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39. Máscaras, vestidos y ¡que vivan las Vegas!

{Romeo, take me somewhere we can be alone.
I'll be waiting. All there's left to do is run.
You'll be the prince and I'll be the princess.
It's a love story. Baby, just say 'Yes'.}

(Love Story —Taylor Swift)


—¡Vamos Melody, date prisa! —se quejó Ela, gritando desde salón.

Mientras, yo observaba mi reflejo en el espejo terminando de ponerme el colorete y la sombra de ojos. Tenía suerte de que ya tuviera casi todo puesto y sólo me faltara el vestido y la máscara. Mi vestido era de un azul eléctrico con grandes mangas decoradas de color negro, mi máscara era plateada con muchísimos decorados del mismo color y cubría gran parte de mi rostro. Y mis tacones eran dorados, resaltando bajo mi vestido.

Ela entró a mi habitación mirándome con una amplia sonrisa. Mi pelo rubio tenía un semi recogido casi perfecto, con pequeñas ondulaciones al final de cada mechón. Ela me lanzó un beso desde la puerta resaltando con emoción lo preciosa que estaba, dando un pequeño saltito en su sitio. Ella llevaba un vestido rojo precioso con unos tacones negros y una máscara dorada, estaba muchísimo más guapa que yo con diferencia, con su pelo castaño recientemente rizado para la ocasión.

Le di una pequeña sonrisa de boca cerrada lanzándole un beso de vuelta antes de que volviera a bajar corriendo. Reí poniéndome el vestido y abrochándome bien los tacones para después terminar de maquillarme y ponerme la máscara bien anudada a la parte trasera de mi cabeza.

Habíamos quedado con vernos con los chicos ya en el salón de baile, para que así ellos no pudieran ver nuestros vestidos ni nosotras sus trajes. Quizás se llevaban una sorpresa o, en el peor de los casos, ni nos reconocerían, que viniendo de Ethan y Liam no me sorprendería tanto, a decir verdad.

—¡Ya estoy! —avisé a Ela con una sonrisa mientras me apresuraba a bajar las escaleras sin matarme en el proceso.

—¡Vamos!

—¡Espera! Me he dejado la luz encendida arriba.

Farfullé por lo bajo entre quejas subiendo nuevamente las escaleras para ir a apagar la luz. Antes de llegar a mi habitación me choqué con mi madre que caminaba por el pasillo hacia las escaleras. Y no, desde el día en el que su móvil acabó en la pila no habíamos hablado. Se compró otro y logró recuperar la mayoría de sus archivos importantes, que parece que fue lo único que le importó.

—¿Ya te vas? —murmuró, a lo que asentí con mi cabeza—. ¿Con Drake, Ela y todos tus amigos? —volvió a preguntar, insistiendo.

No sé a dónde quería llegar con esa conversación, pero tenía algo de prisa así que, como decían en las bodas, que hable ahora o que calle para siempre. Alcé una de mis cejas tras volver a asentir, apoyándome en el marco de la puerta con mis brazos cruzados.

Tampoco le habíamos contado nada sobre lo de Drake y yo, pero me imaginaba que se olía algo. Era una mala madre, pero seguía siendo madre y su instinto maternal seguía ahí, aunque estuviera un poco roto.

—¿Hay algún problema con eso? —le enfrenté.

—Ninguno —negó con su cabeza y prosiguió su camino no sin antes girarse nuevamente hacia mí—. Pero ten cuidado de en quien confías, ¿quieres?

—¿Qué insinúas con eso, mamá?

—Nada, nada. Solo era un consejo.

Si pensaba que con eso iba a amargarme la fiesta, estaba muy equivocada. Rodé mis ojos ignorándola y apagué la luz de mi habitación antes de volver a bajar las escaleras para reunirme con Ela de nuevo. Ella sonrió al verme y esta vez si logramos salir de casa con tranquilidad.

Aceleramos nuestro paso un poco, ignorando las miradas de la gente, cuando nos fijamos en que la hora pasaba con demasiada rapidez y si no nos dábamos prisa no llegaríamos a la hora conjunta de quedada, a la que se supone que tendríamos que estar ya ahí todos.

Dos minutos fue lo que nos faltó para no llegar a tiempo pero, por suerte, sí que lo hicimos. Entré con una amplia sonrisa de orgullo al fijarme en que todo tenía la forma y estaba decorado como había pedido, tal como me lo había imaginado.

Era enorme. Con un par de grandes sofás beiges a los lados colocados de forma paralela, uno frente al otro, sin ocupar demasiado espacio. La enorme lámpara de araña dorada con decoraciones plateadas y con rubíes que colgaba sobre las cabezas de todos los alumnos, resaltaba con diferencia. Sonreí ampliamente al ver la belleza del lugar y lo amplio que era todo. Cabíamos todos los estudiantes y aún podríamos haber invitado a un barrio entero porque también cabrían.

En el momento en el que entramos fue como si todo pasara a cámara lenta. El resto del curso ya estaba en el lugar, y perdí de vista a Ela en cuanto pusimos un pie dentro. Pasé hacia el centro del salón, siendo rodeada de personas, esperando a ver si localizaba con la mirada a alguno de mis amigos, pero ni con tacones llegaba a ver por encima del resto de la gente.

De pronto, unos brazos anchos rodearon mi cintura, sobresaltándome y poniéndome demasiado nerviosa. Me calmé en el instante en el que una de sus manos se deslizaba con el dorso de sus dedos lentamente por uno de mis brazos, pegándome a su pecho. El olor de su perfume, —bastante masculino he de añadir—, era inconfundible. Incluso entre todo ese gentío, sabía que era Drake quien me estaba abrazando por la cintura.

—Estás preciosa —murmuró a la altura de mi oído con la voz ligeramente ronca.

Sonreí ampliamente y me di la vuelta quedando frente a él. Fue en ese momento en el que sentí la cámara lenta, como de película. Cuando sus ojos se encontraron directamente con los míos y de una sola mirada pude ver su traje azul eléctrico con botones dorados, ambientado a la perfección en la época. Incluso sin darnos cuenta, íbamos conjuntados.

—Creo que nunca te había visto tan elegante —murmuré con un atisbo de burla.

—No creo que vuelvas a verlo, si supieras como me pican los hue...

—¡Drake! —le interrumpí antes de que terminara de hablar, reprochándole con la mirada por haberse cargado el momento romántico.

En ese momento sonó una canción que reconocí de inmediato al ser conocida, pero en una versión algo distinta. Era ''Love story'' de Taylor Swift, pero sonaba con más lentitud que la versión original. Eso sólo hizo que animar a Drake para que extendiera su mano hacia mí con una pequeña reverencia.

—Señorita Evenson, ¿me concedería este baile?

Miré hacia arriba de manera pensativa y suspiré haciendo como si me negara a su propuesta. Al bajar mi cabeza para mirarle de nuevo, una radiante sonrisa adornaba mi rostro, asentí con mi cabeza extendiendo mi mano hacia la suya, entrelazando sus dedos con los míos antes de que me guiara hacia el centro del salón de baile, con la canción aún sonando.

Comenzamos a movernos con lentitud por el centro de la pista, con una de mis manos en su hombro, una de las suyas en mi cintura y nuestras manos libres unidas hacia arriba; bailando un vals. Nos movíamos libremente por toda la pista, como si no hubiera nadie más, la gente se iba apartando pero yo no me fijaba en ellos, yo sólo miraba a Drake como el me miraba a mí. Sólo tenía ojos para él.

Incluso cuando terminó la canción en un tiempo demasiado rápido para mi gusto, continuamos mirándonos parados en medio del salón. Fue en ese momento cuando escuché el grito de mi amigo Ethan desde un lado del lugar.

—¡Bésala ya, hombre! —se quejó con una bebida en su mano.

Apuesto a que no era precisamente un zumo de naranja. Me reí ante su grito y Drake sonrió ampliamente con una pequeña risa antes de poner sus manos en mis mejillas y acercarse a mí, besándome en un beso tierno y lento.

La gente a nuestro alrededor comenzó a aplaudirnos como locos. Por ello, fruncí un poco el ceño aun sonriendo cuando, tristemente, tuvimos que separarnos y cortar nuestro beso.

No me gustaba mucho ser el centro de atención por lo que, por segunda vez en toda mi vida, me sonrojé un poco. Lo bueno era que con la máscara nadie se había fijado en ello, o al menos eso era que lo que yo creía.

—Estás realmente tierna sonrojada, deberías sonrojarte mucho más a menudo —murmuró Drake, guiándome junto al resto de mis amigos con una de sus manos puesta en mi espalda baja.

—¡Que vivan las Vegas! —escuché a Ethan gritar cuando me acerqué.

Le arranqué el vaso de su mano de un tirón mirando su contenido con confusión, olfateando y mirando con mis ojos abiertos como platos. ¿Pero qué mierda llevaba esa bebida? De soslayo encontré a mi tío apoyado en una pared hablando con algunos profesores. Le miré confusa señalando la bebida con mi cabeza a lo que él simplemente me sonrió con complicidad y me guiñó el ojo.

Le sonreí de vuelta, negando con mi cabeza. Esa bebida llevaba quien sabe cuánto alcohol, y todo había sido idea de mi tío. Realmente la persona que más quería que hoy disfrutáramos era él, sin duda alguna. Miré a Ethan con una de mis cejas alzadas, dejando la bebida sobre la mesa.

—No vas a beber más, que luego te tenemos que llevar a cuestas nosotros.

Ethan dibujó un puchero en sus labios pero terminó por rendirse y asentir en mi dirección. Sonreí satisfecha y observé a la gente a mi alrededor. Las canciones que el dj ponía comenzaron a cambiar, siendo cada vez más animadas.

Entonces, cuando sonaba una canción cualquiera que ni siquiera me detuve a intentar reconocer, tiré de la mano de Drake y con mi otra mano de la de Ela, que a su vez tiraba de la de Ethan y este de la de Liam, creando una cadena.

Los llevé hasta el centro del salón y comencé a bailar al ritmo de la música con todos ellos, formando un pequeño círculo en todo el medio de la multitud.

Y otra vez, todo me parecía que iba a cámara lenta.

Liam estaba haciendo unos pasos graciosos completamente ridículos que hacían reír a todo el grupo, Ethan haciendo volteretas en el suelo dejándonos a todos boquiabiertos, Ela simplemente siendo ella misma gritando, bailando y aplaudiendo; y Drake y yo bailando como se nos daba la gana, completamente eufóricos, entre risas, con muchos besos de por medio.

Y luego llegó la sorpresa que remató la noche. Mientras bailaba con Drake, alguien nos tocó la espalda a ambos con una amplia sonrisa. Su traje era marrón oscuro y su máscara negra, pero incluso bajo la máscara reconocimos su identidad de inmediato.

—¿Me concedería este baile? —preguntó con una pequeña sonrisa divertida.

Finn me miró, extendiendo su mano hacia mí. Drake asintió, como ofreciéndole el permiso, apartándose de mi lado un momento para ir a juntarse con el resto del grupo. Sonreí sosteniendo su mano comenzando a bailar con él la canción que sonaba en el momento, que había cambiado nuevamente a ser una lenta.

—¡Has venido! —murmuré emocionada.

—Claro que he venido, no me perdería tu fiesta de pregraduación por nada en el mundo, Mel.

Es que, sinceramente, con todo el trabajo que tenía la verdad es que no contaba con su presencia esa noche. Finn había sido lo más parecido a un hermano mayor cuando mi hermano estaba en coma, siempre cuidaba de mí y me protegía. Ah y, fue una de las primeras personas en intentar juntarme con Drake, quizás porque se fiaba lo suficiente de él como para saber que nos iría bien.

—¿Tus padres no han venido a verte? ¿Vendrán mañana a tu graduación, no?

—Mis padres no están aquí, y no sé si mañana vendrán... pero no los necesito, tengo a casi toda mi familia aquí hoy mismo.

Miré con una sonrisa detrás de mí a todos mis amigos, que bailaban y se reían todos juntos. El ''casi'' era debido a que mi hermano no había podido acompañarme aquella noche. Aunque era obvio, iba en silla de ruedas y haberle puesto un traje hubiera resultado misión imposible.

Finn asintió con su cabeza, sonriendo con satisfacción y orgullo ante mis palabras. Dejó un beso en mi frente justo cuando la canción ya iba terminando y me abrazó fuerte, como si tuviera miedo de dejarme escapar. Sonreí correspondiendo su abrazo con la misma fuerza, volviendo tras unos minutos a separarme.

—En tan solo nueve meses, has dejado de ser una niña y te has convertido en toda una adulta, y no sabes lo orgulloso que me siento ahora mismo.

Sonreí enternecida con sus palabras y tras besar sonoramente su mejilla tiré de su mano para reunirnos con el resto del grupo y seguir bailando todos juntos. Os cuento con total sinceridad que después de eso nos dio por beber quizás demasiada bebida que mi tío había traído y el resto de recuerdos de aquella noche ya eran un poco borrosos.

Pero si recuerdo a la perfección que fue una de las mejores noches de toda mi vida.




























































¡Hola, holaaaa! GENTE, SÓLO QUEDA UN CAPÍTULO PARA TERMINAR LIMERENCIA :D. Dios, no sabéis las ganas que tengo de que lo leáis. Porque ajá, ya está escrito, sólo falta saber cuando me da por publicarlo. Será pronto ajá, no os preocupéis PERO AAAA. Tengo ganas de gritar, Limerencia por fin estará completa. Espero que os guste mucho esta capítulo, es un poco corto, pero es que el siguiente se me ha hecho un poco largo; así que compensa JAJAJS.

Y bueno, es la primera vez que pongo una imagen arriba de la ropa, pero es que a veces me explico del culo y quería que quedara más o menos claro como era el vestido. Pero cada unx que se lo imagine como quiera.

¡Nos vemos pronto! ¡Kisses of chocolate! 🥰

—Needwoolf.

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