rival
Al día siguiente, en la escuela, el grupo de amigos de Lincoln se encontraba reunido en el pasillo antes de entrar al salón de clases. Pri estaba con ellos, y la curiosidad de los chicos sobre su pasión por los beyblades seguía creciendo. Rusty fue el primero en sacar el tema mientras caminaban hacia sus casilleros.
Rusty: "Oye, Pri, tengo que preguntarte algo. ¿Qué fue lo que te motivó a entrar a esos... ¿juegos de trompos?"
Pri se detuvo de golpe y miró a Rusty con los ojos entrecerrados, pero con un leve toque de diversión en su expresión.
Pri (corrigiendo): "Primero, no son 'juegos de trompos'. Se llaman beyblades. Y segundo, no es solo un juego. Es una batalla estratégica que requiere habilidad, práctica y, sobre todo, pasión."
Stella (sonriendo mientras cierra su casillero): "Ok, pero ¿de dónde te nació tanta pasión por los beyblades? Pareces estar muy metida en esto."
Pri suspiró, recordando cómo comenzó todo, y se recargó contra su casillero mientras hablaba.
Pri: "Todo comenzó gracias a mi hermano, Pax. Cuando éramos pequeños, él era un gran blader. Participaba en torneos y era realmente bueno, casi invencible. Él me enseñó todo lo que sé sobre los beyblades, y me transmitió su amor por el juego."
Lincoln, que estaba guardando libros en su casillero, se giró interesado.
Lincoln: "¿Entonces él también competía? ¿Qué pasó?"
Pri bajó la mirada, su voz bajando un poco mientras hablaba.
Pri: "Sí, pero tuvo que dejar de competir después de que se lastimó el brazo en un accidente. Desde entonces, no ha vuelto a jugar. Aunque todavía se interesa por los beyblades, nunca ha vuelto a la arena."
Los amigos intercambiaron miradas, comprendiendo lo que esa pérdida significaba para Pri. Sin embargo, Rusty no pudo evitar preguntar con una sonrisa traviesa.
Rusty: "Ok, pero eso no explica por qué quieres que Lincoln se meta a esto. ¿Qué tiene él que no tengamos los demás?"
Pri se cruzó de brazos y rodó los ojos, aunque una pequeña sonrisa se asomaba en su rostro.
Pri: "Porque Lincoln tiene potencial. Es hábil, aprende rápido y, aunque no quiera admitirlo, tiene un espíritu competitivo. Además, me recuerda mucho a cómo era Pax cuando empezó. Creo que con un poco de práctica, Lincoln podría ser un gran blader."
Clyde, siempre preocupado por Lincoln, levantó la mano como si estuviera en clase.
Clyde: "Pero, Pri, estos torneos no son fáciles. Pax debe haberte contado sobre el nivel de los profesionales. ¿No crees que estás presionando demasiado a Lincoln?"
Pri se quedó en silencio por un momento, reflexionando. Justo entonces, un recuerdo vino a su mente: una conversación que tuvo con Pax hace unas semanas.
En ese recuerdo, Pri estaba entrenando con su bey en la sala, mientras Pax la observaba desde el sofá. Su brazo lesionado seguía en un cabestrillo.
Pax: "Pri, estás mejorando mucho. Pero recuerda, no todo es fuerza. También necesitas estrategia."
Pri (entusiasmada): "¡Lo sé! Estoy trabajando en eso. Por cierto, he estado entrenando a Lincoln. Creo que podría ser un gran compañero de equipo."
Pax sonrió levemente, pero su mirada tenía algo más detrás, algo que Pri no había notado en su momento.
Pax: "Eso suena genial. Tal vez, si trabajan juntos, puedan llegar lejos. Más lejos de lo que yo jamás llegué."
Pri se había emocionado en ese momento, pensando que Pax solo quería apoyarlos. Sin embargo, ahora, al recordar ese instante, algo en su mirada y tono parecía diferente, casi como si hubiera algo más detrás de sus palabras.
De vuelta en el presente, Pri sacudió la cabeza para salir de sus pensamientos, mientras Clyde continuaba hablando.
Clyde: "Además, ¿estás segura de que esto es lo que Lincoln realmente quiere? No parece del tipo que se mete en torneos profesionales solo porque sí."
Lincoln miró a Clyde y luego a Pri, sintiendo que debía intervenir antes de que la conversación se complicara más.
Lincoln: "Clyde, estoy bien. Sé que esto no será fácil, pero si Pri cree que tengo lo necesario, entonces estoy dispuesto a intentarlo. Además, no está de más aprender algo nuevo."
Pri sonrió agradecida, pero una pequeña duda seguía rondando en su mente. ¿Por qué Pax había insistido tanto en que Lincoln y ella participaran juntos? ¿Realmente quería apoyarlos o había algo más detrás de su interés? Por ahora, decidió no pensar demasiado en ello. Solo el tiempo revelaría la verdad.
Más tarde
Pri y Lincoln caminaban tranquilamente hacia el parque, ambos llevando sus lanzadores y beys listos para entrenar un poco más. El día estaba soleado, con una brisa ligera que hacía que el trayecto fuera agradable. Pri iba hablando animadamente sobre algunas estrategias que había aprendido recientemente viendo videos de antiguos campeones.
Pri: "Te lo digo, Lincoln, si te concentras en usar el ataque lateral en el momento justo, puedes desestabilizar al oponente incluso si tiene un bey con buen equilibrio. Todo es cuestión de sincronización."
Lincoln (sonriendo): "Suena bien, pero primero tendré que acostumbrarme a controlar mejor mi bey. A veces parece que hace lo que quiere."
Pri soltó una risa ligera mientras caminaba al lado de él. Justo cuando estaban a punto de llegar a la zona de entrenamiento del parque, unas voces elevadas llamaron su atención. Ambos se detuvieron, mirando hacia una de las mesas cercanas donde un grupo de chicos discutía acaloradamente.
Chico 1 (frustrado): "¡No puede ser! ¡Eso fue trampa! Nadie puede ser tan bueno. ¡Tu bey debe estar modificado o algo!"
Chico 2: "Sí, no hay manera de que un bey normal haga eso. ¡Exijo otra partida!"
Pri y Lincoln intercambiaron miradas curiosas antes de acercarse con cuidado para observar lo que estaba sucediendo. En el centro de la mesa, un chico de cabello castaño claro y complexión atlética sostenía su lanzador con calma, mientras su bey permanecía girando en la arena con una precisión impresionante. Su actitud era tranquila, pero su presencia imponía respeto.
Xavier (con voz firme, pero educada): "No hay trampas. Mi bey está en perfectas condiciones reglamentarias. Si no pueden aceptar la derrota, tal vez deberían entrenar más en lugar de quejarse."
Chico 1 (enojado): "¡Entrenar! ¿Eso qué tiene que ver? Ni siquiera tuvimos oportunidad. Tu bey es demasiado fuerte."
Xavier (mirando fijamente a los chicos): "La fuerza no viene solo del bey. Viene del blader. Yo entreno todos los días, perfecciono mi técnica, estudio a mis oponentes. Esto no es suerte, ni magia, ni trampa. Es dedicación."
Pri susurró a Lincoln mientras observaban la escena.
Pri (en voz baja): "Ese tipo tiene confianza. No parece alguien arrogante, pero definitivamente sabe de lo que habla."
Lincoln (también susurrando): "¿Crees que podríamos enfrentarlo alguna vez?"
Pri (riendo): "Primero, ¡aprendamos a no perder en los primeros 10 segundos!"
De vuelta en la mesa, los chicos parecían quedar sin argumentos. Aunque seguían molestos, no podían negar que Xavier hablaba con seguridad y respaldaba sus palabras con hechos.
Xavier (suspirando): "Miren, no estoy aquí para hacerlos sentir mal. Todos empezamos en algún lugar, incluso yo. Pero si realmente quieren mejorar, dejen de buscar excusas y pónganse a practicar. La próxima vez que nos enfrentemos, quiero ver algo que valga la pena."
Con eso, Xavier recogió su bey de la arena, lo limpió con cuidado y guardó su lanzador. Se dio la vuelta para irse, pero sus ojos se encontraron con Pri y Lincoln, que seguían observándolo desde la distancia. Notando su interés, Xavier sonrió y se acercó tranquilamente.
Xavier: "¿Ustedes también son bladers? No los he visto por aquí antes."
Pri, sorprendida por la amabilidad del chico, asintió rápidamente.
Pri: "Sí, somos nuevos en esto. Estoy entrenando a Lincoln para que participe conmigo en algunas competencias locales."
Xavier (mirando a Lincoln): "¿Tú eres Lincoln? He oído un par de cosas sobre ti. Dicen que tienes potencial, pero también que eres bastante novato."
Lincoln se encogió de hombros, algo nervioso, pero intentó mantener la compostura.
Lincoln: "Eso es cierto. Apenas estoy empezando, pero estoy dispuesto a aprender."
Xavier: "Eso es lo más importante. Nadie empieza siendo el mejor. Si necesitan ayuda o consejos, pueden buscarme. Soy Xavier, y mi bey es Escalibur. Nos veremos en la arena algún día."
Antes de que Pri o Lincoln pudieran responder, Xavier les dedicó una última sonrisa y se fue caminando con la misma confianza con la que había llegado. Pri y Lincoln se quedaron allí, procesando lo que acababa de suceder.
Pri (emocionada): "¡Wow, Lincoln! Ese tipo es increíble. ¿Te imaginas enfrentarte a él algún día?"
Lincoln (con una mezcla de emoción y nervios): "Si lo hago, necesitaré mucho más que suerte. Pero sí... sería interesante."
Xavier: "Lincoln, he oido que tienes potencial. Pero para ser un verdadero blader, necesitas más que resistencia y estrategias básicas. Necesitas entender lo que significa enfrentarte a un verdadero desafío. Así que, ¿qué dices? Tú y yo, uno contra uno."
Pri (alarmada): "¿Qué? ¡Espera, Xavier! Apenas estamos empezando. Lincoln no está listo para enfrentarte a este nivel."
Xavier (mirando a Pri): "No se trata de ganar o perder, Pri. Se trata de aprender. Si Lincoln quiere mejorar, necesita experimentar lo que es una verdadera batalla bey. Además…" —miró a Lincoln con una sonrisa desafiante— "quiero ver hasta dónde puede llegar este novato."
Lincoln, aunque nervioso, sintió que esta era una oportunidad que no podía dejar pasar. Respiró profundamente y asintió, sosteniendo su bey con más fuerza.
Lincoln: "Acepto. No sé si estoy listo, pero quiero intentarlo. Dame lo mejor que tengas, Xavier."
Xavier asintió, satisfecho con la respuesta, y sacó su bey de su lanzador. Escalibur, un bey imponente con bordes metálicos y un diseño que exudaba poder, brilló bajo la luz del sol. Su presencia era intimidante, pero también emocionante.
Xavier: "Este es Escalibur. No es solo un bey, es una extensión de mi entrenamiento, mi dedicación y mi espíritu como blader. Prepárate, Lincoln, porque no me contendré."
Ambos se posicionaron en lados opuestos de una arena cercana. Pri observaba con una mezcla de emoción y preocupación, sabiendo que esta sería una prueba difícil para Lincoln.
Xavier: "A la cuenta de tres. ¿Listo?"
Lincoln: "Listo."
Xavier y Lincoln: "¡Tres, dos, uno… lanzamiento!"
Ambos beys fueron lanzados con fuerza, cayendo en la arena con un impacto que hizo vibrar el aire a su alrededor. Escalibur tomó la delantera rápidamente, moviéndose con velocidad y precisión, mientras el bey de Lincoln se mantenía en el centro, buscando resistir los ataques iniciales.
Xavier: "Escalibur, ataque directo."
El bey de Xavier se lanzó como un torbellino hacia el centro, golpeando al bey de Lincoln con una fuerza que lo hizo tambalearse. Lincoln apretó los dientes, intentando mantenerse concentrado.
Lincoln: "¡Resiste! No dejes que te saque del centro."
El bey de Lincoln logró estabilizarse, pero Escalibur no dio tregua, golpeándolo una y otra vez con movimientos rápidos y calculados. Cada impacto parecía más fuerte que el anterior.
Pri (gritando desde el costado): "¡Lincoln, tienes que contraatacar! ¡No puedes quedarte solo defendiendo!"
Lincoln asintió, tomando un riesgo.
Lincoln: "¡Ahora! ¡Ataque lateral!"
El bey de Lincoln salió de su posición defensiva, lanzándose hacia Escalibur con un movimiento en diagonal. Logró golpearlo, desviando su trayectoria por un momento. Xavier arqueó una ceja, ligeramente impresionado.
Xavier: "Nada mal. Tienes algo de instinto, pero eso no será suficiente. Escalibur, muéstrale tu verdadero poder."
De repente, Escalibur comenzó a moverse con una velocidad aún mayor, rodeando al bey de Lincoln en círculos antes de lanzarse con un golpe devastador. El impacto hizo que el bey de Lincoln retrocediera hacia el borde de la arena.
Pri (alarmada): "¡Cuidado, Lincoln! ¡No dejes que te saque!"
Lincoln intentó recuperar el control, pero Xavier sonrió, sabiendo que era el momento de terminar la batalla.
Xavier: "Ahora es el momento de mostrarte lo que significa ser un verdadero blader. ¡Escalibur, invoca tu bestia bey!"
Una intensa energía envolvió a Escalibur, y de repente, una figura espectral emergió del bey. Era la bestia bey de Escalibur, una imponente figura de un caballero medieval con una espada brillante que parecía capaz de cortar cualquier cosa. Pri y Lincoln quedaron boquiabiertos al ver la manifestación.
Pri (asombrada): "¡Una bestia bey! ¡Es increíble!"
La bestia bey cargó hacia el bey de Lincoln con un poder abrumador, liberando un ataque final que resonó como un trueno. El bey de Lincoln no pudo soportar la fuerza del impacto y estalló en piezas, rodando fuera de la arena.
Lincoln (sorprendido, pero emocionado): "¡Wow…! Eso fue increíble."
Xavier recogió a Escalibur y caminó hacia Lincoln, extendiéndole la mano.
Xavier: "Perdiste, pero no fue en vano. Tienes potencial, Lincoln. Solo necesitas entrenar más y aprender a conectarte con tu bey. Tal vez, algún día, tú también puedas invocar a tu propia bestia bey."
Lincoln estrechó la mano de Xavier, con una mezcla de admiración y determinación.
Lincoln: "Gracias, Xavier. Esto fue una lección increíble. No me rendiré."
Pri se acercó, sonriendo a Lincoln.
Pri: "Hiciste un buen trabajo, Lincoln. Ahora sabemos lo que necesitamos mejorar. ¡Vamos a entrenar más duro!"
Fin del capítulo
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