Capítulo 6.
—¡Apresurate!—le grito a mi querida Beta que tengo más de una hora esperándola.
—Ya, ya, tranquila.—dice mientras baja las escaleras y se coloca una chaqueta de cuero negra.
—¿Se puede saber, por qué te demoraste tanto?—pregunto en un gruñido. Aileen pone los ojos en blanco.
—Me dormí en la ducha.—dice sin importancia mientras se encoge de hombros. Frunzo mi entrecejo y suspiro ruidosamente.
—¿Otra vez?
—No me culpes, que no me acostumbro todavía a levantarme tan temprano.—me dice mientras agarra una manzana. Cierro mis ojos y trato de buscar en mi interior la reserva de paciencia exclusivamente para Aileen. Suspiro, vuelvo abrir mis ojos y busco con la mirada las llaves del auto, que las encuentro en la barra del desayunador.
—¿Lista?—pregunto en su dirección mientras tomo las llaves. Aileen asiente y ambas salimos de la cocina hasta llegar a la puerta principal. Cierro la cabaña con llave y empezamos a caminar lentamente hasta la camioneta que está a un lado. Levanto mi brazo, presiono un botón del llavero que quita el seguro de las puertas. Sin pensarlo me subo rápidamente de piloto y mi querida Beta de copiloto. Me coloco el cinturón e introduzco la llave, que de un suave movimiento de muñeca enciendo aquella enorme camioneta.
—Rumbo a la tortura.—murmura mi querida Beta. Suelto una risa entre dientes. No podría estar más de acuerdo, la única razón por la que voy a ese colegio es porque mi mate está ahí, de menos ni siquiera pensaría en ir a ese lugar.
—Por cierto, ¿qué piensas hacer con lo del señor Liam—pregunta Aileen a mi lado mientras pone algo de música. Quito la mirada por un segundo del camino para verla y luego volver a lo mío.
—Haré que se enamore de mí.—respondo y me encojo de hombros.
—¿Por qué?—pregunta extrañada y casi podría decir que confusa. Frunzo el ceño pero no aparto la mirada de enfrente.
—¿Cómo que, por qué?
—Sí, Se supone que sea él el que te enamore y todo eso.—dice todavía sonando confusa.
—Eso es estúpido y ridículo.—respondo. —¿Por qué siempre tiene que ser el hombre el que tome la iniciativa? Creo que a veces somos las chicas las que debemos luchar por lo que queremos y tomar la iniciativa.
—Sí, pero es raro Cass. Si él no te quiere, déjalo. No puedes obligarlo a amarte.
Mi ceño se frunce más si eso es posible. Le doy una mirada de reojo, los ojos violetas de mi Beta me observan preocupados y de alguna forma entiendo su preocupación, pero no comparto su misma opinión
—¿Por qué?—pregunto un poco a la defensiva. —Aileen, es lo mismo como cuando un chico da lo mejor de él para conquistar a la chica que él considera la adecuada. Él es mi mate, mi alma gemela, por lo menos sé que diré que pude dar lo mejor de mí y no pensar luego; ¿Porque no pude hacer algo?
»No quiero exigir amor, pero por lo menos quiero poder acercarme a él, y si con el tiempo él no puede amarme, ni modo. «
Aileen se queda callada y pensativa.
—¿Tanto te gusta que harás lo que sea sin conocer mucho de él?—me pregunta con bastante interés.
—Mucho, si tú estuvieras en mi misma situación lo entenderías. Él es tímido y reservado, por lo poco que pude ver de su personalidad sé que él no está acostumbrado a recibir por decir así; “amor” o “afecto”. Si él no da el primer paso, no entiendo porqué no puedo darlo yo.
Ella vuelve a quedarse metida en sus pensamientos.
—Sabes Aileen, algunas veces nadie luchará por nosotras y seremos nosotras las que luchemos por ese amor que tanto deseamos.
»Porque habrán casos como el de Liam, que no siempre será el chico dominante que tiene a todas a sus pies. Y seremos nosotras las que los tengamos que conquistar.«
Dicho esto el auto vuelve a quedar en silencio.
Así tenga que luchar contra todos para obtener el amor de Liam y lo haré.
◆◇◆◇
—Realmente odio venir a este lugar.—dice mi querida Beta con notable fastidio.
—A mí es que tampoco me haga mucha gracia, pero es donde puedo pasar más tiempo con Liam.—digo mientras me encojo de hombros. Busco un lugar donde estacionar y el mismo lugar que ocupé ayer está vacío.
Raro.
Así que sin perder más tiempo estaciono, apago el motor, busco mis cosas y salgo. Aileen hace lo mismo y se coloca a mi izquierda. Ambas entramos al enorme colegio saludando al amable guarda. Empujamos las puertas y nos encontramos con el pasillo que lleva directamente a las aulas.
—Hey Cass, mira eso.—dice Aileen mientras me señala hacía el frente, especialmente donde hay varios estudiantes reunidos, casi parece como si rodearon algo o a alguien. Aileen y yo nos acercamos dejándonos llevar un poco por la curiosidad, pero si soy sincera un mal presentimiento de pronto se ha instalado en mí, y eso no es nada bueno. Frunzo mi ceño cuando siento el intenso aroma a Kiwi a medida que me acerco. Aquel aroma que estoy empezando a reconocer y amar. Cuando nos logramos acercar bastante, vemos que a quienes rodeaban, no era nada más ni nada menos que mi mate y aquel egocéntrico Beta con complejo de Alfa.
—¿Qué hacías con mi futura Luna?—escucho que le dice Paul a Liam.
¿Futura Luna? ¿Liam estaba con su mate? Pienso al borde de mis celos. Escucho atenta a lo que responde pero nunca escucho aquel tono ronco y tímido que lo caracteriza.
—¿No me vas a contestar bicho raro?—pregunta con burla aquella basura.
Idiota.
—N-no sé de quién me-me habla Alfa.—responde Liam en un adorable tartamudeo. El imbécil de Paul empieza a reírse y burlarse de él.
—No entendí una mierda. Pero bueno, como tratas de hacerte el que no sabe déjame y te informe.—le dice mientras se acerca un poco a su oído. Liam le lleva bastantes centímetros demás por eso tiene que alzar bastante el cuello para llegar a él. Aileen y yo solo nos limitamos a observar un poco de lejos, no queriendo intervenir.
Observo de reojo a los demás estudiantes, algunos no dejan de ver con asco a mi mate.
«Mátalos a todos.»
—Aléjate de Cassandra. Ella es mía, y no voy a permitir que un ser tan insignificante como tú se interponga entre ella y yo.
¿¡Yo!? ¿De ése?
*—Somos de Liam.—dicen en un gruñido Ishtar y Metztli.
Todos a nuestro alrededor afirman con la cabeza, como si la opinión de ellos importara. Como si ellos tuvieran opinión sobre mi vida. Increíble.
—¿Desde cuándo soy tuya imbécil?—mascullo entre dientes. Todos voltean a ver en mi dirección bastante sorprendidos. —Creo que mi indirecta de ayer no te bastó, además agradece que no me dejaran matarte.
Ambos inmediatamente alzan la mirada encontrándose con la mía. Algunos a mi alrededor retroceden asustados. Le doy una mirada rápida a aquellos interesantes ojos de diferentes tonalidades.
Hermosos.
—Preciosa, lo ocurrido ayer fue un simple malentendido.—la voz de aquel imbécil hace que mi atención vuelva a él. —Pero no te preocupes te disculpo por tu insolencia, además no deberías dejar que por personas desagradable e insignificantes estemos enojados.
¿Insolencia?
*—¿Sabrá ese imbécil que tú eres su Alfa? Aquí el insolente es él.—dice Aileen por medio de nuestra conexión. Se escucha bastante molesta.
—Desde la primera vez que lo vi supe que era un idiota, pero ahora es cuando lo confirmo. Es hasta vergonzoso ver como ese ser inferior trata de aparentar lo que no es.—respondo a Aileen.
Dicho esto cierro la conexión y observo a este payaso que tengo enfrente.
—Pensé que solo eras un patético narcisista, pero realmente eres la persona más imbécil y estúpida que he visto en doscientos años.—le digo dejando clara mi incredulidad. Aileen no deja de reírse de fondo.
—Por favor, tú lo que tratas es de hacerte la difícil. Pero sabes muy bien que tú y yo somos almas gemelas.—me dice mientras su estúpida sonrisa arrogante se ensancha.
Lo siento querido idiota, gracias a la Diosa Luna no eres mi mate.
Bufo molesta y nuevamente reprimo las ansias de matarlo. Odio que se den títulos—y derechos—que no les corresponden.
—Sabes que te digo la verdad mi preciosa Luna.—responde sin borrar aquella estúpida sonrisa.—Así que mejor porqué no te vienes conmigo—claro que con tu querida Beta—y dejamos a los monstruos solos. No vaya a ser que lo bicho raro se nos pase...
Aileen deja de reírse para poner una expresión de completa seriedad y sé que se molestó con aquel comentario. Bueno, no es la única.
—Discúlpate.—mascullo entre dientes.
—Ni loco.—contesta burlón.
—Discúlpate.—le vuelvo a decir cada vez más enojada.
—¿Por qué yo, un Alfa de la manada de los McCartney, debería de disculparse con un ser tan insignificante, don nadie y monstruo como lo es él?
Y solo eso fue suficiente para hacer que mi paciencia se fuera a la mierda. Él quiere una respuesta, bien, le daré una respuesta.
—¿Quieres saber por qué?
Mi voz sale peligrosamente calmada, Paul traga saliva nervioso y asiente en mi dirección. Empiezo a acercarme y me quedo muy cerca de mi mate. Liam se encuentra como una estatua, juraría que hasta ni respira. Dos pasos era lo que nos separaba. Paul se encontraba a su izquierda viéndome nervioso.
Así es mi querido Paul, deberías tenerme miedo.
Trato de entrar a la conexión que debo de compartir con mi mate, ya que con todos los lobos comparto una, pero no quiero que nadie más escuche lo que le diré, solamente él. Reprimo una sonrisa cuando encuentro aquella conexión. Respiro profundo y me armo un poco de valor para hacer lo que estoy a punto de hacer.
*—Más te vale seguirme.
Su cara es de completa sorpresa cuando escucha mi voz en su mente. Sin embargo no lo dejo preguntar, porque me tiro literalmente a sus labios. Suaves y con sabor a menta. Delicioso. Empecé a mordisquear su labio, exigiendo que me siguiera el beso. Un gruñido ahogado salió de lo más profundo de su ser que provocó que todo mi interior se revolviera, mi corazón iba a un ritmo frenético y un cosquilleo se encontraba en mi estómago. Nunca había besado a nadie, pero cuando probé sus labios sentía que lo había besado por siglos, él tampoco era experto por su forma torpe, pero no tardó en seguirme el ritmo. Me empezó a besar no de una manera apasionada o dominante, todo lo contrario, fue un beso lento que me permitió sentir muchas emociones por aquella caricia.
Me declaro adicta a sus labios.
Cuando termina el beso y abro mis ojos no puedo evitar sonreír como boba y dejar a relucir mi felicidad. Pero para todo buen momento, está un imbécil para joderlo. Y ese imbécil se llama Paul McCartney. ¿No tiene nada mejor que hacer?
—¡¿Qué demonios!?—grita un Paul con la cara desencajada de la impresión. —¿Por qué mierda besas a éste bastardo?
Gruño molesta en su dirección, nunca había deseado tanto matar a alguien como a este imbécil. Tenso mi mandíbula y me acerco, retrocede un poco asustado. ¿Quiere explicaciones? Bien si eso quiere eso, se las daré. Una sonrisa cruel se posa en mis labios. Liam observa fijamente todos mis movimientos.
—Porque... Liam McCartney al que ustedes tratan como un don nadie, es mi mate, mi alma gemela. Alfa de la manada de los McCartney y quien por ser mi mate pasa a ser Alfa de todos los Alfas y lobos del mundo. Así que te exijo que muestres respeto a tu Alfa y líder.
Listo, lo dije.
Todos jadean impresionados. Los ojos de Paul se abren sorprendidos.
*—Esa es mi Alfa.—la voz llena de orgullo de mi Beta llega a mi mente. Mi respuesta fue un gruñido. Su risa no se hizo esperar.
—Ya escucharon a mi Alfa, así que inmundos ignorantes circulen de aquí y ya saben muestren respeto a su Alfa.—dice Aileen mientras fulmina con la mirada a todos. No se hacen esperar y se van a clases dejándonos sólo a nosotros cuatro.
—Vamos a ver qué opinan los tíos, querido primito.—le dice con malicia Paul a Liam, antes de darle una sonrisa burlona. —Con su permiso mi señor.
Solo no espero haber complicado más la situación.
—Bien, me voy adelantando.—nos dice Aileen antes de irse rápidamente para clases. Liam se encuentra sumergido en sus pensamientos. No sé si está enojado o no.
—Disculpa que te haya besado de esa forma y dicho a todos que eres mi mate.—le digo con toda sinceridad mientras juego con mis manos. Aunque no lo lamento. Liam alza la mirada y me observa intensamente, también alzo la mirada a sus hermosos ojos, pero no logro aguantar su mirada, siento mi cara arder y mi corazón a punto de estallar de lo frenético que va.
—¿Por qué?—pregunta en un susurro. Que si no fuera porque tengo buena audición no hubiera podido escuchar. Alzo la mirada confusa.
—¿Por qué?—pregunto confusa.
—¿P-Por qué te disculpas?—me dice mientras sus mejillas se sonrojan un poco.
Liam me estas matando.
—Porque... pensé que te habías enojado que te besara sin permiso y más que dije que eras mi mate, sin contar si a ti te parecía bien que lo dijera o no. Ves… este… por eso.—empiezo a hablar demasiado rápido, que dudo mucho haya podido entenderme. No sé ni lo que digo. Parezco estúpida, siento mi cara arder fuertemente del sonrojo.
Dios Cassandra deja de comportarte así.
—Aunque no lo lamento –murmuro. Liam frunce un poco el entrecejo. —Tú eres mi mate, pero también eres alguien con sentimientos que no merece que nadie te trate así.
—N-No entiendo.—me responde confundido y casi diría que atormentado. —¿Por qué no me dejas solo como la gran mayoría? ¿Por qué quieres estar con alguien como yo? ¿Por qué? No lo entiendo.
Niega y lleva ambas manos a su cabeza. Nunca había visto alguien despreciarse a sí mismo como Liam. Un dolor en mi pecho hace que un nudo se forme en mi garganta, es triste, muy triste. Liam alza la mirada, encontrándose con los míos. Su mirada se ve cada vez más atormentada, pérdida.
—¿Por qué?
Por la forma en que me ve, puedo notar lo mucho que desea saber. Es como si no me creyera, como si mis acciones tuviesen algo malicioso, se nota tan desconfiado.
Oh mi querido Liam, ¿qué te han hecho para que desconfíes así?
Me duele el pecho por alguna razón que desconozco. Sé que nunca olvidaré esa mirada, nunca.
—Porque eres la persona más importante para mí además de Aileen.—susurro sin apartar mi mirada de la suya. Trago saliva pero aquel nudo sigue ahí. Las ganas de llorar es cada vez mayor, pero me aguanto. No quiero verme débil, quiero que vea mi sinceridad. Quiero que confíe en mí.
—Sé que es pronto para decir que te amo, y también sé que no sé nada de ti.—musito mientras me acerco un poco a él. —Pero no puedo evitar querer abrazarte y besarte cada vez que te veo.
»Quiero saber todo de ti y poder ser tu soporte para lo que sea. Sólo la Diosa Luna sabe cuánto he deseado encontrar a mi alma gemela, para así al fin recuperar la mitad del alma que se me fue arrebatada.
Liam te dije que haré que te enamores de mí y sé que es algo egoísta de mi parte, pero deseo que me ames como yo estoy empezando a amarte...«
Es lo que más deseo en esta vida. Lo necesito, lo necesito y mucho.
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