Capítulo 16.
«Cass...»
«Sálvalo, Cass.
«Cass... Sálvalo.»
Innumerables voces se escuchaban en mi mente. Tantas que no reconozco a ninguna, frunzo mi entrecejo confusa. Trato de ver a mi alrededor pero se ve borroso. Alzo mi mano y también mi mano se ve borrosa. Parpadeo continuamente con la sensación de que son mis ojos los culpables. Pero mi vista sigue borrosa o las cosas siguen borrosas.
No sé cuánto tiempo pasa, diría que unos cinco minutos cuando la imagen cada vez se va haciendo más nítida. Puedo hallarle la forma a ciertas cosas, pero no puedo decir específicamente qué son o en dónde estoy. Veo en todas direcciones tratando de ubicarme, hasta que aparece algo que no lo puedo confundir con otro lugar.
Un lago congelado.
El lago en el que vi por primera vez a Liam. A lo lejos se ve el palo en el que encontré a Liam sentado. Avanzo hacía ése lugar y la sensación de deja vú se hace presente. Ciertos fragmentos de aquella vez se vienen a mi mente. Siento mi cuerpo ligero y es cuando me percato que llevo el mismo vestido sencillo celeste que la primera vez.
Que extraño.
Sigo avanzando, hasta que llego al palo caído. Suspirando y viendo a mi alrededor me siento sobre éste. No sabiendo qué hago en ese lugar empiezo a pensar el por qué estoy allí, pero como no hallo una explicación lógica más que esto es un sueño—o alguna pesadilla—me quedo esperando que algo pase o alguien más aparezca. Pero a medida que el sueño pasa nada, ni nadie aparece. Bajo mi mirada un poco y veo algo que me provoca una extraña sensación de nostalgia. Unas bellas, pero extrañas flores violetas. Frunzo mi ceño. Su extraño color se me parece un poco al color de los ojos de Aileen.
Qué raro.
Aunque siento como en alguna parte de mi cerebro si sé su nombre, cuando en realidad no tengo la remota idea como se llaman, la verdad no soy muy fan de las flores. Un escalofrío me saca abruptamente de mis pensamientos, los pelillos de mi nuca se erizan cuando siento una presencia a mi izquierda. Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no pude darme cuenta de aquello.
—Moy angel...
Una suave, fuerte y ronca voz proviene de aquella persona, tan llena de... anhelo. Solo haber escuchado su voz, hizo que mi pulso saliera disparado como loco, es casi la misma sensación que me provoca Zurich. La única diferencia es que Zurich despierta una lujuria y un deseo que desconozco, en cambio ésta persona me provoca una sensación de amor, cariño y tristeza que de alguna forma me parece vagamente conocida. Algo me impulsa a ver su rostro. Pero cuando quiero alzar mi vista y ver de quién se trata, algo o mejor dicho alguien, me saca de mi extraño sueño.
¡NO!
—¿Cass?
Abro mis ojos y lo primero que veo es el preocupado rostro de mi Beta.
—¿Qué pasa?—pregunto una vez siento que mi vista se enfoca, no puedo evitar que mi voz salga un tanto ronca. Aileen sigue viéndome preocupada y no aparta sus ojos de mi rostro.
—Véelo por ti misma.—es lo único que me responde. Confundida y un poco adormilada me levanto, busco algún espejo en el que ver mi rostro. Y lo que veo, espanta todo sueño que tenía.
¡¿Pero, qué...?!
Mis ojos se encuentran completamente cambiados, mis colmillos se encuentran alargados, tan largos que muy pronto rompen mi labio inferior. Mis facciones se endurecieron otorgándole un aspecto siniestro e intimidante a mi rostro. Mis ojos, mis colmillos y mis facciones cambian solo cuando me enojo o cuándo se trata de.... Un escalofrío vuelve a atacar mi cuerpo.
«Sálvalo Cass...»
Aquella voz. Frunzo mi ceño y mi cuerpo se tensa completamente, cuando un pensamiento para nada agradable ataca mi mente.
—¿Cass?—me pregunta Aileen sin cambiar su expresión, incluso se ve más preocupada. Pero antes de poder responderle, salgo a toda velocidad de la casa. Algo me dice que debo de llegar rápidamente a un lugar, y ése lugar es donde está mi mate. Así que sin perder más tiempo salgo a velocidad sobrenatural. No me transformo en loba porque mi velocidad vampírica es más veloz y quedaría desnuda. ¿De dónde sacaría ropa después?
A medida que corro solo veo de reojo como los altos y frondosos árboles del bosque, los dejo atrás, haciendo que se vean un tanto abstractos. Cuando llego a la mitad de mi camino, un dolor en mi pecho—y como si golpearan mi estómago—provoca que casi tropiece y caiga.
¿Qué rayos?
*—Liam.—rugen Ishtar y Metztli con dolor.
Y el malestar se intensifica a medida que sigo corriendo, haciendo que una extraña sensación de asfixio se apodere de mí.
«Sálvalo.»
Nuevamente esa voz. La desesperación cada vez va aumentando y mi corazón está a punto de salirse de mi caja torácica.
Ya voy mi querido Liam. Ya voy.
◆◇◆◇
Casi sin aliento, llego a la parte trasera de la casa de Liam, donde se encuentra la puerta de su cuarto. Rápidamente me dirijo hacía las escaleras que llegan a su puerta. El malestar cada vez se iba haciendo más doloroso y difícil de soportar. Y eso no puede significar nada bueno. Muevo la manija de la puerta, pero como es obvio se encuentra cerrado y con llave.
—¡AH!—escucho el doloroso grito de Liam.
Mierda. Ábrete maldita cosa.
Muevo la manija de la puerta con desesperación, pero nada ocurre.
—¡AAH!—vuelve a gritar, incluso más fuertemente. Ya no pudiendo aguantar más, derribo la puerta. Con un sonido seco caigo junto a la puerta al suelo, ciertos pedazos de madera se esparcen, pero eso ahorita es lo de menos. Me levanto rápidamente.
—¡Liam!—lo llamo con desesperación mientras lo buscaba en su cama, en la cocina, en la sala, en el baño...Por la Diosa. Lo que veo me deja destrozada y en shock durante unos segundos.
*—¡Cassandra!—me sacan de mi ensoñación Ishtar y Metztli
—¡Liam! ¡Mírame! ¡Liam!—le pedía a punto de estallar en llanto. Su cara estaba llena de sangre, al igual que la agua a su alrededor. Una expresión de completo dolor estaba reflejada en su rostro y mantenía sus manos aferradas fuertemente a su cabeza. Tocaba su rostro, buscando el lugar de donde provenía la sangre, trataba de apartar sus manos de su cabeza.
—Liam, por favor. ¿Dime qué tienes? Liam...—mi voz salía completamente desesperada ni si quiera sabía qué era lo que salía de mi boca.
—Po-or favo-or...haz que pare...por favor.
Su voz sonada entrecortada por el dolor. Y eso terminó de destruirme. Su cuerpo estaba ardiendo y su piel estaba cada vez más blanca. Su pulso de estar altísimo empezó a bajar de una manera que solo hizo que mi desesperación aumentara. Me sentía inútil.
Está muriendo.
*—¡Ishtar! ¡Metztli! ¿Qué hago? Por los Dioses, ¡ayúdenme!—les gritaba histérica por la conexión.
*—¡Márcalo!—me responden al instante.
Sin pensarlo mucho—y sin saber muy bien qué es lo hago—acerco mi rostro al cuello de Liam. Olfateo ligeramente hasta que siento el lugar donde voy a clavar mis colmillos.
—¡AAAH!—grita fuertemente cuando mis colmillos se introducen en su suave piel. Las lágrimas no tardan en salir de mis ojos. Me siento como una persona horrible.
—Perdóname mi amor... perdóname...—murmura entre sollozos mientras veía como su cuerpo y rostro se iba relajando.
—Cass...
Es lo último que dice Liam antes de caer en la inconsciencia.
De verdad perdóname.
Reviso nuevamente su pulso y pronto se va volviendo estable. Me levanto un poco tambaleante y apago la ducha, busco con mi mirada alguna toalla con la que pueda envolver a Liam, hasta que veo algunas en un cajón que está en un mueble. Dejo las toallas encima del mueble y me agacho para sacar a Liam de la ducha, con gran esfuerzo, y con uso de mi fuerza lo saco y lo coloco en el suelo. Envuelvo varias toallas a su cuerpo y me voy rápidamente a buscar ropa seca. Una bermuda, una camisa y un bóxer, es lo primero que consigo rápidamente. Sin perder más tiempo vuelvo al baño, seco bien el rostro de Liam y empiezo a sacar la ropa mojada. En otro momento hubiera muerto de vergüenza—o nervios—pero ahora mi mente solo está llena de pensamientos sombríos.
Una vez está cambiado, nuevamente utilizo mi fuerza para levantarlo y llevarlo a rastras a su cama. Con cuidado lo coloco sobre su enorme cama y no puedo evitar ver su rostro tranquilo. Cierro mis ojos por un segundo y suspiro pesadamente.
Espero no me odies por haber hecho esto.
◆◇◆◇
Cinco horas. Eso lleva Liam inconsciente. Cinco horas, de tortura mental. Mi cabeza está llena de imágenes de como encontré a Liam, lo que hubiera pasado si él hubiera... Sacudo mi cabeza cuando nuevamente mi mente recorre ese camino.
Muerte.
Mi cuerpo se estremece y unas enormes ganas de llorar se apoderan de mí.
No murió pero si te odiara por condenarlo a estar junto a ti...
Nuevamente mis demonios me atacan, debilitando mi cordura.
Basta, Cassandra. Basta, me reprendo mentalmente, no es momento de mostrar debilidad, debo ser fuerte por Liam y por mí. Escucho un ligero quejido y eso es señal de que Liam ya está despertando. No puedo evitar suspirar de alivio. Su cuerpo se tensa completamente poniéndose en alerta. Mueve su cuello rápidamente hacía la izquierda, en mi dirección. Y sé que eso le provocará un terrible dolor, pero es muy tarde para prevenirlo.
—Mierda...—maldice entre dientes por el dolor. Lo sabía.
—No deberías de moverte.—le digo suavemente. He escuchado que entre más te mueves es más insoportable el dolor.
—¿Ca-ass?—pregunta en un ahogado susurro. Su rostro está completamente sorprendido y un tanto confundido. ¡Por Zeus!, cuanto extrañaba sus extraños pero hermosos ojos, su tímida pero ronca voz. Sonrío aliviada, pero la preocupación no desaparece completamente.
—Hola....—murmuro mientras me acerco y me siento en la cama, a su lado. Su mirada recorre mi rosto y sé que no debo verme muy bien, pero cierta chispa casi podría decir que de felicidad se apodera de sus ojos haciendo que mi corazón aumente su ritmo. Una escena donde Liam está muerto y otras horribles cosas vienen a mi mente haciendo que mis ojos se llenen repentinamente de lágrimas.
—Pensé-é que te había perdido.—le digo en un lastimero susurro. —Pensaba que no iba a poder abrazarte, verte o besarte más.
Solo la idea hace que se me rompa el corazón. Sin estar muy consciente de lo que sucede Liam me abraza, enrollo fuertemente mis brazos por su cintura. Escondo mi rostro en su pecho. Inhalo su delicioso aroma.
—Lo siento.—dice sacándome de mi ensoñación. Levanto mi mirada, frunzo el ceño y rompo el abrazo. El enojo se va haciendo presente en mi cuerpo.
—¿Por qué lo sientes? ¿Qué sientes? ¿Sabes si quiera el sufrimiento que pase viendo cómo te desvanecías en mis brazos sin poder hacer algo? Y tú no hacías nada, solo dejándote vencer. ¡Así que no digas nada si realmente no lo sientes!
Sé que debo de parecer una histérica insensible pero realmente me sentía desesperada y él solo se dejaba ir. Hace una mueca de dolor por mi golpe y me acuerdo que él no está bien todavía.
—Lo siento. Dios, que tonta soy, todavía estas débil, en serio perdóname Liam.—le decía rápidamente mientras mis ojos trataban de llenarse de lágrimas nuevamente. No puedo creer que lo haga sufrir más.
—No-o te preocupes.—me dice un poco tímido y me sonríe ligeramente.
Me estás matando Liam.
Pero mi burbuja de felicidad se rompe cuando veo el rostro preocupado y confundido de Liam mientras toca su vendaje. La tapé porque no sabía cómo iba a reaccionar, y tampoco es que me alegrara mucho contarle. Así que bajo su penetrante mirada camino de un lado hacía otro nerviosamente, armándome de valor.
Sé valiente.
Me lleno de valor, clavo mi mirada en la suya. Y doy gracias a la Diosa Luna que mi voz sale fuerte y serena.
—Tenemos que hablar...
Ahora sólo espero todo salga bien. O pueda que no...
◆◇◆◇
—Liam, por favor di algo...
Nerviosa era poco como me encontraba en éste momento. Y no ayudaba el silencio de Liam. No dejaba de ver la marca. La cuál es de una tinta bastante negra que destaca mucho en su pálida piel.
—¿Estás enojado?—le pregunto con cautela y un tanto triste.
—No...—me responde suavemente mientras se da media vuelta. Su voz suena sincera y su rostro me muestra que es verdad. Pueda ser que no esté enojado, pero tampoco es que le guste mucho la idea.
—Pensé que me ibas a odiar...—susurro en un tono muy bajo.
—¿Por qué?—su confusión se hace presente.
Oh mi amado, a veces eres tan inocente.
—Por qué te he condenado... A que mueras o a que pases toda tu eternidad a mi lado...
Y no sé qué tanto quieras estar a mi lado.
—Liam, hay algo que no te he dicho...
Debe de estar harto de mí. Pero antes de que él pregunte más sobre el tema, prácticamente le suplicó a que hablemos en la sala.
Me siento en el sillón individual que me senté la primera vez que vine. Una sonrisa trata de asomarse en mis comisuras al recordar los extraños pero lindos momentos que pasamos, rápidamente la quito cuando me acuerdo la conversación pendiente que tenemos. Liam tarda un poco pero al cabo de unos segundos se sienta en frente de mi. Sus ojos reflejan una gran confusión y sé que no debe ser agradable no saber qué es lo que sucede.
Observo sin poderlo evitar el enorme tatuaje—marca—que sobresale del cuello de la camisa de Liam. Subo lentamente mi mirada hasta que nuestros ojos conectan, haciendo que un ligero escalofrío me recorra. Pero por más que trate de mostrarme feliz y fuerte, mi mirada refleja completa tristeza.
—Nunca esperé que algo tan especial como ésto fuera a pasar de ésta forma.—empiezo a hablar con la voz un poco débil. —Deseaba marcarte como mío, pero nunca de ésta forma y más en contra de tu voluntad.
Solo la Diosa Luna sabe cuánto deseaba marcarlo, que todos supieran que él era mío y yo suya. Innumerables veces me imaginé como iba a pasar, pero lo cierto es que entre uno más expectativas se imagina más duro es el golpe. Sonrío un poco triste. Triste de obligarlo a estar junto a mí.
—Lo siento Liam, de verdad lo siento…—era lo único que era capaz de decir. Liam cada vez fruncía su ceño más y su confusión iba en aumento. Pero, ha llegado la hora. Lleno mis pulmones de aire y pongo mi rostro serio e indiferente.
—Te marqué en contra de tu voluntad Liam, pero eso no significa que me arrepiente, porque no es así y lo lamento. Si hoy estás en frente de mi
escuchando lo que te digo, es porque resultó y eso es lo único que me ayuda a quitar un poco de culpa...
Y eso es lo único que no me deja perder la poca cordura que me queda. Y el hecho de que un nuevo obstáculo ha sido puesto en nuestro camino. Porque la decisión que tomé me ayudara a darme cuenta sí tenemos o no un futuro juntos. Entrelazo mis manos y lo observo intensamente, respiro profundamente armándome más de valor.
—Al iniciar el ritual de mates, entrelazas tu alma a la de tu mate.—inicio sin apartar mi mirada de su rostro. —Además de empezar a compartir una conexión comparten su vitalidad, pero para que eso ocurra ambos deben de poseer la marca, si no los dos se estarían condenando. ¿Por qué razón? Porque en los licántropos normales pueden vivir un mes sin la marca de su mate. Pero nosotros al poseer un linaje más puro nuestro tiempo es menor...
A medida que le explico sobre el ritual y dejo una que otra pista para que se dé cuenta de la situación, pero me doy cuenta lo que ya pensaba; Liam no tiene idea sobre la conexión y el ritual entre mates. Trato de que vea y entienda lo que estoy tratando de decirle, pero parece ser que su cerebro se encuentra dormido.
*—Dile de una sola vez.—me dice Ishtar tranquilamente por el link. Así que armándome de valor nuevamente, lo suelto.
—Debes de marcarme Liam... O en tres días, moriremos ambos.
Realmente odio ésta situación y lamento ponerlo en éste problema. Pero ya lo hecho, hecho está, y no podemos cambiar el pasado. Y si se pudiera, haría lo mismo así me siga sintiendo mal. Mantengo mi expresión y mi tono serio para que vea que no le estoy jugando alguna broma.
—Debes de decidir Liam...
Desearía que fuera a mí la qué me sucediera ésto, pero así es el destino. Liam se mantiene en una especie de shock, el cual ya me está empezando a preocupar. Pero cuando pensaba que no me iba a responder o algo, me deja ahora a mí en shock.
—¿Podría pensarlo?—pregunta en un bajo susurro, casi diría yo que cauteloso. Me deja en shock por la simple razón de que...va a considerarlo. Desea tanto seguir viviendo que va a aceptar marcarme o... al fin aunque sea una milésima de mis sentimientos están llegando a él.
—Cla-aro.—respondo un tanto estupefacta. —Por favor dime tu respuesta antes de que se cumplan los tres días.
Asiente ligeramente y se vuelve a meter en sus pensamientos. A veces me gustaría utilizar mis poderes para saber qué es lo que piensa, pero sentiría que lo que vaya a averiguar sólo puede provocar que todas mis ilusiones se vengan al garete.
Ojos que no ven. Corazón que no siente.
Un incómodo y tenso silencio se instala entre nosotros. Ése es mi aviso de que ya nada estoy haciendo acá, así que, me levanto del cómodo sillón, carraspeo un poco mi garganta logrando mi cometido, que Liam alce su rosto y mirada.
—Ya me voy...—trato que la decepción no se note demasiado. Liam se levanta rápidamente, quedando muy cerca de mi cuerpo.
Menta y Kiwi.
Nos dirigimos a la destrozada puerta.
—Pagaré por los daños.—digo con un poco, por no decir mucha, vergüenza sobre los destrozos. Liam sonríe de medio lado y le quita importancia. A veces es tan extraño verlo tan despreocupado. Es como si fueran múltiples personas en una sola. Los dos volteamos a vernos y la atmósfera se torna un poco incómoda.
—E-eh..gr-gracias por salvarme y-y por cuidarme.—dice con su característico tartamudeo, el cual ya me hacía una enorme falta escuchar. Le sonrío con toda mi dentadura. Es la primera vez del día que sonrío tan sincera.
Me acerco hacía él para despedirme aunque sea de un beso en la mejilla o un enorme abrazo. Puedo escuchar su acelerado corazón el cual va al mismo ritmo que el mío.
Desenfrenado.
Acerco lentamente mi rostro al suyo y pongo mis pies en puntillas para llegar mejor. No puedo dejar de ver sus labios, es como si me llamaran.
Mi principal, era solo darle un ligero beso en su cachete e irme, pero nunca esperé—¡nunca!—que Liam girara su cabeza haciendo que nuestros labios conectaran.
Que delicia.
Ya no pudiéndome aguantar más, enrollo mis manos en su cuello, acercándome más a el y empiezo a mover mis labios, él no tarda en responder con la misma intensidad.
Adicta completamente a sus labios. Fríos y suaves.
A veces no está mal consumir y sufrir alguna sobredosis de este tipo, cuando aquellos deliciosos labios salen implicados. Sólo espero que Liam, tome sabiamente una buena decisión, y esa sea pasar el resto de la eternidad juntos.
Te amo Liam... y estoy dispuesta amarte hasta que la muerte o alguien trate de separarnos... incluso te amaré más allá.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro