Capítulo 8.
—No es necesario que me respondas, pero quiero que sepas que todavía no me rindo. Si doy todo de mí y tú no llegas a sentir nada por mí, no te preocupes te dejare en paz...
Cada palabra me desgarraba por dentro y me quitaba cada vez más el aliento, provocando que una opresión horrible se instalara en mi pecho. No podía evitar sentir un sabor agridulce. Me sentí feliz que me correspondiera al beso, porque quién no lo estaría si la persona que te gusta te corresponda a un abrazo o un beso. Y a pesar que no soy experta en besos, no me importa—ni me hace falta—probar otros, más que los de él. Porque me declaro adicta a sus labios.
Sin embargo no puedo evitar sentirme triste. Cuando lo vi tan serio, confundido—y me atrevería a decir que perdido—cuando le dije que deseaba que me amara. Ahí fue donde me di cuenta que no se puede forzar a alguien, ni de un modo u otro. Y aunque me duela en lo más profundo de mí ser y desee con toda mi alma que Liam me ame, no puedo decidir nada por él. Los corazones no se mandan. A veces me cuestiono que si lo que estoy haciendo se considere adecuado. Pero luego caigo en cuenta que la única que decide cómo vivir mi vida soy yo misma. Las opiniones de las personas son eso; opiniones. Porque las decisiones las tomo yo.
Suspiro con notable tristeza, nunca me había encontrado tan pérdida en mi vida. Porque a pesar que sepa bien lo que quiero, no puedo evitar que la inseguridad se haga presente. Sin contar que Ishtar y Metztli no ayudan para nada. Ishtar se encuentra feliz de luchar por su mate, pero Metztli siente que su rechazo es motivo suficiente para dejarlo, ya que hirió en lo más profundo nuestro orgullo. Y yo, me encuentro entre intermedio, ya que realmente quiero luchar y dar lo mejor de mí, pero está mi parte orgullosa, que no me deja olvidar su rechazo. ¿Qué hago?
—¿Qué te pasa?
Es lo que me ha estado preguntando Aileen desde que entré al aula. No le respondo, pero no porque quiera ser grosera, sino porque me encuentro en un punto donde no quiero hablarle o que alguien me hable. Quiero estar sola, pero a la misma vez quiero estar acompañada.
No sabes lo que dices.
*—¿Qué paso? Y no me trates de ignorar, porque sabes que eso no funciona conmigo.—me pregunta Aileen por medio del link que compartimos. —¿Qué pasó?
Suelto un enorme suspiro.
*—Ahora no Aileen. Y no te preocupes, que no es nada.—respondo. Cierro la conexión y coloco un bloque. El cual no le permite ni a ella, ni a Ishtar y Metztli comunicarse conmigo. La escucho hacer un sonido de frustración.
Lo siento Aileen, pero nadie en este momento puede comprenderme.
En todas las clases me senté junto a Liam, pero ni siquiera quiero hablar con él. Como dije me encuentro en un dilema, adoro tenerlo cerca pero mis demonios inseguros no dejan de confundir más mi cabeza.
Esto es tan frustrante.
◆◇◆◇
Ver como todos observa de esa forma a mi mate, provoca que mi parte sádica se haga presente. No entiendo por qué todos ven con repugnancia a Liam, ¿es que acaso él les hizo algo o qué? No lo soporto. Fulmino a todo aquel que se atreva faltarle el respeto a mi mate. Y lo que es más desconcertante es que él no hace nada. ¡Nada!. Ni siquiera a esas malditas cocineras que prácticamente le tiran la comida a su bandeja de una forma brusca. Es más hasta les agradece. No entiendo.
Tenso mi mandíbula y trato de tranquilizar mi enojo, porque es tanto que no tengo ni apetito. Trato de disimularlo porque realmente no quiero tratar con una Aileen metiche en este momento. Cuando quiere puede ser muy persistente y no estoy de humor. Sé que quiere gritarme por la forma en la que la estoy ignorando, pero sé que no lo ha hecho porque a la misma vez trata de comprenderme. Pero como todos, tiene su límite...al igual que yo.
—No creas que voy a dejar que me apliques la ley del hielo solo porque tu querido mate te mandó al diablo...
«Tu querido mate te mandó al diablo.»
«Te mandó al diablo.»
«Tu querido mate te mandó al diablo.»
Esa maldita frase se repetía y se repetía en mi mente. Sé que no quiso decirlo, pero dicen que las personas enojadas dicen lo que realmente sienten, ya que los sentimientos reprimidos y sus reales pensamientos explotan. Pero eso no significa que no me dolió en lo más profundo que ella me lo dijera. Y más de esa forma. Nunca había utilizado mi tono Alfa en ella. Ni en nadie, sólo en los Alfas que iban a las reuniones. Pero no pude evitarlo, así como tampoco pude evitar romper en llanto una vez me interné en lo más profundo del bosque. ¿Por qué todo siempre es tan complicado?
Me siento bajo un enorme árbol el cual sus hojas estaban repletas de nieve. Raro. Cierro mis ojos y dejo correr toda mi frustración de estos días por medio de aquellas lágrimas.
«—La felicidad no es eterna mi querida Cass, a veces se necesita sufrir un poco para lograr tener un equilibrio en este mundo. Pero eso no significa que tengas que temer sufrir, ya que eso sólo logrará hacerte más fuerte. Son lecciones que los Dioses ponen en nuestra vida, para hacernos valorar a las personas y las cosas. Por eso tienes que tener paciencia, mi niña. Ten paciencia.»
Las palabras de nana se me vienen a la mente como si fuese alguna clase de recordatorio. Abro mis ojos, limpio las lágrimas de mis ojos y respiro profundo.
«Ten paciencia.»
¿Paciencia? ¿Para qué? No entiendo por qué tenemos que sufrir tanto. No entiendo, ¿acaso los dioses no saben lo difícil que es eso? Darnos felicidad y luego sufrimiento. Es tan desconcertante. Toda mi vida ha sido una constante montaña rusa de sufrimiento y felicidad.
La pérdida de mis padres; sufrimiento. Vivir con nana y pasar mi infancia con ella, felicidad. La muerte de nana; sufrimiento. Conocer a Aileen; felicidad. Encontrar a mi mate; felicidad. Rechazo de mi mate; sufrimiento.
No entiendo cómo el sufrimiento y la felicidad vienen de las manos. No lo entiendo.
◆◇◆◇
Entro en silencio a la casa, todo está oscuro. Solo el frío viento chocar contra las ventanas se escucha en este enorme y oscuro lugar. Me dirijo a paso lento hacía la cocina, no enciendo las luces ya que mi vista es mejor que la de cualquiera. Una vez llego a la cocina dejo las llaves en el comedor y me dirijo al refrigerador para ver si veo algo de comer. La luz tenue del refrigerador alumbra un poco. Tomo un refresco y me doy media vuelta.
Oh mierda.
Estaba tan enfrascada buscando algo que comer que no me había percatado de la sombra que está en el umbral de la cocina. Todos los pelillos de mi nuca se erizan, dejo caer la botella y mi cuerpo cambia a mi forma vampírica. Agarro del cuello de quién sea la persona y la aprisiono contra la pared. Todo a una velocidad sobrehumana.
—¿Qué quieres?
La persona trata de apartar mis manos de su cuello, pero no la suelto. Sigue forcejeando tratando de liberarse.
—Cass…—entrecortada por el esfuerzo. Pero la logro reconocer. La suelto rápidamente y enciendo la luz. Abro mis ojos como plato cuando veo a Aileen masajeando su cuello mientras arruga la cara.
—Sé que estabas enojada, pero no esperaba que me quisieras matar.—dice con resentimiento. Pongo los ojos en blanco.
Que dramática.
—Lo siento pero qué querías que hiciera si estabas ahí viéndome como una psicópata sin contar que no pude sentir tu olor.—le reprocho con el ceño fruncido mientras cruzo los brazos a la altura de mi pecho.
—Pensaba que no ibas a querer hablar conmigo, por eso una vez te escuché llegar bajé silenciosamente las escaleras y escondí mi olor.—me empieza a explicar mientras se encoge de hombros. La observo fijamente y se le ve un poco nerviosa. Juega con sus manos, mientras pone la mirada en otro lugar que no sea yo. Una sonrisa burlona se forma en mi mente.
—¿En serio? ¿Y de qué querías hablar?.—pregunto manteniendo un tono neutral. La observo fijamente como trata de decir algo pero no dice nada. Alzo una ceja en su dirección. Pone los ojos blancos y deja salir un enorme suspiro.
—Lo siento Cass.—dice con seriedad mientras me ve fijamente. Reprimo una sonrisa, mantengo una expresión neutral.
—Realmente lo siento, no quise decir aquello. Pero no pude evitar enojarme y a la vez ponerme un poco celosa.—sigue con sinceridad mientras se sonroja. —Pero sé que Liam es tu alma gemela y no sé por lo que estás pasando, porque por más que traté de entender, no pude. De verdad perdóname, no quise decir cosas tan hirientes, cuando lo único que quería era que me contarás qué sucedía para tratar de entender y ayudar.
Termina en un murmuro. Tiene la cabeza gacha, mientras sigue jugando con sus manos. La veo con una gran sonrisa.
—Disculpas aceptadas y también te pido disculpas, pero simplemente me encontraba en un momento muy confuso.—le digo logrando que su cabeza se levante y su mirada de clave en mí. —No quería hacerte sentir mal, pero en ese momento no deseaba hablar con nadie, ni contigo mi querida amiga, discúlpame de verdad. No sé qué es lo que pasa conmigo últimamente.
Sus ojos violetas no se apartan de mí. Su entrecejo se frunce ligeramente.
—También disculpa por haber utilizado el tono Alfa contigo.—musito mientras me encojo de hombros. Nunca le había hablado en ese tono ha Aileen, ya que odio mandar o tener que utilizar ese tono en personas que no se lo merecen. Me da una enorme sonrisa, mientras me abraza fuertemente.
—Disculpas aceptadas, mi señora.—dice burlona lo último, ganándose un gruñido por mi parte.
—Ya, no te pases.
Empezamos a reírnos como tontas. La extrañaba.
—Bueno, ya vámonos a dormir que mañana vamos a la cárcel.
Nos despedimos y entro a mi habitación. Me dejo caer en mi enorme cama desganada. Quito mis zapatos con mis propios pies, tomo una almohada y la abrazo bastante fuerte. Pueda ser que Aileen duerma, pero sé que yo no podré dormir nada. Cierro mis ojos y me trago aquel maldito nudo. No quiero llorar más. Ya no.
Liam. Liam. ¿Qué tengo que hacer para que ames?
◆◇◆◇
Observo con horror mi reflejo en el espejo de cuerpo completo que hay a un lado del ropero. Mis ojos esmeralda se encuentran un poco opacos, mi rostro esta pálido y tengo unas enormes ojeras. Me veo horrorosa. Suelto un suspiro cargado de cansancio. No fue broma cuando dije que no iba a poder dormir, porque cuando el sueño me llamaba me levantaba agitada por una pesadilla. En más de una ocasión me levanté llorando a mares. Porque en todas esas pesadillas Liam me abandonada en un enorme y oscuro lugar, que no sabía dónde era, para luego acabar asfixiándome. Era horrible. Sigo observando mi reflejo.
«Eres hermosa.», Es lo que siempre me decía nana cuando le daba el beso de buenos días y buenas noches.
De nada me sirve ser hermosa si no logro que mi mate se fije en mí. Pienso amargamente antes de meterme a la ducha.
Cassandra te estás perdiendo.
◆◇◆◇
Entro al colegio acompañada de Aileen. Como siempre todos bajan la cabeza cuando pasamos cerca de ellos en señal de respeto. Incómodo.
—Oye...—me llama Aileen. La observo de reojo y muevo mi cabeza para que sepa que le estoy poniendo cuidado.
—¿No es cierto que la otra semana está la reunión de líderes con sus respectivas parejas y sus segundos al mando?—me dice mientras entramos al aula. ¡Mierda!
—Mierda... se me había olvidado completamente.—digo con cierto pánico.
—Me lo imaginé, por algo te lo comentaba. Pero...—no termina la frase y me ve fijamente.
—¿Pero?—la ánimo a que continúe. Da un largo suspiro y me ve directamente a los ojos.
—Al ser tú la Alfa de todos, la reina de los vampiros y la que está encargada del tratado de paz entre esas especies, ¿no deberías ir con tu mate?—me dice un poco preocupada. ¡Doble mierda! ¿Qué mierda voy hacer ahora? Sí por mí fuera voy sola y no involucro a Liam en ese incómodo ambiente, pero está una de las principales leyes del mundo sobrenatural que no me lo permiten.
❝En todas las reuniones u fiestas, todos los líderes deben de presentarse junto a su pareja y segundo al mando, sino cumple con esta ley se le considerará como un traidor por no confiar en sus hermanos sobrenaturales.❞
En otras palabras sería otra guerra innecesaria, ya que me estarían tomando por traidora al no confiar en ellos. Ya que cuando enseñas a tu pareja y segundo al mando estas enseñando tu debilidad. ¿Pero cómo sabes tú si realmente esa persona es su pareja oficial y la persona que está segundo al mando? Fácil. El líder debe de darle sangre a su segundo al mando. Y a su pareja debe de morderla, en el caso de los vampiros, licántropos u otras especies que tengan características similares. Ya las otras especies utilizan otros medios, pero su líder debe compartir la misma marca con estas dos personas. Además esa “marca” sólo puede ser utilizada una vez, sin contar por supuesto que el “gran libro” verifica la certeza de dicha conexión con una gota de sangre.
En mi caso comparto una marca tipo tatuaje con Aileen, que está en nuestra costilla derecha. La otra marca no la tengo porque Liam no me ha marcado como suya ni yo a él.
—Cass...—la voz de mi Beta me saca de mis pensamientos. Cierro los ojos por un momento y masajeo mis sienes.
—No sé qué hacer. Y justamente ahora tiene que pasar esto, no quiero obligar a Liam a que me marque y asista a esa estúpida reunión.—mascullo con la mandíbula tensa. Abro mis ojos y gruño con frustración. Aileen abre la boca para responderme pero se queda en silencio. Ve fijamente hacía una dirección con el ceño fruncido. Sigo la mirada curiosa en la misma dirección que ella ve.
Liam.
Frunzo mi ceño preocupada. No se ve nada bien. Se ve pálido, tiene unas feas ojeras muy parecidas a las mías, sus labios se encuentran secos y pálidos. Y sus ojos se ven sin vida, totalmente opacos.
Ishtar gime de dolor al ver a su mate así. Observo como Liam se sienta en su típico asiento sin levantar la mirada. Es como si un aura oscura lo rodeara. ¿Qué le ocurrió?
—Por favor tomen asiento y guarden silencio que la clase está por iniciar.—dice la voz del profesor. Logro salir de mi shock y rápidamente me dirijo a mi lugar. Al lado de Liam. Pero antes de llegar del todo, las palabras de Aileen hace que pare en seco. Un escalofrío recorre mi cuerpo entero.
—Mi señora, ¿serías capaz de tener una guerra a cambio de no obligar a tu mate de marcarte y cumplir sus papeles de mates? ¿U obligaras a tu amado a marcarte y estar para siempre a tu lado, sabiendo que tal vez él no desee lo mismo? Tienes que tomar una decisión.
Decisiones.
Decisiones.
¿Obligar a mi mate a marcarme como suya en contra de su voluntad o... tener una guerra con todas las especies a cambio de no forzar a mi mate logrando a su vez que él sea feliz? ¿Es necesario sacrificar tu felicidad a cambio de la de la persona más importante para ti, así se involucre a más personas en esa decisión...o no?
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