40. Secretos, mentiras y decepción.
{If "Happy Ever After" did exist,
I would still be holding you like this
All those fairy tales are full of shit
All those fairy tales are full of it.
One more fucking love song, I'll be sick.
One more stupid love song, I'll be sick}
(Payphone—Maroon 5)
La verdad era que la mañana siguiente, cuando me desperté, no me esperaba bajar al salón y encontrarme con semejante panorama justo el día de mi graduación. Los dos gemelos estaban bastante agobiados y nerviosos, moviendo su pierna arriba y abajo veloz y repetidamente, Ela mordía sus uñas con miedo y nerviosismo, mi hermano se pasaba su mano constantemente por su cara y Drake miraba un punto fijo en el suelo con terror.
Mientras tanto mi madre miraba su móvil con total cara de autosuficiencia, como por encima de los demás. Fruncí el ceño cuando terminé de bajar las escaleras y todas las miradas fueron a parar hacia donde yo estaba.
—¿Alguien me puede explicar por qué estáis así con estas caras y no estáis vistiéndoos para la graduación? —farfullé poniendo mis brazos sobre mi cintura en forma de jarras.
Mi madre pareció abrir la boca para decir algo pero mi hermano le interrumpió en el momento mirándola realmente molesto. Yo no tenía ni idea de que narices era lo que estaba pasando esa mañana, pero lo dejé pasar por el momento porque me iba a graduar y quería que fuera un recuerdo memorable, más tarde les preguntaría que mosca les había picado.
—Ahora vamos a vestirnos, es que a Ela se le había perdido una cosa importante y estábamos ayudándola a buscar —se excusó Jake, claramente, mintiendo.
Dios, era mi hermano, claro que sabía cuándo mentía y cuando decía la verdad. Alcé una de mis cejas asintiendo con lentitud antes de responder totalmente confundida.
—Vale... Puedo ayudaros a buscar si lo necesitáis.
—¡NO!
Apenas había terminado de hablar cuando la voz de todos los presentes se alzó en una misma negación, a lo que abrí mis ojos desmesuradamente totalmente confusa por su reacción.
Asentí alzando mis manos, rindiéndome, subiendo las escaleras a la misma velocidad que las había bajado. Me apresuré a darme una rápida ducha y a comenzar a ponerme el vestido azul que iba a llevar para mi graduación con unos tacones negros a juego y pendientes dorados, al igual que el bolso.
El vestido era largo, con una apertura en la pierna, algo de escote y que dejaba toda mi espalda completamente abierta también. Cuando me lo puse, procedí a peinarme y maquillarme en tiempo récord al comprobar en mi reloj que llegaríamos tarde, como siempre.
Mi pelo rubio ahora estaba lleno de tirabuzones que caían a la perfección sobre mi espalda. Mis mejillas tenían un ligero rubor, además del rímel, la sombra de ojos y un pintalabios sutil. Me puse mis tacones y guardé mi móvil en mi bolso para después volver a bajar las escaleras estando ya lista.
Abajo ya me esperaban todos listos. La cara de Drake cambió radicalmente de ser una de preocupación a una de asombro o admiración, —era difícil decirlo—, en cuanto me vio bajando las escaleras. Los demás me miraban con una pequeña sonrisa y mi hermano con ternura.
—Dejad de mirarme y vámonos o llegaremos tarde —les regañé con una sonrisa esperando que terminaran de coger sus cosas.
En cuanto terminaron, salimos lo más rápido que pudimos hasta el lugar donde se celebraría nuestra graduación. Y la verdad era que me vi sorprendida cuando mis padres vinieron justo detrás de nosotros, lo cierto era que pensé que estarían demasiado ocupados con sus respectivos trabajos como para venir a verme graduarme, como siempre.
Sonreí satisfecha cuando comprobé que llegamos a la hora exacta. El lugar era realmente bonito, era al aire libre y era algo así como un enorme jardín con una fuente, muchísimas flores de distintos colores y una pequeña tarima para hacerse fotos en el jardín. Luego ya estaba una alfombra roja para cuando tuviéramos que pasar y las sillas colocadas de forma ordenada tanto para los padres y familiares, alrededor de mesas, como para nosotros debajo del escenario donde luego nos llamarían para los diplomas, etc.
Mi hermano y mis padres se sentaron en una de las mesas junto con las otras familias que les habían tocado, ya que iba por orden de mesa y había unas once. Yo me senté tranquilamente en la silla que me correspondía, junto con Ela, Liam, Ethan y Drake. Lo cierto era que nunca había visto a los chicos así, con trajes y con porte firme y elegante. Mientras el vestido de Ela era de un rojo brillante precioso y destacaba por encima de todos, ella estaba preciosa.
Sonreí cuando el director, —mi tío—, de nuestro instituto, empezó el discurso, acomodándome en mi silla mientras de reojo miraba a todos mis compañeros. Probablemente no iba a verles la cara a la mayoría nunca más, algo que realmente no era de mi importancia porque algunos ni siquiera me caían bien. A lo lejos la mirada de Sam se cruzó con la mía, que me sonrió, a lo que le devolví una pequeña sonrisa antes de mirar nuevamente hacia el escenario.
En ese momento, en la pantalla que teníamos colgada delante de nosotros comenzaron a proyectarse fotos y vídeos de todos nosotros desde que íbamos a la guardería, al parecer una pequeña sorpresa de parte de los profesores y el director. Miré sorprendida y confusa la pantalla cuando una foto mí de pequeña apareció en ella. Yo me estaba riendo con todo mi pelo echo un desastre por el aire que parecía haber, estaba en un parque. Y a mi lado, un niño de pelo castaño y mirada traviesa me observaba de reojo con una pequeña sonrisa, apoyando su mejilla en la palma de su mano.
El recuerdo de ese día vivía tan fresco en mi memoria como si hubiera pasado hacía dos días, pero hasta ahora no me había acordado. Fue ver esa foto y algo en mi memoria pareció reaccionar, devolviéndome el recuerdo en cuestión. Cuando vi la foto lo cierto es que al principio no lo reconocí en absoluto, pero tras unos segundos me di cuenta de quien era aquel chico. Giré mi cabeza a mi lado derecho para mirarle con sorpresa.
—Sí, Melody, tú y yo nos conocimos hace mucho tiempo, sólo que no lo recordabas —murmuró Drake con una pequeña sonrisa—. E incluso con seis años yo ya te miraba como si supiera que serías la persona que cambiaría mi vida por completo.
Mordí mi labio inferior con ternura y emoción al escuchar sus palabras y permanecí nuevamente en silencio mientras veíamos el resto de fotos.
El discurso duró dos horas pero se me hizo increíblemente corto para lo que me esperaba que sería. Entonces, llegó el momento de subir arriba del escenario para ir recogiendo los diplomas y hacernos fotos con nuestros profesores. Suspiré nerviosa, pasando mis manos por mi vestido, a lo que Drake me vio y me dio una sonrisa tranquilizadora.
Comenzaron a llamar a todos los alumnos por orden de lista hasta que, finalmente, llegó mi turno después de que el resto de mis amigos subieran y yo les aplaudiera y gritara como una loca. En cuanto escuché mi nombre me levanté y subí al escenario intentando que mi torpeza no saliera a flote en esos momentos y no terminara con los dientes clavados en el suelo.
Y lo conseguí. Subí ilesa y de una pieza, recogí mi diploma escuchando los gritos de mis amigos y de mi familia, me hice fotos y volví a bajar ilesa y sin un rasguño. Drake besó mi mejilla de forma sonora en cuanto todos recogimos nuestros diplomas y me di un gran abrazo grupal después con todos mis amigos. Me despedí de algunas personas más con las que no tenía tanta relación pero me caían más o menos bien y luego regresé con ellos.
—Ahora, por favor, es el turno de que los familiares se vayan. Divertiros todos mucho, pero tened cuidado —anunció mi tío por el micrófono.
Cuando los profesores vieron a mi hermano fueron rápidamente a saludarle y a alegrarse porque hubiera sobrevivido al accidente. Jake era un antiguo alumno, así que logramos convencer al director para que se quedara un poco en la fiesta y así pudiéramos celebrarlo con él también aunque fuera en silla de ruedas todavía.
Comimos algo de cenar y nos sirvieron algunas cosas de picar y cuando todos terminaron apareció un dj sorpresa para pinchar algo de música mientras nosotros bailábamos y nos divertíamos. Fue después de ese momento cuando las cosas se empezaron a torcer para mí.
En ese momento mi móvil sonó con dos notificaciones. Una de mi madre y otra de mi tío, que al mirarle sostenía su móvil entre sus manos. Fruncí el ceño abriendo primero el mensaje de mi madre.
Me había mandado un vídeo junto con un mensaje corto pero algo confuso para mí: ''te dije que no confiaras''. Me alejé un poco de la multitud de gente que gritaba sin parar y cantaba al ritmo de la misma música. Me giré para comenzar a reproducir el vídeo, dándole la espalda a todos, pero cuando empezó volví a girarme cara a ellos por inercia, siempre me movía mucho cuando hablaba con alguien o veía algo en el móvil.
Me sorprendió ver quien era la persona en el vídeo, así que lo acerqué a mi oreja para ver qué era lo que Drake decía mientras movía los labios. La otra persona era mi madre, estaba dirigiéndose a ella, y el móvil parecía estar escondido y sujetado por otra persona.
—¿Melody Evenson? ¿Por qué razón iba a yo a hacer de su niñero o lo que sea? No me cae bien, y además ya es mayorcita. Dios esa niña es insoportable, una mimada, con mal carácter, agresiva y una completa estúpida; nadie en su sano juicio se juntaría con ella o con los locos de sus amigos, ni de broma voy a respirar el mismo aire que ella no vaya a ser que me pegue algo. Sólo es una niñata asquerosa con aires de depresiva —escuché la voz de Drake por el móvil, era la conversación que tuvieron cuando Drake accedió cuidar de mí los nueve meses que mis padres se iban.
—Te ofrezco 300.000 dólares, sé que vais mal de dinero así que me parece una suma considerable.
—Aguantar a esa niñata no puede ser tan barato, 500.000 o no hay trato.
—Está bien, y por cierto, —en ese momento mi madre se acercó a él amenazante—, no vuelvas a hablar de mi hija de esa manera si no quieres que te hunda en la ruina a ti y a toda tu familia, niño. No te imaginas de lo que soy capaz por mis hijos.
Drake le miró de manera molesta pero acabó por asentir extendiendo su mano para alcanzar la de mi madre en un apretón, cerrando su trato de forma formal. En ese momento mi madre anunció que iba al baño y apareció otra persona que parecía la madre de Drake, apoyada en el marco de la cocina soltando un suspiro.
—Sigo pensando que es mala idea.
—No lo es, mamá. Verás lo fácil que será. Acepto el trabajo, y llego a donde más le duele, a su hija. Juego un poco con ella, me divierto, les robo el dinero, los dejo en la ruina y nosotros podemos pagar todo lo que debemos por culpa de papá y su mierda de vicio al juego. Y tan felices.
—¿Felices? Nada de lo que has dicho me haría feliz, hijo. Y el simple hecho de que plantees algo así me hace replantearme la mala forma en la que te he criado —espetó su madre con indignación.
—Lo que digas, lo haré igual. Esa niñata es tan estúpida e inocente que no se dará cuenta de que estoy jugando con ella. Todo saldrá bien, mamá.
—Me parece que subestimas a esa chica. Ha crecido sin figuras parentales porque la ignoran, la ha criado su hermano y ahora está en coma... Creo que lo ha pasado peor de lo que piensas.
—¿Con todo el dinero que tiene? Lo dudo mucho.
—Hijo, el dinero no da la felicidad.
—Lo sé, pero al menos solucionará nuestros problemas.
—No saldrá bien —insistió su madre —. La verdad siempre sale a la luz, hijo. Olvídalo.
—No lo haré, nada sale a la luz si sabes esconderlo bien.
Entonces, mi madre bajó las escaleras de volver del baño y el vídeo finalmente se cortó justo cuando ya se despedían y mi madre estaba saliendo por la puerta de la casa. En cuanto el vídeo terminó dejé caer mi brazo aun sosteniendo mi móvil, alzando mi mirada para encontrarme con la de Drake, que me miraba con arrepentimiento.
Se acercó a mí, quedando frente a mí pero yo me alejé rápidamente en pasos cortos hacia atrás. Ni siquiera me había dado cuenta de que lágrimas habían rodado por mis mejillas hasta que una aterrizó en mis labios y llegué a saborearla. Negué con mi cabeza, mirándole incrédula con decepción, tristeza y rabia, tanta que ni siquiera me cabía dentro.
—Ni te me acerques —murmuré con un hilo de voz, negando aún con mi cabeza.
Sentía una frustración en esos momentos que se manifestó con un tremendo nudo en mi garganta. Drake me había mentido, dejando como mala a mi madre, y ocultando todas esas cosas horribles que dijo de mí. Y me daba igual que ya no pensara así o que eso fuera ''antes'', nada excusa que me hubiera mentido a la cara. Nunca había tenido una relación así que no sabía cómo funcionaban, pero de lo que estaba segura es de que las mentiras no daban fortaleza a nada, sino que lo destruían, como estaba pasando en esos momentos.
—Melody, déjame explicarte...
—No, Drake. No quiero oír nada que venga de ti.
Le mandé un mensaje a mi madre, agradeciéndole por el vídeo y advirtiéndole que iba a volver a casa lo antes posible. Eliminé cualquier rastro de mis lágrimas y de haberme sentido mal mientras recogía mis cosas y le mandaba un último mensaje a mi madre.
—Ahí tienes tu jodido dinero —farfullé alejándome para buscar a mi hermano.
El último mensaje que le había mandado a mi madre era corto y simple, quizás la confundí un poco, pero era lo que debía: ''ingrésale el dinero ahora''. Y al alejarme pude llegar a ver la notificación en su móvil con el dinero ya ingresado en su cuenta. Mientras Drake me perseguía yo solo buscaba a mi hermano. Cuando lo encontré estaba hablando con Ela y me miraron con nerviosismo, a lo que les miré confusa.
—Tenemos que contarte algo, Mel. Es serio —habló mi hermano.
—Bien, pero que sea en casa, ya no quiero estar aquí. Vámonos.
Mi hermano y Ela asintieron. Avisamos a Ethan y Liam de que nos íbamos y me apresuré a salir del lugar andando a paso rápido. Cogí el móvil mandándole un último mensaje a Drake: ''no me busques, no me mires, no preguntes por mí, necesito estar a solas un tiempo; no quiero verte, y espero que seas capaz de respetarlo''. Y después, lo bloqueé por todas partes.
Tuve que apretar mis labios para no volver a llorar mientras caminábamos. Gotas de lluvia empezaron a caer, pero no me importó que arruinaran mi maquillaje o vestido, no se comparaba a como me estaba sintiendo internamente en aquellos momentos. Cuando por fin entramos a casa dejé mis cosas en la entrada y suspiré para relajarme sentándome en el sofá.
—Entonces Jake, ¿qué queríais contarme? —sonreí como pude, aunque pareció más una mueca, esperando a que hablaran.
—Melody nosotros... ya desde bastante antes del accidente, estábamos juntos —murmuró mi hermano seriamente.
¿Juntos? ¿Cómo que juntos?
—Creo que no entiendo a qué te refieres —le miré confusa.
—Mel, lo que intenta decir tu hermano es que nosotros dos teníamos una relación secreta —dijo Ela con un hilo de voz.
Me quedé mirándoles con sorpresa. ¿Pero qué mierda le pasaba hoy a todo el mundo? ¿Ahora iban a venir Ethan y Liam a decirme que habían hecho incesto y estaban enamorados o que mierda?
No hablé, simplemente les miré en estado de shock. Bueno, estaba sorprendida y un poco disgustada por el hecho de que no me lo hubieran contado hasta ahora. Pero tampoco era tan grave, nada podía parecerme grave después de lo de ese puto vídeo, o al menos eso creía.
—Bueno, está bien. Quiero decir, estoy un poco en shock y un poco indignada de que no me lo hayáis contado antes, —dije con algo de burla—, pero supongo que está bien. Creo que nadie se cuidará mejor mutuamente como vosotros, pero entonces, Ela, ¿las citas que tenías...?
—No eran citas como tal, y en todas intentaba buscar algo como lo que tenía con tu hermano. Pero nunca lo encontré y no puedes ni imaginarte como me alegré cuando se despertó... pero Mel hay algo que no entiendes.
—No, quiero decir, no soy experta en relaciones pero si os queréis, no os ocultáis nada, —dije recalcando esto último, dolida —, no os mentís y os cuidáis entonces perfecto. Si buscabais mi aprobación la tenéis.
Tras mis últimas palabras me levanté del sofá, apretando mis labios en una fina sonrisa y me giré para mirarlos. Jake me miraba entre incómodo y afligido, y Ela había comenzado a llorar a mares. Varias lágrimas descendían por sus mejillas y sorbía repetidamente por su nariz, mirándome.
—¿Qué...?
—Mel...la persona que llamó a tu hermano el día del accidente fui yo. No sabes cuánto lo siento y cuanto me arrepiento de esa llamada, podría haberos perdido a los dos y no me lo hubiera perdonado nunca, lo siento tantísimo —logró decir con un hilo de voz, hipando a causa de lo mucho que lloraba.
Pero yo ya había dejado de escucharla desde que escuché la primera frase que salió por su boca. Cualquier expresión se borró de mi cara en ese mismo instante. Mi hermano alargó una mano tratando de acariciar mi brazo pero se la aparté de un pequeño empujón. Había confiado en todos ellos, en todos. Pero Ela y Jake me ocultaban cosas demasiado graves como para mantenerlas ocultas, y Drake me mentía a la cara.
—Intentamos buscar muchos momentos para contártelo pero teníamos miedo de tu reacción y no fuimos capaces —murmuró Jake, pero yo ya no le escuchaba.
Subí a toda prisa a mi habitación tras coger mi móvil para dejarlo encima de la mesita. Alcé mi mano para comprobar algo, y era como pensaba, esta no paraba de temblar y a mi cada vez me costaba más respirar, además, no dejaba de sentir pinchazos en mi cabeza, mareándome. Era otro ataque de ansiedad.
Me di cuenta de que no había llegado a abrir el mensaje de mi tío así que, esperanzada de que fueran buenas noticias decidí abrir el chat y leer su mensaje. ''Mel, he conseguido que te den una beca en una maravillosa Universidad de medicina en Canadá, sólo necesito saber si aceptas y del resto del papeleo me encargo yo como familiar adulto tuyo que soy, ya que imagino que tus padres no estarán de acuerdo''.
Entre todas las lágrimas de rabia que aterrizaban sobre mi almohada un pequeño atisbo de una sonrisa apareció tras leer ese mensaje. Era como una señal, llegando siempre en el momento adecuado. Me apresuré a responderle a mi tío que sí, que necesitaba hacer la carrera de medicina lejos de aquí. Al final mi media y mis notas me habían sorprendido, quedando a apenas unas décimas de obtener matrícula de honor.
Pero sentía tanto dolor y rabia en ese momento que no tuve la fuerza suficiente para desechar la idea que había acudido a mi mente. Metí la mano bajo el colchón, sacando la aguja y la droga más fuerte que le compré a Albert en años. Introduje gran cantidad del líquido en la jeringa para después llevarla a mi brazo y meterla en mi organismo, ignorando la dosis que me había dicho, metiendo más.
Aproveché para también tomarme unas pastillas para mi ansiedad. Me puse una chaqueta e, importándome entre nada y menos que estuviera lloviendo, salí a la calle. Cuando salí Jake y Ela no estaban en el salón, imaginé que comprendieron que necesitaba tiempo a solas y se fueron, pero me equivocaba. Fuera de casa me esperaban ambos junto a Drake, genial, el que faltaba por unirse a la fiesta.
—Mel, por favor, necesitamos hablar contigo —suplicó Drake.
—No, ¿sabes qué? Que vamos a hablar o, mejor dicho, yo voy a hablar y vosotros a escucharme. Tú, —señalé a Drake y me encogí de hombros—, me hiciste querer luchar por salir a delante de todo lo que estaba pasando, me hiciste luchar por mí. Me creí todas tus palabras y todas tus promesas como la niña inocente y estúpida que soy, ¿verdad? Pero mi vida estaba mejor antes de que tu llegaras a ella, antes de que me dieras tantos problemas. No te necesito, no te quiero, no te quiero en mi vida y no quiero que te acerques a mí. Dios, me mentiste en toda la cara, Drake, si me lo hubieras contado no me habría enfadado tanto, pero no, decidiste que era más fácil mentir y dejar a quien no tocaba como la mala de la película cuando realmente el único malo aquí eres tú y yo...Yo solo he sido una puta ciega que ha visto únicamente lo que tu querías que viera. Sólo has jugado conmigo siempre. No sé, ¿alguna otra mentira que contar o cosa que confesar? Antes de que ya sea tarde.
—No, Melody, por favor escúchame.
—¡No! No quiero escucharte, a ninguno. Porque vosotros, —exclamé, señalando a Ela y a mi hermano —, vosotros sois unos falsos. ¡Casi nos matamos aquel día y ahora, el día que voy a graduarme y que me entero de que la persona que quiero me miente, ahora es cuando se os ocurre confesar que fue culpa suya! Casi pierdo a mi hermano, no podría perdonarte eso ni aunque pusiera todas mis fuerzas en ello, poneros en mi lugar un momento. ¿Creéis que esto es una fiesta para mí? Nunca me he sentido tan ingenua, idiota y tan molesta como ahora mismo —espeté, con dificultad ya que desde que había comenzado a hablar, había comenzado a llorar de lo mal que me sentía—. Tú vas de la mejor amiga perfecta que siempre me acompaña y me apoya en todo pero luego resulta que no tiene los ovarios suficientes para confesarme que es la culpable de que casi maten a la persona más importante en mi vida. Y tú, vas del hermano perfecto que nunca discute conmigo y que nunca me miente pero luego resulta que oculta cosas a mis espaldas así que si, enhorabuena, habéis logrado que me sienta como una mierda. Y me siento completamente engañada, traicionada y decepcionada, muchas gracias por todo.
Mientras hablaba, alzaba mis brazos completamente enfadada haciendo aspavientos. En cuanto acabé me di la vuelta para continuar con mi camino dándoles la espalda, con las gotas de lluvia calando mis huesos, haciendo que tiritara un poco por el frío. Me apresuré en cruzar la carretera sin tener ni idea de a donde iba, simplemente con ganas de alejarme de todos, ignorando sus gritos y llamadas a mis espaldas.
Fue en ese momento cuando lo sentí. Un enorme pinchazo en mi cabeza que me hizo arrodillarme para sostenerla con mis dos manos, sintiéndome terriblemente mal. Un dolor de estómago acompañó al dolor de cabeza y fue en ese momento en el que me caí al suelo, llamado la atención de Jake, Ela y Drake.
Ni siquiera recuerdo el momento exacto en el que comencé a convulsionar en el suelo mientras tiritaba a mi vez. Drake, arrodillado a mi lado, sostenía mi cabeza sobre sus piernas y dejó escapar un grito que consiguió helarme la sangre incluso en ese estado. Y entonces hizo algo que pensaba que nunca en mi vida le vería hacer. Lloró. Mientras mi vista era cada vez más borrosa, logré divisar como varias lágrimas se deslizaban por sus mejillas mientras gritaba sin parar, pidiendo que llamaran a una ambulancia y gritando mi nombre a la vez; llamando la atención de todo el vecindario.
Después de eso, yo ya empezaba a perder la conciencia mientras escuché las sirenas de la ambulancia acercarse a donde yo estaba tumbada. Lo último que recuerdo es sentir que me subían a una camilla y que el vehículo se movía zarandeándome un poco, con unos últimos gritos.
—¡Se nos va! ¡Sacad el jodido desfibrilador! —escuché gritar a uno de los enfermeros.
Y después de eso, mis ojos se cerraron por completo y dejé de respirar. Ya no escuchaba ni veía nada.
Pero nunca, nunca, se me olvidaría el grito de Drake cuando convulsionaba en el suelo.
¡Holaaa! OMFG. Ya hemos llegado al final de Limerencia. Enfin. ¿Qué os puedo decir al respecto? No mucho, en general. Espero que hayáis disfrutado de la aventura de Melody y de Drake tanto como yo he disfrutando escribiendo su historia.
Pd: os hago un adelanto pequeño. Habrá un epílogo NARRADO POR DRAKE. Y bueno, muchísimas gracias por todo el apoyo que me habéis dado, muchísimas gracias a todxs lxs que estáis aquí desde el principio. Pero ya haré un apartado aparte para hablar de esto sip.
Escribir sobre Melody y Drake, ver como han madurado y como han progresado como pareja me ha emocionado mucho. Y este final, este final me ha destrozado, pero tenía que hacerlo ajá.
Recordad que esto no es un adiós, ES UN HASTA LUEGO.
¡Nos vemos pronto! ¡Kisses of chocolate! 🥰
Atte:
—Needwoolf.
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