El pelirrojo observo a la morena que se encontraba a lado de él, parecía un poco mejor.

—¿Cómo te sientes?

—Me duele la cabeza —se quejó Airam sobándose la sien —... gracias por traerme.

—¿No deberías de ir al doctor? Te acabas de desmayar — su voz reflejaba preocupación por la mujer —...podría pasarte algo peor.

—Solo fue porque no comí bien —explico con una pequeña sonrisa —, estaré mucho mejor, no te preocupes.

—Me dijo tu amiga la pelirroja que te diera esto —le extendió una barra de cereal y un yogurt —, eso te hará sentir mejor.

Se encogió de hombros recargándose por completo en el sillón.

—Gracias — le sonrió tomando la barra y yogurt para comerlas —, tenía días que no te veía.

—Bueno, tú no llegaste el día que me dieron de alta —desvió la mirada evitando cruzarse con la de ella —...creo que te molesto — Airam lo miro con interrogación —, que te besara, creo que no debí de hacerlo, ensero lo sient...

El pelirrojo no pudo terminar las palabras ya que, sin esperárselo, los labios de la latina se estrellaron contra los de él, Charlie de forma inmediata correspondió al beso, el sabor a yogurt de durazno inundo su boca y el aroma a chocolate lo embriago por completo, sentía como si flotara perdiéndose en Airam Castiello.

Los labios de ambos se movían con intensidad, encajaban a la perfección mientras la mano de Charlie se perdía en el largo y sedoso cabello de la chica que besaba, Airam trazaba un camino de círculos en el gran hombro izquierdo del pelirrojo.

Ella no lo negaría, Charlie alteraba todos sus sentidos, nunca había conocido un hombre tan guapo como él y que fuera tan amable, estaba acostumbrada a la clase de hombre vulgar y nunca le había molestado eso, pero con el Weasley todo parecía tan tranquilo de hecho hasta su forma de hablar era algo anticuada y más educada.

Ambos se separaron con la respiración agitada, Airam recargo la frente contra del hombre delante de ella y le sonrió.

—No me molesto para nada que me besaras — musito con voz tranquila —, al contrario, me gusta demasiado que lo hagas, Charlie — él sonrió escuchando sus palabras —...ese día tuve un problema personal y no pude llegar, lo lamento mucho, realmente quería verte.

Las mejillas del pelirrojo hicieron juego con el color de su cabello.

—Quería venir antes pero no sabía que decirte...

—Extrañaba verte por aquí —confeso con las mejillas rojas —, y no tengo tu número de teléfono para mensajearte.

—¿Número de teléfono?

Enarco la ceja confundido.

—Sí, ya sabes, tu número de celular — respondió con obviedad recargándose en el sillón —, el aparato que todos usamos para comunicarnos.

Charlie cayo en cuenta otra vez, que Airam era una muggle y usaba esos extraños aparatos en lugar de cartas o patronus.

—Ah, sí, eso —pareció pensarlo por unos segundos buscando una mentira lo suficiente creíble —, cuando termine en el hospital, mi celular termino quemado por el incendio.

—¿Llevan celulares a los incendios?

Pregunto con curiosidad la morena mientras comía.

—Solo fue esa vez, estaba hablando con mis padres cuando sucedió todo eso — mentir era demasiado difícil solo esperaba que no se complicara más porque ella en cualquier momento podría darse cuenta—, no tuve ni tiempo de dejarlo en algún lugar seguro.

—Entiendo — le sonrió levantándose para tirar la basura en el bote que estaba junto al gran tocador —, cuando compres uno nuevo tienes que darme tu número.

Le guiño el ojo con aire coqueto, Charlie no pudo evitar recorrer su cuerpo con los ojos azules eléctricos tan oscuros como la profundidad del mar, y es que la Castiello tenía un cuerpo de infarto: pechos grandes, una cintura pequeña y un trasero firme que hacia juego con sus tonificadas piernas; sumado a eso la ropa tan pequeña que usaba provocaba en el Weasley un ansia de arrancársela para dejarla completamente desnuda y escuchar sus gemidos una y otra vez.

Soltó un suspiro cuando entro al baño, esa muggle lo hacía perder todo su control sobre sí mismo, estaba seguro que si continuaba unos minutos más a solas con ella terminaría sobre ella devorándola como un animal salvaje a su presa.

Se puso de pie sintiendo como el pantalón le molestaba de la entrepierna, tenía una enorme erección, tendría que volver a su cabaña en el santuario para encargarse de ese gran problema.

Estaba dispuesto a salir cuando la voz de Airam, que era demasiado sensual e hipnótica, provocándole una fascinación al pelirrojo por seguir escuchándola.

—: ¿Ya te vas, pelirrojo?

Charlie giro sobre sus pies para verla, se acercaba a paso lento y distinguió que se acababa de lavar la cara, era tan hermosa incluso sin maquillaje, las pequeñas gotas traviesas bajaban por su cuello para llegar al inicio de sus pechos y perderse en medio de sus grandes senos, paso saliva con dificultad ante esa imagen.

—Pensé que talvez querías cambiarte y te sentirías más cómoda sin mi presencia.

Sentía como su erección dolía más, era como si su cuerpo se alertara de la cercanía de Airam, estaban tan solo a unos centímetros de distancia, Charlie tenía que bajar un poco la mirada para perderse en esos ojos oscuros que reflejaban una gran pasión.

—¿Seguro que es por eso? — la voz de Airam se volvió más baja, más sensual — ¿O es por esto, Charlie? — u n jadeo se ahogó en la garganta del Weasley al sentir la mano de la morena acariciando su erección encima del pantalón —... ¿Por qué estás tan duro, cariño?

Sus caricias eras suaves, pero demasiado placenteras, él ansiaba por no tener nada que lo separara de la cálida piel de la mano de Airam.

—Eso es jugar demasiado sucio, Airam.

Musito con voz sufrida, estaba llegando al límite de su autocontrol.

—¿A caso no lo deseas?

Charlie jadeo y sin más la tomo de la cintura para apegarla a él y besarla de forma hambrienta, Airam correspondió sin detener las caricias sobre el miembro de Charlie, al contrario, buscaba la hebilla del cinturón para poder adentrarse más.

El pelirrojo en un movimiento la alzo para empotrarla contra el tocador, tirando a algunas cosas en el proceso, pero a ninguno le importaba eso, lo único que querían era saciar ese deseo incontrolable que tenían el uno por el otro desde el momento en que se conocieron.

Charlie rompió el beso para, Airam hizo la espalda para atrás para verlo y sonreírle, paso las manos recorriendo si abdomen para llegar al pequeño top que cumplía como parte del traje y quitarlo liberando sus enormes pechos, él sonrió y los recorrió con la mirada lamiéndose el labio inferior.

—Son mucho mejor a como me los imagine.

Murmuro para acercarse y dar inicio a un húmedo camino de besos sobre el cuello, llevo las manos atrapando los senos de Airam para acariciarlos y jugar con los pezones marrones entre sus dedos.

Los suspiros de Airam inundaban los oídos del pelirrojo, las manos de él eran ásperas que resultaban demasiado excitantes, sus caricias eran suaves, pero al mismo tiempo bruscas y ni decir de los besos sobre su cuello que cada vez llegaban más abajo, paso por sus clavículas donde mordió y lamio dejando pequeñas marcas, ella echaba la cabeza hacia atrás pasando las manos entre el centelleante cabello, despeinándolo y jalándolo con suavidad.

Charlie paso la lengua sobre la aureola del pezón para humedecerla y después sobre la punta del mismo, dejándolo completamente erecto y mojado, se separó unos segundos y soplo contra él.

—Que bien se sintió eso.

Murmuro Airam en un jadeo, era una sensación extraña, pero al mismo tiempo placentero que provocaba que su núcleo despertara aún más, la pequeña braga que usaba estaba completamente húmeda.

Charlie lo volvió a hacer, pero ahora contra el otro pezón ganando más suspiros de la chica frente a él, atrapo el pequeño dardo de carne entre sus labios para succionarlo y morderlo, le gustaba pasar la lengua sobre él sintiendo como se endurecía.

Guio la mano a la entrepierna de la chica para pasar los dedos sobre la braga de lentejuelas, sentía la humedad, estaba igual de excitada que él.

Los gemidos de Airam inundaban todo el camerino, el ambiente estaba tenso y el espejo tras ellos se encontraba completamente empañado por el calor de ambos cuerpos.

Sin dejar el pezón, Charlie metió la mano a la braga, se detuvo acariciando unos segundos el monte de venus que estaba completamente depilado y se sentía demasiado suave, bajo para pasar los dedos sobre los resbaladizos pliegues, Airam se aferró a su cabello gimiendo el nombre de Charlie.

Charlie dejo el pezón de la latina para alzar la mirada y ver su rostro mientras acariciaba su vagina, le gustaba ver como echaba la cabeza hacia atrás y sus pupilas estaban demasiado dilatadas por todo el placer que sentía.

—Te vez hermosa, Airam.

Musito encontrando el clítoris palpitante para pasar los dedos sobre él y moverlo de forma circular, atrapo los labios de la morena cuando gimió e introdujo la lengua dando inicio a una guerra por ver cual podía ser más dominante.

Las caricias eran suaves, evitando lastimarla, pero si darle demasiado placer, Airam sentía su cabeza dar vueltas, el placer la consumía por completo.

—Charlie — Airam rompió el beso para verlo y arquear la espalada cuando introdujo dos dedos en su entrada —...cógeme...

Pidió entre gemidos, Charlie la embestía con fuerza con los dedos tratando de llegar a lo más profundo de ella.

—¿Eso es lo que quieres, Airam?

Pregunto viéndola fijamente a los ojos.

—Sí. Si, lo dese tanto — se mordió el labio inferior —...quiero que me folles, Charlie, por favor.

Él la beso cortamente para sacar los dedos de ella y bajar las bragas recorriendo las tonificadas piernas de la Castiello, su mirada se detuvo en su núcleo, estaba demasiado húmedo y brilloso.

Charlie se alejó unos centímetros para desabrocharse el pantalón y bajarlo con todo y bóxer con cuidado de no tirar la varita que estaba en su bolsillo trasero.

Airam se estiro hasta uno de los cajones del tocador para sacar un pequeño sobre plateado, detuvo la mirada en el erecto miembro de Charlie, tenía la punta roja y unas gotas de líquido pre seminal escapaban de ella, sonrió para acomodarse abriendo las piernas esperando por él.

Charlie se acercó mientras acariciaba su propia erección, ambas miradas se volvieron a cruzar, Airam le extendió el pequeño sobre, él no sabía de qué se trataba eso.

—¿Qué? — Airam enarco la ceja —...es un condón, póntelo — Charlie se quedó sin palabras, sabia de la existencia de esos condones muggles, pero nunca uso uno en toda su vida, por lo tanto, no sabía ni como ponerlo — ¿O quieres que te ayude? —pregunto con voz picara la mujer, él asintió aprovechando la oportunidad —, bien, cariño.

Airam abrió con cuidado el pequeño sobre para sacar el condón de látex, tomo la punta y le hizo una seña al más alto para que se acercara más, cosa que él obedeció, tomo la erección de Charlie entre sus manos acariciándola durante unos segundos para ponerle el condón deslizándolo por toda su longitud.

Era algo extraño, estaba húmedo, pero no era molesto, una vez que estuvo listo, Charlie se acomodó en medio de las piernas de Airam guando su pene a la entrada.

—¿Lista?

—Hazlo.

En un solo movimiento entro en ella, Charlie gruño al sentir lo caliente y apretada que estaba, Airam se aferró a los anchos hombros del chico al sentir su tamaño, era mejor de lo que ninguno había imaginado.

Él comenzó a moverse con suavidad dentro de Airam, que lo apretaba con las piernas para unirse más, Charlie llevo las manos al borde del tocador para ayudarse y dar embestidas con más fuerza.

Los gemidos eran fuertes, que estaban seguros que se escucharía al otro lado del camerino, pero a ninguno le importaba, habían esperado tanto tiempo por eso que nada los podría interrumpir, ni, aunque el mundo se estuviera cayendo a pedazos se detendrían.

Ambos cuerpos eran cubiertos por una fina capa de sudor y se escuchaba como sus pieles chocaban cada vez con más fuerza.

Charlie se dio cuenta, que acababa de caer en sus instintos más bajos y esperaba no salir de ellos en mucho tiempo...

(N/t: holaaa ¿Cómo están?
Ya se que tenía mucho que no actualizaba, peeero no se, tuve un bloque con este fic que hasta pensé en borrarlo, pero ya está de vuelta, jeje

Nos leemos, las amo❤️✨)