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Capítulo 29


Año 2014

Cuando despertó, no supo si era el mismo día pero sintió dolor en su corazón....y también vio a su madre, Martina.
Tuvo que que frotarse los ojos para estar segura de que no veía visiones y en efecto, ahí estaba su madre, sentada en una silla junto a su cama.

- Hola preciosa - dijo su madre alegre.

- Mamá? - susurró; abrió los ojos sorprendida y salió de la cama tan rápido que casi se cae al suelo de no ser por su madre que la cogió a tiempo - mami! mami! - gritó eufórica - estás aquí, estás viva!!

- Que es todo este jaleo? - dijo Kevin; su padre, apareciendo por la puerta de la habitación.

- Papi! - gritó otra vez feliz echándose a sus brazos - tu también estás bien!! - se echó a reír emocionada.

- Veo que ya estás mejor - dijo él aliviado.

- Espera... - dijo Abby apartándose - y yo también estoy viva - murmuró tocándose sin creerselo todavía - y Alice? - dijo mirando a sus padres - donde está Alice?

- Quién es Alice? - soltó Kevin confuso.

- Como que quién es... - siguió ella - la bruja que nos ayudó con la maldición...quien va a ser?

- Es por la fiebre - dijo Martina levantándose de la silla.

- Que fiebre? De qué hablas?

- Hija, has estado toda la noche con casi 40 grados; tuvimos que llamar al médico. Tenías delirios y alucinaciones - dijo Martina tocándola la frente - pero ya no tienes.

Abby la miró fijamente durante varios segundos.

- Eso no puede ser - exclamó - e estado en el siglo XVII con Alice y conocí a nuestros antepasados - ahora miró a su padre - descubrimos al traidor y acabaron con él y los Mclean; después la bruja quitó la maldición.

- Sí, eso estabas delirando toda la noche, cielo - dijo Martina.

- Pero...

- El médico dijo que la fiebre podría dejarla confusa y cansada - siguió Martina - es mejor que te acuestes y descanses.

- Llamaré a los abuelos, que estaban preocupados - dijo su padre.

- Abuelos? Que abuelos?

- Vuelve a la cama - dijo Kevin.

Abby se metió dentro viendo la mirada de preocupación de su padre. Después la dejaron tranquila para que pudiera descansar; cuando los oyó bajar las escaleras, salió de la cama y comenzó a recorrer la habitación pensativa.

Abuelos? Ella no recordaba tener abuelos. Tampoco recordaba estar enferma con fiebre; por qué no recordaban a Alice?
Todo lo que había vivido... todo lo que había sentido... esos sentimientos hacia esas personas no podrían ser producto de alucinaciones. Y qué decir que lo que más la confundía era el porqué estaba viva o cómo sus padres terminaron conociéndose y viviendo en España.

Recordó de repente a Bruce; cerró los ojos visualizando su mirada, su sonrisa, como fruncia el ceño cada vez que le decía algo que no entendía...

Sintió la necesidad de llamar a su amiga Sonia; a ella podía contarle todo. Y así lo hizo; rememorando toda la experiencia, desde su primera aparición en ese siglo hasta el instante en que desapareció de los brazos de Bruce. Pero Sonia al igual que sus padres le aseguró que para empezar en su familia nunca hubo una maldición. Después, exhausta pero sintiéndose un poco mejor por haber hablado de todo eso, Abby dijo:

- Sonia, como es posible recordar tantos detalles si solo fue a causa de la fiebre?

- Porqué no te conformas con la experiencia, el delirio y lo dejas así?

<< Que me conforme con la experiencia? - pensó Abby - lo haría si dejara de sentir dolor por echar tanto de menos a Bruce >>

- Se parece a un libro que leí hace poco - siguió Sonia - quizá tú también lo leíste y la fiebre te hizo pensar que lo habías vivido. Maldición, que buena idea! Tengo todo un estante de libros con historias que me encantaría vivir. Creo que meteré un rato la cabeza en el congelador; cuanto tiempo piensas que llevará pescar una pulmonía y me dé fiebre?

Sonia si que lograba hacerla reír; de fondo se escuchaba a la madre de su amiga que colgara que llegaban tarde al aeropuerto.

- Ya has oído a la sargenta Abby; me alegro de que estés mejor, te quiero amiga.

- Buen viaje loca - dijo Abby y colgó.

Pasaron los días, semanas y meses y seguía recordando a Bruce con fuerza; cada vez que intentaba hablar con sus padres de ese tema, se preocupaban más así que dejó de hacerlo.

Después de todo, quién podría creerse que había vivido viajes en el tiempo, brujas con poderes, maldiciones y un highlander que la había hecho la mujer más feliz del mundo?

Una mañana se despertó y bajó a desayunar cuando sus padres la abrazaron felicitándola.

- Felicidades mi amor! 20 años ya! - dijo su madre.

- Mi pequeña sigue creciendo - siguió su padre.

<< Bien - pensó Abby - era su cumpleaños y seguia viva >>

Tendría que dar la razón a sus padres y todo había sido producto de la fiebre? Pero entonces... porqué sentía ese vacío en su corazón?

Mientras desayunaban mantuvieron una conversación.

- Esta tarde, tus abuelos quieren que te encuentres con ellos en el parque de atracciones - dijo Kevin.

- Yo sola?

- Ayer hablé con ellos y se empeñaron en pasar la tarde contigo en tu cumpleaños - siguió - esas fueron sus palabras.

- Mañana lo celebraremos todos juntos porque también vienen mis padres - dijo su madre.

- Y donde quieren que nos veamos?

- Te esperan dentro; al lado de las sillas voladoras. Pero primero te daremos tu regalo - respondió Kevin.

Ella vio a Kevin sacarse algo del bolsillo y alzó unas llaves con un llavero en el que se podía leer Peugeot; abrió los ojos desorbitadamente, dió un gritito y los abrazó.

- Porqué no vas fuera y lo ves? - dijo su madre dándole las llaves.

Abby con una sonrisa de oreja a oreja abrió la puerta y en la entrada vio un Peugeot 208 rojo de cinco puertas que la encantó al instante.

- Gracias, gracias, gracias - dijo emocionada.

Metió la llave, abrió la puerta y se metió dentro. Comenzó a toquetear todo; el volante, los asientos, los espejos.... todo la encantaba.

- Tengo mi propio coche!!!- dijo Abby eufórica.

- Solo si prometes que serás responsable - sentenció Kevin.

Ella asintió enérgicamente con la cabeza.

                                                     ~~

Después de comer, fue al baño a ducharse; cuando terminó se secó el pelo y mientras lo hacía, le vinieron recuerdos de Bruce. Hoy más que nunca necesitaba verle, estar con él, abrazarle, besarle... cerró los ojos intentando tranquilizarse, no podía seguir así porque sino caería en un pozo sin fondo. Se puso la ropa, las zapatillas y en el bolso metió el monedero, el móvil y las llaves de casa. Terminó cogiendo una chaqueta por si luego refrescaba y bajando las escaleras se encontró a sus padres.

- Hija, tus abuelos ya han llegado al parque - dijo Kevin - acaban de llamar.

- Entonces, ya me voy - dijo ella.

Les dió un beso a cada uno y salió de la casa.

Se metió en el coche y condujo dirección al parque de atracciones; esperaba que ellos llegaran a ella porque no tenía ni idea de que aspecto tenían. Cuando llegó, tardó un poco en encontrar un sitio para aparcar, atisbó un sitio y cuando fue a aparcarlo, otro coche se le adelantó haciéndola pisar el freno.

- Eh, idiota! - gritó Abby apretando el claxon - yo lo vi primero!

Seguía refunfuñando mientras miraba si había otro sitio; al cabo de unos minutos vio uno y antes de que se lo quitaran, lo aparcó.
Cogió el bolso, quitó la llave y abrió la puerta, después de cerrarla, se acercó a comprar la entrada y le dieron un folleto donde había dibujado un mapa situando las atracciones.
Había muchísima gente, sobre todo cuando pasó por Nickelodeon; sonrió cuando vio a Bob Esponja con Patricio haciéndose fotos con los niños pero se le quitó cuando vio a Dora la exploradora; uff, no soportaba a esa niña repelente que te repetía mil veces las mismas preguntas como si fueras gilipollas. Siguió andando pasando por el tornado, los rápidos, la lanzadera, los fiordos...

- Por fin! - suspiró cuando llegó a las sillas voladoras.

Se apoyó en la valla y observó a los transeúntes que pasaban cerca de ella. A los minutos se giró para ver a la gente en la atracción.

- Abby?

Estaba mirando las sillas voladoras y segundos después se encontró en los brazos de una mujer que reía nerviosa.

- Oh, mira Henry - dijo la mujer emocionada al hombre que estaba a su lado - como a crecido nuestra nieta. Felicidades!

- Ya lo veo, Nora - dijo Henry sonriente - felicidades!

Cuando Nora se apartó, Henry la abrazó.

- Así que vosotros sois... - carraspeó - quiero decir... hola - sonrió.

- Abby tranquila - dijo Nora cogiendo sus manos - sabemos todo lo que hiciste para salvar a todos de la maldición.

- Perdona, qué? - dijo perpleja.

- Henry - dijo Nora chasqueando la lengua - nos hemos dejado tu regalo, ahora venimos, de acuerdo?

- Puedo acompañaros!

- No! - dijo Nora - esperanos aquí, no tardamos!

Ella los vio marchar; la verdad no sabía que pensar. Acababa de conocer a sus abuelos y si no había oído mal, ella dijo que sabían lo que pasó por la maldición. No podía ser posible, no?

Abby iba mirando a su alrededor con curiosidad; donde se habrían metido? De pronto escuchó:

- Señora Sinclair, me has echado de menos?

Aquella voz la paralizó.

<< Imposible >> pensó.

Y sin embargo, solo había una persona en el mundo que tuviera aquel tono descarado y encantador al hablar; un tono que había añorado día y noche. Tenía miedo de volverse y que todo fuera un malentendido pero respirando lentamente y con las emociones a flor de piel volvió su mirada hacia la derecha clavando los ojos en él.

- Tú - susurró pasmada.

Bruce, al ver que ella no se movía y solo lo observaba, frunció el ceño y con una encantadora sonrisa , respondió al recordar una frase.

- Sé que estarás flipando en colores pero te aseguro que soy yo!

Al escuchar aquella contestación, Abby sonrió, corrió hacia él y lo abrazó. Lo besó con anhelo, pasión y devoción; entre sus brazos tenía al hombre que adoraba y que con su ausencia le había roto el corazón. Incapaz de abrir los ojos por temor a que aquello fuera un sueño, escuchó:

- Abby...si que tienes fuerza pequeña!

Abby lo soltó.

- Aunque te aseguro - dijo Bruce atrayéndola hacia él - que no me importaría que me aplastaras si estuviéramos así siempre.

Mareada por aquella fuerte impresión le cogió el rostro con sus manos y susurró cerca de su boca.

- Estás aquí...por favor, dime que no es un sueño y que no te marcharás!

- No es un sueño y nunca me alejaré de tí, amor.

- Amor - musitó ella deleitándose con esa dulce palabra - no sabes cuánto e echado de menos oírte decir eso.

Bruce cogiéndola en brazos con posesión, la besó y solo lo interrumpió cuando escuchó:

- Ejem... ejem... ya vemos que no has podido esperar para encontrarte con nuestra Abby - rió Henry del brazo de su mujer.

- Sí, amigo... - asintió haciendo un guiño a Abby.

- Esperen... qué? Ustedes se conocen?

Vio que los tres se miraban.

- Te contaremos todo, Abby - respondió Henry - vamos al merendero y cogemos un refresco?

Abby sintió como la mano de Bruce se entrelazaba con la suya y dirigió su mirada ahí; después la alzó a los ojos de él.

- Estás bien?

- Lo estaré cuando me contéis todo.

Todos asintieron y cuando llegaron, Henry y Nora se fueron a esperar su turno para pedir mientras Bruce se sentó con Abby en su regazo.

- Mi amor, no llores - dijo limpiandoselas con los pulgares.

- Es que... - dijo ella sonriendo - estás aquí, conmigo y en este siglo!

Juntó sus labios con los suyos queriendo demostrarle todo el amor y el anhelo que había juntado en su ausencia.

- Te e echado tanto de menos... - dijo acariciándole la mejilla.

- Yo también, amor - dijo él cogiendo su mano y entrelazandola con la suya - yo también!

- Que pasó cuando... - se interrumpió Abby agachando la cabeza.

- Cuando te desvaneciste en mis brazos?

Ella asintió. El rostro de Bruce se oscureció como si una tormenta se hubiera cernido sobre él. La tempestad de dolor asomó a sus ojos como una ráfaga de granizo helado.

- Me volví loco - dijo mientras sentía la mano de Abby acariciar su pelo - en un momento te tenía y al segundo desapareciste. Sujeté a la bruja exigiendo que te devolviera pero me dijo que no era posible y te juro que creí morir!

La expresión de Bruce la conmovió; su semblante compungido irradiaba un dolor inhumano ante el recuerdo. Abby besó sus labios con dulzura en un intento de evaporar esos recuerdos.

- Después me devolvió la paz por algo que dijo - la pasó el pelo detrás de la oreja mirándola con adoración.

- Que fue lo que te dijo? - preguntó curiosa.

- Que no podía hacerte volver pero sí podía conseguir que volvieras a nacer; cuando vio mi cara y la de Duncan, siguió diciendo que con ayuda de otra bruja poderosa podrían atravesar un portal y conseguir que tus padres se conocieran!

- Fue...

- Sí, mi amor, fue Alice - dijo él sonriendo - en cuanto le contamos todo, no dudó en ayudarla!

- Y dónde está?

- Decidió quedarse con Ian, uno de los hombres de Duncan. Se enamoró y me dijo que entenderías el porqué se quedó.

- Ya estamos aquí - dijo Nora dejando los refrescos sentándose al lado de Henry.

- Ahora cuéntame cómo has conseguido venir tú aquí - dijo Abby.

- Una mujer exigente - soltó Henry.

- Cállate querido - dijo Nora dándole en las costillas con el codo - ahora viene la parte buena.

- Ya sabemos a quién a salido! - dijo Henry haciendo sonreír a Abby.

- Fueron Alice y la bruja - siguió Bruce - me ayudaron y aparecí en casa de tus abuelos. Alice sugirió que antes de verte, me acostumbrara a la modernidad de este siglo.

- Y menos mal que lo hizo - dijo Nora - te acuerdas del día que Bruce descubrió la televisión? Nunca me reí tanto al ver sus reacciones cuando le mostré lo que podía hacerse con el mando a distancia. Te imaginas a alguien fascinado por los anuncios de publicidad?

- Y cuando lo llevamos al cine? - siguió Henry - Le compramos una caja de palomitas y sentandonos en nuestros sitios, estaba tan distraído con su sabor que cuando empezó la película y alzó la mirada, pegó tal brinco que nos cayó  palomitas a todos, caja incluida.

- Oh, basta! - rió Abby.

Miró a Bruce y se sorprendió viéndole colorado como un tomate. Intentó parar pero volvió a imaginarselo y le dió aún más; después lo abrazó susurrándole un te amo.

- Ahora cuenta tú - dijo Bruce cambiando de tema.

- Me desperté en mi cuarto y lo primero que vi fue a mi madre sentada al lado de mi cama. Me sentí tan eufórica que al salir de la cama me enredé con las sábanas y si no llega a cogerme a tiempo, me caigo al suelo - terminó riendo.

- Veo que sigues siendo...

- Torpe? - dijo ella alzando la ceja - sí, querido; te has casado con una torpe pero no se admiten devoluciones.

- Me e casado con la mujer que a salvado a su familia, una mujer única y especial que me ama y nunca dejará de hacerlo!

- Veo que sigues siendo...

- Adorable? - sonrió Bruce.

- No, arrogante.

Bruce alzó la ceja y Nora y Henry rieron.

- Después - siguió Abby - vi a mi padre y lo abrazé. Cuando les conté todo lo que viví, dijeron que era por la fiebre que había tenido; y cuando dije que no os conocía, pusieron unas caras que ya me veía inscrita en un manicomio.

-  Tú tienes los recuerdos donde sólo vivían tus padres - dijo Nora - y nosotros otros en los que te vimos nacer, crecer, tus cumpleaños, navidades...

- Tenemos recuerdos de distintas líneas temporales - asintió Henry.

- Y después? - siguió Bruce.

- Nada - siguió ella - no quise preocuparles.

Siguieron hablando hasta que anocheció. Nora llamó a su hijo diciendo que Abby se quedaría con ellos a dormir ( cosa que era mentira ) y después Bruce y Abby se marcharon al apartamento de él.

- Bruce...

- Sí? - dijo él llevándola al balcón y rodearla con sus brazos.

- Dejaste todo - dijo ella - tus tierras, tus amigos... no lo echarás de menos?

- Mi amor - dijo él - todo cuánto quiero eres tú; mis tierras están en buenas manos y mis amigos lo entendieron. Es más, Duncan me amenazó con venir si no te cuidaba toda mi vida!

Abby sonrió.

- Abby, no quiero que dudes.

- De qué?

- De qué tú eres mi hogar y que no hay mayor magia en la tierra que el poder de un corazón que ama!

- Y el de dos brujas excepcionales - dijo ella sonriendo.

Dicho lo cuál, una profunda paz cayó sobre ambos.

Los dos alzaron la mirada al cielo viendo una estrella fugaz; mirándose tiernamente a los ojos pidieron mentalmente el mismo deseo.

Que sus almas siempre estuvieran unidas.

Un deseo y una promesa que ambos estaban dispuestos a cumplir.


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A sido largo pero espero que os haya satisfecho el final
tanto como a mí.

Gracias a todas por todo el apoyo con los comentarios y votos
que me habéis dado😘😘😘

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