Limpia mi alma capítulo 12

Kakashi suspiró agotado, por fín habían terminado de atar los últimos flecos de tan extensa, ardua y por supuesto dificultosa negociación con Fugaku Uchiha, líder del clan del legendario doujutsu conocido como el sharingan además de ostentar con el puesto de jefe de la policía de Konoha, a partir de ese momento el clan Uchiha dejaría de lado su labor como policía, la cual la pasarían a ocupar los ambu, en detrimento de está perdida sustancial de influencia y presencia, los miembros afectados serían reubicados en escuadrones de patrullaje, espionaje e investigación, usando máscaras para ocultarse y sin distintivos que pudieran identificarlos como miembros de dicho clan, también se habilitarían varias vacantes en el ambu para aquellos que desearan proseguir con el trabajo policial, con respecto a la seguridad del complejo Uchiha, el hijo del Colmillo Blanco se comprometió a ceder algunos shinobis de confianza para vigilar y asegurarse de evitar incidentes que pudieran ocasionar un estallido de violencia, por su parte, Fugaku Uchiha se comprometió a encontrar a los responsables de lo sucedido con la familia del joven Uzumaki, no había más que decir ni agregar, la negociación había terminado con un desenlace satisfactorio para ambas partes, sin nada más que hacer en el despacho del Rokudaime, el líder Uchiha se marchó no sin antes agradecer de corazón la profunda solidaridad y el enorme compromiso del peligris con su familia. Se pasó unos minutos observando embelesado el paisaje en frente de él, acogió con necesidad todo el aire que sus pulmones pudieran atesorar para soltarlo de golpe buscando sacar con ello el enorme abatimiento que atenazaba su alma, siguió observando los edificios, apreciando los tejados, admirando las fachadas, visualizando las ventanas... dejando pasar el tiempo... no queriendo hacer otra cosa pese a tener un interminable trabajo por delante... no estaba mentalmente dispuesto como para confrontar las hordas de papeles que debía sellar y firmar... y quién no lo estaría después de lo ocurrido?... una presencia a sus espaldas le sacó de su ensimismamiento... volteó sus ojos cansados para toparse con el hijo del hombre que había tenido instantes atrás sentado enfrente suya.

Kakashi: Itachi... qué te trae por aquí?.- Aproximándose a su escritorio para tomar asiento y escuchar lo que fuera que el ambu tuviera que contarle, antes de que el muchacho de oscuros cabellos pudiera abrir su boca, el Hokage le llamó la atención con un leve gesto de su mano derecha.- Siéntate y ponte cómodo si así lo deseas...

Itachi: Gracias por su amabilidad Hokage-sama... pero declinaré su ofrecimiento... no estaré mucho tiempo aquí... vine por un par de asuntos...- El ninja copia se mantuvo espectante.- Vine a informarle de que continuaré en el ambu pese a la reestructuración de todo el personal Uchiha.

Kakashi: No te preocupes por eso, sabía perfectamente que esa sería tu voluntad...

Itachi: Gracias de nuevo... y la otra cuestión que me trajo aquí es muy simple... me gustaría... preguntar por el estado de Naruto...- El veterano shinobi de cabellos plateados cerró sus ojos debido al incipiente cansancio que atacaba a su maltrecha vista, volvió a exhalar todo el contenido de sus pulmones a modo de suspiro y procedió a responderle a su subordinado.

Kakashi: No creo que te sorprenda, Tsunade-sama pasó por aquí y me contó lo último en cuanto a su estado, no está bien, mentalmente está quebrado y lo que es más preocupante, ha desarrollado un odio irracional hacia tu familia... es por eso que desearía que... bueno, le digas a tu hermana que no se acerque a él a menos que esté dispuesta a jugarse su vida o como mínimo su integridad física...- El moreno no varió ni un ápice su gesto, triste y apesadumbrado.- Hablando de tu hermana... cómo se encuentra?.

Itachi: Destrozada... se culpa a sí misma por lo ocurrido...- Kakashi alzó su única ceja visible (recordemos, aquí no perdió el sharingan, por lo que lleva solo un ojo al descubierto).

Kakashi: Explícate...

Itachi: No se atreva a dudar de mi hermana...- Dijo en un tono molesto a su superior, el cual se resignó a no interrumpirle.- Como usted sabe mi hermana... ama a Naruto desde hace mucho tiempo... desde que comenzó su noviazgo con Sakura se ha maldecido a sí misma por no haber sido valiente y declararse... ha sufrido mucho ya... lo hizo cuando se enteró de su casamiento, lo hizo cuando supo que ella (Sakura) estaba embarazada y lo hizo cuando dió a luz a las pequeñas... la última vez que volvió a repetir su anhelo al cielo fue el día en el que nos reunimos todos para festejar el ascenso de Naruto a Hokage, aguantó bebiendo como nunca...

Kakashi: No entiendo, a dónde quieres llegar diciéndome todo esto?.- Bastante apenado, pues se estaba perdiendo en las explicaciones del ambu.

Itachi: Si me dejas acabar...- El peliplata asintió en silencio dejándole continuar.- Al día siguiente de la reunión deseó con todo su ser tener una oportunidad con Naruto, por como lo dijo me atrevería a decir que en ese momento no le importaba mucho el precio a pagar por ver cumplida su petición... Yo mismo se lo dije, hay que tener mucho cuidado con lo que uno desea, porque hay veces que nuestros anhelos se cumplen, pero no de la forma en la que deseábamos que lo hicieran... es por eso que está confinada en su cuarto sin salir...

Kakashi: Entiendo...- Levantándose de su asiento para volver a mirar Konoha a través del enorme ventanal del despacho.- Espero que tu hermana salga a delante y supere este "agujero" en el que hemos caído todos... también asegúrate de que ella no se acerque a Naruto, por lo menos que no lo haga hasta que yo o Tsunade-sama verifiquemos que no es hostil y peligroso para vosotros... ahora sí me disculpas... tengo que firmar unos papeles...- El moreno asintió inclinándose levemente ante su líder, cuando estaba apunto de abandonar la estancia, la voz de Hatake Kakashi volvió a sonar.- Se me olvidaba... El entierro de Sakura y las niñas será mañana... a las 11 de la mañana... en el lugar de siempre...- El Uchiha asintió levemente abandonando el lugar.

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Mikoto subió las escaleras lentamente, en sus manos llevaba un vaso de té caliente para su hija, la cual llevaba confinada en su cuarto desde que había salido del hospital, sin apenas ganas de hablar, comer o beber... ni siquiera sabía si ella dormía por las noches o se mantenía despierta a modo de penitencia por lo que ella consideraba que era su culpa, tocó levemente la puerta que daba al cuarto de Sakae, esperó varios segundos en silencio para recibir el permiso para entrar... al no obtener respuesta alguna, se dispuso a entrar por cuenta propia, abrió la puerta y sus ojos negros enfocaron a su hija metida en su cama, con las cobijas a la altura de la barbilla, sollozando en silencio... con el corazón en un puño, Mikoto se acercó a paso timorato hasta estar justo al lado de la cama, dejó la bebida en la mesita de noche y tomó asiento en la cama, a la altura de la cintura de su "pequeña".

Mikoto: Hija...- Tratando de que Sakae mejorará su decaído ánimo.- No puedes seguir así... culpándote no lograrás nada más que atormentarme...

Sakae: No quiero hablar...- Subiendo las cobijas un poco más, ahora las tenía a la altura de la nariz.

Mikoto: Lamentándote así no arreglarás nada... el daño ya está hecho, ahora solo queda la posibilidad de tratar de recuperarlo a él...- Sakae la observó por el rabillo del ojo, poniéndole más atención a las palabras de su madre.- Según tú, es tu culpa que esto haya sucedido pese a que sabes perfectamente que no tiene nada que ver contigo... y yo solo te diré una cosa... más bien, te preguntaré algo...- Todo esto salía de sus labios con una voz tranquila, suave y melódica... que no se enlazaba a la perfección con el semblante serio de la matriarca Uchiha.- Deseabas por todo del mundo poder tener una oportunidad de estar con él... y ahora que la tienes... y que él necesita de alguien que le vuelva a traer luz para salir de la densa y horrorosa oscuridad que le ha envuelto por completo, estás aquí... lamentándote miserablemente por algo en lo que tú no tuviste nada que ver... es ahora, cuando tú tienes que hacer tu parte, es ahora cuando tú actúas y no solo lo conquistas como hombre... es el momento de que tú... y solamente tú... lo salve como persona...- Mikoto esperó pacientemente a que su hija le respondiera, sin embargo el silencio absoluto se mantuvo sin quebrarse... suspirando se levantó para salir de la habitación y dejarla sola, pues ya no sabía que más decirle a su hija para hacerla entrar en razón, cuando su pálida mano rozaba el metal de la manija de la puerta, un levísimo sonido de cobijas moverse la detuvieron.

Sakae: Oka-san... gracias...- Mikoto se volteó otorgándole a su hija una pequeña sonrisa... para después abandonar el cuarto... ahora mucho más tranquila y por supuesto, feliz.

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El resto del día transcurrió sin más incidentes, el clan Uchiha programó una reunión para el día siguiente, pues Fugaku Uchiha debía comentarle al consejo de ancianos del clan los resultados de su reunión con el Rokudaime, Itachi por su parte le comentó a su madre el contenido de su propia reunión con Kakashi, le habló de la celebración de los entierros y por supuesto de la advertencia del peliplata para con su hija/hermana, Mikoto suspiró resignada, ahora que había conseguido que su "niña" saliera de la depresión... debía prohibirle lo que más deseaba... salvar al muchacho de dorados cabellos...

Esa misma noche, los 4 cenaron en silencio en el salón de la mansión, no tenían muchas ganas de hablar, de vez en cuando, Itachi observaba furtivamente a su hermana, la cual solo se centraba en devorar su cena, demasiado tiempo había estado anclada en la tristeza comiendo muy poco.

Itachi: Sakae-nee...- La morena levantó su vista del plato mirándole directamente a los ojos.- Mañana será el entierro... supongo que irás...

Sakae: Por supuesto... pasa algo?.- Elevando una ceja.

Itachi: Ahora que lo dices... sí...- Soltando sus cubiertos con delicadeza sobre la mesa.- Por lo que más quieras... mañana mantente fuera de la vista de Naruto... no creo que le haga mucha gracias que estemos presentes... espero que entiendas... que... en un momento como ese... y en el estado mental que está... no creo que reaccione de muy buena manera al ver a un Uchiha ahí...- Fugaku y Mikoto observaron de reojo el rostro de su hija, pendientes de cualquier movimiento facial que delatara cómo iba a reaccionar su hija a las palabras de su hermano mayor, para su sorpresa, Sakae levó otra cucharada de comida a su boca y siguió comiendo unos instantes más antes de responder a su Nii-san.

Sakae: Por respeto a él y a su familia permaneceré en un segundo plano mañana.- Volviendo a llenar su boca de alimento.- Pero una vez la tierra sepulte sus cuerpos... nada me impedirá recuperarlo a él... algo me dice que mañana no solo se dará sepultura a 3 personas...

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Sintió un fuerte pinchazo en su brazo derecho, sus ojos se abrieron de golpe enfocando el pulcro blanco que envolvía las paredes de la habitación en la que estaba retenido... pues eso le parecía a él, suspiró moviendo levemente su cabeza a un lado, tratando de enfocar a aquél que le estaba inyectando cualquier cosa en su torrente sanguíneo, su adormecida visión no le permitió percibir más que una bata blanca de médico... y un tubo plástico con una sustancia amarillenta entrando poco a poco en él, poco a poco sus ojos volvieron a sentirse pesados a la vez que una extraña sensación... parecida a estar cayendo de espaldas se apoderó de él... minutos después, Naruto Uzumaki volvía a estar inconsciente, aquél que le había administrado ese "suero" se cercioró de que todo estaba correctamente para así dar por finalizada su labor... antes de irse, acarició la frente del chico... con un leve temblor amenazando la estabilidad de su mano, Shizune abandonó la estancia para dirigirse a su despacho...

????: Shizune!.- La morena volteó al escuchar su nombre.

Shizune: Tsunade-sama...- Inclinándose respetuosamente ante su mentora y superior en el escalafón shinobi y médico.

Tsunade: Administraste el calmante y los psicoactivos?.- La azabache asintió.- Bien... esperemos que antes de las 10 esté despierto y maleable... de lo contrario, nunca me perdonará que le prohibiera acudir al entierro de su familia...