—¿Cómo pasó la noche nuestro amiguito? —Le pregunto a Emma, antes de que se vaya a su casa.

—Bien, comió un poco a la madrugada y luego durmió hasta las seis. Al parecer el dolor lo despertó, por lo que le di un poco de medicamento y volvió a dormirse. En este momento está estable.

—¿Y los otros tres casos?

—Luna, el rottweiler del quiste, vomitó dos veces, pero no fue nada grave. Elena, la coneja, no tuvo cambios significativos, sigue estable. Filomena, el siamés, presentó fiebre, pero también se logró controlar.

—Perfecto. Gracias Emma. ¿Susan?

—Los huevos de canario tienen la temperatura exacta para que muy pronto tengamos pequeñines rompiendo cascaron, la zarigüeya no presentó novedades ni complicaciones; Lucky, el labrador, se portó muy bien, puede caminar apoyándose en sus tres patas, hizo sus necesidades cuando le llevé fuera y si sigue así pronto podrá irse a casa. Y, por último, la intoxicación del Mini Pig ya pasó, está totalmente recuperado por lo que, si tú o tu tío concuerdan, podremos darlo de alta.

—Bien, lo consultaré con mi tío y así tomaremos una decisión. Gracias chicas, John y yo nos ocupamos desde aquí, vayan a descansar.

—Que tengan un buen turno, chicos. Gracias por el postre, estaba delicioso. —Le sonrío y agito mi mano para despedirme—. Y Ary, Kellan Brahms, el hombre que rescató al cachorro, llamó anoche para saber cómo estaba. Dijo que pasaría en el transcurso del día para saber si podría verlo.

Genial, otro "K" con el que cruzarme.

—Vale, Emma. Estaré pendiente.

Paso revisando a cada uno de nuestros pacientes y trato de concentrarme en el trabajo, sin embargo, a pesar de todos mis intentos y el hecho de no tener la más mínima idea del por qué, un par de veces, el pensamiento de conocer por fin al misterioso Kellan Brahms me pasa por la cabeza. Quiero saber si es tan perfecto como Bea lo describe, y también quiero agradecerle por salvar al cachorro y traerlo con nosotros.

***

Yo: Para que luego no digas que soy la peor prima del mundo, noticia de última hora: El tal Kellan Brahms vendrá hoy a ver al cachorro.

Bea: ¿Quién ha osado decir que eres la peor prima del mundo?, para romperle su madre por semejante afrenta. Tú eres la mejor prima del mundo, la más bella, la más primorosa. ¿A qué hora va a pasar?

Yo: ¬¬ eres más falsa que moneda de cuero.

No estoy segura de a qué hora pasará, no lo confirmó.

Bea: Realmente eres pésima con los chismes. ¬¬

Se supone que debes averiguarlo todo y luego compartir la jugosa noticia, para que así nosotras podamos prepararnos, física y mentalmente.

Yo: La experta en chismes eres tú, además, agradece que estoy dándote la primicia. Podría haberme guardado la información como castigo por lo de Aaron.

Bea: Ay Ary, ya supera lo de Aaron, fue hace siglos. Es agua pasada.

Yo: Fue hace dos días. ¬¬ Aún esta húmeda mi memoria.

Bea: Lo que necesitas tener húmeda es otra cosa :P

Yo: Eres una maldita puerca. Ahora no te escribiré apenas él esté aquí.

Bea: No puedo creer lo que mi auto corrector escribió. Metí mal el dedo.

Yo: ¬¬

Bea: 😉

Yo: .I.

Bea: Lindo, Ary, muy lindo.

Yo: Tengo que trabajar, adiós.

Bea: ESPERA ARY.

Prométeme que vas a mensajearme apenas ÉL esté ahí.

Yo: Voy a pensarlo.

Bea: ¡¡¡¡NO SEAS RENCOROSA NI VENGATIVA, ARY, SON CUALIDADES MUY FEAS!!!!

Yo: 😉

Me rio fuertemente porque Bea no trabajará tranquila al saber que una de sus obsesiones andantes podría venir y ella pierda ser testigo del suceso. Pongo en silencio mi teléfono para que así sea mucho más fácil ignorar todos sus textos. Que sufra.

—Llegó el paciente, querida Ary. —Las cejas de John se juntan al notar mi sonrisa perversa y satisfecha—. ¿Debo preocuparme por algo?

—No, sólo estoy castigando a Bea.

—Chicas traviesas —ríe y se va para acompañar a mi próximo paciente.

Sufre Bea, sufre.

***

—Eres una maldita mentirosa de mierda, Ary. —Malhumorada, Bea se deja caer en mi cama. Aparto mis ojos de la pantalla de mi laptop y la miro, confundida—. Kellan. Me mentiste, él no iba a venir.

—Entonces la mentirosa es Emma, pues fue quien me dijo que el famoso Kellan había llamado e informado que pasaría a ver al cachorro. No es mi culpa que no se haya presentado.

—Arruiné mi sujetador de la suerte, que, gracias al idiota de Castian, ahora esta mojado y oliendo a café.

—¿Por qué tu sujetador está en ese estado?

—Porque, como cierta prima odiosa jamás escribió para decirme a qué hora venía Kellan, ni respondió a los miles de mensajes que le envié, tuve que estar corriendo entre la clínica y la oficina para ver si tal vez podría toparme con el renuente "K", pero, en una de las veces que corrí como loca, el idiota de mi hermano chocó conmigo, derramando su café sobre mí. Y ahora aquí estamos.

—Puedes lavarlo y así usarlo nuevamente.

—Ese no es el punto —gime—, el hecho de que me haya ido tan mal hace que ya no sea mi sujetador de la suerte. Lo arruinaste.

—¿Yo?, te pasas Bea, no es mi culpa.

—Sí, lo es. Mañana voy a comprarme otro sujetador de la suerte. —Ruedo los ojos y regreso a mi lectura, ignorando los lamentos y murmullos de mi dramática prima—. ¿Qué estás haciendo?

—Leo. —La muy idiota se sienta sobre mí y se inclina para poder leer mi pantalla—. Bea —gimo cuando su codo golpea mi mejilla—, pesas una tonelada, conchuda. Bájate de mí.

—"... Por muchos siglos, los habitantes de la villa se aseguraron de mantener la vela siempre encendida. Sin embargo, en una noche de 1503 insoportablemente fría, la vela logró apagarse, desatando así el alma furiosa del soldado que tomó venganza de los habitantes de la villa, no matándolos, sino convirtiéndolos en la misma bestia que él era, castigándolos a ser perseguidos, torturados y asesinados por la eternidad..." ¿Estás consultando leyendas urbanas?

—Es una leyenda sobre hombres lobo.

—¿Más pesadillas?

—No, pero mi tía me entregó esta libreta hoy —Le muestro la página donde mi tía tiene anotada la canción que mamá me cantaba. Fue extraño el hecho de que no reconocí la letra, sin embargo, al leerla, una sensación de paz y seguridad se instauró en mi interior—. Es la canción de mamá.

—¿Qué tiene que ver la canción de la tía Dahiana con hombres lobo?

—Todo —respondo y paso mis ojos sobre las palabras escritas en el papel—. La canción habla sobre la luna y sus guerreros, estas feroces criaturas que en el día vigilaban bajo la luz del sol y en la noche adquirían el poder y la bendición de la luna para mantener a raya todo el mal que quería apoderarse de la humanidad.

—¿Por guerreros te refieres a los hombres lobo?

—Eso parece. Estaba buscando mitos y leyendas sobre la luna y las criaturas feroces que le sirven a ella. Aparecieron imágenes de hombres lobo.

—Pero esta leyenda dice que el primer hombre lobo fue creado a partir de una maldición.

—Así es. Pero, según el dueño del blog, la leyenda está incompleta. Una vez que la vela se apagó y la bestia fue liberada, el soldado maldito no convirtió a los humanos, convirtió a los hombres lobos en horribles bestias.

—Pero, se supone que él fue el primer hombre lobo.

—Así es, el primer hombre lobo, pero cuando despertó no era el único.

—¿Cómo? —pregunta y se detiene a seguir leyendo el blog—. La hija del comerciante.

—Ajá.

—Quedó embarazada del soldado. Ella fue quien dio a luz al siguiente hombre lobo y así sucesivamente.

—Ujum, según este chico, Zack, la hija del comerciante se convirtió en la diosa de los hombres lobo y su protectora. Ya que cuando su padre se enteró de su embarazo, trató de asesinarla a ella y a la criatura. Ella huyó y se refugió en lo profundo del bosque pidiendo a los dioses piedad y misericordia para ella y su inocente bebé. —Señalo uno de los párrafos de la canción de mi madre—. "Y la madre rogó a ti, mi luna, te pidió su bendición, y tú, en tu infinito amor y misericordia la acogiste, la protegiste, la levantaste y la bendijiste; otorgándole un poder inigualable y haciendo de ella y de su progenie las estrellas más fuertes, criaturas únicas, tus guerreros, tus vasallos, aquellos que ahora protegerán a la vida que amparaste e hiciste tuya."

—Vaya, demasiada coincidencia.

—Busqué en internet la canción de mamá y no existe. No apareció ningún enlace que se relacionara con la letra, excepto esta leyenda y las conclusiones del chico.

—El blog es de gente que cree en criaturas sobrenaturales. ¿Piensas que la tía Dahiana creía en estos seres?

—No lo sé, pero me llamó la atención el parecido. Y no voy a negarlo, he estado leyendo todo sobre estos tales hombres lobo y encuentro más y más cosas que se asemejan a la canción. —Suspiro y froto el puente de mi nariz—. Eso no es todo, mira. —Abro la pestaña dentro del mismo blog, donde el chico al que pertenece ha subido dibujos de hombres lobo y de unas sombras que se, según informa el blog, son los enemigos mortales de los hombres lobo.

—¿Qué con estos dibujos?

—Son las mismas sombras de mis sueños, Bea. Exactamente las mismas.