, Lucy, las gemelas y Lisa se unieron a Lori en una explosión de alegría y alivio. Lily, aunque no entendía completamente la magnitud de la situación, sintió la emoción y comenzó a reír y aplaudir junto con sus hermanas.

Durante los días siguientes, la casa de los Loud se llenó de actividad. Todos estaban ocupados preparando la bienvenida para Lincoln. Leni diseñó una pancarta gigante, Luna compuso una canción especial, y Luan preparó un espectáculo de comedia. Lynn organizó una fiesta deportiva, mientras que Lucy escribió un poema conmovedor. Las gemelas, Lana y Lola, decoraron la casa con flores y luces, y Lisa instaló un sistema de videollamadas para que toda la familia pudiera ver la llegada de Lincoln en tiempo real.

El día finalmente llegó. La familia Loud se reunió en el aeropuerto, sus corazones latiendo al unísono con anticipación. Cuando Lincoln apareció en la puerta de desembarque, vestido con su uniforme de sargento, las lágrimas de felicidad no pudieron ser contenidas. Lori fue la primera en correr hacia él, seguida por el resto de sus hermanas. El abrazo grupal fue apretado y lleno de amor, una demostración de que, a pesar de la distancia y las dificultades, el lazo familiar nunca se había roto.

Lincoln, conmovido, les dedicó una sonrisa
cansada pero genuina.

—Estoy en casa —dijo, con la voz llena de gratitud y alivio.

La paz, aunque incierta, había traído de vuelta a su hermano, y para los Loud, eso era todo lo que importaba. La familia regresó a Royal Woods, lista para reconstruir sus vidas juntos y enfrentar el futuro unidos, sabiendo que, sin importar los desafíos, siempre tendrían unos a otros.


La casa de los Loud en Royal Woods estaba llena de risas y alegría cuando Lincoln finalmente regresó. La familia lo rodeó, cada uno compartiendo sus historias y logros de los últimos años. Lincoln, aunque cansado, estaba lleno de orgullo por sus hermanas.

Esa noche, celebraron con una gran cena, y Luna dedicó una canción especial a Lincoln, una balada emotiva que resonó en el corazón de todos. Luan hizo reír a todos con sus bromas, y Lynn desafió a Lincoln a un juego de baloncesto en el patio trasero, como en los viejos tiempos.

A medida que pasaban los días, Lincoln comenzó a adaptarse nuevamente a la vida en casa. Sin embargo, las secuelas de la guerra aún lo perseguían en forma de pesadillas y recuerdos dolorosos. Aunque su familia lo notaba más callado y reservado, nadie imaginaba el verdadero alcance de su tormento. Lincoln, decidido a protegerlos, mantenía en secreto sus luchas internas.

Una noche, mientras todos dormían, Lincoln se despertó abruptamente, bañado en sudor. Las imágenes de la guerra lo acosaban, pero se obligó a calmarse. Sabía que no podía dejar que su familia viera su sufrimiento. Se levantó silenciosamente y salió al porche, donde la brisa nocturna le ofreció un breve alivio.






Durante el día, Lincoln se esforzaba por participar en las actividades familiares y mostrarse optimista. Ayudaba a Leni con sus diseños, asistía a los conciertos de Luna y compartía risas con Luan. Con cada día que pasaba, mejoraba su habilidad para ocultar sus verdaderos sentimientos, aunque el esfuerzo lo agotaba.

Una tarde, mientras jugaba baloncesto con Lynn, esta lo miró con una mezcla de orgullo y preocupación.

—Has cambiado, Lincoln. Eres más fuerte —dijo Lynn, sonriendo—. Pero también más silencioso. Sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea, ¿verdad?

Lincoln asintió y forzó una sonrisa.

—Lo sé, Lynn. Solo necesito tiempo para adaptarme —respondió, sin revelar el tormento que llevaba dentro.

Lisa, siempre observadora, notaba las señales de estrés en su hermano mayor. Aunque sus estudios la mantenían ocupada, se prometió investigar más sobre cómo podría ayudar a Lincoln sin que él se sintiera invadido.

Lily, con su inocencia infantil, traía alegría a su hermano mayor con sus ocurrencias y dibujos. Para ella, tener a Lincoln en casa era suficiente.

Con el tiempo, Lincoln encontró consuelo en la rutina y el amor de su familia, aunque las sombras de la guerra nunca desaparecieron por completo. Su determinación para seguir adelante y proteger a sus seres queridos se convirtió en su fuerza.

Lincoln, apoyado por su familia, comenzó a encontrar la paz que tanto había buscado, sabiendo que, sin importar lo que ocurriera, siempre tendría un lugar al que llamar hogar.











La vida en Royal Woods se normalizaba lentamente, pero Lincoln seguía luchando con sus recuerdos. Para evitar que su familia descubriera su sufrimiento, adoptó una rutina nocturna que le permitía calmarse sin despertar sospechas. Cada noche, después de asegurarse de que todos dormían, Lincoln salía al porche, donde la brisa fresca lo ayudaba a relajarse.

Una noche, Luna se despertó al escuchar un leve crujido y vio a Lincoln salir. Sin hacer ruido, lo siguió y lo encontró sentado en la oscuridad, mirando al cielo.

—¿Lincoln? —preguntó suavemente, para no asustarlo.

Lincoln se sobresaltó pero se calmó al ver a su hermana.

—Luna... no podía dormir —dijo, forzando una sonrisa.

Luna se sentó a su lado, tocando suavemente su guitarra, una melodía tranquila que llenó el aire nocturno.

—Sé que hay cosas que no quieres contar, y está bien. Solo quiero que sepas que estoy aquí para ti —dijo Luna, con comprensión en su voz.

Lincoln asintió, sintiendo una gran gratitud hacia su hermana. Aunque no se sentía listo para compartir sus pesadillas, la presencia de Luna lo confortaba.

Al día siguiente, Lisa observó a Lincoln con atención. Había notado un patrón en su comportamiento y decidió abordarlo con sutileza.

—Lincoln, he estado trabajando en un proyecto nuevo sobre el sueño y cómo mejorar la calidad del mismo —dijo Lisa mientras desayunaban—. Tal vez te interese probar algunos de mis métodos.

Lincoln sonrió, agradecido por el esfuerzo de su hermana menor.

—Claro, Lisa. Estaré encantado de probar lo que sea —respondió, sabiendo que su familia siempre intentaba ayudarlo, aunque no supieran todo lo que estaba pasando.

Los días pasaban y Lincoln encontraba pequeñas maneras de sanar. La terapia ocupacional que Lisa sugirió le permitió dormir mejor y sentirse más tranquilo. Los momentos con Leni diseñando ropa, las canciones de Luna y las bromas de Luan se convirtieron en sus pilares de fortaleza.

Un día, mientras caminaban por el parque, Lynn se volvió hacia Lincoln y lo miró fijamente.

—Sé que no siempre podemos protegernos de todo, pero estar aquí contigo, haciendo cosas normales... eso es lo que me mantiene fuerte —dijo Lynn, sosteniendo la mano de su hermano.

Lincoln la abrazó, sintiendo que, aunque su camino hacia la recuperación era largo, no estaba solo. La fuerza de su familia lo sostenía y, aunque las cicatrices de la guerra siempre estarían ahí, sabía que con ellos, podía seguir adelante.





Hasta aca el capítulo de hoy perdón por el abandono 🥺 pero la universidad no de tiempo para subir cap.
Pero lo bueno es que ando de vacaciones
Así que por lo menos 4 cap van a tener así que no veremos estos días o capaz dentro de un rato

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