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V

🍃Pequeño leopardo🍃

《♡》

Cuando regresó a casa fue a encerrarse en su habitación y tumbarse en la cama, se hizo bolita en su lugar mientras trataba de evitar que las lágrimas salieran de sus pequeños ojos, pero le fue imposible al recordar cómo había sido su tarde. Yuta lo había ignorado por completo y prácticamente se la había pasado en su celular. Su corazón dolía más de lo que pudo imaginar alguna vez y recordó algunos dramas que vio, algunas veces las y los protagonistas pasaban por altibajos y lloraban desconsolados, quizás eso era.

Quizás estaba pasando un altibajo en su relación, aunque era muy pronto, pero Mark sabía que no había lugar ni momento para que las cosas ocurrieran. Pensó que tal vez Yuta pasaba por malos momentos y su único distractor eran los juegos, quizás Yuta no se sentía cómodo contando sus problemas, peor aún que apenas iban tan sólo un día de pareja.

Se sentó en la cama y se limpió suavemente las mejillas, caminó hacia el cuarto de baño, se lavó la cara, se miró al espejo y dijo en voz alta:

—Haré que Yuta cambie y confíe en mí. —su tono fue determinado— Haré que comprenda que es malo ahogarse en un vaso con agua, habiendo personas que nos quieren apoyar. Yo seré su sostén, su apoyo.

Se quitó la ropa y se metió a la ducha. Empezaría con sus planes el día de mañana, ayudaría a Yuta a superar lo que sea que esté pasando en esos momentos.

Porque ese era el problema ¿Verdad?

—Hyung... Papá y mamá nos esperan para cenar. —pudo escuchar la voz de su hermano menor, por lo que cerró la ducha para poder responder.

—Bajo en cinco. —se apresuró en ducharse y en cambiarse con prendas cómodas. Un polo negro holgado que le llegaban hasta las rodillas y un short que le llegaba hasta la mitad del muslo. Se secó un poco el cabello, para luego peinárselo. Dejó su celular cargando y bajó a la primera planta, donde su familia ya había empezado a comer. Saludó con un beso en la mejilla a sus progenitores y se sentó junto a Jeno quien lo vio algo preocupado, pero no dijo nada y sólo se dedicó a comer.

La cena al inicio fue silenciosa, sólo escudándose las cucharas chocar en el plato, sin embargo, aquel silencio fue reemplazado por una charla amena, iniciada por el mayor de todos allí. Se contaron como les fue en el día y hablaron sobre distintos temas. Entonces Mark aprovechó la situación para sacar a la luz el hecho de que a tenía pareja.

—Yo... Quiero decirles algo... —dijo el menor con la voz temblando. Sus papás lo miraron curiosos por lo que fuera a decir— Tengo novio... —habló en un susurro.

— ¿Cómo? No te escuché hijo, habla más alto. —dijo su papá.

—Ya tengo novio. —esta vez habló fuerte y claro, pero con cierta rapidez mientras cerraba los ojos. La mesa quedó en silencio unos segundos y con el temor recorriendo su sistema nervioso abrió los ojos y miró a sus padres.

—Eso es bueno... Supongo. —habló su padre— Sólo no vayas a descuidar tus estudios. —su voz salió suave y comprensiva, para luego seguir comiendo.

— ¿Cuándo lo vas a presentar? —preguntó su madre algo entusiasmada y preocupada. Siempre imaginó que su hijo les diría con entusiasmo que estaba en una relación, pero el menor parecía algo decaído y con temor.

—Mamá, —Jeno se metió— es muy pronto, para que haga eso... Por lo menos que espere un poco más y ya cuando la relación sea seria, que lo traiga a casa.

—Tienes razón. —la mujer miró a Mark— ¿Es guapo? ¿Qué está estudiando?

—Sí, es guapo... Está en la carrera de derecho, ya le falta dos ciclos para acabar la carrera.

—Así que es mayor. —habló esta vez su padre— Sólo te diré que tengas cuidado hijo mío, recuerda que no debes hacer cosas que no quieras ¿Está bien? Si te hace llorar o te hace sentir mal, no dudes en decírmelo, yo me encargaré de ocultar bien su cuerpo. —bromeó antes de preocupar demasiado a su hijo.

El mayor como padre sabía que esta era la primera experiencia amorosa de su hijo mayor, por lo que temía que lo lastimaran y lo dejaran con el corazón hecho trizas.

Definitivamente no quería que eso pasara con ninguno de sus hijos. Sin embargo, sabía que era algo inevitable, pero trataría en lo más posible de hacer que sus niños no sufran demasiado, estando ahí para ellos y darles una mano cuando más lo necesitaran.

—Gracias papá. —a Mark parecían salirle estrellitas por los ojos. Sabía que podía contar con sus padres para todo y por eso los amaba demasiado. Es cierto, sus progenitores eran imperfectos como cualquier otro ser humano, sin embargo, nunca le habían decepcionado y como siempre, ellos estaban en los momentos malos y buenos, tristes y alegres, importantes y comunes. Como familia habían logrado pasar por muchas cosas y superaron muchos retos.

Definitivamente Mark amaba a su familia.

|L Í M I T E|

Mark despertó algo aturdido. La noche anterior se había ido a la cama muy tarde, casi a media noche y todo por tener aquel tiempo en familia, si bien le alegraba que después de mucho tiempo, hayan podido pasarla juntos, también se sentía cansado, pues hoy tendría un día un tanto agitado.

Ya habían pasado dos meses de su relación con Yuta y podía decir que había mejorado, un poco, pero había mejorado. Ahora salían juntos en los descansos, ya conocía a algunos de sus amigos, a veces lo abrazaba y le daba besos en la mejilla, entre otros detalles. Y eso a Mark, le alegraba bastante.

Aunque los cambios repentinos de humor de Yuta seguían presentes y como siempre, aquello dejaba descolocado a Mark, quien aún no se acostumbraba y se sentía incómodo, sin embargo, hacía todo lo posible por recomponerse al instante.

Pero había un sentimiento en Mark, ciertamente se sentía vacío... Era como si él estuviera siendo usado.

El canadiense no era ajeno a los rumores que se habían creado en la universidad. Si bien al inicio muchos se mostraron contentos de que el lindo y muy conocido canadiense tenga la atención de quien solía ser su crush, ahora estaban preocupados y algo seguros de que el rubio estaba siendo utilizado sólo para olvidar o quizás llamar la atención de cierta persona.

Mark es muy lindo para pasar por una decepción así... Espero que el imbécil de Nakamoto piense sus acciones antes. —el canadiense había logrado escuchado a alguien, alguna vez, cuando estuvo en los baños.

Sintió su corazón doler de imaginar las probabilidades de que en serio Yuta lo esté usando y que verdaderamente el nipón no lo ame. Sin embargo, el pelinegro parecía leer sus pensamientos —algunas veces— y pronto llegaba con un ramo de rosas y chocolates para regalarle, le daba algunos mimos por minutos, y luego, lo de siempre, volvía a ser alguien frío y distante, pero Mark nunca decía nada.

El rubio suspiró en su lugar y se puso de pie e hizo la misma rutina de siempre, sólo que al final agregó el maquillarse. Hoy luciría un jumper de short de color marrón, un polo amarillo bebé, sus fieles zapatillas blancas y esta vez su cabello iría con ondulaciones. Se miró al espejo y se quedó satisfecho con el resultado.

Bajó a desayunar, encontrando a su hermano. Comieron tranquilamente y al final, como ya era costumbre fueron juntos a la parada de autobús. Al llegar a la universidad se despidieron y cada uno fue por su lado. Mark antes de ir por su facultad, pasó primero por el de Yuta, y llegó al lugar casi a los diez minutos. El japonés estaba parado cerca a la puerta mientras unos cuantos chicos lo rodeaban, y decidió acercarse a ellos sigilosamente con el fin de asustar a Yuta.

— ¿Hasta cuándo vas a seguir con esta mierda de jueguito Yuta? —el dueño de la voz parecía estar completamente molesto. TaeYong era quien hablaba.

—Tranquilo, Tae. Una vez que obtenga lo que quiero lo dejaré. —esta vez habló Yuta.

— ¿Estás loco? ¿Acaso piensas que él es un juguete o que mierda?

— ¿Por qué tan molesto de repente? ¿Acaso te gusta?

—A mí no, pero conozco a otra persona que sí y que él realmente está dispuesto a hacer lo que sea por él. Por lo menos lo trataría mejor que tú.

— ¿Quién trataría mejor a quién? —Mark preguntó apenas llagaba, asustando a Yuta, aunque llegó a notar que casi al instante, los cuerpos de los presentes se tensaban.

—Un amigo trataría mejor a alguien del círculo de Yuta. —soltó el pelirrojo— Ya sabes cómo es tu novio, —recalcó la palabra— alguien frío y distante. Personalmente siento que esta persona algún día se va a hartar y lo va a dejar por alguien mucho mejor, por alguien que en verdad lo sepa valorar. —le regaló una dulce sonrisa al canadiense quien le correspondió de igual manera, aunque algo confundido— Bueno, me tengo que ir. Piénsalo Yuta, no pierdas a esa persona por ser un estúpido.

Una vez que el pelirrojo se fue, los demás también comenzaron a excusarse dejando sola a la pareja, quienes estaban algo incómodos, sobre todo Mark, quien iba pensando en quién podría ser aquella persona especial en la vida de Yuta, por un momento llegó a pensar que era él, pero descartó la idea en ese mismo instante.

— ¿Y bien? —la pregunta de Yuta lo sacó de sus pensamientos— ¿A qué venias? ¿A la misma mierda de siempre? —quizás Mark debería considerarse en la lista de personas que había creado en su mente. Su manito se hizo un puño indicando su molestia, levantó la cabeza y reprimiéndose las ganas de llorar ahí mismo, dijo:

—No venía por ti, te encontré de paso. Venía a entregarle un pedido a uno de tus compañeros. —Yuta alzó una ceja sorprendido. La excusa de Mark no era mentira, en el camino a la facultad se encontró con Yuqi, quien le pidió amablemente que le llevara un jugo de naranja y un sándwich a su amigo Lucas, el menor asintió pues iba a ver a Yuta y eso no sería un problema— ¿Sabes dónde se encuentra Lucas?

—Ese soy yo ¿Qué necesitas de mí? —un chico de cabellos grisáceos, tez morena y muy alto, se acercó a la pareja al escuchar su nombre.

—Hola, Yuqi me envió este jugo de naranja y este sándwich para que comas. —le entregó la comida con su típica sonrisa— Que tengas buen provecho, sunbaemin.

—Oh, muchas gracias pequeño leopardo. —y todo pareció suceder en cámara lenta, cuando el alto volvió a hablar— Perdón, es que te pareces a un leopardo bebé. —sonrió sabiendo ocultar su nerviosismo.

—No te preocupes... Bueno, nos vemos, Lucas~ —su tono de voz salió cariñosa sin que el rubio se diera cuenta— Adiós, Yuta. —y sin más, se fue a su facultad.

Dejando a dos chicos con el sistema nervioso alterado, a uno porque le había hablado con algo de cariño y al otro porque corría el riesgo de que su plan se fuera abajo.











Bueno, bueno... ¿Quiénes acertaron sobre el admirador secreto? Levanten la mano jsjs. ^^

Espero que el capítulo les haya gustado.

Gracias por leer, les amo manguitos. 💚

Naranjita🐧🌱

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