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propuesta y preparación

Pasaban los días y las semanas, y Lincoln, Pri y Ryota entrenaban sin descanso, mejorando sus habilidades a pasos agigantados. Cada día, se reunían en el campo de entrenamiento, perfeccionando sus técnicas y probando nuevas estrategias con sus beyblades. El sonido de los beyblades girando se convirtió en la banda sonora de su rutina, y los tres se empujaban mutuamente a ser mejores.

Pri estaba avanzando rápidamente. Su habilidad para controlar su beyblade y anticipar los movimientos de su oponente era impresionante. Su bey se movía con una fluidez que le permitía esquivar ataques y lanzar contraataques con una precisión impresionante. Su confianza crecía con cada victoria, y su enfoque en cada batalla era casi imparable.

Ryota no se quedaba atrás. Había alcanzado un nivel de destreza impresionante con su beyblade, y su habilidad para invocar su bestia bey era casi automática. A lo largo de las semanas, su control sobre su bestia bey mejoraba, y su destreza en combate seguía siendo inigualable. Aunque no lo mostraba abiertamente, se podía ver en sus ojos la satisfacción de saber que cada día mejoraba.

Sin embargo, Lincoln aún no lograba invocar su bestia bey, a pesar de todos sus esfuerzos. Por más que lo intentaba, no lograba conectar con la energía necesaria para liberar a su bestia. Su beyblade, Ryujin Dragonguard, era poderoso, pero sentía que le faltaba algo. Había días en los que se sentía frustrado, preguntándose qué estaba haciendo mal.

En uno de esos días, Lincoln se quedó observando su beyblade girar en la arena, sintiendo que algo dentro de él le impedía dar el siguiente paso. No podía entender por qué no lograba invocar a su bestia bey. Se concentró, intentó canalizar su energía, pero el resultado fue el mismo: el bey continuaba girando sin mostrar señales de la conexión que tanto deseaba.

Pri, al ver la frustración de su amigo, se acercó a él con una sonrisa amigable.

Pri: "No te preocupes, Lincoln. Lo lograrás. Todos tenemos algo único que nos hace diferentes, y tu bey lo sabe. Solo sigue intentándolo, y en el momento menos esperado, lo conseguirás."

Ryota, que había estado observando la escena en silencio, asintió y dio un paso adelante.

Ryota: "No te detengas ahora, Lincoln. Todos estamos mejorando, y lo que falta es solo un poco más de concentración. Tu beyblade es fuerte, pero necesitas confiar en ti mismo tanto como en tu bey. Cuando lo hagas, verás que todo encajará."

Aunque Lincoln no podía evitar sentir cierta frustración, las palabras de Pri y Ryota lo motivaron a seguir adelante. Sabía que no podía rendirse. Cada entrenamiento, cada intento, lo estaba acercando más a su objetivo. Así que, con renovada determinación, se preparó para seguir entrenando y, finalmente, descubrir lo que necesitaba para liberar a su bestia bey.

Los tres continuaron entrenando con el paso de los días, cada uno en su propio proceso de mejora, pero siempre apoyándose mutuamente. Sabían que, tarde o temprano, Lincoln también lograría invocar su bestia bey, y juntos serían un equipo invencible.

Lincoln seguía entrenando en el estadio en el patio de la casa de Pri, su cuerpo agotado por horas de práctica. El sonido de su beyblade chocando contra el suelo resonaba una y otra vez, pero no lograba invocar su bestia bey. Cada intento parecía fallar, y el cansancio comenzaba a hacer mella en él. La frustración lo invadía, pero no quería rendirse. Tenía que seguir, tenía que mejorar.

En ese momento, Pax apareció en el acceso al estadio, viendo a Lincoln entrenar de forma solitaria. Con un paso tranquilo, se acercó a él, y, al notar el esfuerzo y cansancio de Lincoln, le preguntó con voz suave pero curiosa:

Pax: "Oye, Lincoln, ¿qué te pasa? Te ves agotado, ¿todo bien?"

Lincoln levantó la mirada, con el rostro sudoroso y las manos temblorosas por el esfuerzo. Sus ojos reflejaban un poco de frustración, pero intentó sonreír.

Lincoln: "Solo... no puedo lograrlo. He estado entrenando todo el día, pero no consigo invocar mi bestia bey. He intentado de todo, pero no pasa nada."

Pax se detuvo frente a él, observando la escena. Conocía bien la determinación de Lincoln, y sabía lo importante que era para él lograrlo. Aunque Pri no estaba cerca en ese momento, Pax también había visto el esfuerzo de su hermana y sus amigos. Decidió acercarse y ofrecer algunas palabras.

Pax: "Mira, Lincoln, todos pasan por momentos así. Los grandes logros no se alcanzan de inmediato. Es un proceso. Tienes que aprender a confiar en ti mismo, no solo en tu bey, sino en todo lo que has hecho hasta ahora. Eso es lo que te hará superar este obstáculo."

Lincoln suspiró, pasando su mano por su frente, limpiando el sudor.

Lincoln: "Lo sé, Pax... pero a veces siento que algo me está deteniendo. No sé qué, ni por qué. He estado entrenando tanto, pero mi beyblade no responde."

Pax sonrió, viendo la lucha interna en los ojos de Lincoln.

Pax: "El hecho de que no te rindas es lo que más importa. El tiempo y el esfuerzo te llevarán lejos, créeme. Si necesitas descansar un poco, tómate tu tiempo. Los mejores logros no vienen cuando más lo forzamos, sino cuando menos lo esperamos. Dale un respiro a tu mente y tu cuerpo, y pronto lo lograrás."

Justo en ese momento, se escuchó el sonido de la ducha dentro de la casa, indicándole a Lincoln que Pri estaba terminando de bañarse. Pero antes de que pudiera responder, Pax le dio un ligero toque en el hombro.

Pax: "No dejes que este pequeño tropiezo te haga perder la perspectiva. Tienes todo lo que necesitas para lograrlo. Solo es cuestión de tiempo."

Lincoln, aunque aún un poco agotado, se sintió algo aliviado por las palabras de Pax. Sabía que no estaba solo en este viaje, y que sus amigos siempre estarían ahí para apoyarlo. Decidió tomarse un pequeño descanso para recargar energías y seguir adelante con más determinación.

Mientras Lincoln se quedaba pensativo, todavía procesando las palabras de Pax, la puerta de la casa se abrió lentamente. Pri apareció, con su pijama puesta y el cabello aún mojado, cayendo en pequeñas gotas sobre sus hombros. Al ver a Lincoln y Pax conversando, se acercó con una expresión curiosa.

Pri: "¿Qué pasa, chicos? Parecen muy serios para estar entrenando tan tarde..."

Lincoln, un poco sorprendido por la aparición de Pri, se limpió el sudor de la frente y trató de sonreír.

Lincoln: "Oh, nada... solo estaba entrenando un poco más. No he podido invocar mi bestia bey aún, a pesar de todos mis intentos. Me siento un poco frustrado."

Pri, al ver la preocupación en los ojos de Lincoln, se acercó a él, aun con el cabello mojado y desordenado por la ducha, pero con una actitud tranquila. Su mirada reflejaba comprensión, y decidió sentarse junto a ellos.

Pri: "No te preocupes, Lincoln. Todos pasamos por momentos como ese. Tienes que confiar en tu bey y en ti mismo. No siempre todo va a salir como esperas, pero eso no significa que debas rendirte."

Pax, viendo la situación, aprovechó la oportunidad para añadir algo más.

Pax: "Exacto. A veces, lo más importante es descansar un poco y despejar la mente. El estrés solo bloquea el progreso. Si necesitas un respiro, Lincoln, tómate tu tiempo. El progreso viene cuando menos lo esperas."

Pri miró a Lincoln con una sonrisa ligera, mostrándole apoyo.

Pri: "Vamos, toma un pequeño descanso. No todo tiene que ser perfecto ahora mismo. Lo que importa es que sigas adelante, sin importar lo lento que sea el proceso. Estoy segura de que lo lograrás."

Lincoln asintió, sintiéndose un poco mejor por las palabras de sus amigos. Decidió que tomaría un respiro y relajaría un poco su mente. Después de todo, sabía que no podía forzar las cosas, y que la paciencia también era parte del proceso.

Pri: "¿Sabes qué? Después de este descanso, podríamos hacer algo divertido para distraernos un poco, ¿qué te parece? Tal vez podamos planear algo para la próxima vez que entrenemos juntos."

Pax, sonriendo, agregó con tono juguetón:

Pax: "¡Sí, pero sin tanto estrés! Es importante disfrutar del viaje también."

Con el ánimo de Lincoln un poco elevado por el apoyo de Pri y Pax, aceptó tomar un descanso, sintiendo que, aunque aún quedaba trabajo por hacer, no estaba solo en su camino.

Ya más tarde

Lincoln llegó a su casa cansado, pero satisfecho con su día de entrenamiento. A medida que se dirigía a su habitación, pensaba en todo lo que había pasado y en cómo su progreso en el mundo de los beys estaba mejorando poco a poco. Aunque aún no lograba invocar su bestia bey, se sentía agradecido por la ayuda que Pri y Ryota le habían brindado. Sin embargo, al llegar a su habitación, algo en su interior le decía que aún tenía mucho que aprender y mucho que dar.

Mientras tanto, en la habitación de Pri, ella estaba sentada en el borde de su cama, mirando su bey con una sonrisa tranquila. El sonido suave de la lluvia contra la ventana llenaba la habitación, creando una atmósfera relajante mientras ella le hablaba a su bey, como si fuera una conversación entre viejos amigos.

Pri (sonriendo mientras acariciaba su bey): "Sabes, Lincoln es realmente genial. Siempre está tan motivado, tan comprometido con sus entrenamientos. Incluso cuando las cosas no salen como espera, no se rinde. Yo, personalmente, creo que es una persona increíble. En todo lo que me ha ayudado, ha sido más que un compañero. Ha sido como un hermano para mí. Él... ¡debería ver lo que es capaz de lograr! No solo en las batallas, sino en la forma en que inspira a los demás."

La voz de Pri era suave, llena de cariño y admiración por el esfuerzo constante de Lincoln. Se dio cuenta de que, aunque él aún no había alcanzado todo su potencial con el bey, su dedicación era más que suficiente para que Pri lo viera como un verdadero ejemplo de esfuerzo y perseverancia.

Pri: "Cada vez que veo a Lincoln, veo a alguien que nunca se detiene, que siempre da lo mejor de sí, no solo para ganar, sino para ayudar a los demás a mejorar. Es el tipo de persona que realmente hace que todo valga la pena. Y aunque él no lo sepa, siempre me ha dado ese impulso para seguir adelante. Gracias a él, siento que yo también puedo ser mejor."

Pri acarició su bey por última vez antes de guardarlo en su estuche, su mente llena de pensamientos sobre Lincoln y lo que significaba para ella. Sabía que él aún no podía invocar su bestia bey, pero confiaba en que, con el tiempo, lo lograría. Después de todo, el verdadero poder no solo se encontraba en el bey, sino en la voluntad de seguir luchando.

Mientras tanto, Lincoln se encontraba en su habitación, quieto, pensando en lo que había dicho Pri antes y cómo él mismo podía mejorar. Aunque su camino todavía no estaba claro, sentía que no estaba solo en su lucha.

Pri estaba sentada en su habitación, reflexionando sobre lo que había hablado con su bey, cuando escuchó un ligero golpeteo en la puerta.

Pri (levantándose y gritando):
"¡Pase!"

La puerta se abrió lentamente y apareció su hermano Pax, con una expresión seria en el rostro. Pri lo miró, notando que parecía algo tenso, lo que le hizo preguntarse qué podría estar pasando.

Pax (cerrando la puerta tras de sí y acercándose a Pri):
"Pri... hay algo que he estado guardando. Algo importante que necesitas saber."

Pri (curiosa y algo intrigada):
"¿Qué pasa, Pax? ¿Por qué tan serio? Estás asustándome."

Pax (sonriendo ligeramente, pero tratando de mantener la calma):
"Tranquila, no es nada malo, pero es algo que podría cambiar las cosas. En unas semanas, te enfrentarás a un grupo de bleyder. Serán cuatro miembros, y lo que es aún más interesante, será un reto realmente grande."

Pri (emocionada y con los ojos brillando):
"¡¿Un equipo de cuatro bleyder?! Eso suena increíble. Siempre he querido demostrar lo que soy capaz de hacer, ¡esto será mi oportunidad!"

Pax (asintiendo, pero con un tono serio):
"Lo sé, y por eso he estado esperando el momento adecuado para decírtelo. Este enfrentamiento es importante, pero también lo es lo que viene después. Tienes que estar completamente lista para ello. Es un desafío que te pondrá a prueba."

Pri (con determinación, sonriendo):
"¡Estoy más que lista, Pax! ¡No puedo esperar para enfrentarlos y demostrarles que no soy solo una rival, sino una verdadera competidora! Este es mi momento."

Pax (sonriendo satisfecho con la respuesta de su hermana):
"Me alegra ver que estás tan motivada, Pri. Tengo plena confianza en ti. Pero recuerda, no es solo una batalla para ganar, es una oportunidad para mejorar y llevar tu juego al siguiente nivel."

Pri (asintiendo con firmeza):
"Lo sé. ¡Voy a dar lo mejor de mí! Gracias por contarme, Pax. ¡Este será un enfrentamiento inolvidable!"

Pax le dio una última mirada aprobatoria antes de salir de la habitación, dejando a Pri con una sonrisa confiada en su rostro. Mientras tanto, Pri ya comenzaba a planear su entrenamiento y lo que tendría que hacer para estar más que preparada para el desafío que se avecinaba.

Ryota llegó a su casa, agotado por el día de entrenamiento, y saludó a su madre que estaba en la cocina.

Ryota (sonriendo mientras entra):
"¡Hola, mamá!"

Madre de Ryota (desde la cocina, sin mirar, sonriente):
"Hola, Ryota. ¿Cómo te fue hoy con el entrenamiento? ¿Avanzaste un poco más?"

Ryota (asintiendo mientras se quita la chaqueta):
"Sí, más o menos. Estoy mejorando, pero todavía me falta mucho para invocar mi bestia bey como Daigo... Aunque voy a seguir intentándolo."

Mientras Ryota se dirigía al salón, sus ojos se posaron en una estantería donde había una vieja foto enmarcada. Era una foto de cuando él y su hermano Daigo eran pequeños. En la imagen, ambos estaban sonriendo ampliamente mientras sostenían sus belyders, mostrando la conexión que siempre habían tenido con el mundo de los beys.

Ryota se acercó a la estantería, mirando la foto con nostalgia.

Ryota (murmurando para sí mismo):
"Daigo... siempre has sido el mejor. No sé si algún día podré llegar a ser como tú."

En ese momento, Ryota escuchó el sonido de la televisión encenderse. Al mirar hacia la pantalla, se dio cuenta de que estaban mostrando un enfrentamiento importante. Era un combate de Daigo contra otro bleyder de renombre, conocido por su estilo de batalla único.

Ryota (suspirando mientras se sienta frente a la tele):
"Este es un enfrentamiento épico... nunca me canso de verlo."

En la pantalla, Daigo estaba en medio de una batalla feroz, con su bey brillando mientras giraba con una potencia impresionante. El otro bleyder, igualmente talentoso, respondía con movimientos sorprendentes. La habilidad y la estrategia de Daigo eran innegables, y Ryota no podía evitar admirarlo.

Ryota (en voz baja, con determinación):
"Un día, también quiero estar allí, enfrentándome a los mejores. Quizás... solo quizás... logre alcanzar ese nivel."

La pantalla de la televisión mostraba la feroz competencia mientras Daigo hacía un movimiento final que le aseguraba la victoria, dejando claro por qué era uno de los bleyder más respetados.

Ryota observó con una mezcla de admiración y envidia, pero con una resolución renovada. Sabía que el camino para llegar a ese nivel no sería fácil, pero estaba decidido a no rendirse.

Ryota (sonriendo, mirando la foto de él y Daigo):
"Voy a seguir entrenando, Daigo. Algún día... llegaré allí."

En una soleada tarde en España, Volt Aoi estaba sentado en una terraza de un café, disfrutando de una bebida fría mientras su teléfono móvil sonaba en su bolsillo. Lo sacó rápidamente y vio que era Wakiya. Sonrió, sabiendo que Wakiya siempre tenía algo interesante que contar.

Volt (contestando la llamada, alegre):
"¡Hola, Wakiya! ¿Qué tal?"

Wakiya (en el otro lado, su voz tranquila pero con algo de diversión):
"Hey, Volt. Estaba pensando en ti, ya que escuché algo interesante. Parece que varios grupos de bleyder novatos se van a enfrentar en una batalla no oficial en un par de días. ¿Te parece emocionante?"

Volt, que había estado entrenando con más intensidad últimamente, se sentó más erguido, con los ojos brillando de emoción.

Volt (entusiasmado):
"¡¿Novatos?! ¡Eso suena genial! Me encantaría ver cómo se desenvuelven en un combate real. ¡Siempre es emocionante ver a los nuevos bleyder mostrando lo que tienen! Creo que podría aprender algo de ellos también. ¡No puedo esperar!"

Por otro lado, Wakiya, que estaba acostumbrado a las batallas de alto nivel y a los bleyder más experimentados, no parecía tan impresionado.

Wakiya (con tono un poco escéptico):
"¿Emocionado por una batalla de novatos? No sé, Volt. Yo pensaba que ya no te emocionaban tanto esos enfrentamientos, ¿no estás más allá de eso? Es solo una batalla no oficial, no hay mucho en juego."

Volt no dejó que las palabras de Wakiya lo desanimaran. De hecho, su entusiasmo creció aún más. Para él, cada batalla, incluso si era entre novatos, era una oportunidad para disfrutar del juego y aprender. Además, le gustaba ver cómo los bleyder más jóvenes se desafiaban a sí mismos y progresaban.

Volt (con una sonrisa confiada):
"Lo que me emociona no es solo ganar o perder, Wakiya. Es ver cómo cada bleyder pone su corazón en cada movimiento. Cuando comencé, yo también era un novato, ¿recuerdas? Y esas batallas eran emocionantes. Además, nunca se sabe qué nuevas estrategias o ideas pueden surgir. Los bleyder novatos también pueden sorprender."

Wakiya hizo una pausa, dejando que las palabras de Volt calaran hondo. Aunque no compartía el mismo entusiasmo por las batallas de novatos, entendía lo que Volt quería decir. Volt siempre había tenido una visión optimista del mundo del beyblade, viendo algo valioso en todos los aspectos de este deporte.

Wakiya (más calmado, pero con una ligera sonrisa):
"Bueno, supongo que tienes razón. Verlos pelear puede ser interesante, incluso si no es lo mismo que enfrentarme a los mejores. Supongo que me acostumbré a batallas más... intensas."

Volt asintió con una sonrisa amplia, pero antes de que pudiera responder, Wakiya cambió de tema.

Wakiya (con tono algo más serio):
"Por cierto, ¿cómo te fue con Sasha Gusten? ¿La compañera de BC Sol? Ya sabes, esa cita que me mencionaste la última vez. ¿Todo bien?"

Volt se sorprendió un poco por el cambio repentino de tema, pero estaba feliz de hablar de ello. Sasha Gusten había sido una compañera de equipo en su tiempo en BC Sol, y aunque ahora sus caminos habían tomado rumbos diferentes, la relación entre ellos había sido siempre bastante especial.

Volt (sonriendo tímidamente, un poco avergonzado):
"Ah, Sasha... sí, bueno... la cita fue... ¡increíble! Honestamente, no me lo esperaba. Sabes, siempre fue una de mis compañeras más cercanas en BC Sol, y aunque las cosas cambiaron cuando nos separamos, nos entendemos muy bien. Fue algo relajado, estuvimos charlando de viejos tiempos, de cómo todo ha cambiado desde que comenzamos con el beyblade."

Wakiya (con una ligera sonrisa, notando el cambio en la voz de Volt):
"Ah, ¿así que fue una cita de nostalgia? Qué interesante. Me imagino que, por un momento, volviste a esos días en los que estabas entrenando con ella. ¿Hubo algo más que deberíamos saber?"

Volt rió suavemente, sin dejar de recordar ese momento con Sasha. En ese encuentro, había algo más que simplemente recordar viejos tiempos. Había una conexión que nunca se había perdido, y a pesar de las nuevas metas y los cambios en sus vidas, había una chispa que se mantenía viva.

Volt (mirando hacia el horizonte mientras hablaba):
"Sí, algo así. Pero también hablamos mucho sobre el futuro, y cómo seguimos nuestras propias rutas. Pero, honestamente, no me esperaba que estuviéramos tan cómodos. Como si nada hubiera cambiado entre nosotros. Me hizo pensar que, aunque nuestras carreras de beyblade han tomado diferentes direcciones, siempre será una gran amiga."

Wakiya escuchó atentamente, sabiendo que Volt no hablaba con frecuencia de sus relaciones personales, por lo que las palabras de Volt le parecían sinceras.

Wakiya (con tono serio, pero amigable):
"Me alegra escuchar eso. Es importante mantener esas conexiones, incluso cuando el tiempo y la distancia nos cambian. Ya veremos qué pasa con eso, Volt. Pero no olvides que siempre tendrás un lugar en la élite del beyblade. Sasha y todos los demás son parte de tu historia, pero ahora te tienes que concentrar en tu futuro."

Volt asintió, agradecido por las palabras de Wakiya. Era cierto que el beyblade siempre había sido una parte importante de su vida, pero sus relaciones con las personas a su alrededor también lo eran. Ya fuera en una cita con Sasha o en una batalla contra un novato, Volt estaba listo para enfrentar cualquier desafío con una sonrisa.

Volt (con determinación):
"Tienes razón, Wakiya. Y quién sabe, tal vez después de esa batalla con los novatos, podamos enfrentarnos de nuevo. Ya sabes, para ver quién es el mejor."

Wakiya (con una sonrisa competitiva):
"Eso me gustaría, Volt. Pero no olvides que no soy tan fácil de vencer."

Volt rió, disfrutando de la conversación con Wakiya, mientras su mente comenzaba a pensar en el próximo reto que se les venía a todos. Aunque la batalla con los novatos era solo una muestra de lo que estaba por venir, para Volt, cada enfrentamiento era una oportunidad para crecer y aprender, y no importaba si era un novato o un viejo amigo.

Volt (sonriendo, con determinación):
"Ya veremos, Wakiya. Ya veremos."

Fin del capítulo

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