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estoy dentro

En un rincón del parque de Royal Woods, Lincoln, Pri y Ryota estaban sentados bajo la sombra de un gran árbol, con sus beyblades en la mesa frente a ellos. La charla giraba en torno a la próxima batalla de 4 vs 4 que tenían en puerta.

Pri (con los brazos cruzados, mirando su bey):
—Vale, mi hermano hizo su parte al conseguirnos esta oportunidad, pero con tres miembros no vamos a ningún lado. Necesitamos a alguien más, y rápido.

Ryota (frunciendo el ceño mientras gira su beyblade en la mano):
—Lo sé. Pero encontrar a alguien que encaje no es tan fácil. No basta con que sea fuerte, también tiene que poder trabajar en equipo.

Lincoln (con una sonrisa, levantando la mirada):
—Tengo a alguien en mente.

Pri (volteándose hacia Lincoln, sorprendido):
—¿De verdad? ¿Quién?

Lincoln (rascándose la nuca):
—Xavier. ¿Te acuerdas de él, Pri? Fue el chico que conocimos en el parque hace unas semanas.

Pri (abriendo los ojos, recordando):
—¡Oh, claro! ¡Ese tipo! Cómo olvidarlo... Nos dio una paliza en esa batalla. Su bey, Excaliburst, era increíblemente fuerte.

Ryota (mirando a ambos con curiosidad):
—¿Xavier? ¿Y quién es ese? Nunca he oído de él.

Lincoln (volviéndose hacia Ryota):
—Es un bleyder que conocimos aquí en el parque. Es fuerte, muy fuerte. Me enfrenté a él, y honestamente, no tuve ninguna oportunidad. Pri también vio la batalla.

Pri (asintiendo mientras habla con entusiasmo):
—Es cierto. No solo es fuerte, su estrategia es impecable. Cada movimiento parecía calculado para contrarrestar lo que hicieras. Cuando lanzó su ataque especial, fue como si ya supiera el resultado antes de que empezara la batalla.

Ryota (impresionado, pero escéptico):
—Parece alguien que sabe lo que hace. Pero, ¿crees que aceptaría unirse a nosotros? ¿Por qué no está en un equipo ya, si es tan bueno?

Lincoln (encogiéndose de hombros):
—No lo sé. No hablé mucho con él después de la batalla. Es un poco reservado. Pero no parecía alguien arrogante o imposible de tratar. Creo que, si le explicamos lo importante que es esta batalla para nosotros, podríamos convencerlo.

Pri (con una sonrisa):
—Además, él ama las buenas batallas. Estoy seguro de que no dirá que no a una oportunidad como esta.

Ryota (mirando a ambos):
—De acuerdo. ¿Pero dónde lo encontramos? Esa es la pregunta del millón.

Lincoln (pensativo):
—La última vez que lo vimos estaba aquí en el parque. Suelen pasar semanas entre sus apariciones, pero quizá tengamos suerte y lo encontremos.

Pri (añadiendo):
—Sí, y cuando lo vimos, estaba practicando solo, como si estuviera esperando a que alguien lo retara. No parece ser alguien que busque atención, pero su habilidad es innegable.

Ryota (cruzando los brazos):
—Entonces, si no está aquí, ¿tenemos algún otro lugar donde buscar?

Pri (pensando un momento):
—Podríamos intentar el centro comunitario. A veces los bleyder locales practican allí. Aunque Xavier no parece del tipo que le guste estar rodeado de gente...

Lincoln (poniéndose de pie):
—No importa dónde esté, tenemos que encontrarlo. Sin él, estamos en desventaja, y no pienso dejar que esta oportunidad se nos escape.

Ryota (sonriendo):
—Pues vamos. Si Xavier es tan bueno como dicen, vale la pena intentarlo.

Con una meta clara en mente, los tres chicos comenzaron a planear su búsqueda, con la esperanza de encontrar a Xavier antes de la gran batalla. Su equipo estaba incompleto, pero sabían que con la persona adecuada, podrían enfrentarse a cualquier desafío.

Mientras Lincoln, Pri y Ryota continuaban discutiendo sobre Xavier, Ryota sacó su teléfono y comenzó a buscar en internet para obtener más información sobre él. Tecleó el nombre con cuidado: Xavier Beyblade. Unos segundos después, su pantalla se llenó de resultados, imágenes y datos que lo dejaron atónito.

Ryota (con los ojos abiertos como platos):
—¡No puede ser! ¡Chicos, miren esto!

Pri (acercándose rápidamente):
—¿Qué encontraste?

Ryota (mostrándoles la pantalla):
—¡Xavier no es solo un bleyder fuerte! ¡Literalmente es un rey! Aquí dice que es el príncipe heredero de un reino europeo. ¡Es un bleyder profesional y ya ha participado en torneos oficiales!

Lincoln (parpadeando, incrédulo):
—¿Espera, qué? ¿Un rey? ¿Cómo no lo supimos antes?

Pri (también sorprendido):
—Eso explica por qué era tan fuerte y estratégico. Tiene entrenamiento de alto nivel.

Ryota (deslizando hacia abajo en su teléfono):
—¡Eso no es todo! Miren esto… Hace un tiempo participó en un torneo muy especial… ¡encima de un bote! Era un torneo único donde los bleyder tenían que demostrar su habilidad en condiciones extremas.

Lincoln (asombrado):
—¡Wow! ¿Y qué pasó en ese torneo?

Ryota (leyendo en voz alta):
—Dicen que Xavier llegó hasta las finales. El ganador de ese torneo tuvo la oportunidad de enfrentarse al campeón mundial, Volt Aoi, en una batalla especial.

Pri (con la boca abierta):
—¿Xavier estuvo tan cerca de enfrentarse a Volt? Eso es… impresionante.

Lincoln (con los ojos brillando):
—¡Y ahora podríamos tenerlo en nuestro equipo! ¡Esto es increíble!

Ryota (mirando a Lincoln):
—Eso si logramos convencerlo. No creo que alguien de su nivel quiera unirse a un equipo novato como el nuestro.

Pri (cruzándose de brazos, pensando):
—Tal vez, pero también sabemos que le gustan los retos. Si le presentamos esto como una oportunidad para divertirse y enfrentar algo diferente, puede que lo logremos.

Lincoln (con determinación):
—Entonces no hay tiempo que perder. Tenemos que encontrarlo y explicarle todo. No podemos dejar pasar esta oportunidad.

Ryota (cerrando su teléfono):
—De acuerdo, pero si él es tan importante como parece, probablemente no será tan fácil dar con él.

Pri (con una sonrisa confiada):
—Si está en Royal Woods, lo encontraremos. ¡Vamos, chicos!

Los tres chicos estaban más emocionados que nunca. Saber que Xavier no solo era un bleyder excepcional, sino también una figura importante en el mundo del Beyblade, les dio un motivo aún más fuerte para buscarlo y convencerlo de unirse a su equipo. El tiempo corría, y tenían que aprovechar cada segundo para encontrar al enigmático príncipe bleyder.

Lincoln, Pri y Ryota caminaban rápidamente hacia el parque, guiados por la esperanza de encontrar a Xavier. El rumor de que solía entrenar allí los llenaba de expectativas. Al llegar al parque, se dirigieron al estadio de Beyblade, un lugar concurrido, pero en ese momento, solo una figura destacaba en el centro de la acción.

Ahí estaba Xavier, enfocado y decidido, girando su beyblade repetidamente contra obstáculos improvisados que había colocado estratégicamente alrededor del estadio. Su técnica era impecable, y cada giro de su beyblade irradiaba un nivel de precisión y poder que los dejó sin palabras.

Ryota (murmurando):
—Es impresionante… incluso cuando solo está entrenando.

Pri (con los brazos cruzados):
—Sí… pero parece que no es solo fuerza. Mira cómo calcula cada lanzamiento.

Lincoln (sorprendido, pero decidido):
—No hay duda, es el mejor candidato para nuestro equipo. Tenemos que hablar con él ahora.

Los tres se acercaron lentamente al estadio. Xavier notó su presencia, pero no dejó de entrenar. Su beyblade golpeaba una serie de barreras metálicas, pasando a través de un pequeño túnel en el estadio antes de regresar con un movimiento curvo perfectamente calculado. Finalmente, Xavier levantó la mirada y les dedicó una breve sonrisa, sin perder la compostura.

Xavier:
—Vaya, parece que tengo espectadores. ¿Qué los trae aquí?

Lincoln (dando un paso al frente):
—Hola, Xavier. Soy Lincoln, y estos son Pri y Ryota. Hemos estado buscándote porque necesitamos tu ayuda.

Xavier (arqueando una ceja):
—¿Mi ayuda? ¿Para qué exactamente?

Pri (tomando la palabra):
—Es sobre una batalla especial que se avecina. Es un 4 contra 4, y necesitamos un cuarto miembro para completar nuestro equipo.

Xavier (cruzando los brazos):
—¿Un torneo de equipo? Interesante. Pero díganme, ¿por qué yo? Hay muchos bleyder aquí.

Lincoln (con seriedad):
—Porque eres increíble. Te vi en acción la última vez, y me quedó claro que eres alguien que puede marcar la diferencia en una batalla. Además…

Ryota (interrumpiendo):
—¡Sabemos quién eres en realidad! Buscamos información sobre ti, y descubrimos que no solo eres un bleyder talentoso, ¡sino también un rey! Participaste en torneos oficiales, incluso en el que el ganador podía enfrentarse a Volt Aoi.

Xavier se quedó en silencio por un momento, sorprendido de que supieran tanto sobre él. Luego sonrió ligeramente y dejó escapar una pequeña risa.

Xavier:
—Vaya, no puedo ocultar nada, ¿verdad? Pero ser un rey no significa que sea infalible. Y si participaron en ese torneo, también saben que no gané, ¿verdad?

Pri (con entusiasmo):
—¡Eso no importa! Lo que importa es tu habilidad y tu experiencia. No necesitamos un rey perfecto, necesitamos un compañero que comparta nuestra pasión por el Beyblade.

Lincoln (asintiendo):
—¡Exacto! No importa si hemos tenido derrotas o victorias antes, lo importante es lo que podemos lograr juntos como equipo.

Xavier observó la determinación en los rostros de los tres. Por un momento, pareció perdido en sus pensamientos, pero luego, con una sonrisa más amplia, se acercó al borde del estadio.

Xavier:
—Bien, tienen mi atención. Pero si quieren que me una a su equipo, tendrán que demostrarme que vale la pena.

Ryota (entusiasmado):
—¿Quieres decir que…?

Xavier:
—Tendrán que enfrentarse a mí en una batalla. Si demuestran que tienen lo necesario, consideraré unirme.

Lincoln (con una sonrisa):
—¡Hecho! No te decepcionaremos.

Pri (frotándose las manos):
—Esto será interesante.

Ryota sostuvo su lanzador firmemente, mirando a Xavier con determinación. Ambos sabían que no sería una batalla fácil, pero Ryota quería demostrar su valía.

Ryota:
—No sería justo si los tres te enfrentáramos al mismo tiempo, así que yo me encargaré. Será uno contra uno.

Xavier ajustó su lanzador, con una leve sonrisa confiada en su rostro.

Xavier:
—Me parece justo. Pero te advierto, no me contendré. Si vas a enfrentar a Excalibur, prepárate para lo peor.

Lincoln y Pri, desde el borde del estadio, intercambiaron miradas emocionadas.

Pri:
—Esto será increíble. Ambos tienen beys de ataque, así que podemos esperar una pelea llena de impactos brutales.

Lincoln:
—Ryota tiene talento, pero Excalibur es un bey legendario. Esto no será fácil.

Los dos bleyder se prepararon, alineando sus lanzadores mientras el ambiente se llenaba de tensión.

Todos:
—¡3, 2, 1… LET IT RIP!

Los beys volaron al estadio, girando a toda velocidad. Dimcisor y Excalibur chocaron de inmediato, generando chispas con cada impacto. Ambos beys eran increíblemente veloces y agresivos, lanzándose uno contra otro sin dar tregua.

Xavier:
—¡Excalibur, ataque frontal!

Excalibur se lanzó directamente hacia Dimcisor, su punta de ataque brillando con fuerza mientras impactaba. Dimcisor resistió el golpe, retrocediendo apenas unos centímetros antes de estabilizarse.

Ryota:
—¡Dimcisor, no te rindas! ¡Contraataque en espiral!

Dimcisor giró en un movimiento rápido, esquivando el siguiente ataque de Excalibur y golpeando con fuerza desde el costado. Ambos beys volaron brevemente en el aire antes de volver al estadio, girando con la misma intensidad.

Pri (emocionado):
—¡Esto está demasiado parejo! Ambos están peleando al límite.

Lincoln (tenso):
—Pero sabemos que Excalibur tiene un as bajo la manga. Ryota tendrá que tener cuidado.

De repente, el estadio comenzó a brillar mientras las bestias bey emergían. De Excalibur, un caballero radiante con una espada colosal apareció, su energía llenando el lugar con un aura imponente. De Dimcisor, una bestia con forma de dragón de cuernos largos y afilados rugió con fuerza, mostrando su propia ferocidad.

Xavier:
—¡Ahora verás la verdadera fuerza de Excalibur! ¡Corte Divino!

El caballero de Excalibur levantó su espada, concentrando energía antes de lanzar un golpe devastador hacia Dimcisor.

Ryota:
—¡Dimcisor, resiste! ¡Lanza un golpe giratorio!

El dragón de Dimcisor intentó bloquear el ataque con su cola, pero el poder de Excalibur era abrumador. El impacto fue tan fuerte que Dimcisor salió volando fuera del estadio, girando por el aire antes de estallar en pedazos.

Pri y Lincoln se quedaron boquiabiertos mientras recogían los restos de Dimcisor.

Pri (sorprendido):
—¡Eso fue un final explosivo! ¡Nunca había visto algo así!

Lincoln:
—Ryota lo dio todo, pero Excalibur es simplemente increíble.

Xavier caminó hacia Ryota, recogiendo su bey con calma.

Xavier:
—Tuviste agallas, Ryota. Pocos pueden enfrentarse a Excalibur y durar tanto tiempo. Pero aún tienes mucho que aprender.

Ryota, aunque decepcionado, sonrió con determinación.

Ryota:
—Eres increíble, Xavier. ¡Quiero una revancha algún día!

Xavier soltó una risa ligera y miró al grupo.

Xavier:
—Supongo que puedo unirme a su equipo. Parece que será divertido pelear junto a ustedes.

Pri dio un salto de alegría.

Pri:
—¡Sí! Ahora estamos completos. ¡Con Xavier a bordo, podemos ganar cualquier batalla!

Lincoln extendió la mano hacia Xavier, quien la estrechó con confianza.

Lincoln:
—Gracias por unirte. Juntos, haremos que este equipo sea inolvidable.

Con el equipo completo, los cuatro bleyder compartieron una sonrisa llena de emoción, listos para enfrentar cualquier desafío que se les presentara.

En la Academia Bey Gomá, el sonido de los beys chocando llenaba el lugar mientras Aiger Akabane, el campeón de Japón, terminaba una batalla intensa contra Ranjiro Kiyama. Ambos jadeaban, con sus beys girando lentamente en el centro de la arena.





Aiger, limpiándose el sudor de la frente, miró alrededor del lugar buscando algo.

Aiger:
—¡Oye, Nika! ¿Dónde está Toko? No lo he visto en toda la mañana.

Nika, que estaba sentada cómodamente en las gradas ajustando su bey, respondió con tono despreocupado:

Nika:
—Está entrenando en la arena especial que le pidió a nuestro hermano Volt.

El comentario causó que Aiger se congelara por un momento. Ranjiro, que estaba bebiendo agua, casi se atraganta.

Aiger:
—¿¿Una arena especial??

Fubuki, que había estado observando las batallas desde un rincón, levantó la vista sorprendido.

Fubuki:
—¿Volt le dio una arena especial a Toko?

Ranjiro, riendo mientras dejaba su botella de agua, agregó:

Ranjiro:
—¡Ja! Parece que Volt tiene favoritos, ¿eh, Aiger?

Aiger, visiblemente molesto pero también curioso, cruzó los brazos y frunció el ceño.

Aiger:
—¡¿Por qué no me dijo nada?! Soy el campeón de Japón, ¿saben? ¡Debería tener acceso a esas cosas primero!

Nika, disfrutando la reacción de Aiger, se encogió de hombros.

Nika:
—Tal vez Volt pensó que necesitas menos ayuda que Toko.

La cara de Aiger se enrojeció mientras los demás se reían.

Aiger:
—¡Esto es injusto! ¿Qué tiene esa arena de especial?

Ranjiro, con una sonrisa burlona, añadió:

Ranjiro:
—Quizá es una arena que garantiza que no explotes tu bey cada dos minutos, Aiger.

Aiger, apuntando a Ranjiro con dramatismo, respondió:

Aiger:
—¡Yo no exploto tanto! Bueno... no siempre...

Fubuki, siempre el más sereno, intervino mientras ajustaba su bey.

Fubuki:
—Aiger, cálmate. Si Volt le dio esa arena a Toko, debe ser por algo específico.

Pero Aiger, ignorando completamente el consejo, declaró con firmeza:

Aiger:
—¡Quiero ver esa arena ahora mismo! ¡Toko no puede ocultarme algo tan importante!

Nika, levantándose con una sonrisa, añadió:

Nika:
—Esto va a ser interesante. Apuesto que Toko no esperaba que lo fuéramos a buscar.

Ranjiro:
—¡Vamos, Aiger! Tal vez Toko te deje usar la arena si le suplicas un poco.

El grupo, liderado por un emocionado y molesto Aiger, salió en busca de Toko. Mientras avanzaban por los pasillos de la academia, las bromas y comentarios sarcásticos no cesaban, haciendo que el momento se sintiera como otra de las aventuras cómicas de la academia Bey Gomá.

Cuando finalmente llegaron al área especial de entrenamiento, Aiger estaba listo para descubrir qué hacía tan especial esa arena... y también para exigirle a Toko una explicación.

Mientras el grupo liderado por Aiger llegaba al área especial de entrenamiento, el sonido de beys chocando en un ritmo intenso llenaba el lugar. Allí estaba Toko, completamente concentrado, manejando su bey recién evolucionado, una versión quadriver de Treptune.

La arena especial que Volt le había dado no era una arena cualquiera. De los bordes surgían beys al azar, cada uno con un tipo diferente: ataque, defensa, resistencia o equilibrio. Estos beys eran impulsados automáticamente para desafiar al usuario en múltiples escenarios, simulando condiciones de batalla reales.

Aiger, al observar lo que estaba sucediendo, se detuvo boquiabierto.

Aiger:
—¿¡Qué demonios es esto!? ¡¿Esa arena lanza beys aleatorios?!

Nika, disfrutando su reacción, cruzó los brazos con una sonrisa.

Nika:
—Exacto. Volt quería que Toko practicara contra todo tipo de estilos. ¿Genial, no?

Fubuki, mirando la precisión con la que los beys eran lanzados, agregó:

Fubuki:
—No solo es genial, es un sistema muy avanzado. Perfecto para perfeccionar técnicas.

Ranjiro, con una mezcla de asombro y celos, comentó:

Ranjiro:
—¡Oye, Toko! ¿Cuánto tiempo llevas usando esta cosa? ¡No es justo que tengas esto para ti solo!

Toko, al notar la presencia del grupo, pausó su entrenamiento. Su bey giraba firmemente en el centro de la arena, habiendo superado el desafío de tres beys de ataque.

Toko:
—¡Oh, chicos! ¿Qué hacen aquí?

Aiger, señalando la arena con un dedo dramático, respondió:

Aiger:
—¡Lo que hacemos aquí es preguntarte por qué no nos dijiste que tenías esta arena especial! ¡¿Cuándo pensabas compartir este secreto con nosotros?!

Toko, algo nervioso, respondió mientras recogía su bey.

Toko:
—Bueno, Volt me dijo que primero debía acostumbrarme a usarla antes de invitar a alguien más.

Aiger, visiblemente frustrado pero también impresionado, se acercó a observar más de cerca.

Aiger:
—¡Esto es increíble! Una arena que lanza beys de todos los tipos… ¡Quiero intentarlo ahora mismo!

Nika, riendo, se burló un poco.

Nika:
—¿Estás seguro, Aiger? Esa arena no es para novatos.

Ranjiro, uniéndose a las bromas, añadió:

Ranjiro:
—Sí, Aiger. Tal vez primero deberías pedirle a Toko que te enseñe cómo no explotar en la primera ronda.

Aiger, ignorando las burlas, se volteó hacia Toko con determinación.

Aiger:
—¡Déjame usarla, Toko! Quiero probar mi bey contra esa cosa.

Toko, sonriendo con confianza, respondió:

Toko:
—Claro, Aiger. Pero te advierto, esta arena no es fácil. Si no estás preparado, podrías terminar perdiendo más de lo que esperas.

El grupo observó emocionado mientras Aiger se preparaba para enfrentar la arena especial. La escena estaba lista para convertirse en un espectáculo lleno de risas, sorpresas y, quizás, algún que otro "estallido" inesperado.

Mientras Toko seguía entrenando con la arena especial, su mente no podía evitar regresar a lo que Wakiya le había mencionado días atrás: una batalla de exhibición 4 vs 4 contra un equipo de novatos. La idea de enfrentarse a un grupo desconocido era emocionante, pero también le llenaba de preguntas.

Toko se detuvo un momento, observando a su bey Treptune Quadriver girar en el centro de la arena tras derrotar a otro bey aleatorio. Cruzó los brazos mientras reflexionaba en silencio.

—¿Quién debería estar en mi equipo? —pensó.

Los miembros del grupo que lo observaban notaron su expresión seria. Aiger, quien acababa de terminar su turno con la arena (y perder un par de veces), se acercó curioso.

Aiger:
—¿Qué te pasa, Toko? Pareces estar en otro mundo. ¿Estás preocupado por algo?

Toko, algo sorprendido, respondió con sinceridad:

Toko:
—Es por lo que dijo Wakiya. Esa batalla 4 vs 4 contra los novatos… Quiero formar un equipo fuerte, pero no estoy seguro de quién debería incluir.

Fubuki, siempre analítico, intervino.

Fubuki:
—¿Ya sabes algo de esos novatos? ¿Qué tan buenos son?

Toko, negando con la cabeza, contestó:

Toko:
—No mucho. Wakiya solo mencionó que son nuevos en la escena, pero al parecer tienen potencial. Lo que sí sé es que no quiero subestimarlos.

Ranjiro, con su típica confianza, se adelantó con una gran sonrisa.

Ranjiro:
—¡Entonces está claro! ¡Ponme a mí en el equipo! ¡Juntos aplastaremos a esos novatos sin problema!

Aiger, cruzando los brazos, añadió:

Aiger:
—Si hablamos de potencial, yo debería ser parte de tu equipo. Después de todo, soy el campeón de Japón.

Toko, sonriendo ligeramente, miró a ambos.

Toko:
—Claro que ustedes son opciones sólidas, pero necesito equilibrio en el equipo. No solo fuerza bruta. Además, me gustaría darle una oportunidad a los que no han tenido tanto tiempo en el centro de atención.

Nika, acercándose, comentó con entusiasmo:

Nika:
—Si necesitas sugerencias, ¿por qué no le preguntas a Volt? Él siempre sabe cómo formar equipos bien equilibrados.

Toko, pensativo, asintió lentamente.

Toko:
—Tal vez tengas razón, pero quiero que este equipo refleje lo que yo puedo liderar. Es un desafío para demostrar que estoy listo para enfrentar cosas más grandes.

Fubuki, mirando a Toko con seriedad, concluyó:

Fubuki:
—Entonces tendrás que pensar en estrategias. No solo elige a los mejores; elige a los que puedan trabajar bien juntos. Esa es la clave para ganar una batalla de equipos.

Mientras los demás seguían conversando y bromeando, Toko volvió a observar su bey. Sabía que el tiempo para decidir se acercaba, y quería asegurarse de elegir a las personas adecuadas para dar la mejor pelea posible. Aunque seguía teniendo dudas, estaba decidido a no dejarse intimidar por el desafío que venía.

Fin del capítulo

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