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Extra#3 Duke&Aileen.

—Entonces...¿quieres que te ayude a conquistar a Aileen?

Asiento y observo seriamente los ojos de diferentes tonalidades del Alfa Liam. Él es el único que puede ayudarme, porque aunque primero pensé en pedirle ayuda a la Alfa Cassandra, algo en mí me dice que ella primero me manda al infierno antes de ayudarme. Y ya que Aileen también vive en la mansión del Alfa, no hay mejor persona que el mismo Alfa para ayudarme.

—Imposible.—responde tras unos segundos en silencio. Parpadeo saliendo completamente de mis pensamientos, frunzo ligeramente el ceño. El Alfa Liam niega ligeramente y me regala una mirada un tanto comprensiva. —Si algo he aprendido de Cassandra y Aileen es que son muy tercas, así como orgullosas. Que la hayas rechazado no es algo que vaya a olvidar en tan poco tiempo.

—¿Entonces qué se supone que haga?—pregunto resignado y con frustración. Paso una mano por mi cabello negro, observo al Alfa poner ambos codos sobre los antebrazos de su silla de cuero. Sus ojos de diferentes tonalidades siguen fijos en mi rostro.

—No lo sé.

Dejo salir un largo suspiro fastidiado, el Alfa Liam ríe sin poderlo evitar al ver mi frustración.

—Creo que has venido a pedir ayuda a la persona menos indicada.—dice con una ligera sonrisa en su rostro. Se encoge de hombros ante mi mirada curiosa. —Yo también rechacé a mi mate.

Alzo las cejas completamente sorprendido, el Alfa asiente ligeramente ante mi atónita expresión. Baja la mirada a los documentos que están sobre su escritorio de madera.

—Su mirada dolida, aquel dolor que reflejaba su rostro es algo que nunca olvidaré. Y aunque Cassandra diga que ya me lo perdonó, sé que en alguna parte de ella aún no lo hace.—musita mientras vuelve a levantar la mirada, una expresión un poco sombría pasa por las facciones duras del Alfa. —Un rechazo de esa magnitud no se olvida de un día para otro. ¿Cómo piensas conquistarla sin saber exactamente qué significa la conexión de mates? ¿Qué es lo que realmente deseas?

¿Qué deseo?

Saber porqué razón no puedo dejar de pensar en ella. Por qué mi mente sigue rebobinando una y otra vez aquella expresión, aquel dolor de esos hermosos ojos violetas. Pero sobre todo deseo, que ella me perdone.

—¿Liam?—una voz femenina llama la atención de ambos. En cuestión de segundos vemos ambas puertas del despacho ser abiertas. Un escalofrío me recorre cuando mis ojos completamente negros se encuentran con los ojos esmeralda de la Luna de la manada, la cual alza una ceja al verme, y aunque trato de leer algo en su expresión, la mantiene neutral, casi diría que indiferente.

—Vaya, no sabía que estabas ocupado.—doloroso sarcasmo tiñe su suave voz.

Un nuevo escalofrío me recorre el cuerpo entero al sentir esos fríos ojos, prácticamente, fulminandome. Sus altos tacones rompen un poco el silencio repentinamente tenso que danza por todo el despacho. Entre sus brazos trae al primogénito de los Alfas más importantes del mundo sobrenatural, el cual pasa gustosamente a los brazos de su padre. Con una envidia, que me toma completamente por sorpresa, observo la mirada cálida que ambos comparten al observar a su hijo, el cual debo de decir; es idéntico al Alfa Liam.

—¿Qué haces aquí, Duke?

Parpadeo saliendo de mi ensoñación por la directa—y un poco brusca—pregunta. Alzo la mirada encontrándome con la Luna Cassandra observándome fijamente, sus brazos están cruzados a la altura de su pecho y una de cejas está ligeramente alzada. Imponente en todo el sentido de la palabra.Abro mi boca para decir algo, pero nada sale de ella. Despeino mi cabello otra vez, un tanto nervioso.

—Déjame adivinar...—musita con un tono de voz un poco burlón. Mantiene los brazos cruzados, sin apartar su mirada de mi rostro. —Veniste a pedirle ayuda a mi mate para poder conquistar a Aileen.

Trato de esconder la expresión sorprendida de mi rostro, pero es imposible. Ella ríe burlona, menea la cabeza y suelta un largo suspiro. Murmura algo por lo bajo que no alcanzo a escuchar, al final vuelve a suspirar.

—¿No has pensado en declararte?—dice sin dejar de verme como si fuese algún idiota. —Digo, porque definitivamente decir en una confesión de amor “sigo teniendo sentimientos por mi ex y por ti”, no es de lo más normal. ¿Qué mujer sobrenatural—o humana—aceptaría eso?

Mi entrecejo se frunce ligeramente, bajo la mirada a mis manos convertidas en tensos puños. Siento parte de mi rostro y mis orejas calentarse. Una vergüenza de lo más humillante me recorre el cuerpo entero. Un tenso e incómodo silencio cae sobre aquel enorme despacho, solo los balbuceos del hijo del Alfa es lo único que se escucha.

—Ella necesita en alguien en quien apoyarse, Duke.—la voz de la Luna Cassandra llama mi atención. Ella no parece burlarse de mi sonrojo. —Aileen tuvo que aprender a ser fuerte e independiente antes de lo previsto, pero como todo ser licántropo, necesitamos un apoyo, ella necesita a su mate. No puedes obligarla a que te quiera, gánate su amor, Duke.

Parpadeo mas de una vez, tratando de salir de mi ensoñación. La Alfa Cassandra me guiña un ojo cómplice.

—Le gustan las sorpresas, sobre todo las que son asquerosamente románticas.—es lo último que me dice antes de abandonar el despacho. Tanto el Alfa Liam y yo observamos la dirección en la que ella se ha ido.

—Yo que tú empiezo a planear qué hacer.—la voz del Alfa llama ahora mi atención. Sonríe ligeramente, su hijo no deja de reír y saltar en su regazo. —Entre más pase el tiempo más difícil será hacerla cambiar de parecer.

Asiento, comprendiendo lo que dice. Me levanto del cómodo sillón individual, comparto un apretón de manos con el Alfa.

—Muchas gracias, Alfa Liam.—y me despido.

Salgo del despacho mucho más optimista de cuando vine, escondo ambas manos en los bolsillos laterales de mi chaqueta, sin poderlo evitar sonrío.

Ella será mía.

◆◇◆◇

—¿¡Te rechazó!?

Tomo un gran trago de whisky, ni siquiera me importa que aquella agua ardiente queme todo a su paso hasta llegar a mi estómago.

—M-Me devolvió las flores...—hipo sin poderlo evitar. —No aceptó ir conmigo al cine, siempre que trataba de invitarla a salir o darle algún regalo ella me lo rechazaba. ¡¿Qué se supone que haga ahora?!

Llevo ambas manos a mi rostro, enterrando con frustración mis dedos entre mi cabello negro. El Alfa Liam se mantiene en silencio, a veces creo que encuentra entretenido mis desgracias o mis desaires por la Beta de su mate. ¿Es que son todas las mujeres tan difíciles? Recuerdo que Inés se contentaba con que yo le regalara algo caro y muy elegante o que la llevara a los lugares más costosos de Canadá, así estuviera cerca o no del pueblo. Pero con Aileen...es como si la ofendiera por tratar de hacer lo mismo.

¿Cómo carajos conquisto el corazón de una mujer?

—Déjame adivinar...—la diversión se nota en el tono de voz del Alfa. —Le regalaste chocolates y costosas joyas.

Levanto la mirada, entrecierro mis ojos al ver los iris de diferentes tonalidades de Alfa brillar burlones. Se lo debe de estar pasando en grande.

—Aileen odia el chocolate.—dice ya sin esconder del todo su burlona sonrisa.

—¡Ya me di cuenta!—gruño molesto. —Por poco me tira la caja en la cara, y eso que los compré en la chocolatería más cara de éste maldito lugar.

El Alfa Liam suspira, se arrecuesta del todo a su silla de cuero, mientras juega distraídamente con un lapicero de oro que tiene las iniciales “MC”, en honor a su manada.

—¿Y qué piensas hacer?—pregunta sin apartar esos raros ojos de los míos, totalmente negros. Bajo por un momento mi mirada a mis puños, suspiro con cansancio para volver a levantar la mirada.

—No tengo idea.—redondo completamente cabizbajo. —¡Aileen es la mujer más exasperante que he conocido! Pero que me lleve Hades si no está volviéndome loco, mis sentimientos por ella aumentan cada día.

Paso nuevamente con frustración mis manos por mi rostro. El Alfa me regala una expresión de completa complicidad, como si comprendiera mi frustración. Supongo que todas las mujeres son igual de necias, exasperantes y perfectas a su modo. ¡Maldita sean, que hacen de nosotros un desastre!

—Realmente me gustaría ayudarte.—la voz del Alfa llama mi atención. —Pero no puedo hacer nada, salvo decir algo que pueda ser de tu utilidad.

Frunzo ligeramente el ceño, enderezo completamente mi postura y pongo mi atención en el Alfa. Mis ojos por unos momentos observan aquellas extraños marcas, aunque sería mejor decir; líneas, que tiene en los antebrazos.

—Aileen viajará en dos días a Navarra, para ser más preciso al pueblo de Zugarramurdi.—comenta sin apartar aquellos enigmáticos ojos de los míos. —Al parecer habrá como un conferencia o una reunión, la verdad yo de eso sé muy poco, donde Aileen tratará de que el clan Parker sea nuevamente reconocido entre las brujas.

Asiento ligeramente, aunque no entiendo nada. El Alfa Liam me observa fijamente, suelta un largo suspiro mientras entrelaza sus dedos.

—¿De verdad no sabes nada sobre el mundo sobrenatural y sus leyes?—pregunta con una exasperante paciencia que me hace sentir avergonzado por no decir estúpido.

—No.—gruño. —Nunca me he interesado por otra raza que no sea la humana o la de los demonios.

El Alfa Liam asiente, se mantiene pensativo por unos momentos. Los latidos de mi corazón son inquietos, demasiado acelerados. De verdad deseo que Aileen me dé una segunda oportunidad, aunque tenga que viajar al otro lado del mundo.

—Muy bien...—el Alfa toma una ligera pausa. Suspira y se endereza en su silla de cuero. —Para que las brujas o tan siquiera el consejo vuelva a tomar en cuenta al clan Parker ella debe de formar parte del gran libro.

»Lo que quiero decir es que ella con su pareja, en éste caso su mate, deben hacer el juramento de sangre y dejar caer una gota de esa sangre en el libro. En nuestro mundo, para los licántropos aquel juramento es tan puro e irrompible como la marca de mates. Así que si lo que quieres es que Aileen tome en serio tus intenciones con ella, debes de demostarselo, ¿y qué mejor forma que cumpliendo su sueño? El de poner a su familia nuevamente en el libro.«

Un escalofrío me recorre el cuerpo entero. Ya había escuchado sobre el dichoso libro, el que contenía todo sobre todas las razas del mundo sobrenatural y sus integrantes, incluso había escuchado que tenía los nombres de los pasados y futuros mates del mundo sobrenatural. Así como también había escuchado que hacer un juramento de sangre ante el libro es como hacer la máxima promesa, nadie sabía—otros decían que eran los mismos Dioses—que castigaban a aquellos que irrespetaban aquel juramento. No podían estar con otra persona que no fuese con la que hiciste tal juramento.

¿Sería capaz de hacer aquello por ella?

—Entonces...—la voz del Alfa Liam llama mi atención. —¿Qué piensas hacer?

Observo fijamente al Alfa por un largo tiempo. Un torbellino de pensamientos iban y venían en mi mente. Pero había uno en concreto que me tenía completamente alterado. Aunque sería mejor decir; había un recuerdo que mi mente no era capaz de olvidar y esconder en lo más profundo de mi subconsciente.

El día que la rechacé. El día que rechacé a Aileen.

Nunca he sido una persona muy dada al sentimentalismo, pero entonces...¿por qué no era capaz de sacarme de la mente la expresión de aquel bello rostro? ¿el dolor de esos ojos violetas? No lo entendía, mucho menos lo comprendía. ¿Era esa dichosa conexión de mates tan fuerte, aún si yo no era un licántropo? Ni siquiera quería imaginar si lo fuese. Ahora entendía un poco porque esa especie en concreto era tan posesiva y celosa en cuanto a su pareja se refería. Eran muchos los sentimientos que lo hacían sentir, y entre más tiempo pasaba uno apartado de esa persona, eran mucho más intensos.

—¿Duke?—la voz de Alfa vuelve a sacarme de mis pensamientos. Alza una oscura ceja en mi dirección. Suspiro pesadamente.

—¿A dónde me dijo que se iba?

◆◇◆◇

Jugueteo impacientemente con mi pasaporte entre mis manos, el boleto está dentro. Al final decidí arriesgarme. De todos modos, ¿qué pierdo al intentarlo? Ella necesita que el clan Parker sea reconocido nuevamente, y si ella lo desea, gustoso haré lo que esté en mis manos para cumplirle dicho sueño. Aun si tenga que pasar toda mi eternidad junto a ella. Ante aquel pensamiento, mi corazón extrañamente empieza acelerarse.

Pasar toda la eternidad junto a Aileen Parker.

Sí, definitivamente no es un mal pensamiento. Arreglo la gorra que esconde un poco mi rostro, aunque lo que más me preocupa por esconder son mis ojos. Para un inmortal es bastante sorprendente encontrarse con un Demonio, no quiero imaginarme la reacción de un mortal. Un agudo dolor de cabeza me da solo pensarlo. Término de tomarme el café que compré en una de las cafeterías del aeropuerto, me quito por un momento los anteojos negros que esconden mis ojos, y observo los grandes ventanales que están a mi izquierda. Está a punto de anochecer, raudales de luces anaranjadas y amarillas entran por los enormes ventanales. Es interesante de ver como el cielo es capaz de teñirse de esa forma, es simplemente asombroso.

❝—Vuelo, destino a España, por favor acercarse el túnel A. Repito; vuelo destino a España, por favor acercarse al túnel A.

Levanto la mirada al escuchar una monótona voz femenina anunciar el vuelo, sacándome completamente de mis pensamientos. Vuelvo a colocarme los oscuros lentes, tomo mi mochila, y estrujando mi pasaporte empiezo a caminar hacia el lugar al que tengo que ingresar para tomar uno de los dos vuelos que tengo que tomar. Tiro el vaso de cartón que contenía mi café doble en el basurero, y acomodo la gorra nuevamente sobre mi cabeza. Primero necesito ir a España, luego tomar otro que me lleve a Navarra. No sé cómo vaya a reaccionar Aileen, pero eso es algo que muy pronto averiguaré.
Entrego mi boleto junto con mi pasaporte, unos ojos dorados me observan con cierta sospecha, escaneando de pies a cabeza. Observo sus fosas nasales abrirse solo un poco, ni siquiera tengo que hacer uso de mi poder para saber que es un licántropo. El cual al ver o notar que soy un Demonio ni siquiera me pide quitarme los lentes, ya que sabe la reacción que causaría. Paso la seguridad, entro al túnel “A” seguido de varias personas, hasta que llegamos al final, donde nos espera dos escaleras que nos permiten subir al avión. Se demoran unos insufribles minutos, hasta que finalmente entro al avión, paso de largo la parte económica y antes de entrar a primera clase, tomo un profundo respiro.

No hay vuelta atrás, Duke.

Cada paso que daba mi corazón se aceleraba un poco más, aferraba mi mano fuertemente contra la correa de mi mochila, al levantar la mirada para buscar el número de mi asiento me detengo bruscamente unos tres asientos atrás. Un estremecimiento me recorre el cuerpo entero, de pronto mis sentidos se agudizan, y eso solo  puede significar una cosa; Aileen está cerca.

Maldita sea.

Tomando una profunda bocanada de aire, me enderezo, aparentando muy bien mi metro ochenta y ocho. Camino con una confianza que realmente no siento mucho, y tomo asiento en mi lugar—no sin antes guardar mi mochila en unos compartimentos que están arriba de nuestros lugares—. Otro estremecimiento me recorre el cuerpo al percibir aquel aroma dulce. No seré un licántropo, pero soy muy consciente de los aromas que pertenecen a especies en especifico; pocos Demonios tienen el Don de hacerlo.

¿Qué haces aquí...Duke?

Contengo el aire, y sintiendo aquella intensa mirada fija en mi persona, lentamente empiezo a quitarme los anteojos oscuros y la gorra. Paso una mano por mi cabello negro. Y finalmente pongo mi mirada en aquellos inusuales ojos violetas.

Por los Dioses.

De verdad, ¿Cómo mierdas pude rechazarla? Desde ese largo cabello negro, sus perfectas facciones y esos hechizantes ojos. Ella es hermosa, preciosa. Cielos,  y pensar que escogí alguien que incluso se burló de mí y me traicionó.

Pues bien merecido lo tengo.

—Que sorpresa, ¿no crees?—sonrío con toda la chulería que soy capaz de poseer. Ella alza una ceja en mi dirección, cruza los brazos a la altura de su pecho y me observa con sospecha.

—Liam y Cassandra te enviaron, ¿no es así?

Mierda.

—¿No?—sonrío.

Aileen pone los ojos en blanco y aparta la mirada, no sin antes haber visto una hermosa sonrisa. Cruzo los brazos en mi pecho, me acomodo en esos enormes y grandes asientos. Una tonta y enorme sonrisa se forma en mis labios, imposible de borrar.

Este viaje será muy interesante. Por supuesto que sí.

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