36. Una disculpa y una graduación que planear.
[And I was runnin' far away. Would I run off the world someday?
Nobody knows. Nobody knows, and
I was dancing in the rain. I felt alive and I can't complain.}
(Runaway — Aurora.)
Habíamos terminado las clases de ese día y salíamos del instituto caminando a paso lento, de hecho, parecíamos mi bisabuela con una prótesis de cadera, porque hasta mi abuela iba más rápido que nosotros, que estaba como cinco metros más hacia delante y caminando a su bola.
—¿Crees que se ha olvidado de que vamos detrás de ella? —me murmuró Liam, a la altura de mi oído.
—No, sabe que estamos aquí detrás pero no le importa. Además, la noto muy ida, como preocupada. Hablaré con ella más tarde —le respondí, alzando mis hombros.
—Oye, ¿a dónde ha dicho que nos llevaba?
—A un parque de atracciones, Ethan.
—Uh, que genial.
Alguien llamándome hizo que detuviera mis pasos y me girara más que confundida en cuanto reconocí su voz. Sam venía hacia mi casi corriendo para evitar perdernos de vista. Y yo no sabía qué hacer, si esperarla o correr más rápido para que no me alcanzara. ¿Qué mierda quería ella ahora? Después de lo que pasó con Drake ya no volvió a molestar, cosa que se agradecía internamente, al parecer su nuevo novio la mantenía ocupada, y mejor para nosotros.
—¿Podemos hablar? ¿En privado? —pidió, jadeante por la carrera, una vez llegó a mi altura.
—No —respondió el resto del grupo, a la vez.
Ethan, Liam y Drake la miraban cabreados, con desconfianza. Mientras Ela le dedicaba una mirada de asco e incluso mi abuela la miraba con una ceja alzada, desconfiando de ella. Asentí con lentitud hacia mis amigos, que se relajaron un poco, pero aun así continuaron a la defensiva por si soltaba alguna estupidez. Asentí en dirección a Samantha y ambas caminamos juntas al jardín del instituto.
Una vez nos alejamos de mi grupo comenzamos a caminar con lentitud por el jardín delantero, dando vueltas por este. Mientras, metí mis manos en los bolsillos delanteros de mis pantalones, y esperé a que se decidiera a hablar para acabar con este momento incómodo de una vez por todas.
—Yo... Yo solo quería pedirte disculpas, por todo. Creo que las dos sabemos que no te he tratado muy bien estos últimos años.
—Vaya, creo que eres la última persona de la que me habría esperado disculpas. Al menos admites que fuiste una perra con todos nosotros.
—Sinceramente, yo sólo lo quería a él. Y vi cómo te lo estabas llevando poco a poco, eso me enfadó demasiado.
—¿Qué yo qué? No tengo ni idea de que me estás hablando, sé más clara —fruncí mi ceño, mirándola con confusión.
—Claro, tú no veías a Drake antes, pero a pesar de todo él sí que te veía a ti, Melody. Tú le odiabas y él técnicamente a ti no te soportaba, pero eso era una clara mentira. Lo noté cuando me di cuenta de que al caminar juntos por los pasillos siempre esperaba a que pasaras tu por delante con tu grupo antes de ir a clase. Él se debía pensar que yo no me daba cuenta, pero ya sabes, sexto sentido que tenemos las mujeres.
—¿Estabas enfadada por qué yo le gustaba? —alcé una de mis cejas, confusa, eso me parecía bastante infantil.
—Bueno, algo así. Yo solo quería a alguien que me mirara como él te miraba a ti. Alguien que me quisiera con todo lo que soy así como él te quiere a ti. Sólo quería ser algo para alguien porque, no sé si te has dado cuenta, pero para él lo eres todo. Ha cambiado por ti, ni siquiera por mí hizo eso, y estoy segura de que está dispuesto a cualquier cosa por ti.
—Sí, supongo que por eso nos parecemos tanto, porque es complicado para nosotros tener sentimientos y expresarlos, pero cuando los tenemos, los tenemos reales y demasiado fuertes.
—Lo que sea, yo solo quería disculparme para empezar con buen pie, y ya lo he hecho. Espero que duréis mucho y eso. Es que, por si no lo sabías, me mudo a España, así que no volveremos a vernos y quería dejar todo esto zanjado para empezar con buen pie allí —presumió, con una pequeña sonrisa.
Rodé los ojos levemente, si en el fondo, no había cambiado nada en absoluto. Sin embargo y pese a eso, acepté sus disculpas y me decidí a dejar el tema zanjado para que ella pudiera irse de una buena vez y me dejara tranquila. Lo último que necesito ahora es aguantarla a ella o a una como ella. Volví hacia mi grupo una vez ella se fue, quiso darme un abrazo al irse, pero yo me aparté y le dije que no se tomara tantas confianzas tampoco.
—¿Qué te ha dicho? —cuestionó Ela de forma efusiva, empujando a Ethan para ponerse a mi lado.
—No mucho, sólo se ha disculpado por haberse comportado como una hija de puta estos últimos años y que se iba a mudar a España y por eso quería empezar con buen pie y más cosas que ya eran puras estupideces.
—Puede meterse sus disculpas por el...
—Ela, he aceptado sus disculpas. Me sirve con tal de que se vaya lejos y nos deje en paz a todos —respondí con algo de burla, interrumpiendo su última frase.
Ela sonrió con diversión y me empujó con su hombro. En cuanto llegamos a mi casa, subí a mi habitación casi corriendo y bajé de la misma forma con Holt en brazos. Esa pequeña bolita de pelo era una ternura y literalmente la única a la que daba mimos. A veces Drake se quejaba por eso, tengo que admitirlo.
—Cuida de Holt un momento, tengo que ir a hablar con mi abuela.
Ela asintió y agarró entre sus brazos al pequeño Holt para acariciarlo y jugar con él mientras yo subía hacia la habitación de mi abuela. Ella estaba sentada en una esquina de la cama, en forma de indio, mientras miraba al suelo de forma tan distraída y pensativa que ni siquiera se había dado cuenta de que había entrado en su habitación, interrumpiendo sus pensamientos al hablar.
—Suéltalo ya, abuela, ¿qué es lo que pasa? —sonreí levemente, sentándome a su lado—. Llevas toda la tarde con la misma cara, está más que claro que algo te pasa, ¿o me equivoco?
—No, no te equivocas. Verás, me han llamado tus padres hace unas horas, esta mañana... su vuelo de vuelta se adelantará, Mel.
Mi expresión pasó a estar completamente seria. Mis padres iban a venir antes de lo previsto.
—¿Cuándo llegan?
—Mañana por la mañana. Y no sé, pero no creo que les guste saber que el chico que contrataron es tu novio, o lo que seáis. Estaba pensando que hacer, ¿sabes de lo que es capaz tu madre si se entera de todo lo que ha pasado mientras ella no estaba?
—¿Sinceramente? Me importa una mierda lo que opine mi madre de lo que yo haga con mi vida. Nunca ha cumplido la función de una madre, ni se merece que la llame así, y te aseguro que no va a venir a decirme que hacer o no hacer con mi vida a estas alturas. Me enfrentaré a ella, mañana y las veces que hagan falta.
Y entonces, vi ese tipo de mirada que nunca esperaba que me mirara a mí, vi a mi abuela mirándome con la cabeza bien alzada y llena de orgullo. Orgullo hacia mí, algo que nadie había llegado a sentir por mí, excepto una persona que preferí alejar de mi vida por mi propio bien. Le regalé una sonrisa, en agradecimiento, porque no me hizo falta oír nada por su parte para entender que se sentía orgullosa de quien era yo, se sentía orgullosa de que yo fuera su nieta y de que fuera la persona que fuera.
—Mel, te están llamando al móvil —chilló Ela, haciendo que abandonara la habitación junto a mi abuela para regresar al salón.
En cuanto descolgué el móvil y me lo llevé a la oreja quise colgar casi al instante, él seguía buscándome por todas partes, pero yo no quería ser encontrada por ese idiota.
—Albert —murmuré, en un suspiro, alejándome de mis amigos para hablar a solas. No quería tener que dar explicaciones de cosas de mi pasado, y menos meterlos a ellos en el meollo.
—Tranquila, rubita, ya sabes lo que quiero. Pero no es eso lo que he venido a recordarte, sólo quería decir que voy a volver a Irlanda, tengo nuevos asuntos pendientes que atender allí. Graba este número en tu móvil, si necesitas algo ya sabrás a quien llamar.
—Te he dicho que no volveré a trabajar para ti, no me hagas repetírtelo de peores formas, te recuerdo que tú me has enseñado a mi durante años y que a veces, y por desgracia para ti, el alumno supera al maestro. Nunca necesitaré nada de ti, olvídate de mí miserable existencia.
Y con esas últimas palabras colgué el móvil. Supongo que mucha gente se preguntaría que tipo de relación aparte del haber trabajado para él traficando su droga y comprándola tenía, bueno, había sido, durante dos años, como un padre para mí. No dejaba que nadie me hiciera daño, me protegía de todos, ni siquiera podían vacilarme o hablarme mal porque entonces él los torturaría y mataría sin ningún apéndice de piedad. Sin embargo, cuando pasó lo de mi hermano me di cuenta de que no era lo que él querría para mí, entonces me alejé de él sin problema. Tras un tiempo, apenas me buscó, y ahora quería que volviera, lo que significaba que claramente tenía algo entre manos, pero no pensaba participar. Ahora tenía a mis amigos, a parte de mi familia, a mi hermano, y sobretodo tenía a Drake. No iba a arriesgarme a perder a ninguno de ellos.
Dejé el móvil en mi bolsillo, pero apenas pasaron unos minutos y volvieron a llamarme, cogí nuevamente la llamada sin mirar ni el número, asqueada.
—Vuélvete a Irlanda o lo que te dé la gana, pero te he dicho que me dejes en paz de una puta vez. Ya no soy la misma cría de hace dos años, joder.
—Me alegra mucho oír eso, aunque no tenga ni idea de que estás diciendo, sobrina. Pero yo venía a hablar de otro tema —escuché la confundida voz de mi tío John al otro lado del teléfono.
—¡Tío John! Disculpa, pensaba que eras otra persona. ¿Qué era de lo que querías hablarme? —me apresuré a preguntar, con una mueca.
—Pues verás, la junta directiva pregunta por un alumno o alumna dispuesta a organizar el baile de graduación y eso. Les he dicho tu nombre, pensé que te ayudaría a bloquear tus pensamientos y agobios por un momento.
Al no recibir respuesta de mi parte, prosiguió hablando con un suspiro.
—Me he enterado de que tus padres vuelven mañana, y no estaba seguro de si querrías hacerlo pero...
—No, no, está bien; tío John. Es perfecto, gracias, yo me ocuparé de los preparativos.
—Genial, pues mañana a segunda hora, avisaré para que vengas a mi despacho y me cuentas las ideas que tengas. Concretaremos una fecha y te daré todos los materiales o lo que sea que precises —me respondió, para después despedirse y colgar.
Me senté en el sofá, derrotada, y sonreí cuando vi a Ela acercarse con mi bote de nutella y dos cucharas, listas para compartir. Sí, en algunos casos hacía excepciones y compartía mi preciado chocolate con mi mejor amiga, pero sólo a veces. Seguidamente, Ela me sonrió y se preparó para hablar.
—Siento que estás pasando una especie de mal momento y no me lo estás contando, pero está bien porque yo sé que eres de esas personas a las que no le gusta hablar de ese tipo de cosas. Soy tú mejor amiga, te estoy viendo esforzarte en cambiar, en ser mejor, te estoy viendo evolucionar emocionalmente, te estoy viendo, tratando de salir de un profundo pozo para luchar por él, Mel. Y lo estoy viendo a él cambiar por ti, ser mejor persona también, ser una buena pareja para ti porque ninguno de los dos tenéis ni idea de si lo estáis haciendo bien y los dos tenéis miedo de lo que vaya a pasar y de lo que estáis sintiendo el uno por el otro. Y quería que supieras que, pase lo que pase mañana, yo no me voy a apartar de tu lado, te voy a defender todo lo que sea necesario porque mi mejor amiga está volviendo a sonreír como lo hacía antes, está volviendo a ser feliz, y no voy a dejar que nadie destruya eso. Ni siquiera tus padres van a dejar que te vea como hace un año, Mel. Te vi tan... rota, y no pienso permitir que estés así de nuevo por ellos, ni siquiera merece la pena pelear con ellos, pero si hay que hacerlo que sepas que ahí estaré.
—Te quiero, Ela, siempre lo voy a hacer como el día en el que nos conocimos cuando apenas podíamos ni caminar. Gracias por no dejarme nunca, por haber estado conmigo en mis peores momentos y por ser una de las causas principales de los mejores. Siempre vas a ser una de las personas más especiales en mi vida, no importa cuántas otras personas lleguen a mi vida, tu seguirás siendo mi mejor amiga. Si tú eres una reina, yo soy la mejor amiga con problemas emocionales que reina a tu lado, sentadas juntas en un trono pegado al otro. Y si yo brillo, nunca voy a dejar que te apagues, porque si brillamos lo hacemos juntas. Siempre vas a ser mi hermana de otra sangre y siempre vas a tener un hueco en mi vida vaya donde vaya, haga lo que haga. Y nunca te voy a poder estar más agradecida por todo lo que haces por mí, Ela.
Acto seguido, me abrazó con fuerza pero a la misma vez de una manera suave, como si tuviera miedo de que me rompiera en algún momento. Exhaló hondo, acariciando mi pelo, mientras yo me aferraba a ella con la misma fuerza, como si tuviera miedo de que se desvaneciera en algún momento. No había mentido, no iba a dejar que mi madre tomara decisiones por mí y menos a estas alturas y siendo como ella era, pero tenía miedo de hasta dónde podía llegar para obligarme a hacer lo que ella quería.
—Estaremos bien —escuché un murmuro tras mis espaldas—. Nadie de este salón se va a separar de ti, y mucho menos yo, ¿entiendes eso?
Drake me sonrió, dándome un beso sobre mi coronilla y yo le devolví la sonrisa casi de inmediato al separarme de Ela y ella alejarse para dejarnos un momento a solas. Me abrazó, acariciando mi espalda, él también estaba preocupado y podía notarlo. Drake nunca ha sido de esas personas a las que le preocupara mucho la opinión que otros tenían de él, sin embargo en ese momento podía notar que estaba algo asustado por lo que podía pasar, y por eso no me separé de él en toda la noche.
¡Hola, hola! Aquí llego con un nuevo capítulo. Sólo quiero recordaros algo: una pareja no vale ni de lejos lo mismo que una buena amistad, no rompáis algo así por alguien que no sabes si merece la pena. Sin duda, la única cosa que podría superar con creces el amor de Melody y Drake, es el amor de Melody y Ela. Hasta ellas saben que su amistad es más importante, y tienen claro que no van a separarse por nadie ni por nada en el mundo. Así que nunca olvidéis que no todo se trata de tener una relación y una pareja, a veces simplemente es eso. Hay más de un tipo de amor, y todos son realmente importantes en la vida de una persona, y justamente el que menos es el romántico, y a mi parecer, el más sobrevalorado.
Y vaya, vaya, parece que Sam se disculpa por todo y empezará una nueva vida lejos (por fin) de las de Melody y sus amigos. Y también parece que Albert no se cansa de intentar hacer que Mel trabaje para él, pero tampoco se le puede culpar, siempre la ha protegido, ¿no?
¡Espero que os guste mucho el capítulo, y que lo disfrutéis! ¡Nos vemos pronto! ¡Kisses of chocolate! 🥰
Atte:
— Needwoolf.
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