nuevo integrante
Pasaron los días, y tanto Lincoln como Pri dedicaron cada momento libre a intentar atraer nuevos miembros al club. Lincoln, con su energía característica, ideaba formas creativas para llamar la atención de los demás estudiantes. Organizaba pequeñas demostraciones en el patio, hacía carteles llamativos e incluso intentaba hablar directamente con algunos de sus compañeros. Sin embargo, todos parecían rechazar la idea con burlas o indiferencia.
Por su parte, Pri tampoco se daba por vencida. Aprovechaba los descansos y los cambios de clase para hablar con estudiantes que pensaba podrían interesarse, explicando con entusiasmo las actividades del club y lo divertido que podía ser formar parte de él. Pero la respuesta era siempre la misma: desinterés y, en algunos casos, comentarios despectivos.
Un día, después de varios intentos fallidos, Lincoln y Pri se encontraron en el aula vacía del club. Ambos estaban visiblemente cansados, pero ninguno quería admitirlo. Pri suspiró, dejando caer un montón de volantes sobre la mesa.
Pri: "Esto no está funcionando. Nadie quiere unirse, Lincoln. Es como si hablaran en serio cuando dicen que nuestro club es una pérdida de tiempo."
Lincoln, sentado en una silla con los brazos cruzados, negó con la cabeza, aunque su expresión mostraba una leve frustración.
Lincoln: "No podemos rendirnos todavía. Aún tenemos tiempo. Tal vez... tal vez necesitamos un enfoque diferente. Algo más grande, algo que haga que todos vean lo genial que es esto."
Pri lo miró, intentando compartir su entusiasmo, pero el peso del rechazo constante empezaba a afectarla.
Pri: "¿Y si no importa lo que hagamos? Parece que la gente ya nos juzgó antes de siquiera darnos una oportunidad. Tal vez... tal vez no estamos hechos para esto, Lincoln."
Lincoln se enderezó, mirándola con determinación.
Lincoln: "No digas eso, Pri. Todo lo que vale la pena siempre es difícil al principio. Solo necesitamos encontrar a las personas adecuadas. Las que realmente entiendan lo que queremos hacer aquí."
Pri intentó sonreír, pero el cansancio era evidente en su rostro.
Pri: "Ojalá tengas razón, Lincoln. Porque, sinceramente, esto empieza a sentirse como una lucha sin sentido."
Ambos se quedaron en silencio por un momento, mirando los volantes en la mesa, preguntándose qué más podían hacer. A pesar de todo, Lincoln no estaba dispuesto a rendirse, y Pri, aunque agotada, sabía que no podía abandonar a quien tanto estaba haciendo por ella.
Los días seguían pasando, y Pri y Lincoln no dejaban de pensar en ideas para atraer nuevos miembros al club. A pesar de sus esfuerzos, parecía que nada funcionaba. Pri había intentado todo, desde hacer carteles llamativos hasta hablar con algunos estudiantes, pero la mayoría de ellos solo se reían o simplemente pasaban de largo. Lincoln también había hecho su parte, tratando de convencer a algunos de sus compañeros, pero el resultado siempre era el mismo: nadie se unía al club.
Sentados en la sala, rodeados de papeles y notas con ideas que nunca llegaron a ser tan impactantes como esperaban, ambos se sentían frustrados. Pri pasaba la mano por su cabello, observando las ideas escritas en el papel, mientras Lincoln se rascaba la cabeza, sintiendo la presión de tener que encontrar una forma de hacer que las personas se unieran.
Pri: "Nada de esto parece funcionar. Tal vez debamos rendirnos, Lincoln."
Lincoln (con una ligera sonrisa): "No podemos rendirnos ahora, Pri. Aún tenemos tiempo. Tenemos que pensar en algo más grande, algo que realmente los atraiga. No podemos dejar que las burlas nos detengan."
Pri asintió, aunque su expresión mostraba inseguridad. Había pasado tanto tiempo intentando convencer a los demás de lo genial que era el club, pero nada parecía funcionar. En ese momento, una leve molestia hizo que se detuviera a pensar en otra posible solución.
Fue cuando, de repente, se oyó un suave golpe en la puerta.
Pri (mirando a Lincoln): "¿Quién será a esta hora?"
Lincoln (levantándose): "No lo sé, pero vamos a ver."
Lincoln caminó hacia la puerta y la abrió. Al otro lado, se encontraba un chico que, al instante, captó la atención de ambos. Tenía el cabello negro, estilizado hacia arriba, y unos ojos grises que parecían observar todo con intensidad. Llevaba una camiseta de color oscuro, y en su mano, sostenía una caja que parecía ser una caja de beyblade.
El chico miró a Lincoln y Pri por un momento, luego sonrió con confianza antes de hablar.
Chico: "¿Este es el club de beyblades?"
Pri y Lincoln intercambiaron una mirada, sorprendidos por la llegada de alguien más interesado en su club. Pri fue la primera en reaccionar, sus ojos se abrieron ligeramente al reconocer al chico.
Pri (sorprendida): "¡Ryota Kurogami!"
El chico sonrió con una leve inclinación de cabeza.
Ryota: "Así es. Mi nombre es Ryota Kurogami. Escuché hablar de este club, así que decidí venir a echar un vistazo."
Pri no podía creer lo que oía. Ryota Kurogami, el hermano menor de Daigo Kurogami, uno de los bladers más conocidos en la ciudad, estaba justo frente a ella. Daigo, su hermano mayor, siempre había sido una figura muy respetada en el mundo de beyblade, y ahora, el hermano menor parecía querer unirse al club.
Pri (con una sonrisa nerviosa): "¡Eres el hermano de Daigo! Nunca pensé que alguien como tú se interesaría en un club escolar como este."
Ryota (sonriendo con arrogancia): "Bueno, a veces es bueno salir de las sombras de un hermano mayor, ¿no? Además, me dijeron que este club no es como los demás. ¿Es cierto eso?"
Lincoln, que había estado observando la conversación en silencio, dio un paso hacia adelante con una sonrisa llena de entusiasmo.
Lincoln: "Claro que sí. Este no es solo un club cualquiera. Aquí estamos para disfrutar del verdadero espíritu del beyblade, para compartir desafíos y mejorar juntos. Si te unes, te aseguro que no te arrepentirás."
Ryota asintió, mirando alrededor con una ligera curiosidad. De repente, con un gesto rápido, abrió la caja que traía y sacó su beyblade.
Ryota: "Este es mi beyblade: Doomscizor. Es un bey con mucho poder. Si vas a unirte a este club, quiero ver qué tan en serio lo toman."
Pri y Lincoln observaron con asombro el beyblade que Ryota había sacado. Era un diseño impresionante, con piezas afiladas y una apariencia intimidante. Doomscizor parecía tener una fuerza increíble.
Pri (admirando el bey): "Vaya, ese es un bey impresionante, Ryota."
Ryota (con una sonrisa confiada): "No es para menos. Pero bueno, no me interesa tanto lo que pueda hacer este bey. Lo que quiero saber es si este club realmente tiene lo necesario para desafiarme. ¿Puedo contar con ustedes?"
Pri miró a Lincoln, quien había estado pensando en lo que Ryota decía. Sin pensarlo mucho, Lincoln se adelantó.
Lincoln: "Puedes contar con nosotros, Ryota. Este club está aquí para todos los que realmente aman el beyblade. Si eres de los que disfrutan de un buen desafío, este es el lugar perfecto."
Ryota asintió, claramente satisfecho con la respuesta. Entonces, dio un paso atrás y sonrió.
Ryota: "Bien. Entonces, tal vez me una. Pero quiero que lo demuestren. Si me convencen de que este club realmente tiene lo que se necesita para competir, contaré con ustedes."
Pri, aún sorprendida por la aparición de Ryota, no pudo evitar sentirse emocionada. Finalmente, alguien que entendía lo que el club podía ofrecer. Lincoln, por su parte, parecía estar más que dispuesto a aceptar el desafío.
Pri (sonriendo con determinación): "Te lo demostraremos, Ryota. Bienvenido al club."
Ryota miró a Pri y a Lincoln con una sonrisa confiada, sabiendo que la batalla iba a ser dura, pero seguro de que saldría victorioso. Con una mirada desafiante, se preparó para el duelo.
Ryota: "Bien, si quieren demostrar lo que valen, entonces tendré que ver cómo manejan la presión. ¡Que empiece la batalla!"
Pri y Lincoln se miraron, sabían que este enfrentamiento no sería fácil, pero la emoción los invadió. Estaban listos para todo, decididos a ganar para demostrar que su club no era una broma.
Lincoln (sonriendo): "¡Estamos listos, Pri! ¡Vamos a darlo todo!"
Pri: "¡Sí, vamos a ganar!"
Los tres se acercaron al centro de la arena, cada uno con su beyblade en mano. Ryota levantó su mano y, con un gesto desafiante, lanzó su beyblade, Doomscizor. El bey voló hacia el centro con un rugido feroz, girando a gran velocidad. Lincoln y Pri respondieron casi al mismo tiempo. Lincoln lanzó su beyblade, Ryujin Dragonguard, un bey equilibrado y resistente, mientras que Pri lanzó su beyblade, Pandora, cuyo color amarillo vibrante reflejaba la luz mientras comenzaba a girar con fuerza.
Los tres beyblades chocaron en el centro de la arena con un estallido, y la batalla comenzó con una intensidad abrumadora. Ryota, con una mirada calculadora, observaba cómo sus oponentes respondían a su ataque. Su Doomscizor era agresivo y rápido, pero aún no estaba seguro de cómo enfrentarse al equilibrio de Ryujin Dragonguard y la resistencia de Pandora.
Ryota (pensando): El bey de Lincoln tiene una excelente capacidad de adaptación, pero el de Pri... su defensa es impresionante. Será interesante ver cómo responden.
La batalla se intensificó, con los tres beyblades girando a velocidades vertiginosas. Pandora absorbió varios ataques de Doomscizor gracias a su resistencia, mientras que Ryujin Dragonguard esquivaba los ataques y contraatacaba con movimientos rápidos. La arena temblaba por los golpes, pero ninguno de los beyblades parecía estar cediendo.
De repente, Ryota hizo una señal con la mano y su beyblade comenzó a brillar con una luz rojiza. Fue entonces cuando Doomscizor invocó su Bestia Bey, una enorme figura de energía oscura que rodeó al beyblade, otorgándole una fuerza increíble. La bestia comenzó a moverse, atacando con furia y destrozando todo a su paso.
Ryota: "¡Ahora verán lo que puede hacer mi Doomscizor con su Bestia Bey! ¡Esto es el verdadero poder!"
En ese momento, Pri también activó su Bestia Bey, una forma de energía dorada que emergió de Pandora. La batalla estaba alcanzando su punto máximo de intensidad, con las dos bestias bey chocando y generando destellos de luz en todas direcciones.
Pero el impacto fue tan fuerte que, en el caos de las explosiones, las piezas de los beyblades comenzaron a volar por los aires, creando una lluvia de fragmentos. Los tres beyblades fueron expulsados de la arena por la fuerza de la colisión, girando fuera de control hasta que finalmente se detuvieron.
Lincoln (mirando incrédulo, sin entender lo que sucedió): "¿Qué pasó? ¿Por qué no pude invocar a mi Bestia Bey? ¿Qué me falta?"
Pri (preocupada, pero tranquila): "No te preocupes, Lincoln. A veces estas cosas pasan. Tenemos que entender cómo funciona todo mejor."
Ryota (con una sonrisa de victoria): "Es una lástima. Ustedes tienen potencial, pero todavía no están a mi nivel. Mi Doomscizor es simplemente superior."
Aunque Lincoln y Pri estaban decepcionados, sabían que habían dado lo mejor de sí. Ryota se acercó a ellos, aún con una sonrisa confiada, mientras recogía su beyblade.
Ryota: "Sigan practicando. Algún día tal vez lleguen a mi nivel, pero hoy no fue su día."
Aunque la batalla terminó con una explosión de energía y las piezas volando por el aire, Ryota había ganado. Lincoln, por su parte, se sentó en la arena, reflexionando sobre por qué no pudo invocar su Bestia Bey.
Lincoln (pensando, confundido): ¿Qué me falta? ¿Por qué no pude hacerlo?
Pri se acercó a él, apoyando una mano en su hombro para tranquilizarlo.
Pri: "Lo importante es que aprendimos mucho hoy. No te rindas, Lincoln. Vamos a descubrirlo juntos."
Con una leve sonrisa, Lincoln asintió. A pesar de la derrota, ambos sabían que este enfrentamiento no sería el último. La próxima vez, tal vez tendrían más suerte. Pero, por ahora, el desafío estaba terminado y Ryota había ganado.
Ryota, con una mirada pensativa, se acercó a ellos mientras guardaba su Doomscizor en su lanzador. La tensión en el aire era palpable, pero, para sorpresa de Lincoln y Pri, Ryota no parecía tan arrogante como antes. De hecho, su expresión mostraba una mezcla de respeto y algo de admiración.
Ryota (sonriendo de manera leve): "No me lo esperaba. De verdad, no pensé que serían tan buenos."
Lincoln y Pri se miraron, sin saber si escuchar bien. Habían dado lo mejor de sí en la batalla, pero la idea de que Ryota los estuviera elogiando parecía fuera de lugar, considerando lo competitivo que había sido durante todo el enfrentamiento.
Pri (en voz baja, sorprendida): "¿Qué...?"
Lincoln (mirando a Ryota, confundido): "¿Nos estás... elogiando?"
Ryota asintió, cruzando los brazos y mirando a ambos con una ligera sonrisa.
Ryota: "Sí. Ambos me sorprendieron. No solo por sus habilidades con los beyblades, sino también por su determinación. Superaron mis expectativas. Incluso después de que mi Doomscizor invocara la Bestia Bey, no se rindieron. Aprecio eso."
Pri y Lincoln se miraron de nuevo, claramente sorprendidos por las palabras de Ryota. A pesar de la derrota, parecía que había algo más en juego, algo más allá de la simple competencia. Ambos se sintieron un poco aliviados, pero también algo más confiados.
Ryota (con un tono más serio, pero amigable): "Por eso, he decidido quedarme en el club. No solo porque me divertí en la batalla, sino porque vi potencial en ambos. Tienen algo que no había visto antes. Si siguen entrenando, podría haber mucho más por descubrir. Así que, si me aceptan, me gustaría quedarme y ayudarles a mejorar."
Ambos, completamente sorprendidos, se quedaron callados un momento, procesando lo que acababa de decir. No esperaban que Ryota se uniera al club, después de todo lo que había dicho antes, pero la idea de que alguien tan talentoso estuviera dispuesto a ser parte de su equipo era algo que no podían dejar pasar.
Pri (después de un momento de silencio, sonriendo levemente): "¿De verdad estás considerando unirte al club?"
Ryota (asintiendo, con una sonrisa confiada): "Sí. Como dije, ustedes me sorprendieron. Tienen corazón, y creo que eso es más importante que cualquier cosa. Así que, ¿qué dicen? ¿Aceptan a un blader como yo?"
Lincoln (sonriendo también, con entusiasmo): "¡Claro que sí! Nos encantaría tenerte en el equipo. ¡Bienvenido a bordo, Ryota!"
Pri también asintió, su rostro mostrando una mezcla de sorpresa y alegría. Aunque la batalla no había salido como esperaban, el hecho de que Ryota hubiera reconocido su esfuerzo les dio una nueva motivación para seguir entrenando y mejorando.
Pri: "Sí, definitivamente. Esto va a ser increíble."
Ryota (con una ligera sonrisa en su rostro, pero sin perder su seriedad): "Está bien, chicos, ya vimos lo que podemos hacer, pero no basta con solo ganar. Tienen que mejorar mucho más si realmente quieren ser los mejores."
Pri (con una mirada decidida): "¡Lo sé! Estoy lista para la próxima, Ryota. Vamos a mejorar, lo prometo."
Lincoln (frotándose la cabeza con una sonrisa nerviosa): "¿Otra batalla entonces? ¡Estoy dispuesto a seguir! Necesito estar más preparado si quiero ganarte la próxima vez."
Ryota simplemente asintió con la cabeza, mientras veía a sus compañeros de equipo preparándose para otra ronda. Sabía que la lucha por mejorar nunca se detendría, pero para avanzar, todos debían estar en la misma página, y eso implicaba más que solo entrenar. Los desafíos reales aún estaban por venir, y el equipo debía estar listo para lo que viniera.
Ryota: "Sigamos practicando, pero tengan en cuenta que, por mucho que entrenemos entre nosotros, lo que realmente pondrá a prueba nuestra fuerza será el siguiente reto. No olviden que esto solo es el comienzo."
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Mientras tanto, en otro lado de la casa, en la habitación de Pax, la atmósfera era completamente diferente. Mientras el resto del equipo se concentraba en su entrenamiento, Pax estaba en su computadora, completamente absorbido en lo que estaba haciendo. De repente, su teléfono comenzó a sonar, indicando una videollamada entrante. Pax rápidamente contestó, y apareció en la pantalla Wakiya, el patrocinador que había estado observando al equipo.
Wakiya (con una expresión calculadora): "Pax, parece que las cosas van bien con tu equipo, pero sabes que para realmente destacarse, tienen que demostrarlo. No se trata solo de ganar entre ustedes, necesitan un reto más grande."
Pax frunció el ceño. Había estado esperando que Wakiya le diera algún tipo de orientación o desafío, pero este tipo de presión aún le sorprendía.
Pax: "¿Qué tipo de reto estás sugiriendo? ¿No estamos suficientemente preparados para un desafío serio?"
Wakiya (con una sonrisa confiada): "Quiero ver si tus chicos realmente tienen lo que se necesita para llegar lejos. Voy a enfrentarlos a un equipo de beybladers de cuatro miembros. Quiero ver cómo reaccionan ante un verdadero desafío."
Pax se quedó en silencio un momento, asimilando la noticia. A pesar de que su equipo había hecho progresos, nunca había enfrentado a un equipo tan grande, y mucho menos con tan poco tiempo para prepararse.
Pax: "¿Cuatro miembros? Eso es... eso es complicado. ¿Qué pasa si no estamos listos?"
Wakiya (con calma, mirando directamente a la cámara): "Tienes dos semanas para reunir a otros dos integrantes. Si tu equipo no es lo suficientemente bueno para enfrentarse a ellos, entonces eso es todo. No se necesita tener cinco miembros para esta batalla, pero necesito que me demuestren que valen la pena."
La presión en las palabras de Wakiya era innegable. Pax sabía que este reto no solo era importante para él, sino para todo el equipo. El futuro del club dependía de esta batalla.
Pax (tras un momento de reflexión, levantando la cabeza con determinación): "Lo entiendo. Vamos a reunir a los dos nuevos miembros, y vamos a ganar esa batalla. Esta vez no podemos fallar."
Wakiya (sonriendo de forma enigmática): "Eso espero, Pax. Nos vemos pronto."
Con la videollamada terminada, Pax dejó caer el teléfono sobre su escritorio. No había tiempo que perder, tenía que reunir a dos nuevos miembros para completar el equipo, y lo necesitaban pronto. Sabía que el desafío de Wakiya pondría a prueba no solo sus habilidades, sino también las de todos en el equipo. Pero Pax no iba a dejar que esto los detuviera. Había mucho en juego, y él estaba decidido a lograrlo.
Fin del capítulo
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